En memoria de todas las victimas
del terrorismo de ETA y sus familiares
por Juan A. Pellicer
EL TIEMPO PASARÁ
En el espanto de la tragedia,
deambula el felón, agitando sus manos,
ofreciéndose, dándose,
prostituyendo lo que no es suyo,
vendiendo lo que no tiene precio,
sacrificando cada amanecer,
privándolo de su dolor, de su vida.
Vive galopando el felón,
a lomos de una muerte anunciada,
esbozando su perversa y estúpida sonrisa,
sin respeto, sin pudor, sin vergüenza,
sin miedo, ni freno.
Así vive, como el gran indeseable,
revolcando lo cruel de su miseria moral
en la putrefacción de su absurda verdad,
presumiendo como viejo tirano
su atronadora derrota,
entre almas compradas por un minuto de gloria.
Pasea el felón erguido en su bazofia,
buscando principios que no tiene,
hurgando en las heridas de un paria
rendido a sus pies,
azuza la bilis que le sobra,
no ocultando su mirada de odio
cuando escucha en su horrible soledad.
¡Qué miserable eres!,
miserable construido de barro y de hiel,
de odio y sangre, de dolor y desengaño,
miserable donde hasta en los días
no encuentras tu lugar,
miserable porque tu voz ya no importa,
ya no interesa, porque no es tuya,
porque como cualquier malvado miserable,
tu alma vendiste a tu gran enemigo,
vestido con tu misma cara.
El tiempo pasará, también el tuyo y el mío,
yo seguiré saludando a los días
y abrazando mis sueños,
compartiendo sonrisas con sonrisas.
Tú, miserable felón,
vivirás con el reproche y la condena,
envuelto en tus odios,
comprendiendo el sentido de tu podrida
y ganada a pulso, abominable miseria.
En el fondo del abismo ©
Resuenan en el interior de las conciencias
tenebrosos silencios anunciadores
de días negros de hombres podridos y malos
murmurando risas escondidas en sus sombras,
cuchillos afilados en horas negras
impacientes por separar la vida;
se hace grande la inquietud del miserable
que no puede contener la aspiración de ser alguien
porque otro universo de tiranía se impone,
otra cadena de muerte, sin juicio, asestada,
a un nuevo fracaso sumado por la traición.
Eternos los anhelos forjados en noches estrelladas,
umbrales de días tranquilos donde cálidas brisas
aventaban mañanas felices por vivir
envueltos en la magia del abrazo sin nombre
que era de todos;
negaron los cielos su color y su bondad
esparcida hasta ayer en la grandeza de los sueños;
negó la sonrisa su alma en obligado destierro
quedando nómada y errante la palabra paz.
Quiso el hombre dejarse arrollar
por la felonía que lleva el veneno y la miseria
escrito en sus letras de oro tan falso
como sus vidas, sus momentos… sus historias.
Quiso el hombre mirar para otro lado,
viéndose rendido, allá…
en el fondo de su abismo.
© Jpellicer
(En el fondo del abismo©
2012046135743)
Millones de silencios ©
Yerran robando el derecho ajeno -el de todos-,
sintiéndose seguros dueños
de mundos donde la falacia es el idioma
y la ira de la mano del odio y el rencor, la herramienta;
imponiendo el temor como único acicate
para seguir sobreviviendo a la indigencia moral
con la que arrastran sus días.
Suena en la albura de cualquier nostalgia
la palabra herida y empañada libertad
por el tronar de una barbarie silenciosa
que amenaza cualquier dignidad;
la de adalides fallidos,
la de voluntarios renegados en la “nada” de sus bocas,
la de “caínes” golpeando con ojos cerrados
a los que un día fueron suyos,
la de abyectos miserables que no aprendieron a decir NO,
la de crueles señores fustigando con saña
desde los manjares de sus mesas,
la de tantos de oídos sordos que cambiaron su patria
por la infame ventaja de seguir “siendo” un minuto más.
Yerran aferrados a su anunciada muerte
con el deseo infinito
de seguir anegando con sus bilis
la otrora vivida en la armonía de una sonrisa,
en la sosegada paz hija de los simples abrazos;
en la callada mirada que nada temía.
Yerran robando lo que no es suyo,
lo que nadie les ha dado;
creyéndose dueños de días y momentos,
olvidando que nadie puede doblegar millones de silencios.
Jpellicer ©
(Millones de silencios© 2010285738756)
A los días les robaron su magia ©
Robaron al día su magia
en la confusión de las sombras del miedo;
robaron –cómplices de tanto sufrimiento-
la libertad de poder seguir creyendo;
robaron la luz de los días,
la esperanza acunada en la bondad de los sueños;
robaron desoyendo el clamor de las manos
pintadas de blanco bendecidas por la justicia
desoyendo los miedos tan lejanos
ahora tan cercanos -casi nuestros-.
Robaron sin parar y sin mirar,
medrando en su soberbia,
ganando cimas en su moral de miseria;
negando la evidencia,
arribándonos a puertos indeseados
donde no quisimos ir;
haciendo entre risas y desprecios,
su mejor papel, mirando para otro lado,
¡negando…!
implacables verdugos en la inocencia
convirtiendo la grandeza de todos
en execrable humillación.
Perdieron con su robo –como todos los traidores-
su conciencia y su razón;
vendieron con su robo –como todos los traidores-
su alma al mejor postor;
perversamente callados, fueron cómplices,
como todos los traidores, como todos los que roban,
la ofensa que los tiempos no olvidarán.
Los días perdieron su magia,
marcharon con el viento los anhelos,
quedando solitaria la sonrisa de la luna
que solo ven y acarician con las yemas de sus dedos
aquellos locos y soñadores
en su “tan suya” y querida soledad.
A los días les robaron su magia,
y a los hombres –muchos-
de los vivos manantiales
en tantos horizontes dibujados,
la suave caricia que invitaba
a seguir creyendo.
Jpellicer ©
(A los días les robaron su magia©
2011135874464)
(En memoria de todas las victimas del terrorismo de ETA y sus familiares y especialmente el recuerdo en el 23 aniversario del asesinato de Miguel Ángel Blanco)
Abro los ojos ©
Abro los ojos al mundo que como río me lleva,
donde los recuerdos se amontonan
construyendo presentes que no se viven;
donde los mañanas por llegar aguardan de mi alma su color,
y las miradas, en la noche perdidas,
esperan cómplices auroras para creer.
Vago dejándome llevar de los silencios del camino,
que en su amada quietud van prestando a mi vida
una respuesta con cada hoja caída;
otra palabra vestida de ocre
para mirar con los ojos de la esperanza
posada a mis pies, invitándome a seguir.
Se pierde la memoria, herida y confundida,
en todo lo que fue,
en la frustración de lo que quiso y no pudo,
y todo lo que pudo y no quiso,
y por delante un mundo por inventar… que espera.
En ese viajar, tránsito de emociones,
van quedando conformes y aquietados los recuerdos;
los que llegaron preñados de lágrimas
y también los que de ternura me asistieron;
los que de pena sonrisas cubrieron
y los que de alegría, con el nuevo día, devolvieron.
Abro los ojos al mundo
para ver la mueca de sonrisa del que supo,
con su llanto callado,
denunciar la injusticia,
para ver la fuerza que no se empleó
en ganar la batalla de la locura;
para ver la paz del que usó la palabra para vencer;
abro los ojos para ver la luz que no se deja robar…
los abro para saber que amo, que vivo,
… que felizmente, Soy.
Jpellicer ©
Dedicados estos versos a los que saben y no pueden,
y a los que pueden y no saben
Eternos en la crueldad de la locura ©
Descargar la ira sobre la calma de los tolerantes
derramando el odio sobre los afectos,
confundir las voces que claman justicia
haciendo de la miseria lienzos
donde se pinten desgraciados los mañanas;
enfrentar en perversos lances
huérfanas y retorcidas ideas
que persiguen cegar las razones
anegando de dolor y tragedia
la verdad y hermosura de la palabra paz.
Perseguir la grandeza del anhelo de concordia
que descansa en la justa esperanza
rebelándose a perder de nuevo las horas y los pulsos,
negando la vida y cediendo ante la muerte
en la agónica y lacerante mirada de los desprecios
que huyen buscando más víctimas inocentes y desprotegidas
en los campos asolados del cruel fanatismo
hijo de la miseria y pobreza de lo humano;
¡Que pobre y miserable, hermano!...
sentir la victoria en la voz de quién no te entiende,
la rendición del que no luchó,
la vida de quien por honor la ofrece…
Buscar la respuesta en el vacío de la sinrazón;
en la criminal audacia de lancear al maniatado
alzando los brazos negando la sangre de las manos,
viviendo la impostura escapada de la libertad;
caminar sin dejar huella limpia,
voz serena ni sombra buena.
Caminante no hay camino… que dijo el poeta,
lo borraste al pasar dejando huérfana tanta vida
abrazada a los deshechos de la pena;
Caminante no hay camino… que dijo el poeta,
Tú, injusto, violento y miserable, lo perdiste sin mirar,
¿Quién te guiará en esta quietud preludio del último clamor?
¿Quién será quien te dibuje otra vida para que no la destruyas?
¿Quién te mostrará la muerte que sólo hablará de tu triste pasado?
¿Quién te hará eterno en la miseria y crueldad de tu delirio?
(Jpellicer ©)
Despertar ©
Despertar a la fascinante realidad de los sentidos
en un instante de sosiego,
en la quietud del frágil pensamiento leal a un sueño,
en la brevedad del murmullo
que se sabe ausente y huérfano de una mirada;
despertar a la mano amiga
serenando su temblor –hijo de la inquietud-
que no entiende de miserias, pobrezas y abandonos;
despertar al son de los niños
que juegan en la libertad de su inocencia
manoseando con su dulzura los tiempos imborrables.
La trascendencia de lo importante
niega el grito de lo miserable,
el enfermizo poder del fatuo
perdido en su cosmos de inmundicia;
en la trascendencia de lo importante
se siente la humildad del que pide,
la miseria del que da,
la opulencia del que nada tiene
y la injusticia vestida con el oropel del despotismo.
Despertar a lo trascendente
negando el grito y el desprecio,
saludando a la luna desde el desvelo
que dejó una despedida;
despertar una vez más frente al espejo de la soledad
para vernos y sentirnos vivos
en la maravillosa desnudez de lo que somos;
despertar a los caminos con la fuerza de los alientos,
con la verdad aprehendida en el alma,
con la ilusión intacta…
jugueteando con las sombras y la muerte.
Despertar a la vida
envolviéndose en el manto de lo mágico y bello
dejando para el viento las palabras del alma,
despertar a la vida para que las sombras y las dudas
queden aquietadas en el sereno mar
que recorre nuestra emoción
buscando ese cantil de vida eterna.
¡Despertar, despertar!,
… a todos los días por llegar,
… a todas las horas por vivir.
Jpellicer 2019
A caballo entre el año que se nos va y este nuevo que se nos ofrece, les comparto estos versos en un intento de sumar, aunque sólo sea un mínimo de esperanza, en mitad de esta tan colosal como esperpéntica realidad.
AÚN QUEDA LA ESPERANZA ©
Aún queda la esperanza aquietada
por el mimo del susurro del nuevo día;
por la sublime fuerza del ánimo indestructible
que va quedando tras el obligado silencio
envuelto en su sonrisa,
que se aleja cabalgando en su espacio interior.
Aún queda la esperanza
como único resquicio
en este muro de lamentos,
como respuesta y teoría inconclusa
para calmar tanta inquietud;
para dibujar sin pinceles portentosos paisajes
donde los árboles en danza con el viento
pueden hablar regalando sus hojas,
y los ríos, -venas de la vida-,
rompiendo y acercando con su magia
todas las distancias.
Aún queda la esperanza
de volver a soñar;
de volver a ser todo lo que ayer
en la callada ofrenda al Dios
que ninguno conoce,
hicimos con las manos libres
sin nudos ni ataduras,
dejando escapar el ansia…
de llegar a Ser.
© Jpellicer
La belleza de los silencios Proyección Final
La belleza de los silencios
Bello lo que se esconde tras la luz de lo incierto
en el envés de la risa forzada,
bajo el nublado en la canción de despedida.
Bello lo que ocultan las manos
que oprimieron las voces
silenciadas ante la ofensa.
Bella la apuesta de revelar las voces
que viven en los silencios,
como bella, la vida víctima de la tragedia
en el lodazal del desvarío.
Bella es la caricia que llega
y marcha sola dejando tras de sí
el desconocido perfume que sabe a perdón.
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Gracias a ello, nos enriquecemos desde la pluralidad y desde la diversidad de puntos de vista dentro del respeto a la libre y peculiar forma de expresión.
La Comunicación más alta posee la gracia de despertar en otro lo que es y contribuir a que se reconozca.
Gracias amig@ de la palabra amiga.
"Nos co-municanos, luego, co-existimos".
Juan Carlos (Yanka)