CRISTO. PASIÓN Y ESPERANZA
Como dicen las Sagradas Escrituras, el hijo de José y de María, nació en un pesebre de Belén, ciudad de Israel, en el año I de nuestra era… Y fue crucificado en el Calvario de los extramuros de Jerusalén, 33 años después.
Tras su muerte, la divulgación de su vida, escrita y pregonada por los cuatro evangelistas, por sus leales apóstoles y por sus incondicionales seguidores, ha llegado hasta nuestros días convertida en una religión monoteísta de origen judío que se basa en el reconocimiento de Jesús de Nazaret como su fundador y figura central, Hijo de Dios y Mesías (profetizado en el Antiguo Testamento) que murió para redimir los pecados de la humanidad, de la que actualmente 2.200 millones componen la religión con más seguidores de la tierra.
Una religión basada en la vida ejemplar de Jesús, al que más de un tercio de la población mundial lo convertimos en el Dios-hombre al que, cada cual a su forma, sentimos y respiramos tan de cerca que lo hacemos nuestro… Tan nuestro que, en honor a su nacimiento, sembramos el planeta de pesebres y de cunas que representan a la ciudad israelita de Belén, a la que transformamos en miles de estampas diferentes, a razón de los respectivos ancestros y tradiciones de la cultura popular de los diferentes pueblos de la tierra.
De la misma forma, vivimos y festejamos la vida y obra de Jesús, a través de variopintas fiestas tradicionales, homogeneizadas por un objetivo común: testimoniar la fe y el fervor hacia Nuestro Señor… Dentro de las festividades cristianas, las más relevantes en todo el mundo son las que, en honor de la pasión, muerte y resurrección de Cristo, se celebran en Semana Santa.
Sabemos que la Semana Santa de Jerusalén, con sus diferentes actos religiosos durante once días de continuas tradiciones, es esencial, sobre todo por ser el lugar concreto de la Pasión de Cristo.
Sabemos de los “Bailes de los Demonios” en Sicilia; de “Las cazas de Brujas” en Escandinavia; de los bellos pasajes procesionales de, la que dicen es la Semana Santa más hermosa del mundo, Guatemala; de las procesiones de incensarios en La Habana; de las muchas representaciones vivientes a lo largo y ancho de América Latina, Italia, Canadá, Filipinas, etc.
Sabemos de las antiguas cofradías que conforman el trincarro fundamental de la Semana Santa en Hispanoamérica: Popayán, en Colombia; Michoacán, en México; y Ayacucho, en Perú… Ésta última, considerada la segunda ciudad del mundo, tras Sevilla, en cuanto a celebraciones se refiere, pero con ritos culturales andinos.
Sabemos de cofradías, similares y muy parecidas a las de España, que hacen estación de penitencia, amén de los países hispanos, en Francia, Italia y Portugal.
Sabemos que la Semana Santa más importante del mundo es la de España, que cuenta con un gran número de ciudades y pueblos, cuyas Semanas Santas están declaradas de Interés Turístico Internacional.
Y sabemos de los conocimientos mencionados porque fueron apareciendo durante el periodo de formación que el que suscribe, siempre, tiene por norma llevar a cabo ante una producción como la que nos ocupa, mucho más si ésta, al margen de música y canto, necesita determinar: espacios, colores, aromas, paisajes y protagonistas… Una determinación que llegó por sí sola, sobre todo después de conocer, en el susodicho camino de preparación, a Cristos blancos y a Cristos negros, a Cristos rubios, morenos y mestizos, a Cristos andinos y a Cristos nórdicos, a Cristos africanos, asiáticos y orientales… Ya lo hemos dicho: Cristo, a la forma y modo de diferentes culturas y tradiciones, convertido en el principal protagonista de esta obra que enseñará, al mundo, la universalidad de su Pasión.
"Nosotros no poseemos la verdad,
es la Verdad quien nos posee a nosotros.
Cristo, que es la Verdad, nos toma de la mano". Benedicto XVI.
"Deja que Jesús escriba tu historia.
Déjate sorprender por Jesús."
Papa Francisco.
"¡No tengan miedo!"
Juan Pablo II.
¡QUE SE ABRA EL TELÓN!
Jesús Nazareno,
camino del Gólgota
Cornetas que suenan desde Cádiz a León;
tambores de Tobarra y de Hellín;
panderos y gaitas de Viveiro y de Ferrol;
saeta en Valladolid;
bocinas de Murcia y timbales de Jaén.
Y por España cruza el muñidor que anuncia
que Cristo con la cruz de su poder,
camina su redención.
tambores de Tobarra y de Hellín;
panderos y gaitas de Viveiro y de Ferrol;
saeta en Valladolid;
bocinas de Murcia y timbales de Jaén.
Y por España cruza el muñidor que anuncia
que Cristo con la cruz de su poder,
camina su redención.
Por ti, mujer, seré,
la oración que siempre rezaré.
Por tu gracia y por tu bendición.
Esperanza de mi ensoñación.
Por ti, mujer, seré, el planeta de tu sencillez,
y una estrella para darte luz
por los siglos de los siglos, tú.
María, María, siempre por ti.
María, María, yo soy feliz.
María, María, siempre por ti.
María, María, flor de jazmín.
Y por ti seré la tierra
pa´que tú siembres amor,
copla de esta rociera
con tu candor, Madre de Dios.
Tú levantas, costalera
siempre por ti, la pasión.
Los Cantores de Híspalis - "La Saeta"
(La Pasión según Andalucía
YO SOY CRISTO
Yo soy el Pan de nuestras vidas, Yo soy el Maná.
Yo soy la Fuente inagotable de la eternidad.
Yo soy la Puerta de los cielos de la bendición.
Yo soy, Yo soy el buen Pastor.
Yo soy la luz de la Palabra, Yo soy La Verdad.
Yo soy el sol de nuestros campos de fertilidad.
Yo soy el Camino del Padre, Yo soy La Voz de Dios.
Yo soy, soy La Resurrección.
Yo soy El Salvador.
Mi reino no es de este mundo.
Yo soy El Redentor.
Mis pasos siguen su rumbo.
Soy Cristo. Soy Cristo.
Yo, el Hijo del Dios viviente.
El Hijo de Dios.
El Profeta de La Fe.
Nuestro Señor.
El Mesías de mi gente.
Ayyyy...
Soy Jesús de Nazareth.
Soy Cristo. Soy Cristo. (2)
Yo soy el Pan de nuestras vidas, Yo soy el Maná.
Yo soy la Fuente inagotable de la eternidad.
Yo soy la Puerta de los cielos de la bendición.
Yo soy, Yo soy el buen Pastor.
Yo soy la luz de la Palabra, Yo soy La Verdad.
Yo soy el sol de nuestros campos de fertilidad.
Yo soy el Camino del Padre, Yo soy La Voz de Dios.
Yo soy, soy La Resurrección.
Yo soy El Salvador.
Mi reino no es de este mundo.
Yo soy El Redentor.
Mis pasos siguen su rumbo.
Soy Cristo. Soy Cristo.
Yo, el Hijo del Dios viviente.(2)
El Profeta de La Fe. (2)
El Mesías de mi gente. (2)
Soy Jesús de Nazareth.
Soy Cristo.
Un hombre más en la tierra,
que pide al cielo.
Soy Cristo.
Que se terminen las guerras.
Soy Dios.
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Juan Carlos (Yanka)