Cercis siliquastrum, comúnmente llamado árbol del amor, ciclamor, algarrobo loco o árbol de Judas o de Judea, es una especie arbórea de la familia de las leguminosas (Fabaceae).
La leyenda dice que originalmente todos los Cercis eran árboles gigantes, fuertes y majestuosos, que tenían hermosas flores blancas. Cuando Judas Iscariote traicionó a Jesús y se suicidó ahorcándose, el árbol que eligió fue un Cercis.
El árbol quedó tan avergonzado de su lúgubre papel que a partir de entonces dejó de crecer para que nadie más pudiera usarlo con fines tan macabros. Además, la madera se volvió quebradiza y las flores, que habían dejado de ser puras, perdieron su color blanco y se volvieron rojizas en recuerdo de la sangre de Cristo. Probablemente sea más cierto que este árbol, que originalmente crecía en Judea y que, por tanto, se llamó "árbol de Judea", en algún momento vio cambiado su nombre por el de árbol de Judas.
Su llegada a Europa tuvo lugar en la época de las cruzadas y su primer destino fue Francia. Desde ese momento su extensión por el continente fue muy rápida, como demuestra su frecuente presencia en los herbarios de los siglos XVI y XVII. En la época del Imperio bizantino era uno de los árboles que crecían en mayor número en Constantinopla, en las riberas del Bósforo. Su color morado purpúreo era el preferido de los emperadores bizantinos, porque el púrpura era el color imperial y de uso exclusivo de la familia imperial bizantina. En la actualidad, en Estambul, se siguen viendo gran cantidad de estos árboles a lo largo de las riberas del Bósforo; de hecho, el "Erguvan" (nombre en turco del árbol del amor) es el árbol que identifica a la ciudad.
También es conocido como árbol del amor, por la forma de corazón de sus hojas, o árbol de Judas, pues se cree que Judas Iscariote se quitó la vida colgándose en uno de ellos, a causa de lo cual crece encorvado. Pero también se lo llama árbol de Judea, de donde se supone originario, y algarrobo loco, debido a su parecido con esta especie. Su nombre genérico, Cercis, deriva del griego kerkis (lanzadera) y alude a la semejanza de sus vainas con este útil de los telares.
Los árboles del amor pertenecen al género Cercis, que, para sorpresa de muchos, es de la familia de las leguminosas, la misma que incluye a guisantes, habas, garbanzos, lentejas o judías, por citar unas cuantas. No hay que extrañarse, las leguminosas son una de las familias más numerosas de las plantas con flores; en ella se reúnen casi 20.000 especies, incluyendo –junto a las ya mencionadas, y a otras herbáceas como los tréboles- los árboles dominantes en los bosques tropicales lluviosos y en los bosques secos de América y África.
En total, hay unas diez especies de Cercis distribuidas entre el este y el oeste de América del Norte, el sur de Europa y el este de Asia. Todos ellos son árboles relativamente pequeños con hermosas flores rosas. Las flores presentan una estructura similar a la del resto de la familia. Además de un cáliz acopado, tienen cinco pétalos separados los unos de los otros, y dispuestos de tal forma que, vistos de frente, recuerdan las alas de una mariposa y de ahí que los naturalistas franceses del XVII llamaran a las leguminosas “papilionáceas”, del latín “papilio” (mariposa).
No confundir con la Malus Floribunda, Malus hybrida, Manzano de flor, manzano japonés.
Dentro del género Malus, que abarca a todos los manzanos, existen numerosos cultivares híbridos muy ornamentales por su espectacular floración, su follaje y sus decorativos frutos. A los Malus floribunda (los llamados manzanos japoneses), cuyo nombre ya indica la abundancia de flores, se suman el Malus x purpurea (en la foto), que destaca por sus flores de color púrpura y sus hojas rojizas...
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