NO ANTEPONER NADA A CRISTO
REFLEXIONES Y APUNTES PÓSTUMOS
Cultura de la Verdad
y Cultura de la Mentira
El Cardenal Italiano Carlo Caffarra, Arzobispo Emérito de Bolonia –fallecido repentinamente el pasado 6 de Septiembre–, señaló en su presentación en el “IV Foro por la Vida”, en Roma, que hay dos fuerzas que se oponen entre sí en singular batalla.
“La historia de la humanidad es una confrontación entre dos fuerzas: la fuerza de atracción, cuya fuente está en el Corazón herido del Crucificado-Resucitado, y el poder de Satanás, que no quiere ser expulsado de su reino”. El Cardenal dijo que el área en la que se desarrolla esta batalla es el corazón humano y tiene dos dimensiones, una interior y otra exterior.
“Esto es lo que está ocurriendo en el corazón del hombre: Jesús, la Revelación del Padre, ejerce una fuerte atracción hacia sí mismo. Satanás trabaja en contra de esto, para neutralizar la fuerza atractiva del Crucificado-Resucitado. La fuerza de la verdad que nos hace libres actúa sobre el corazón del hombre. Es la fuerza satánica de la mentira la que nos hace esclavos”, dijo. Por eso, “dado que el hombre está situado entre dos fuerzas opuestas, la condición en que se encuentra debe necesariamente dar lugar a dos culturas: la cultura de la verdad y la cultura de la mentira”.
Recordó después que “hay un libro en la Sagrada Escritura, el último, el Apocalipsis, que describe la confrontación final entre los dos reinos. En este libro, la atracción de Cristo toma la forma de triunfo sobre los poderes enemigos comandados por Satanás. Es un triunfo que viene después de un largo combate. Los primeros frutos de la victoria son los mártires. «Y fue arrojado el gran Dragón, la Serpiente antigua, el llamado Diablo y Satanás, el seductor del mundo entero; fue arrojado a la tierra y sus Ángeles fueron arrojados con él. Ellos lo vencieron gracias a la sangre del Cordero y a la palabra de testimonio que dieron, porque despreciaron su vida ante la muerte» (Ap 12, 9.11)”.
Caffarra se preguntó a continuación: “¿En nuestra cultura occidental hay desarrollos que revelan con particular claridad la confrontación entre la atracción ejercida sobre el hombre por el Crucificado-Resucitado y la cultura de la Mentira construida por Satanás? Mi respuesta es afirmativa, y hay dos avances en particular”.
El Cardenal, ex miembro del Pontificio Consejo para la Familia, dijo que estos avances se dan, en primer lugar, por “la transformación de un crimen [llamado por el Concilio Vaticano II «nefandum crimen»], el aborto, en un derecho. Entiéndase bien: No estoy hablando de aborto como un acto perpetrado por una persona. Estoy hablando de la legitimación más amplia que puede ser perpetrada por un sistema judicial en un solo acto: incluirlo en la categoría del derecho subjetivo, que es una categoría ética. Esto significa llamar lo que es malo como bueno, lo que es sombra como luz”. Y en segundo lugar, se dan también por “el ennoblecimiento de la homosexualidad. Esto de hecho niega enteramente la verdad del matrimonio y la concepción de Dios el Creador con respecto al matrimonio”.
Satanás, al empujar las mentiras del aborto y la homosexualidad, está intentando destruir los dos pilares más importantes de la creación, la “persona humana” creada a imagen de Dios y la “unión conyugal” entre un hombre y una mujer. “La elevación axiológica del aborto a un derecho subjetivo es la demolición del primer pilar. El ennoblecimiento de una relación homosexual, cuando se equipara al matrimonio, es la destrucción del segundo pilar”, dijo Caffarra.
Para combatir las mentiras de Satanás, el Cardenal subrayó que los fieles están llamados a ser testigos: “Testimonio significa decir, hablar, anunciar abierta y públicamente. Alguien que no testifica de esta manera es como un soldado que huye en el momento decisivo de una batalla. Ya no somos testigos, sino desertores, si no hablamos abiertamente y públicamente”. Esto lo podemos hacer a través de acciones tales como la “Marcha por la Vida” en Roma, y también proclamando sustancialmente la Revelación Divina, de modo particular el “Evangelio de la Vida y del Matrimonio”, haciendo esto como “si se estuviera en un juicio”. La falsa alternativa es permanecer en silencio o hablar de cualquier otra cosa.
El Cardenal subrayó que “la medicina, por ejemplo, propone la curación excluyendo la enfermedad”, de manera que la actitud debería ser la que “San Agustín [d]escribió: «Ama al pecador, pero rechaza al pecado»”. ¿Qué significa esto? “Rechaza al pecado. [Quiere decir:] Descubre sus mentiras en los lugares ocultos, y saca a la luz su insustancialidad”, dijo. Y concluyó que “Cristo es Testigo”, “El Testigo” por excelencia a quien debemos imitar.
En un comentario adicional, después de su brillante exposición, el Cardenal Cafarra recordó la carta que recibió de Sor Lucía de Fátima cuando era Presidente del «Pontificio Instituto Juan Pablo II para los Estudios sobre el Matrimonio y la Familia» (nombrado precisamente por el Papa Wojtyla como su primer Presidente cuando era apenas un joven sacerdote, oficio que desempeñó desde su fundación el 13 de mayo de 1981 hasta el año 1995, cuando el mismo Papa Polaco lo nombró Obispo de Ferrara-Comacchio).
Dijo que “nunca olvidará” las últimas palabras de la carta, “palabras que están grabadas en mi corazón”, con las que Sor Lucía le dijo a principios de los años ochenta del siglo pasado: “vendrá un tiempo en el que la batalla final entre el Reino de Dios y el de Satanás tendrá lugar sobre el matrimonio y la familia”.
A continuación resaltó que, según Sor Lucía, quienes trabajen por el Matrimonio y la Familia “sufrirán tribulaciones y juicios ante tribunales”, pero añadió también: “No teman, Nuestra Señora ya aplastó su cabeza”.
El Cardenal Cafarra dijo a los presentes que sus propias palabras están “basadas en estas palabras de Sor Lucía, y por ende en la convicción de que lo que Sor Lucía me dijo en aquel entonces, se está cumpliendo en nuestros días”.
Para concluir: ¡Vaya esta publicación a modo de humilde pero sentido homenaje del Centro Pieper de Mar del Plata, Argentina, al admirado Cardenal Carlo Cafarra, Testigo del Evangelio de Jesucristo!
[Traducción de José Miguel Arráiz]
IGLESIA DE CRISTO,
NO DE NINGÚN PAPA VATICANISTA
Una Trinidad diabólica en vez de afirmar creo en Dios Padre, la razón, de manera orgullosa censura la pregunta por Dios y ha entrado en lo que él llama un colapso de la mente, colapso en el doble sentido, no entendemos que un colapso cuando hay, digamos, abundancia de circulación y no puedes mover el coche y, también cuando fallan las estructuras que hacen permanecer algo en su realidad. Dice que hoy asistimos al colapso de la mente, al colapso de la inteligencia, el colapso de la razón porque se ha movido entre dos alas: el positivismo y el idealismo. Y ahora, donde nos encontramos, es simplemente con lo que llama una razón instrumental que sabe hacer cosas, que las desarrolla con la técnica, la tecnología y que acaba empoderándose de todo lo que es la realidad social, como única respuesta salvadora, lo que hemos señalado en otras cartas pastorales el tecnolinismo neocapitalista.
El colapso de la mente, simplemente desconoce que la razón no es simplemente la razón instrumental sino que la razón es la que es capaz de preguntarse por la verdadera realidad por la verdad y que llega un momento en que el Cúspide de la razón necesita la luz de la otra ala del espíritu que es la fe. Y una razón sensata se abre a esa segunda navegación que viene con la luz de la fe.
El colapso de la mente vuelve a utilizar simplemente la razón instrumental desde la técnica y la tecnología obviando las preguntas fundamentales sobre el sentido de la vida humana y censurando la pregunta o las últimas preguntas y censurando la pregunta por Dios, ha conducido a lo que siguiendo la Trinidad diabólica, él llama la perversión de la libertad, es algo que está expuesto también, como pensamiento por el papa San Juan Pablo II en el EVANGELIUM VITAE donde los primeros capítulos pues se hace de esta misma realidad con el tema de la secularización o el secularismo y lo que deriva con el nihilismo, etcétera. Y la tercera parte, decir que no reconoce un Logos.
Vida en Cristo es una visión sintética de la moral cristiana, basada en lo que podrían llamarse líneas centrales de la predicación moral de la Iglesia. En esta obra se recogen las reflexiones del Prof. Caffarra sobre el camino que la persona humana debe recorrer hacia esa plenitud en Jesucristo, y que se estructura en torno a los siguientes ejes: el fundamento, o exposición de los principios constitutivos de nuestra vida en Cristo (Parte I); la mediación, o exposición de las normas que regulan esa vida (Parte II); y la respuesta, o exposición de la actuación concreta de nuestro vivir en y por Cristo (Parte III). La fidelidad a la tradición moral de la Iglesia y a la reflexión racional, la rica y vasta fundamentación bíblica son, junto a otras, algunas de las características de esta obra.
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