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El lado oscuro de la revolución genética
Lamentablemente, hasta la fecha*, tanto los políticos como los expertos militares y los medios de comunicación han soslayado una realidad mucho más inquietante, que es la raíz de los nuevos temores sobre el bioterrorismo: la nueva información genómica que se está descubriendo y utilizando para la ingeniería genética comercial en los ámbitos de la agricultura, la cría de ganado y la medicina se puede emplear para desarrollar una amplia gama de nuevos agentes patógenos susceptibles de atacar a la población vegetal, animal y humana.
Además, a diferencia de las bombas nucleares, los materiales y las herramientas necesarios para crear agentes de guerra biológica son asequibles y baratos, motivo por el cual este tipo de arma a menudo se denomina la 'bomba nuclear del pobre'. Por menos de dos millones de pesetas se podría construir y poner en marcha un laboratorio biológico de última generación con unos equipos que se pueden comprar en cualquier tienda de tecnología e instalar en una habitación de sólo 4,5 por 4,5 metros. En realidad, todo lo que hace falta es un fermentador de cerveza, un cultivo de base proteínica, prendas plásticas y una máscara de gas.
Igualmente aterrador es el hecho de que miles de alumnos de posgrado que investigan en laboratorios de todo el mundo tengan conocimientos suficientes sobre el uso rudimentario de la tecnología de recombinación del ADN y de clonación como para diseñar y producir en masa este tipo de armas.
La guerra biológica implica el uso de organismos vivos para fines militares. Las armas biológicas pueden contener virus, bacterias, hongos, rickettsias y protozoos. Los agentes biológicos pueden mutarse, reproducirse, multiplicarse y propagarse por un extenso terreno geográfico, y se transmiten a través del viento, el agua, los insectos, animales y seres humanos. Una vez liberados, muchos agentes patógenos biológicos son capaces de desarrollar nichos viables y mantenerse infinitamente en el medio. Entre los agentes biológicos convencionales se incluye la Yersinia pestis, la tularemia, la fiebre del Valle Rift, la Coxiella burnetti (fiebre Q), la encefalitis equina oriental, el ántrax y la viruela.
Las armas biológicas nunca se han utilizado ampliamente por el peligro y los gastos que conlleva procesar y almacenar grandes volúmenes de materiales tóxicos, y por la dificultad de controlar la diseminación de los agentes biológicos. Sin embargo, los avances en las tecnologías de ingeniería genética durante la última década han hecho que la guerra biológica sea viable por primera vez.
Hay muchos modos de crear 'armas de diseño' de ADN recombinante. Es posible usar las nuevas tecnologías para programar genes en microorganismos infecciosos y aumentar así su resistencia a los antibióticos, su virulencia y su estabilidad medioambiental. Se pueden insertar en microorganismos genes que afecten a las funciones reguladoras que controlan el estado de ánimo, el comportamiento y la temperatura corporal. Los científicos afirman que podrían ser capaces de clonar toxinas selectivas para eliminar algunos grupos raciales o étnicos en concreto, cuya configuración genotípica los predispone a determinados patrones de enfermedad. La ingeniería genética también puede ser utilizada para destruir determinadas cepas o especies de plantas agrícolas o animales domésticos si el objetivo consiste en paralizar la economía de un país.
Las nuevas tecnologías de ingeniería genética proporcionan una forma versátil de armamento utilizable para una amplia gama de fines militares: desde actividades terroristas y operaciones contra insurrecciones hasta la guerra a gran escala dirigida contra poblaciones completas.
La mayoría de los Gobiernos, incluido el de EE UU, alegan que su trabajo en materia de guerra biológica es sólo de naturaleza defensiva, y subrayan que el actual Tratado sobre Armas Biológicas permite la investigación defensiva. Con todo, la mayoría reconoce que en este campo es prácticamente imposible distinguir entre investigación defensiva y ofensiva. Hace unos años, Robert L. Sinsheimer, conocido biofísico y ex rector de la Universidad deCalifornia en Santa Cruz, señaló en el Bulletin of Atomic Scientists que, dada la naturaleza de este tipo de experimentación concreta, no hay ningún modo adecuado de distinguir entre usos pacíficos y usos militares de las toxinas mortales.
El exhaustivo estudio desarrollado por el Stokolm International Peace Research Institute sobre guerra química y biológica concuerda con la valoración hecha por Sinsheimer, y extrae la conclusión de que 'algunas formas comunes de producción de vacunas están técnicamente muy cerca de la producción de agentes de guerra biológica, por lo que ofrecen la posibilidad de convertirlas fácilmente'.
Por consiguiente, el futuro de la actual Convención sobre Armas Biológicas se encuentra gravemente comprometido, aunque no se aborde la cuestión de la verificación y el cumplimiento. Los observadores militares profesionales no muestran mucho optimismo sobre la posibilidad de mantener la revolución genética fuera del alcance de los planificadores de la guerra. Como herramienta de destrucción masiva, el armamento genético rivaliza con el armamento nuclear, y se puede desarrollar por una mínima parte de su coste. Por sí solos, estos dos factores hacen de la tecnología genética el arma ideal del futuro.
Cuando se supo que Irak amontonaba cantidades ingentes de agentes patógenos para la guerra, y que se preparaba para utilizarlos durante la guerra del Golfo, el interés del Pentágono por la investigación defensiva se vio renovado para intentar contrarrestar la perspectiva de una escalada en la carrera del armamento biológico. El Gobierno de Sadam Husein había preparado lo que denominaba el 'gran igualador', un arsenal de 25 cabezas de misiles que portaban aproximadamente 5.000 kilos de agentes biológicos, incluidos algunos mortales, como la toxina del botulismo y los gérmenes de ántrax. Se habían colocado otros 15.000 kilos de agentes patógenos en bombas susceptibles de ser lanzadas desde aviones militares. Si se hubieran desplegado los agentes de la guerra patógena, las consecuencias habrían sido tan catastróficas como las presenciadas en Hiroshima y Nagasaki tras el lanzamiento de las bombas atómicas en 1945. Para hacernos una idea del posible daño que podría haberse infligido, comparemos el arsenal iraquí con las conclusiones de un estudio realizado por el Gobierno de Estados Unidos en 1993: sólo con liberar 90 kilos de esporas de ántrax desde un avión sobre Washington DC se podrían matar hasta tres millones de personas.
Irak no es el único interesado en desarrollar una nueva generación de armas biológicas. En un estudio de 1995, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) informó de que sospechaba que 17 países investigaban y almacenaban agentes de guerra patógena. Estas naciones son Irak, Irán, Libia, Siria, Corea del Norte, Taiwan, Israel, Egipto, Vietnam, Laos, Cuba, Bulgaria, India, Corea del Sur, Suráfrica, China y Rusia.
Es probable que, a medida que el conocimiento sobre la manipulación de genes vaya siendo más complejo y accesible, la próxima generación se vea atrapada en una nueva carrera de armas biológicas mortales. El aumento de los experimentos con armas genéticas de diseño en los laboratorios de todo el mundo, tanto para fines ofensivos como para investigación de defensa, aumenta las probabilidades de que se liberen accidentalmente. No hay ningún laboratorio, por muy controlado y seguro que sea, que esté a prueba de fallos. Los desastres naturales, como incendios e inundaciones, así como los fallos en los sistemas de seguridad, son posibles y no hay manera de prevenirlos. Y es igualmente probable que los terroristas y delincuentes acudan a las nuevas armas genéticas para difundir el miedo y el caos para imponer a la sociedad el cumplimiento de sus exigencias.
En el siglo XX, la ciencia moderna llegó a su cima con la división del átomo, seguida poco después por el descubrimiento de la doble hélice del ADN. El primer descubrimiento llevó inmediatamente al desarrollo de la bomba atómica, que hizo que -por primera vez en la historia- la humanidad reflexionara sobre la posibilidad del fin de su futuro sobre la Tierra. Ahora, un número cada vez mayor de observadores militares se preguntan si el otro gran avance científico de nuestro tiempo se utilizará en breve de forma similar, y supondrá una amenaza parecida para nuestra existencia como especie.
Dentro de unas semanas, 143 naciones se reunirán en Ginebra para revisar la Convención sobre Armas Biológicas de 1972, un tratado que pretende 'prohibir el desarrollo, producción y almacenaje de armas biológicas y de toxinas'. Los Gobiernos se han estado reuniendo durante los últimos seis años para intentar concretar los términos del tratado. La cuestión estriba en cómo verificar la presencia de armas biológicas y hacer cumplir los protocolos del tratado.
Los negociadores que se reunirán el próximo noviembre en Ginebra, entre los que habrá representantes estadounidenses, tienen que entender la posible gravedad de la situación y actuar en consecuencia. En primer lugar, tienen que abordar la grave ambigüedad del actual tratado, que permite a los Gobiernos desarrollar investigaciones defensivas cuando, de hecho, gran parte de esas investigaciones pueden reconvertirse para fines ofensivos. En segundo lugar, no deben permitir que el interés de las compañías estadounidenses y de otras empresas de biotecnología de todo el mundo en proteger los secretos e información comerciales hagan fracasar los protocolos diseñados para verificar y hacer cumplir las disposiciones de la Convención sobre Armas Biológicas. Es hora de ponerse duro y hacer lo que se debe. Cabría pensar que el bienestar de la civilización humana es más importante que los intereses localistas de un puñado de empresas dedicadas a la ciencia de la vida.
Jeremy Rifkin es autor de "El siglo de la biotecnología" (Grijalbo / Mondadori, 1999) y presidente de la Foundation on Economic Trends de Washington DC.
* Este artículo apareció en la edición impresa del viernes, 05 de octubre de 2001.
EL SIGLO DE LA BIOTECNOLOGI... by Nuevo Milenio Centro Copiado
27 Razones por las que toda persona debe negarse
y resistirse a recibir la vacuna Covid-19
- NO hay necesidad de vacunas globales (la tasa de supervivencia es del 99% y la tasa de mortalidad del 0,24%%)
- Es tecnología modificada genéticamente (ARNm y ADNr) nunca antes utilizada en humanos,
- tecnología similar utilizada en el desarrollo de armas biológicas
- Son empresas de vacunas financiadas por el Departamento de Defensa, DARPA, DTRA/en colaboración con China
- Militares chinos están vinculados a EE.UU. en la investigación y desarrollo de vacunas
- La mayoría de las empresas de vacunas fueron investigadas por fraude o delitos
- Las vacunas no pasaron por los protocolos de prueba adecuados y no son seguras
- Las vacunas tienen ingredientes “patentados” no revelados
- Las vacunas se utilizarán para una rápida despoblación mundial
- Las vacunas utilizan plataformas de ARNm de insectos, mamíferos o plantas
- El ADN original será alterado, lo que provocará mutaciones, cánceres, etc.
- Las vacunas pueden causar graves efectos secundarios y la muerte de millones de personas
- Las vacunas darán paso al transhumanismo (fusión de la tecnología con los humanos)
- Tienen Capacidades para modificar genéticamente la composición sexual humana
- Todas las compañías de vacunas son parte de la Agenda 2030/El Gran Reajuste
- Los fabricantes de vacunas están legalmente exentos de toda responsabilidad
- Las vacunas son potencialmente citotóxicas (daño o muerte celular)
- La contaminación de los materiales sintéticos fabricados por el hombre perturba la función celular
- Habrá Reprogramación forzosa de las funciones del cuerpo humano a través de la tecnología del ARNm
- Sobreestimulación del sistema inmunitario
- Modificación del gen racial (posible exterminio de ciertas razas)
- Reacciones inmunitarias patológicas peligrosas
- Modificaciones del comportamiento y del estado de ánimo
- Los receptores de la vacuna serán rastreados durante 2 años por la Operación Velocidad Warp
- Serán conectados a la identificación digital para la vigilancia global
- y a la sincronización con la inteligencia artificial a través de la Nanotecnología
- La estabilidad en el almacenamiento y dispensación de la vacuna es cuestionable
LAS PROFECÍAS DE JUAN DE JERUSALÉN
VEO Y CONOZCO
Mis ojos descubren en el cielo lo que será, y atravieso el tiempo de un solo paso. Una mano me guía hacia lo que ni veis ni conocéis. Mil años habrán pasado y Jerusalén ya no será la ciudad de los cruzados de Cristo. La arena habrá enterrado bajo sus granos todas las murallas de nuestros castillos, todas nuestras armaduras y todos nuestros huesos. Habrá sofocado nuestras voces y nuestras plegarias.
Los cristianos venidos de lejos en peregrinación, allí donde estaban sus derechos y su ley, no osarán acercarse al sepulcro y a las reliquias si no es escoltado por los caballeros judíos, que tendrán aquí, como si Cristo no hubiera sufrido en la cruz, su Reino y su Templo. Los infieles serán una multitud innumerable que se extenderá por todas partes y su fe resonará como un tambor de un confín al otro de la tierra.
Veo la inmensidad de la tierra. Continentes que Herodoto no nombró sino en sueños se añadirán más allá de los grandes bosques de los que habla Tácito y en el lejano final de mares ilimitados que empiezan después de las columnas de Hércules.
Mil años habrán pasado desde el tiempo en que vivimos, y los fondos de todo el mundo se habrán convertido en grandes reinos y vastos imperios. Guerras tan numerosas como las mallas de la cota que llevan los caballeros de la orden se entrelazaran, desharán los reinos y los imperios y tejerán otros. Y los siervos, los villanos, los pobres sin hogar se sublevaran mil veces, harán arder las cosechas, los castillos y las villas, hasta que se les queme vivos y se obligue a los supervivientes a volver a sus cubiles. Se habrán creído reyes.
Mil años habrán pasado y el hombre habrá conquistado el fondo de los mares y de los cielos, y será como una estrella en el firmamento. Habrá adquirido el poder del sol y se creerá dios, construyendo sobre la inmensidad de la tierra mil torres de babel. Habrá edificado muros sobre las ruinas de los que levantaron los emperadores de Roma y éstos separarán una vez más las legiones de las tribus bárbaras.
Más allá de los grandes bosques habrá un imperio. Cuando caigan los muros, el imperio no será más que agua cenagosa. Las gentes se mezclarán una vez más. Entonces empezará el año mil que sigue al año mil.
VEO Y CONOZCO LO QUE SERÁ. SOY EL ESCRIBA.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el hombre estará frente a la entrada sombría de un laberinto oscuro. Y al fondo de esa noche en la que va a internarse, veo los ojos del Minotauro. Guárdate de su furor cruel, tú que vivirás en el año mil que sigue al año mil.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el oro estará en la sangre. El que contemple el cielo contará denarios; el que entre en el templo encontrará mercaderes; los mandatarios serán cambistas y usureros; La espada defenderá la serpiente. Pero el fuego será latente, todas las ciudades serán Sodoma y Gomorra y los hijos de los hijos se convertirán en la nube ardiente; ellos alcanzarán los viejos estandartes.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el hombre habrá poblado los cielos y la tierra y los mares con sus criaturas; mandará, pretenderá los poderes de Dios, no conocerá límite. Pero todas las cosas se sublevarán; titubeará como un rey borracho; galopará como un caballero ciego y a golpes de espuela internará a su montura en el bosque; al final del camino estará el abismo.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, se erigirán torres de Babel en todos los puntos de la tierra, en Roma y en Bizancio; los campos se vaciarán; no habrá más ley que mirar por uno mismo y por los propios. Pero los bárbaros estarán en la ciudad; ya no habrá pan para todos y los juegos no serán suficientes; entonces, las gentes sin futuro provocarán grandes incendios.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el hambre oprimirá el vientre de tantos hombres y el frío aterirá tantas manos, que estos querrán ver otro mundo y vendrán mercaderes de ilusiones que ofrecerán el veneno. Pero éste destruirá los cuerpos y pudrirá las almas; y aquellos que hayan mezclado el veneno con su sangre serán como bestias salvajes cogidas en una trampa, y matarán y violarán y despojarán y robarán, y la vida será un Apocalipsis cotidiano.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, todos intentarán disfrutar tanto como puedan; el hombre repudiará a su esposa tantas veces como se case y la mujer irá por los caminos umbríos tomando al que le plazca, dando a luz sin poner el nombre del padre. Pero ningún maestro guiará al niño y cada uno estará solo entre los demás; la tradición se perderá; la ley será olvidada como si no se hubiera anunciado y el hombre volverá a ser salvaje.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el padre buscará el placer en su hija, el hombre en el hombre, la mujer en la mujer, el viejo en el niño impúber, y eso será a los ojos de todos. Pero la sangre se hará impura; el mal se extenderá de lecho en lecho; el cuerpo acogerá todas las podredumbres de la tierra, los rostros serán consumidos, los miembros, descarnados; el amor será una peligrosa amenaza para aquellos que se conozcan sólo por la carne.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, aquel que hable de promesas y de ley no será oído; el que predique la fe de Cristo perderá su voz en el desierto. Pero por todas partes se extenderán las aguas poderosas de las religiones infieles; falsos mesías reunirán a los hombres ciegos. Y el infiel armado será como nunca había sido; hablará de justicia y de derecho y su fe será de sangre y fuego; se vengará de la cruzada.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el fragor de la muerte provocada avanzará como la tormenta sobre la tierra; los bárbaros se mezclarán con los soldados de las últimas legiones; los infieles vivirán en el corazón de las ciudades santas; todos serán, por turnos, bárbaros, infieles y salvajes. No habrá órdenes ni normas; el odio se extenderá como la llama en el bosque seco; los bárbaros masacrarán a los soldados; los infieles degollarán a los creyentes; el salvajismo será cosa de cada uno y de todos, y las ciudades morirán.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, los hombres se juzgarán entre ellos según sean su sangre y su fe; nadie escuchará el corazón sufriente de los niños; se les echará del nido como los pájaros a sus crías; y nadie podrá protegerlos de la mano armada con guantelete. El odio inundará las tierras que se creían pacificadas. Y nadie se librará, ni los viejos ni los heridos; las casas serán destruidas o robadas; los unos se apoderarán del lugar de los otros; todos cerrarán los ojos para no ver a las mujeres violadas.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, todos sabrán lo que ocurre en todos los lugares de la tierra: se verá al niño cuyos huesos están marcados en la piel y al que tiene los ojos cubiertos de moscas, Y al que se da caza como a las ratas. Pero el hombre que lo vea volverá la cabeza, pues no se preocupará sino de sí mismo; dará un puñado de granos como limosna, mientras que el dormirá sobre sacos llenos. Y lo que dé con una mano recogerá con la otra.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el hombre comerciará con todo; todas las cosas tendrán precio, el árbol, el agua y el animal; nada más será realmente dado y todo será vendido. Pero el hombre entonces no valdrá más que su peso en carne; se comerciará con su cuerpo como los canales de ganado; tomarán su ojo y su corazón; nada será sagrado, ni su vida ni su alma, se disputarán sus despojos y su sangre como si se tratara de una carroña.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el hombre habrá cambiado la faz de la tierra; se proclamará el señor y el soberano de los bosques y de las manadas; habrá surcado el sol y el cielo y trazará caminos en los ríos y en los mares. Pero la tierra estará desnuda y será estéril, el aire quemará y el agua será fétida; la vida se marchitará porque el hombre agotará las riquezas del mundo. Y el hombre estará solo como un lobo en el odio de sí mismo.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, los niños también serán vendidos; algunos se servirán de ellos como de muñecos para disfrutar de su piel joven; otros los tratarán como a animales serviles. Se olvidará la debilidad sagrada del niño y su ministerio; será como un potro que se doma, como un cordero que se sangra, que se sacrifica. Y el hombre no será más que barbarie.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, la mirada y el espíritu de los hombres serán prisioneros; estarán ebrios y no lo sabrán; tomarán las imágenes y los reflejos por la verdad del mundo; se hará con ellos lo que se hace con un cordero. Entonces vendrán los carniceros; los rapaces los agruparán en rebaños para guiarlos hacia el abismo y levantar a los unos contra los otros; se les matará para tomar su lana y su piel y el hombre que sobreviva será despojado de su alma.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, reinarán los soberanos sin fe; mandarán sobre multitudes humanas inocentes y pasivas; esconderán sus rostros y guardarán en secreto su nombre y sus fortalezas estarán perdidas en los bosques. Pero ellos decidirán la suerte de todo y de todos; nadie participará en las asambleas de su orden; todos serán siervos pero se creerán hombres libres y caballeros; sólo se levantarán los de las ciudades salvajes y las creencias heréticas, pero también serán vencidos y quemados vivos.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, los hombres serán tan numerosos sobre la tierra que parecerán un hormiguero en el que alguien clavara un bastón; se moverán inquietos y la muerte los aplastará con el talón como a insectos enloquecidos. Grandes movimientos los enfrentarán unos contra otros; las pieles oscuras se mezclarán con las pieles blancas; la fe de Cristo con la del infiel; algunos predicarán la paz concertada pero por todo el mundo habrá guerras de tribus enemigas.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, los hombres querrán franquear las murallas; la madre tendrá el pelo gris de una vieja; el camino de la naturaleza será abandonado y las familias serán como granos separados que nada puede unir. Será, pues, otro mundo; todos errarán sin vínculos, como los caballos desbocados corriendo en todas direcciones sin guía; desgraciado del caballero que cabalgue esa montura; carecerá de estribos y se precipitará en la zanja.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, los hombres no confiarán en la ley de Dios, sino que querrán guiar su vida como a una montura; querrán elegir a sus hijos en el vientre de sus mujeres y matarán a aquellos que no deseen. Pero ¿qué será de estos hombres que se creen Dios? Los poderosos se apropiarán de las mejores tierras y las mujeres más bellas; los pobres y los débiles serán ganado; los poblachos se convertirán en plazas fuertes; el miedo invadirá los corazones como un veneno.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, habrá surgido un orden negro y secreto; su ley será el odio y su arma, el veneno; deseará siempre más oro y se extenderá su reino por toda la tierra, y sus servidores estarán unidos entre ellos por un beso de sangre. Los hombres justos y los débiles acatarán su regla. Los poderosos se pondrán a sus servicios. La única ley será la que dicte en las sombras; venderá el veneno aun dentro de las iglesias. Y el mundo avanzará con ese escorpión bajo el pie.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, muchos hombres permanecerán sentados con los brazos cruzados, se irán sin saber adónde, con los ojos vacíos, pues no tendrán forja en la que batir el metal, ni campo que cultivar. Serán como la simiente que no puede echar raíces. Errantes y empobrecidos; los más jóvenes y los más viejos, a menudo sin hogar. Su única salvación será la guerra y combatirán entre ellos, y odiarán su vida.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, las enfermedades del agua, del cielo y de la tierra atacarán al hombre y le amenazarán; querrá hacer nacer lo que ha destruido y proteger su entorno; tendrá miedo de los días futuros. Pero será demasiado tarde; el desierto devorará la tierra y el agua será cada vez más profunda, y algunos días se desbordará, llevándose todo por delante como un diluvio, y al día siguiente la tierra carecerá de ella y el aire consumirá los cuerpos más débiles.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, la tierra temblará en muchos lugares y las ciudades se hundirán; todo lo que se haya construido sin escuchar a los sabios será amenazado y destruido; el lodo hundirá los pueblos y el suelo se abrirá bajo los palacios. El hombre se obstinará porque el orgullo es su locura; no escuchará las advertencias repetidas de la tierra, pero el incendio destruirá las nuevas Romas y, entre los escombros acumulados, los pobres y los bárbaros, a pesar de las legiones, saquearán las riquezas abandonadas.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el sol quemará la tierra; el aire ya no será velo que protege del fuego. No será más que una cortina agujereada y la luz ardiente consumirá las pieles y los ojos. El mar se alzará como agua enfurecida; las ciudades y las riberas quedarán inundadas y continentes enteros desaparecerán; los hombres se refugiarán en las alturas y olvidando lo ocurrido, iniciarán la reconstrucción.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, los hombres sabrán hacer realidad los espejismos; los sentidos serán engañados y creerán tocar lo que no existe; seguirán caminos que solo los ojos verán y el sueño podrá hacerse realidad. Pero el hombre ya no sabrá distinguir entre lo que es y lo que no es. Se perderá en falsos laberintos; los que consigan dar vida a los espejismos se burlarán del hombre pueril, engañándole. Y muchos hombres se convertirán en perros rastreros.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, los animales que Noé embarcó en su arca no serán, entre las manos del hombre, más que bestias transformadas según su voluntad; y, ¿quién se preocupará de su sufrimiento vital? El hombre habrá hecho de cada animal lo que habrá querido. Y habrá destruido numerosas especies. ¿En qué se habrá convertido el hombre que haya cambiado las leyes de la vida, que haya hecho del animal vivo pella de arcilla? ¿Será el igual de Dios o el hijo del diablo?
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, se deberá temer por hijo del hombre; el veneno y la desesperación le acecharán; no se le habrá deseado más que por uno mismo, no por él o por el mundo; será acosado por el placer y a veces venderá su cuerpo. Pero incluso el que sea protegido por los suyos estará en peligro de tener el espíritu muerto; vivirá en el juego y en el espejismo. ¿Quién le guiará cuando no tenga maestros? Nadie le habrá enseñado a esperar y a actuar.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el hombre se creerá Dios, aunque no habrá progresado nada desde su nacimiento. Atacará vencido por la ira y por los celos. Y su brazo estará armado con el poder del que se habrá adueñado; Prometeo cegado podrá destruirlo todo a su alrededor. Será un enano de alma y tendrá la fuerza de un gigante; avanzará a pasos inmensos pero no sabrá que camino tomar. Su cabeza estará cargada de saber pero ya no sabrá porque vive o porque muere será, como siempre, el loco que gesticula o el niño que gime.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, regiones enteras serán botines de guerra. Más allá de los límites romanos e incluso en el antigua territorio del imperio; los hombres de las mismas ciudades se degollarán; aquí habrá guerra entre tribus y allá, entre creyentes. Los judíos y los hijos de Alá no dejarán de enfrentarse y la tierra de Cristo será su campo de batalla; pero los fieles querrán defender en todo el mundo la pureza de su fe y ante ellos no habrá más que duda y poder; entonces la muerte avanzará por todo el mundo como estandarte de los tiempos nuevos.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, multitudes de hombres serán excluidos de la vida humana; no tendrán derechos, ni techo, ni pan; estarán desnudos y no tendrán más que su cuerpo para vender; se le expulsará lejos de la torre de Babel de la opulencia. Se agitarán como un remordimiento o una amenaza; ocuparán regiones enteras y proliferarán: escucharán las prédicas de la venganza y se lanzarán al asalto de las torres orgullosas; habrá llegado el tiempo de las invasiones bárbaras.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, El hombre habrá entrado en el laberinto oscuro; tendrá miedo y cerrará los ojos, pues ya no sabrá ver; desconfiará de todo y temerá a cada paso, pero será empujado hacia delante y no le será permitido detenerse. La voz de Casandra será, sin embargo, potente y clara. Pero él no la oirá pues querrá poseer más cada día y su cabeza se habrá perdido en las fantasías; los que serán sus maestros le engañarán y no tendrá más que malos consejeros.
Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, los hombres por fin habrán abierto sus ojos; ya no estarán encerrados en sus cabezas o en sus ciudades; se verán y se oirán de un lado a otro de la tierra; sabrán que lo que golpea a uno hiere al otro. Los hombres formarán un cuerpo único del que cada uno será una parte ínfima, y juntos construirán el corazón, y habrá una lengua que será hablada por todos y nacerá así, por fin, el gran humano.
Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, el hombre habrá conquistado el cielo; creará estrellas en el gran mar azul sombrío y navegará en esa nave brillante, nuevo Ulises, compañero del sol, hacia la odisea celeste. Pero también será el soberano del agua; habrá construido grandes ciudades náuticas, que se nutrirán de las cosechas del mar; vivirá así en todos los rincones del gran dominio y nada le será prohibido.
Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, los hombres podrán penetrar en las profundidades de las aguas; su cuerpo será nuevo y ellos serán peces, y algunos volarán más altos que los pájaros como si la piedra no cayera. Se comunicarán entre ellos pues su espíritu estará tan abierto que recogerá todos los mensajes, y los sueños serán compartidos y vivirán tanto tiempo como el más viejo de los hombres, aquel del que hablan los libros sagrados.
Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, el hombre conocerá el espíritu de todas las cosas, la piedra o el agua, el cuerpo del animal o la mirada del otro; habrá penetrado los secretos que los dioses antiguos poseían y empujará una puerta tras otra en el laberinto de la vida nueva. Creará con la fuerza con que brota una fuente; enseñara es saber a la multitud de los hombres, y los niños conocerán la tierra y el cielo mejor que nadie antes que ellos. Y el cuerpo del hombre será más grande y más hábil. Y su espíritu habrá abarcado todas las cosas y las habrá poseído.
Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, el hombre ya no será el único soberano, pues la mujer empuñará el cetro; será la gran maestra de los tiempos futuros y lo que piense lo impondrá a los hombres; será la madre de ese año mil que sigue al año mil. Difundirá la dulzura tierna de la madre tras los días del diablo; será la belleza después de la fealdad de los tiempos bárbaros; el año mil que viene después del año mil cambiará en poco tiempo; se amará y se compartirá, se soñará y se dará vida a los sueños.
Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, el hombre conocerá un segundo nacimiento; el espíritu se apoderará de las gentes, que comulgarán en fraternidad; entonces se anunciará el fin de los tiempos bárbaros. Será el tiempo de un nuevo vigor de la fe; después de los días negros del inicio del año mil que viene después del año mil, empezarán los días felices; el hombre reconocerá el camino de los hombres y la tierra será ordenada.
Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, los caminos irán de una punta de la tierra y del cielo a la otra; los bosques serán de nuevo frondosos y los desiertos habrán sido irrigados; las aguas habrán vuelto a ser puras. La tierra será un jardín; el hombre velará sobre todo lo que vive; purificará lo que ha contaminado; así sentirá que toda esta tierra es su hogar, y será sabio y pensará en el mañana.
Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, todos serán como movimientos ordenados, se sabrá todo del mundo y del propio cuerpo; se soñará con la enfermedad antes de que aparezca; todos se curarán así mismos y a los demás. Se habrá entendido que es necesario ayudar para mantenerse, y el hombre, después de los tiempos de cerrazón y de avaricia, abrirá su corazón y su bolsa a los más desposeídos; se sentirá caballero de la orden humana y así por fin un tiempo nuevo empezará.
Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, el hombre habrá aprendido a dar y compartir; los días amargos de la soledad habrán pasado; creerá de nuevo en el espíritu; y los bárbaros habrán adquirido el derecho de ciudadanía. Pero eso vendrá después de las guerras y los incendios; eso surgirá de los escombros ennegrecidos de las torres de Babel. Y habrá sido necesario el puño de hierro para que se ordene el desorden. Y para que el hombre encuentre el buen camino.
Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, el hombre sabrá que todos los seres vivos son portadores de luz y que son criaturas que deben ser respetadas; habrá construido las ciudades nuevas en el cielo, sobre la tierra y sobre el mar. Conservará en la memoria lo que fue y sabrá leer lo que será; ya no tendrá miedo de su propia muerte, pues en su vida habrá
vivido muchas vidas y sabrá que la luz nunca se apagará.
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Hijo Mío, escribe lo que te digo a tu corazón. Una gran oscuridad envuelve al mundo, y ahora es el momento. Satanás atacará el cuerpo físico de Mis hijos a quienes creé a Mi imagen y semejanza. Desde el principio, es a través y en la Palabra que la humanidad ha recibido y sigue recibiendo la existencia. Después de la caída original de la primera pareja, solo Mi Hijo Amado pudo devolverte, a través de Su Sacrificio en la Cruz, Mi Semejanza, que había perdido. A través de las aguas vivas que brotaron de Su Corazón, Él dejó fluir la fuente del Sacramento que los hace uno con Él y Conmigo. Satanás quiere quebrar sus cuerpos, que son los templos del Espíritu Santo:
Mi Espíritu de amor que mora en ustedes. Una gran oscuridad envuelve al mundo, y ahora es el momento. Satanás atacará el cuerpo físico de Mis hijos a quienes creé a Mi imagen y semejanza. Desde el principio, es a través y en la Palabra que la humanidad ha recibido y sigue recibiendo la existencia. Después de la caída original de la primera pareja, solo Mi Hijo Amado pudo devolverles, a través de Su sacrificio en la Cruz, Mi semejanza, que habías perdido. A través de las aguas vivas que brotaron de Su Corazón, Él dejó fluir la fuente del Sacramento que los hace uno con Él y conmigo. Satanás quiere quebrar sus cuerpos, que son los templos del Espíritu Santo:
Mi Espíritu de amor que habita en ustedes. Satanás, a través de sus títeres que gobiernan el mundo, quiere inocularlos con su veneno. Empujará su odio contra ustedes hasta el punto de imposición obligatoria que no tendrá en cuenta su libertad. Una vez más, muchos de Mis hijos que no pueden defenderse serán los mártires del silencio, como fue el caso de los Santos Inocentes. Esto es lo que siempre han hecho Satanás y sus secuaces. Os lo advierto, todos Mis fieles y toda persona de buena voluntad, en esta solemne Octava de la Natividad de Mi Hijo en la tierra. Hoy, en la bendita Fiesta de la Divina Maternidad de la Virgen María, elegida entre todas las mujeres, comienza el tiempo de hostilidad entre sus descendientes y la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás. [1] Porque están en Mi Hijo Jesús, por Su Santo Bautismo, son Su linaje, Sus descendientes. Todos ustedes son hijos de Mi Hija, elegida entre todas las mujeres: la Virgen María. Ella es vuestra Madre.
Rebaño pequeño, no temáis. Yo os ayudaré. A su debido tiempo vendrá la gloria de Mi Hijo Jesús, en vista del Triunfo del Inmaculado Corazón de Mi Hija, vuestra Santísima Madre María.
Hay que ser radical en la elección ante lo que tenemos enfrente en esta batalla contra la Humanidad, no valen los grises. Ella habla de que nos están llevando hacia el transhumanismo y lo sabe de primerísima mano. Este vídeo de 5 minutos hay que verlo y compartirlo. Nos quieren esclavos del AC, eso es la agenda 2030 que promueve y lidera JMB y a lo que van a adoctrinar a los jóvenes en Lisboa y Fátima.
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Juan Carlos (Yanka)