LAMENTO EUCARÍSTICO:
POR LOS PECADOS Y LA APOSTASÍA
¿POR QUÉ ESTA APOSTASÍA Y BARBARIE
LO VEMOS TAN POCAS PERSONAS?
¿POR QUÉ ESTA HUMANIDAD (INCLUYENDO LA IGLESIA)
HA SUCUMBIDO AL MIEDO Y SE HA SOMETIDO A LA TIRANÍA?
¿POR QUÉ LA IGLESIA HA ACEPTADO LOS CÁNONES
DE LOS GOBIERNOS QUE NO LE SON PROPIOS?
ENCUENTRO CON CRISTO
LAMENTO FRENTE AL SANTÍSIMO
Este vídeo surge tras una vigilia nocturna intensa frente al Santísimo Sacramento. Se trata de un momento muy personal que he querido compartir con mis hermanos en la fe con la intención de que pueda servirles a unirse a mi súplica y lamento. Cuando uno camina por la vida siendo consciente de sus propias faltas, y tras dos años de encuentro con la mirada misericordiosa del Señor; y el auxilio incesante de nuestra madre del cielo, la Virgen María, ya nada puede ser igual. Es un antes y un después.
Ahora, uno camina por la vida enamorado de Dios que nos salva y hace nuevas todas las cosas. Entonces se agudizan los sentimientos del alma: el amor que le profesamos frente el odio que recibe del mundo. De la alabanza que le dirigimos, frente al ataque, la impiedad, la blasfemia y el pecado del mundo y de la Iglesia. Entonces, uno es consciente de que todos somos responsables de esa destrucción de la gracia por nuestros propios pecados.
No olvidemos que los pecados de la Iglesia, son nuestros propios pecados, pues todos contribuimos a enfermar el Cuerpo místico de Cristo al pecar contra el cielo y contra Él. Mi denuncia se convierte en lamento, en reproche frente al Señor... Como en el antiguos salmo de desesperación de un hombre gravemente enfermo. El reproche y el dolor que se siente y dirigimos a Dios por tanta iniquidad y sufrimiento, también es oración, siempre que camine desde el encuentro, la gracia, la humillación, el llanto de un hijo que ve como su Iglesia se va desmoronando por la apostasía reinante y tanta confusión extendida desde el vértice de la Iglesia, los príncipes, los obispos, los clérigos, hasta los religiosos y laicos.
Todos somos responsables de nuestra propia destrucción al haber renunciado al Amor de los amores. Al haber renunciado a la misión profética como pueblo de Dios que debe ser luz del mundo. Mi reproche se torna en confianza al que puede salvarnos. Se torna oración de lamentación en este desierto espiritual donde Dios parece callado. Está disgustado, ¿cómo no iba a estarlo? Pues la iniquidad del mundo reina, por lo que la caridad de muchos ya se está apagando.
Dios es misericordia para quien busca su perdón, pero es eternamente Justo y su justicia no es la nuestra. O eternidad en la vida, o eternidad en la muerte del alma. Envía Señor tu espíritu y renueva tu Iglesia. Amén. Amén. Amén.
LAMENTO EUCARÍSTICO:
POR LOS PECADOS Y LA APOSTASÍA
LAMENTO EUCARÍSTICO POR LOS PECADOS DE LA IGLESIA Y LA APOSTASÍA
Oración-Reflexión
Álvaro Carbonell
Señor, ¿eres tú, Señor? Tanto tiempo anhelando un encuentro tan cerca contigo. Crecemos entorno a las costumbres piadosas que nos acercan a ti mi Señor. Más nada es comparable conun encuentro contigo desde el desierto del corazón. Me preocupan tantas cosas… no sé a quién decírselas, con quién hablarlas por temor a que me llamen loco o me condenen entrerisas y mofas. Pero ya no puedo más. Mi alma fluctúa entorno a los hombres de mi tiempo. Desde los más lejanos hasta los más cercanos, mi Señor. Se mastica la división y la confusión, desde aquellos que te odian, aquellos que te aman y te siguen, y hasta los que te representanen las más altas posiciones de tu Iglesia.
Ay la Iglesia… qué diferente habías planeado esta gran obra de tu amor. Qué ingrata e injusta ha sido desde que tus servidores se posicionaron como una casta de gobierno eclesial que dio lugar a la vanidad de la consideración social. Ay de tu Iglesia Santa. Santa porque a pesar de todo permaneces renovando los corazones heridos por los males de este mundo; perdonandolos pecados; expulsando demonios; y haciéndote pan de vida cada día… Pero ya son demasiadas evidencias de apostasía y de iniquidad desde dentro. Demasiadas Señor, tantas que me pesa el corazón y caigo a plomo de rodillas cada noche frente al santísimo rompiéndome por dentro. Caen mis lágrimas brotadas por el dolor de mis propios pecados y los de mi iglesia. Oh mi Señor. Tú me has modelado desde hace apenas dos años… descubrí tu rostro justo cuando empezó este infierno mediático, político y sanitario, que ha demostrado ser el instrumento perfecto para acelerar los planes de los que más te odian; una mafia de masones luciferinos que han tomado el poder del Gobierno mundial y diseñan sin pausa y a toda prisa el siguiente paso para la demolición de la fe y del hombre mismo que es imagen tuya. Los planes se aceleran… está próximo la instauración de un reinado oscuro, liderado porun mentiroso perverso al que pronto conoceremos. El que dentro de un contexto de desgracias mundiales liderará unos pactos globales, y que al que todos escucharán y recibirán. Ensalzarán y adorarán. Pues tú has venido en nombre de tu Padre, y no te recibimos, otro vendrá en su propio nombre, y el mundo sí lo recibirá.
Mi alma fluctúa mi Señor, y me aferro a tu Cruz gloriosa y a tu santísima Madre. Nuestra madre del cielo… María… Oh María, veo tu rostro empañado en lágrimas y tu corazón herido por el peso de tanta maldad y tanta confusión. Perdónanos madre del Cielo y Reina denuestras almas. Déjame,… déjame acompañarte en esta hora de dolor. Sé que no es mucho lo que puedo hacer en reparación a tanto dolor. Sé que ni siquiera Dios nos necesita sino que somos nosotros los que le necesitamos a Él para construir su reino en este valle de lágrimas. La confusión se ha apoderado de los cristianos, pues el humo de quien es el príncipe de la mentira ha esparcido su hedor desde la cúspide de la Iglesia y sus príncipes, hasta los obispos y sacerdotes, consagrados, hasta el pueblo fiel. Es la hora, la hora de las tinieblas.
El mundo confirma su adhesión al pecado mortal. A la alabanza de sí mismo. Se cree autosuficiente y está pletórico porque se ha convencido así mismo de ser la voz de su propio Dios. Dueño de su vida y de su muerte. Y de la vida y la muerte de los demás. Este mundo ha asesinado a la razón, la moral, la filosofía que hacía reflexionar y que tantas veces conducía hacia ti, mi Señor. El mundo vive al margen de todo lo sagrado. Blasfema y persigue al que te
ama. En esta orgía social de la confusión convierten lo bueno en malo, y lo malo en bueno. Condenan al que dice la verdad. Censuran al que cuestiona la dictadura que nos viene. Defenestran al que en conciencia actúa con temor de Dios. Marginarán al que resista, y matarán al que persevere en ti.
Te ruego mi Señor, que me des el don de discernimiento. Necesito saber, necesitamos saber todos tus hijos, los que te amamos y en ti esperamos, si estos signos de los tiempos son los que tantas veces nos avisó tu madre, la virgen María. Son tantos mensajes incidiendo en lo mismo, que a la luz de los hechos todo empieza a tomar forma. Pues el grado de iniquidad está apagando la caridad. Llevo dos años escuchando en mi interior una palabra, una advertencia, un aviso… ¡Conversión! ¡Convertíos! ¡Deja los afanes de la vida pues ya ese tiempo ha pasado! Eran parte de las estructuras de un mundo que en breve de un soplo, serán ceniza. Casi un rumor en la brisa del viento en labios de Dios Padre. Prepara tu alma hijo mío, pues el tiempo que os viene será como el de la siega. Todo lo humano, incluso el amor, será purificado. Está próximo el tiempo, conviértete y convierte a tus hermanos… Eso me dices en el silencio de la oración.
Sufro por mis propios pecados del pasado. Aquellos a los que me entregué en un tiempo derebeldía, de juventud y de sed de mí mismo. De egoísmo y vanidad. Sufro porque ahora te veo caminar a mi lado y veo que he perdido tanto tiempo de sentir tu amor... Tú, Jesús, haces nuevas todas las cosas. Tú Jesús, reparas los corazones heridos por la desgracia. Tú Jesús, amas los corazones quebrantados y humillados. Tú, esperas hasta el día en que cruzas tu mirada de bondad con la de cada uno de nosotros. Tú Jesús, escribes recto en los renglones torcidos de nuestra vida y borras toda culpa sanando lo que estaba enfermo y moribundo. Da igual el grado de pecado, pues tu máximo grado de amor fue la Cruz que contemplo ahora mismo entre mis manos. ¡Qué alto precio pagó Dios por nosotros! ¿Cómo estamos devolviendo nosotros esa deuda de amor? Perdón Señor, perdón de corazón, pues se me rompe en mil pedazos al ver que todos se ríen de tu sacrificio. Les da igual. No significa nada para la inmensa mayoría de los mortales de mi tiempo. No implica nada. La tumban si es necesario en el momento que se convierte en reproche hacia sus vergonzosas y pecaminosas vidas, como tumbarán a los nuevos profetas que enviarás por el mundo en este último tiempo. A esos valientes que darán la vida por ti, por la verdad, y no se doblegarán antes el anticristo político que está en ciernes.
Pero… ¿por qué lo vemos tan pocas personas? Por qué el mundo ha sucumbido al miedo ya ceptado la tiranía. Por qué la Iglesia ha aceptado los cánones de los gobiernos que no le son propios. Por qué Señor, hasta las imposiciones del mundo se ha convertido en liturgia y se han impuesto como parte más fundamental que el mismo sacrificio de tu cuerpo y tu sangre en la Santa Misa. Hemos perdido el norte… nuestros pastores se han preocupado más en la salud del cuerpo que la del alma de sus hijos. De su grey. Grey que le ha sido confiado para confirmar en la fe, y pocos lo hacen. Muy pocos mi Señor. No vengo yo a enseñar a nadie cómo ha de vivir inmiscuyéndome en aspectos que no me corresponden, y menos en dar lecciones aningún pastor o sacerdote, pero sí tengo la obligación por el poder que el mismo Padre, Hijo y Espíritu Santo, me ha otorgado por el bautismo, y es señalar la injusticia y anunciar la buena nueva que nos salva.
Y entre tanta confusión doctrinal y tanta persecución, ¿Dónde están los pastores de mi Iglesia? Dónde está el valor de los que aman al Señor. De los que recibieron al Espíritu Santo en suconfirmación o en su ordenación. Cuantos cobardes… ¡Cobardes e hipócritas! ¡Los Judas delsiglo XXI! ¡Raza de víboras que habéis convertido el templo de nuestro Padre en una cueva de ladrones, de rameras, de vicio, poder y guerra de influencias para alcanzar los carismas superiores! Qué confundidos están… qué poco evangelio han leído y qué poco creen en ti, mi dulce Jesús.
Te doy gracias por los pastores santos, que los hay. Servidores buenos y fieles que alzan la voz contra esta perdición. Gracias por los hermanos que con su oración desagravian tanto dolor en el cielo y en la tierra. Ruego por ellos para que no desfallezcan pues luchan contra los que han acogido el error como doctrina y pervertido el mensaje de Cristo que se había custodiado con celo por tantos santos y santas de todos los tiempos. Hoy lloran desde el cielo porque ven herida a la esposa de Cristo: Su Iglesia. Y en atención a los que viven la fe, siguen suscitando el amor, el perdón y la providencia. Pero llegará el día en que el cúmulo de los pecados de nuestras comunidades haga imposible la gracia y la misericordia, porque estaremos bañándonos alegremente en la pocilga de satanás, entonces se suprimirá el sacrificio perpetuo y se instalará la abominación de la desolación del profeta Daniel.
Todos somos culpables. Culpables sin excepción, pues hemos contribuido con nuestros pecados particulares a enfermar el cuerpo místico de Cristo. Así como el mundo peca contra la ley natural (que es la ley de Dios), y la naturaleza responde violentamente por ese agravio moral; así los pecados de la Iglesia, de cada uno de nosotros, contribuye a debilitar y a enfermar a la Iglesia, quien está llamada a ser luz del mundo. Una Iglesia cada vez más apóstata y vacía de verdadera piedad y temor de Dios. Una iglesia cuyo valor quedará reducido a la actividad de una ONG. Una iglesia que no llama a la conversión y que se permite el lujo dedar por hechas y por sabidas las cosas de Dios, o incluso creerse merecedora de la gracia y del perdón. Es más, una Iglesia que se queda en la misericordia del Señor sin conversión, siendo justificada por la fe, como hizo Lutero. Iglesia que tantas veces no confirma en la fe a sus hijos sino que vive de dinámicas culturales pero no alaba, no vive, no construye y no se redime. Iglesia del siglo XXI, que no se atreve a enfrentarse al mundo y a su mensaje de perdición, porque ha renunciado a su misión profética. Una iglesia en definitiva, que camina hacia la impostura religiosa y que en vez de examinarlo todo y quedarse con lo bueno, rechazará lo bueno para quedarse con lo mundano, lo social, lo políticamente correcto, lo moderno, lo fácil, lo condescendiente en la mentira de la nueva filosofía del mundo y del nuevo humanismo que predica, sin darse que el único humanismo revolucionario ha sido el que Cristo nos enseñó. Separarse de la verdad es separarse de Cristo, y separarse de Cristo es perderlo todo. ¡Es que no os dais cuenta hermanos! ¡Pastores! ¿Hacia dónde lleváis a las ovejas del Señor? ¡Dejad de apalearlas y de confundirlas! A quien más se le dio, más se le pedirá.
Señor mío, y Dios mío, envía tu Espíritu y renueva tu Iglesia… son demasiadas evidencias las que vivimos para pensar que está cerca el tiempo de la tribulación… y sin darnos cuenta se presentará delante de nuestros ojos. Pero la mayoría no se dará cuenta. Caerán en la mentirade un falso profeta, un Papa que nos traicionará como Judas te traicionó a ti mi Señor…
Si queremos seguirte hasta el final de la historia, hacia ese Omega, debemos asumir la gran prueba de la Iglesia. Participar de tu misma pasión y muerte para resucitar en esa Iglesia triunfante.
El obispo de Roma, los príncipes de la iglesia, obispos, sacerdotes, religiosos, laicos y consagrados, con la excusa de estar inmersos en sus quehaceres diarios, o sirviendo en sus labores pastorales, no pocas para quienes de verdad las tomen en serio, no se dan cuenta hacia donde nos dirigimos como cuerpo místico. No se dan cuenta de lo que subyace en realidad en nuestro tiempo. Muchos no lo perciben porque andan demasiado entretenidos con las cosas de este mundo, otros por no disponer ni de tiempo para rezar. Entraremos en la Pasión de la Iglesia muy pronto. Pero hace falta silencio.
Silencio para escuchar. Silencio para observar. Silencio para renovar el corazón hacia las cosas de Dios. Silencio para humillarse ante la majestad de quien es misericordia y Juez. Silencio para suscitar la gracia de la conversión…
¡Ayúdame,… Señor!
Álvaro Carbonell
¿Hay alguno entre vosotros sabio y docto? Pues que muestre por su buena conducta que hace sus obras con la mansedumbre propia de la sabiduría. Pero si tenéis en vuestro corazón celo amargo y rencillas, no os jactéis ni falseéis la verdad. Una sabiduría así no desciende de lo alto, sino que es terrena, meramente natural, diabólica. Porque donde hay celos y rencillas, allí hay desorden y toda clase de malas obras. En cambio, la sabiduría que viene de lo alto es, en primer lugar, pura, y además pacífica, indulgente, dócil, llena de misericordia y de buenos frutos, imparcial, sin hipocresía. Los que promueven la paz siembran con la paz el fruto de la justicia. (Santiago 3,13–18)
¿Y quién podrá haceros daño, si sois celosos del bien? De todos modos, si tuvierais que padecer por causa de la justicia, bienaventurados vosotros: No temáis ante sus intimidaciones, ni os inquietéis, sino glorificad a Cristo en vuestros corazones, siempre dispuestos a dar respuesta a todo el que os pida razón de vuestra esperanza; pero con mansedumbre y respeto, y teniendo limpia la conciencia, para que quienes calumnian vuestra buena conducta en Cristo, queden confundidos en aquello que os critican. Porque es mejor padecer por hacer el bien, si ésa es la voluntad de Dios, que por hacer el mal (1 San Pedro 3, 13–17).
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Señor mío y Dios mío, limpia mi mente, mis pensamientos, mi boca, mis palabras, mi corazón, mis sentimientos.
Purifica las obras de mis manos y de todo mi ser, para que pueda alabarte, adorarte y bendecir Tu nombre, en las pequeñas cosas de la vida.
Gobierna el timón de mi vida y jamás permitas que me separe de TÍ. Amén.
Señor, danos un corazón limpio, libre de las ataduras de las cosas del mundo. Que cada día nos lata con fuerza, imitando Tu misericordia, Tu oración, Tu mirada, Tu ternura.
Que podamos incluir en nuestra comunión, contigo, a los que no nos quieren, a los que no nos respetan, a los que nos atacan, a los que se mofan de nosotros por creer en TÍ. A los que nos persiguen y nos matan movidos por el odio esparcido por Satanás para apagar Tu obra.
Te pido, mi Señor, que sepa encajar este tiempo que vivo, con ojos de eternidad y corazón de fraternidad cristiana.
Que los escándalos que veo, los que se producen a mi alrededor, en los más cercanos y en los más lejanos, los de la Iglesia misma, no apague jamás el fuego de tu amor; oro en desagravio por ellos y asumo el pecado de la iglesia como mis propios pecados; por eso, Señor, estoy aquí de rodillas frente a tu cuerpo, sangre, alma y divinidad eterna, frente al Santísimo porque ya son demasiados los enfrentamientos que sufrimos los que Te amamos en nuestro día a día pero, más graves son aquellos que se dan dentro de Tu Iglesia, este cuerpo espiritual ligado a Tu Corazón Vivo entre nosotros. Tú, la piedra angular que dio paso a nuestra salvación.
Queremos construir Tu Reino en este mundo para abrirte las puertas como el Rey que Eres, Dueño de la Viña y de nuestra existencia. El único que da sentido a nuestras vidas, el Único que nos rescata en las caídas, eres el único amor de los amores, Tú Jesus, glorioso, Hijo obediente de Dios Padre, manso y humilde de corazón.
Enséñame a amar como Tú amas; a mirar como Tú miras; a perdonar como Tú personas.
Te ruego, Señor, que desates los nudos que siente mi alma al ver tanta división, tanto enfrentamiento, tanta falta de caridad; nudos que muchas veces, me he creado yo mismo al sobrecargarme con informaciones que han secuestrado mi paz y mi templanza.
Te pido perdón, Señor, cuántas horas habré perdido en asuntos que me hicieron daño, pensando de buena fe que buscaba la verdad y, me topé con posicionamientos que destruyeron mi confianza en la Iglesia; con personas que sin querer, se entretuvieron demasiado tiempo, en tratar de explicarme, el por qué de esta crisis eclesial.
No les juzgo, una tendencia muy lógica, por otro lado, tratar de explicar que de estos hechos, estos frutos y, es cierto, que los frutos de este Tiempo, Señor y, Tú lo sabes, no son buenos, al menos así lo siente mi corazón, al calor de la oración, pero, son demasiadas teorías, demasiadas cábalas, conceptos, demasiadas suposiciones y demasiada persistencia en la misma idea; ideas que el final hielan el alma por muy bien estudiadas o argumentadas que estén, porque la caridad, finalmente, muere de inanición, pero Tú no actúas así, mi dulce Jesús. Dios no se contradice. Dios es fiel y guarda siempre su Palabra, libra al pueblo de toda esclavitud y, posicionar nuestra mente y nuestro corazón en esa permanente denuncia, da como fruto un celo amargo que alimenta la desesperanza y la tristeza.
Tú, Señor, por mal que vayan las cosas en Tu Pueblo, no nos abandona, es Tu promesa, estarás con nosotros hasta la consumación de los tiempos y ningún mal pastor, ningún mal hermano o ningún perro mudo nos separará de Tu amor, ¡oh, Cristo sacramentado!, danos la gracia suficiente para celebrar la fe, alimentar la esperanza y vivir la caridad.
Ningún mal podrá eclipsar Tu amor, ¡oh, Cristo Rey!, no permitas que ningún pastor con su mal ejemplo perturbe nuestra paz y degrade nuestra confianza en Tu iglesia, pues necesitamos trabajar en ese cuerpo espiritual en comunión contigo; tampoco permitas que nos aparten de Ti y de Tu Iglesia, aquellos que están heridos con ella; oró por ellos para que sus heridas se curen y su fuego no sea violento, sino santo, que su celo no sea un celo amargo, si no según Tú, un celo pacificador, donde la luz, la gracia y la paz emana como una fuente de agua viva.
Que yo no pierda tanto tiempo en ver, escuchar o leer aquello que me daña el alma, en aquello que siembra desconfianza y desesperanza, pues todo lo que me has querido revelar, Señor, en este tiempo, ya lo he recibido y me lo has hecho ver por tu bondad.
Tú, Señor, me has abierto los ojos, me has hecho ver lo que antes no veía, me has mostrado mis pecados, en primer lugar, y luego los errores de tantos pastores que guían a Tu Iglesia; has salido a mi encuentro con la intención de no ser arrastrado por ellos y, de rezar por su conversión y, así ha sido.
Es doloroso caer en la cuenta de la impiedad de tantos fieles al recibir la Sagrada Comunión, de ver un Pueblo que en un gran porcentaje ya no está catequizado y, no siente ni muestre temor de Ti, Señor.
Me mostraste, también, otras comunidades y hermanos instalados en una protesta constante, enarbolando en su acción, estar en posesión de la verdad; instalados en una crítica permanente a lo que hace la Iglesia o deja de hacer, como celebra, o que ha dicho tal persona, o tal obispo, o si el papá es el Falso Profeta.
Aparentemente su centro es defender la verdad pero, al final, me di cuenta de que muchos de ellos estaban tan heridos como yo, antes de descubrir Tu rostro. Otros hermanos están instalados en un ritualismo en el que expresan su forma de amarte en la liturgia pero, están enfrentados a los que no practican ese mismo ritual; unos conciliares y otros preconciliares; posiciones de guerra interna, antes silenciosa y hoy abierta a la vista de todos los cristianos y el mundo, donde se reparten incluso, insultos, ataques a discreción entre conservadores y progresistas.
Perdónanos, Señor, qué pecado tan grande contra la caridad.
Me has enseñado, Señor, lo que es la herejía del modernismo y de sus efectos progresistas, con ideas neomarxistas repletas de otros anatemas que
pensábamos superados en la historia de la Iglesia y, que han vuelto con fuerza para devorarla por dentro, todas ellas contrarias a Tu doctrina, Señor. También, es doloroso como quieren algunos hacer de Tu Esposa, un mercado, una ong, o una logia de fraternidad masónica. Es lamentable, Señor, lamentable...
Bien sabes, Señor, que digerir toda esta realidad de golpe, me ha costado muchas lágrimas y desesperación espiritual pero, lo aprovechaste para coger mi mano y meterla en Tu costado abierto, porque era incrédulo y, ahora, creyente.
Nunca hasta hoy, he podido comprender ese misterio de iniquidad al que hacías referencia en Tu evangelio pero, Tú, Señor, que eres Bueno y Clemente, das a cada uno la parte de la cruz que puede sobrellevar, por eso Te doy las gracias, Señor, porque mucho más peso de realidad aplastaría mi ser y quedaría herida mi fe para siempre.
Por todo esto, no puedo creer que Tú Observes impasible estos males y desees que sus frutos arranque en el corazón de cuajo de tus hijos; no, Tú no actúas así, Señor, Tu Gracia es proporcional al grado de iniquidad y das a cada uno lo que puede soportar en esta prueba; por eso, hasta aquí, he podido comprender, más allá se abre el abismo.
No permitas que me caiga hacia el abismo, Señor y, evita de mi vida más dolor del que pueda soportar; por eso, no entiendo ya posicionamientos de otros hermanos que van más allá de lo que me has mostrado, la realidad de otras comunidades y otros cristianos me es completamente ajena, pues su naturaleza se codéa con el sensacionalismo apocalíptico y, se hermana con la conspiranoia, enrareciendo en demasía el misterio de Tu amor.
Me da miedo, Señor, que se haya extendido tanta desconfianza en la Iglesia, máxime cuando aún nadie ha cancelado Tus sacramentos, nadie ha arrancado las páginas de Tu evangelio, o del magisterio, por ahora.
Yo sé bien de Quién me he fiado, de Cristo, de Ti, Señor y, sé que igual que saliste a mi encuentro para mostrarme Tu rostro y convertirme, saldrás en el instante que la Iglesia auténtica se separe de una iglesia falsa y, sé que me mostrarás el camino hacia las catacumbas, si es necesario para salvar mi alma y la de mi prójimo.
Danos a todos mayor confianza en Ti y menos miedo a los lobos, pero también, danos templanza, Señor, para no perder el juicio de la razón de las cosas, de la realidad, así como no juzgar las intenciones de los hermanos, por malas que nos parezcan, eso quedará en Tus manos misericordiosas y justas.
Concédenos un celo santo que nos acreciente el amor a Tu Iglesia, el temor de Dios y una vida de piedad como Tú Te mereces, Señor.
Ayúdanos a no confundir el celo santo con el celo amargo; el celo es bueno pero, se puede volver vinagre, si solo observamos al pecado del hombre y de la Iglesia, sin ver más allá y sin reparación, es como el mejor de los vinos como no lo bebamos y no lo cuidemos, al final se vuelve vinagre por bueno que sea; lo mismo con el celo santo cuando lo invaden demasiadas dosis de pecado ajeno o propio, desalienta e hiela el alma.
El celo amargo es el alimento de la desesperanza; y la desesperanza es un pecado horrible por el que nuestra alma muere en vida; es la enemiga de la alegría cristiana, del agradecimiento y la bendición. Hay mucha diferencia entre esos dos celos, y solo el celo santo te lleva a la plenitud.
Yo mismo me he dado cuenta de esto. Sé bien de quién me he fiado, de Cristo; y, sabemos y creemos que Tú estás en Tu Iglesia, a pesar de todos los pecados de la vida, esto no es un acto de confianza, simplemente; es un acto de fe viva, creer esto es un don de Dios, un don para reconstruir el amor en la Iglesia y el mundo.
Hoy más que nunca hay que llenarse de gracia, de confianza plena en el Señor, consagrarse a su Madre Santísima, la Virgen María y, suscitar una conversión sincera del corazón.
Un vídeo rabiosamente de actualidad; que aborda, entre otros acontecimientos actuales, el viaje de Bergoglio a Irak, a través del cual el historiador establece un paralelismo histórico que anuncia la llegada del anticristo. El título: "Nimrod"; el primer dictador del mundo, predecesor del que está por aparecer.
IMPACTANTE VÍDEO QUE DEBERÍAN VER LOS SACERDOTES PARA DESPERTAR DE UNA VEZ
Muy recomendable que este vídeo sea compartido especialmente con los sacerdotes. En él vemos primeramente a un sacerdote reconociendo que actuaron mal, muy mal, y pide perdón a la gente, a los fieles, pero sobre todo, a Jesús Eucaristía. Ojalá que ese examen de conciencia sea fructífero en él y en muchos más sacerdotes.
La segunda parte del vídeo es CONMOVEDORA, porque son escenas de la película Romero, y vemos lo que sí ha de hacer un buen pastor, DAR LA VIDA POR SUS OVEJAS, amando más a Dios que a su propia vida.
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Sin embargo, para quienes les gusta estar entretenidos y ociosos, y sumergirse en un mundo irreal y dejarse llevar por la fantasía y la imaginación, para todos los que se sienten apasionados y seducidos por personajes o series de ficción, o por los ídolos que hoy ofrece el mundo, para todas las mentes esclavas de los medios de comunicación social actuales y sus entretenimientos, y para las mentes esclavas y partidarias de las políticas actuales que van contra las verdades de la fe, contra los mandatos de Dios, y hasta contra la propia naturaleza y el sentido común,
todo lo dicho acerca de las realidades espirituales verdaderas a ellos les parecen pura fantasía y algo absurdo, incluso dicen no tener tiempo para pensar en ello y consideran que todo lo afirmado son cosas de curas y monjas anticuados que aún creen en tonterías.
¡Qué paradoja! Al final, el que vive en el engaño no es consciente y cree que los demás están engañados; pero el que está en Cristo y en su verdad sabe discernir y descubrir el engaño.
Si después de todo lo que ya hemos explicado, aún hay quien prefiere seguir perdiendo el tiempo y dejar volar su imaginación para vivir su fantasía o la de cualquier otro autor de entretenimiento fantástico, aunque sea de origen supuestamente católico, exponiéndose a cualquier tipo de influencia carnal, mundana y demoníaca, para evadirse de la realidad; si aún hay quien decide exponer sus sentidos al terrible influjo de los medios de comunicación actuales cargados de mensajes contra Dios y Su Verdad y a favor de los enemigos de Dios, mensajes subliminales incluidos…
Es porque, entonces, aún no se ha entendido la trascendencia del tiempo que nos toca vivir, tiempo que corre presto y que no volverá, pero del que tendremos que dar cuenta ante el único tribunal que determinará nuestro futuro para toda la eternidad: el de Cristo Jesús (cf. 2ª Cor 5,10).
Deberíamos prestar mucha atención a aquellas palabras que San Pablo dirigió en su carta a los Efesios porque son perfectas para el momento actual:
“Mirad atentamente como vivís; que no sea como imprudentes, sino como prudentes; aprovechando bien el tiempo presente, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino comprended cuál es la voluntad del Señor.” (Ef 5, 15-17)
VER+:
Nosotros los católicos lo que esperamos de nuestros pastores es que nos faciliten y defiendan el derecho que como fieles tenemos a practicar el culto y a recibir los sacramentos.
Los Centros de Espiritualidad Ignaciana mantendrán el distanciamiento social y de protección higiénico-sanitaria
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Juan Carlos (Yanka)