sábado, 16 de octubre de 2021

LIBRO "LA RUTA DEL ODIO": 100 RESPUESTAS CLAVE SOBRE EL TERRORISMO 👿💀💣👿


100 RESPUESTAS 
CLAVE SOBRE 
EL TERRORISMO

FERNANDO JOSÉ VAQUERO OROQUIETA

La existencia del terrorismo suscita muchas preguntas en la sociedad actual. Este libro responde a las 100 incógnitas más importantes, pretendiendo responder con sencillez y claridad; desde la lógica, el sentido común y las informaciones contrastadas. Y todo ello, con los ojos, la cabeza y el corazón puestos en la situación española en su encrucijada actual. Una de las conclusiones del libro, a la que pronto llegará el lector, es la siguiente: el terrorismo moderno nace en el siglo XIX alimentado por el nihilismo/anarquismo, el nacionalismo extremo y el marxismo revolucionario. Ya en el siglo XX alcanzará categoría de «ciencia» de la mano del marxismo-leninismo. Por último, y gracias a la globalización, su alcance se ha hecho universal; circunstancia que augura que la imagen de Osama Bin Laden y la amenaza del yihadismo, junto a otras expresiones terroristas, sin duda, nos acompañarán durante muchos años.

"La ruta del odio" pone en contexto lo que conocemos sobre el terrorismo y ayuda a responder muchas preguntas. ¿Cómo son, por qué hacen lo que hacen, qué filosofías hay detrás, desde cuándo operan, qué manuales siguen? ¿Hay diferencias entre unos y otros? ¿Qué pasó antes de la Guerra Civil? ¿Qué es el terrorismo de Estado? ¿Todos los grupos terroristas buscan generar represión para alimentarse? ¿Es terrorismo el vandalismo de kale borroka que estamos viviendo en los últimos años? ¿Qué relación hay entre el islam y el terrorismo yihadista?
Este libro nos permite examinar un fenómeno que marca la historia reciente desde el siglo XIX, y con raíces incluso anteriores, diseccionado clínica (casi entomológicamente) con abundante soporte para profundizar en todas las oscuras esquinas de esta plaga pasada, actual y (desgraciadamente) futura, y no quedarse en simplificaciones. Y tratándose de una edición revisada y actualizada, hemos tenido muy presentes diversos los nuevos episodios desde tan lacerante perspectiva: el cese de la actividad terrorista de ETA, la brutal eclosión de Estado Islámico (ISIS o Dáesh), el despunte de las denominadas «guerras híbridas», la furia letal de los siempre sorpresivos «lobos solitarios»…
Ante la proliferación de estudios sobre el terrorismo de muy variado cariz e intención, en ocasiones desde la más inmoral de las equidistancias, este volumen ofrece una guía sintética, pero profunda, de un panorama poliédrico juzgado tantas veces desde el prejuicio, el desconocimiento o la pura conveniencia política.

Define Oroquieta el terrorismo (p. 30) como “el empleo por parte de un grupo clandestino jerarquizado, subnacional o transnacional, de una violencia indiscriminada, como principal instrumento coactivo para la extensión de un régimen de terror y la difusión de su propaganda entre amplios sectores sociales, al servicio de los objetivos políticos derivados de su ideología”.
Además, el terrorismo, a veces, es considerado como un sucedáneo de la religión. Así se pregunta el autor del libro para acabar reconociendo que, al fin y al cabo, eso es difícil de entenderlo así porque si cualquiera religión se fundamenta en la realidad de aclamarse a Dios porque el hombre se considera de una naturaleza inferior a la del Creador, “para el terrorismo, por el contrario y al igual que muchas corrientes filosóficas hoy dominantes, el hombre todo lo puede” (p. 49) porque, al fin y al cabo, resulta difícil entender que lo religioso tenga que ver con el terrorismo sino, en todo caso y cuando eso pueda pasar (caso del yihadismo) se trata de una perversión del sentido que de lo religioso tienen algunas personas.

Así, por ejemplo, es bien cierto que frente a la pretensión de dejar de atribuir al terrorismo algún tipo de lógica es más verdad lo contrario o, lo que es lo mismo, que “los terroristas sí siguen una ‘lógica interna’ muy coherente dictada por un cálculo de coste/beneficio y con el soporte que proporciona el análisis de la realidad asentada en una ‘cosmovisión’ total”. Por eso es tan importante luchar contra tal visión de las cosas que deja de tener en cuenta a los seres humanos como lo que son y los trata como meros peones de su dolorosa partida de perverso ajedrez.
Por otra parte, el odio se acaba asumiendo por aquellos grupos cerrados, sectarios, que se conforman a los dictados de sus líderes. Tal cosa pasa con el terrorismo en los que “crece la percepción popular de que los grupos terroristas son verdaderas sectas, lo que se deduce del fanatismo que exhiben los militantes de tales grupos” (p. 102). Así la ruta del odio tiene un origen claro que, luego, tiene un recorrido de sangre claro y bien delimitado.

Pero el odio y la ruta que ha ido recorriendo a lo largo de la historia terrorista, no es algo con lo que se nazca sino que, al contrario, “No existe, por tanto, una predisposición fatal y ‘genética’ al terrorismo” (p. 144) sino que es el individuo el que se alinea con tales posiciones políticas exacerbadas.
Por otra parte, se duele (con razón) Vaquero Oroquieta del silencio y del olvido, que, durante décadas, a los que fueron sometidas las víctimas del terrorismo. Por eso “costo años en invertir esta auténtica perversión social. Y fueron los supervivientes de los atentados y sus familiares quienes lideraron – ante la indiferencia de los poderes públicos y de buena parte de la sociedad- ese movimiento reparador” (p. 168).
También se adentra el autor de “La ruta del odio” en la historia del terrorismo (Capítulo VII) que es la expresión, precisamente, del camino que ha seguido el Mal aprovechándose de los egoísmos de los seres humanos y de las sinrazones que han fundamentado sus actuaciones.

Por abundar en una realidad como es la terrorista, el Islam y el terrorismo (Capítulo CVIII) es tratado en el libro como lo que es y que pone en palabras del entonces cardenal Ratzinger cuando dijo que “La instrumentación de las energías religiosas en función de la política es algo muy cercano sin duda a la tradición islámica. En consonancia con esto, se ha desarrollado, en relación con el fenómeno de la resistencia palestina, una interpretación revolucionaria del Islam que roza la teología cristiana de la liberación, y que la hecho con facilidad una mezcla del terrorismo occidental, inspirado por el marxismo, y el islámico” (p. 237).
Además, por supuesto Oroquieta dedica unas buenas (por el análisis) páginas a ETA y a los GRAPO como realidades terroristas españolas. Así, se pregunta si ETA nació en un seminario (p. 272) y si quiénes fueron los GRAPO (p. 277) y, sobre todo, cuáles fueron las razones que hicieron que los terroristas etarras acabaran teniendo un arraigo social que no alcanzaron los segundos. Por eso dice que son “un movimiento social vivo alimentado por el nacionalismo preexistente; y un Estado en buena medida inhibido, lo que le ha facilitado el desarrollo de unos espacios propios en la vida pública” (p. 282).

Por todo lo dicho hasta ahora, “la sociedad civil tiene que hacer oír su voz cuando sufre cualquier tipo de agresión, y debe participar en política a través de los cauces legales establecidos” (p. 354). Pero es que, además, “sólo es posible un camino para las sociedades modernas retadas por terrorismo. Que no es otro que el marcado por una lucha sin desmayo contra todas sus formas, con una decidida voluntad de victoria desde valores firmes, con la esperanza en un posible cambio personal de los terroristas, suscitado por encuentros rehuminazadores, siempre apoyado en los recursos lícitos del Estado de derecho y los imprescindibles instrumentos de la cooperación internacional. Para derrotar al terrorismo, para desterrar al odio” (p.390).
Y acaba con un “Amén” que dice mucho del sentido que ha querido darle a su libro. En realidad Vaquero Oroquieta no ha mostrado odio alguno en las más de 400 páginas que ha escrito sino, al contrario, una aportación serena a la comprensión del terrorismo. Y eso, dadas las circunstancias, no es poca cosa sino, al contrario, una muy importante y necesaria forma de comportarse.

No puedo dejar de mencionar los cuatro Apéndices que nos regalado el autor del libro. Así, por ejemplo el dedicado a relacionar 100 títulos en castellano de libros escritos sobre el terrorismo; relación de 100 efemérides relacionadas con actos terroristas y que, muy justamente, dice que son para la ignominia; relación de 100 organizaciones terroristas que muestra hasta qué punto deberíamos preocuparnos por el terrorismo y, por último, relación de 100 direcciones sobre terrorismo en internet.

Por eso, según lo aquí apuntado, el libro de don Fernando J. Vaquero Oroquieta vale la pena ser leído porque puede ser una vacuna importante para ciertos pensamientos escasamente exigentes con el terrorismo.

Y ya para terminar, cuando se lee un libro con intención de decir algo sobre el mismo, se debe hacer una recomendación de a qué tipo de personas puede ir dirigido. En este caso particular deberían ser las siguientes:
  • Para todas aquellas personas que quieren tener un conocimiento certero de la verdad sobre el terrorismo.
  • Para todas aquellas personas que quieren saber todo lo relacionado con el fenómeno terrible del terrorismo.
  • Para todas aquellas personas que quieran responderse las razones de existencia del terrorismo.
  • Para todas aquellas personas que quieran conocer si el terrorismo tiene futuro como terrorífica acción o no lo tiene.
  • Para todas aquellas personas que, al fin y al cabo, no se quieran abandonar a la desazón ante el terrorismo
Projusticia. Presentación del libro "La ruta del odio" de Fernando Vaquero.

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