NUNCA VOLVEREMOS A LA ANTIGUA NORMALIDAD
Porque descubrimos a muchas personas de nuestro entorno con un grave problema de fanatismo enfermizo por las versiones oficiales, que no quisieron escuchar a personas allegadas que se preocuparon de investigar y buscar la verdad, y prefirieron creer a los manipuladores de turno, gobierno y medios de desinformación. Su gran distracción durante el arresto domiciliario era señalar con su dedo acusador a quienes paseaban por la calle, tacharlos de asesinos, y aplaudir por el balcón al Nuevo Orden Mundial a las ocho de la tarde.
También descubrimos que quienes se suponen que deben proteger al ciudadano, no cuestionan ni una sola orden aunque esta sea ilegal o inconstitucional, con la frase mágica "yo solo cumplo órdenes" tienen carta blanca para hacer lo que les salga de las pelotas. Ellos se han convertido en la guardia personal de cualquier cuatrero que se dedique a la política. "Servir y proteger a la élite" es su nuevo lema.
Otros han colaborado de la peor manera, haciendo cumplir a los más inocentes e indefensos los crueles protocolos impuestos por las comunidades autónomas. ¿Obligar a los niños a hacer deporte con ese trapo apestoso respirando su propia porquería? ¿Tenerlos en pleno invierno desde las 8 de la mañana con las ventanas abiertas? Algunos, no todos, demostraron demasiada cobardía y paranoia enfermiza.
Otros obedecieron ciegamente los protocolos de sus jefes totalmente vendidos a esta dictadura sanitaria. Si lo dicen los protocolos se cumplen, aunque esté totalmente en contra, pero el prestigio egóico cuesta mucho conseguirlo como para tirarlo a la basura por hacer lo moralmente correcto. Estos mismos son los que están siendo denunciados por personas que han tenido serios efectos adversos por la inoculación de sustancias experimentales, y cuya respuesta ha sido "nadie te obligó", después de una campaña mediática brutal de presión y terror. Pero no importa, siempre nos quedará un buen baile de tiktok en hospitales completamente vacíos.
Otros demostraron gran cobardía por el miedo a una multa, multas que ya el Tribunal Constitucional declaró ilegales como todas las medidas tiránicas que impusieron. Muchos los defendimos y apoyamos cuando no les dejaban abrir sus negocios, ¿y como lo agradecieron?, colaborando con la dictadura del pasaporte nazitario, también ilegal, y prohibiéndonos la entrada a quienes no lo teníamos, y aunque lo hubiéramos tenido, no enseñaríamos un documento médico privado a un profesional de la gastronomía, ¿estamos locos o qué? La ruina que tienen hoy es la que se han ganado, la obediencia ciega tiene un precio.
Es por esto que nunca volveremos a la antigua normalidad, porque estos dos últimos años nos ha mostrado la verdadera cara de mucha gente que nos rodea, y descubrimos que estábamos rodeados de cobardes, fanáticos, esclavos consentidos, traidores, vendidos, hipocondríacos, paranoicos y aduladores de sus carceleros. Lo siento, pero así lo han vivido muchas personas y otras personas a las qué he tenido el placer de conocer, los míos y lo he vivido yo en estos apocalípticos tiempos que corren.
Rescatamos esta recopilación como dedicatoria a todos los hijos de satanás que en el día de hoy han alzado la voz contra “la cultura del odio y las cacerías inhumanas”.
Con el pasar del tiempo, vuestro terrorismo informativo está quedando todavía más en evidencia.
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Gracias amig@ de la palabra amiga.
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Juan Carlos (Yanka)