EL Rincón de Yanka: LE RECIBIMOS CON RAMOS Y LE DESPEDIMOS CON LÁTIGOS

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sábado, 15 de marzo de 2008

LE RECIBIMOS CON RAMOS Y LE DESPEDIMOS CON LÁTIGOS


EL DOMINGO LE RECIBIMOS CON RAMOS
Y EL VIERNES LO DESPEDIMOS
CON LÁTIGOS Y LO CRUCIFICAMOS,
PERO, EL SIGUIENTE DOMINGO ES RESUCITADO...



Nosotros conocemos ahora que aquella entrada triunfal fue, para muchos, muy efímera. Los ramos verdes de marchitaron pronto. El hosanna entusiasta se transformó, cinco días más tarde, en un grito enfurecido: ¡Crucifícale, crucifícale! 

Que diferentes son los ramos verdes y la cruz. Las flores y las espinas. A quien antes le tendían por alfombra sus propios vestidos, a los pocos días lo desnudan y se los reparten en suertes. 

La entrada triunfal de Jesús en Jerusalén nos pide a cada uno de nosotros coherencia y perseverancia. Ahondar en nuestra fidelidad para que nuestros propósitos no sean luces que brillan momentáneamente y pronto se apagan. Comencemos la Semana Santa con un nuevo ardor y dispongámonos a ponernos al servicio de Jesús. 

Tratemos de mantenernos con coherencia entre la fe y la vida. Que nuestro grito de júbilo de hoy, no se convierta en el ¨crucifíquenlo¨ del Viernes. 

Que nuestro ramos, que son brotes nuevos de propósitos santos, no se marchiten en la manos y se conviertan en ramas secas.. 

Caminemos hacia la Pascua con Amor Por eso esta semana , vivamos la Semana Santa. Vivir la semana Santa es acompañar a Jesús desde la entrada a Jerusalén hasta la resurrección. 

Vivir la semana Santa es descubrir qué pecados hay en mi vida y buscar el perdón generoso de Dios en el Sacramento de la Reconciliación. 

Vivir la Semana Santa es afirmar que Cristo está presente en la eucaristía y recibirlo en la comunión. 

Vivir la Semana Santa es aceptar decididamente que Jesús está presente también en cada ser humano que convive y se cruza con nosotros. 

Vivir la Semana Santa es proponerse seguir junto a Jesús todos los días del año, practicando la oración, los sacramentos, la caridad. Semana Santa, es la gran oportunidad para detenernos un poco. Para pensar en serio. Para preguntarse en qué se está gastando nuestra vida. Para darle un rumbo nuevo al trabajo y a la vida de cada día. Para abrirle el corazón a Dios, que sigue esperando. Para abrirle el corazón a los hermanos, especialmente a los más necesitados. 


Semana Santa, es la gran oportunidad para morir con Cristo y resucitar con Cristo, para morir a nuestro egoísmo y resucitar al amor.