martes, 26 de noviembre de 2019

EDUCAMOS DE OTRO MODO COMO ACTO DE AMOR O NOS HUNDIMOS 馃挄

EDUCAMOS DE OTRO MODO O NOS HUNDIMOS

- Doctora en Educaci贸n 
Profesora Asociada UNESR
Breves reflexiones sobre los tiempos a los que asistimos, trazando miradas a la educaci贸n poniendo en relieve lo imprescindible de la relaci贸n 茅tica que se establezca en el acto de ense帽ar, en la que prevalezca el amor como valor, como suceso, como acontecimiento que acompa帽e la reflexi贸n que lo que somos, de lo que podemos ser, en el mundo y con los otros. Se trata de educar para la vida y comprender las realidades, con el amor como soporte, o resignarnos a hundirnos y claudicar ante la ruina.
Trazar una mirada al presente que vivimos permite afirmar que asistimos a una 茅poca en la cual no disponemos de suficientes asideros para vivir una vida buena. Un tiempo donde la humanidad se muestra desprovista de la emocionalidad, en una loca carrera inducida por el modelo de desarrollo econ贸mico. 

Tiempo de lo instant谩neo, del vale todo, de lo contingente, de la justicia en propia mano, lo que desafortun谩damente nos hace reconocer una vida sin sentido y presagiar un oscuro desenlace. Sostenemos que el amor es una cualidad humana esencial para hacer frente al desenfreno, al mundo del consumo que nos aniquila y nos agobia, que nos uniformiza y nos silencia. Quien se centra en su mismidad, no puede ver, reconocer y reconocerse en el rostro del otro. 

Seguramente estamos de acuerdo con que el amor construye Bauman (2006:105) se帽ala que Freud, en “El malestar en la Cultura” destaca que amar al pr贸jimo como a s铆 mismo, es un precepto “…de los fundamentales de la vida civilizada. Y es tambi茅n el m谩s opuesto a la clase de raz贸n que promueve la civilizaci贸n: la raz贸n del autointer茅s y de la b煤squeda de la propia felicidad”, frente a lo que afirma que amar al pr贸jimo implica un salto hacia la fe y de ah铆 depende el nacimiento de la humanidad. 

¿Qu茅 ha pasado entonces con la educaci贸n? ¿Acaso se ha educado para la cultura dela muerte y no para la vida, no para la vida buena, no para la liberaci贸n? C贸mo lograr desde los espacios educativos posibilidades para formar sujetos 铆ntegros, 茅ticos y comprometidos con la vida buena, con la cultura de la vida, con el mundo y con los otros. C贸mo hablar de valores si no generamos el espacio para su pr谩ctica, su reflexi贸n y por ende, la transformaci贸n de quienes estas acciones son inherentes. 

Es una necesidad educar en el amor y para el amor, frente a una humanidad hoy cuya vida cotidiana es plena de desarmon铆a, de falta de experiencias afectivas que constituyan espacios para ser mejores, para respetar a los otros y ser sensibles ante la vida, para no ser indiferentes al dolor, a la injusticia, a la opresi贸n, a las miserias que pueblan este mundo del presente y uno de los espacios donde nos falta el amor es en la Educaci贸n. 

C贸mo educar sin ofrecer experiencias que promuevan descubrir el valor 煤nico de cada ser humano que es mi pr贸jimo, el valor de las diferencias que enriquecen el mundo que cohabitamos y que lo constituyen en un lugar m谩s promisorio, m谩s placentero, habitable. Sin el amor, sin la afectividad, dif铆cilmente podemos pensaren la paz, pensar en los derechos humanos, dif铆cilmente podemos aspirar a superar el odio, la intolerancia, la violencia, los antagonismos, las divisiones; es el amor quien aleja los miedos, quien nos acerca a los otros, quien nos llena de bondad. 

Urge abrir caminos que en la relaci贸n 茅tica que se establezca en el acto de ense帽ar, prevalezca el amor como valor, como suceso, como acontecimiento que acompa帽e la reflexi贸n que lo que somos, de lo que podemos ser, en el mundo y con los otros. En palabras de Hanna Arendt, reconocemos a la educaci贸n como un acto de amor, diciendo que la educaci贸n, 
…es el punto en el que decidimos si amamos al mundo lo bastante como para asumir una responsabilidad por 茅l y as铆 salvarlo de la ruina que, de no ser por la renovaci贸n, de no ser por la llegada de los nuevos y los j贸venes, ser铆a inevitable (1996:208) 
Ese mundo prometedor se mostrar铆a como un lugar donde no haya injusticia, discriminaci贸n e intolerancia hacia los menos favorecidos, los menos privilegiados,los m谩s discriminados quienes, como David ante Goliat, luchan por alcanzar una esperanza real de mejorar su vida, un mundo m谩s fraterno, un mundo donde la convivencia se asegure en igualdad de condiciones y derechos y ah铆 la educaci贸n tiene una seria y comprometida responsabilidad. O educamos para la vida y comprender las realidades, con el amor como soporte, o nos hundimos y claudicamos ante la ruina.


Educar como acto de amor


Educamos provocando en los otros la amplitud de mirada que incluya e integre, que se enriquezca desde las diferencias dinamizadoras para hacer sentir que somos parte de mundos donde pueda haber lugar para quienes se sienten abandonados y olvidados, con cu谩ntas de estas realidades vitales nos cruzamos en las escuelas, no podemos, ni debemos hacernos los distra铆dos e indiferentes.

Educamos haciendo que las miradas se amplifiquen, para observar que el mundo est谩 compuesto por muchos mundos, con sus propios colores, con sus singularidades, donde hay quienes la est谩n pasando mal por las l贸gicas expulsivas de quienes son sometidos a vivir en las marginalidades, educar es ayudar a abrir los ojos de la mente y del coraz贸n para encontrarse con otros mundos donde la desesperanza aplasta y niega el horizonte.

Educamos para hacer frente y poner sobre en la agenda cotidiana las problem谩ticas que habitan a los y las j贸venes, como las adicciones, variadas y crueles que se ensa帽an con las vidas de tantas juventudes que se pierden en sendas del sinsentido por qu茅 no tuvieron en el camino la posibilidad de encontrarse con educadores creyentes que no hay vida humana irreparable y que no deba ser digna de ser vivida. Debemos hacer autocr铆tica sincera y honesta con nosotros mismos para poder hacernos cargo de cuando elegimos la comodidad y pasividad por no arriesgarnos de ponernos en el camino de quienes vagando por sendas perdidas “se refugian en la nada, y se cansan de ver un mont贸n de caras y ni una mirada” como lo recita la canci贸n de Callejeros.

Educamos para hacer desandar las culturas de la exclusi贸n que nos paralizan y que quiebran el sentido comunitario, promoviendo individualismos que se encierran para no comprometerse e involucrarse, o hacemos comunidad o nos hundimos en los individualismos ego铆stas. Hay que poder plantearlo de modo comunitario, de modo individual no se puede, esto nos implica a todos los que integramos comunidades educativas, como constructores de conocimientos, y aprendizajes con sentido e interpeladores de los modelos culturales que deben ser deconstruidos, si no lo hacemos, corremos el riesgo de proponer una educaci贸n desinteresada y no comprometida, alienante y ocultadora de realidades de injusticia y miseria.

Animo e invito a quienes eligieron la docencia como opci贸n de vida, a renovarse en esta tarea que es transformadora de vidas y que hoy sienten que se les fue la pasi贸n, y que se sienten en soledad desandando por sendas esquivas, a renovar la pasi贸n y redescubrir el amor que anima y motoriza lo que hacemos en cada momento de nuestras vidas. Educamos porque creemos profundamente en lo que somos, hacemos y promovemos. 
“No hay cambios sin sue帽os 
ni sue帽os sin esperanzas” 
Paulo Freire


La fil贸sofa norteamericana recibi贸 el 10 de diciembre de 2015 el doctorado honoris causa por parte de la Universidad de Antioquia y pronunci贸 un duro discurso sobre las sociedades que est谩n formando los estados con pol铆ticas educativas enfocadas en rentabilidad.

En el discurso, que ya se perfila como tendencia en Colombia en redes sociales, la fil贸sofa plantea que el mundo se est谩 encaminando hacia “naciones de personas con formaci贸n t茅cnica que no saben c贸mo criticar la autoridad, 煤tiles creadores de lucro con imaginaciones torpes. Las democracias tienen grandes potencias racionales e imaginativas. Tambi茅n son propensas a algunos defectos graves en el razonamiento, al parroquialismo, la prisa, la dejadez, el ego铆smo, la deferencia a la autoridad y la presi贸n de grupo. Una educaci贸n basada principalmente en la rentabilidad”.


"Estamos en medio de una crisis de proporciones masivas y grave importancia mundial. No me refiero a la crisis econ贸mica mundial que comenz贸 en 2008. Al menos entonces todo el mundo sab铆a que la crisis estaba ah铆 y muchos l铆deres mundiales trabajaron r谩pida y desesperadamente para encontrar soluciones. Tampoco me refiero a la crisis creada por el terrorismo internacional, eso tambi茅n es reconocido por todos. No, me refiero a una crisis que pasa desapercibida, una crisis que probablemente sea, en el largo plazo, incluso m谩s perjudicial para el futuro del autogobierno democr谩tico: una crisis mundial de la educaci贸n. Dado que las democracias del mundo tambi茅n est谩n siendo desafiadas ahora por cuestiones de migraci贸n, terrorismo y comprensi贸n mundial, esta crisis de la educaci贸n es potencialmente devastadora para el futuro de la democracia en el mundo.

¿Qu茅 vamos a tener, si estas tendencias contin煤an? Naciones de personas con formaci贸n t茅cnica que no saben c贸mo criticar la autoridad, 煤tiles creadores de lucro con imaginaciones torpes. Las democracias tienen grandes potencias racionales e imaginativas. Tambi茅n son propensas a algunos defectos graves en el razonamiento, al parroquialismo, la prisa, la dejadez, el ego铆smo, la deferencia a la autoridad y la presi贸n de grupo. Una educaci贸n basada principalmente en la rentabilidad en el mercado global magnifica estas deficiencias, produciendo una torpeza codiciosa y una docilidad t茅cnicamente capacitada que amenazan la vida misma de la democracia y ​​que sin duda impiden la creaci贸n de una cultura mundial decente.

Si el verdadero choque de civilizaciones es, como creo, un choque dentro de la persona individual, todas las sociedades modernas est谩n perdiendo r谩pidamente la batalla, ya que se alimentan las fuerzas que conducen a la violencia y la deshumanizaci贸n y dejan de alimentar las fuerzas que conducen a cultivar la igualdad y el respeto. Si no insistimos en la importancia crucial de las humanidades y las artes, 茅stas se desplomar谩n, porque no generan dinero. S贸lo hacen algo que es mucho m谩s valioso que eso, hacen un mundo en el que vale la pena vivir, las personas que son capaces de ver a otros seres humanos como personas llenas, con pensamientos y sentimientos propios que merecen respeto y simpat铆a, y naciones que son capaces de superar el miedo y la sospecha en favor del debate comprensivo y motivado.

En el discurso de Martha Nussbaum, nos plantean tres valores o habilidades para una ciudadan铆a democr谩tica decente.
En donde la primera es la habilidad Socratica de autocritica y el pensamiento critico, Socrates dice que la democracia necesita de ciudadanos que puedan pensar por si mismos. Ya que el pensamiento cr铆tico es muy importante para la buena ciudadan铆a en una sociedad que debe tener en cuenta la presencia de personas que se diferencian por la etnia, la casta, la religi贸n y profundas divisiones pol铆ticas. Ademas s贸lo tendremos la oportunidad de un di谩logo adecuado que atraviese fronteras si los ciudadanos j贸venes saben c贸mo participar en el di谩logo y la deliberaci贸n en primer lugar. Es seguro y esencial, fomentar el pensamiento cr铆tico desde que se inicia la educaci贸n,pero durante la formaci贸n universitaria se puede ense帽ar con nueva sofisticaci贸n y rigor, a trav茅s de cursos de 茅tica filos贸fica y el estudio minucioso de grandes textos que nos sacarian de muchas dudas alejandonos de la ignorancia.

La segunda habilidad o valor es la capacidad de verse a s铆 mismo como miembro de una naci贸n y un mundo heterog茅neos, entender algo de la historia y el car谩cter de los diversos grupos que lo habitan. Esta es una buena manera de llegar a ver a las personas que sostienen una posici贸n religiosa o pol铆tica diferente no como formas de amenaza, sino como seres humanos que tienen razones complejas para hacer lo que hacen, y que merecen respeto a si estemos de acuerdo con ellos o no.

La tercera habilidad del ciudadano, es lo que Martha Nussbaum llamar铆a la imaginaci贸n narrativa. Esto es la capacidad de estar en los zapatos de una persona diferente, ya que muchas veces no pensamos en que puede estar sucediendo en la vida del otro.

En general anima a todos los estudiantes universitarios a pensar por si mismos, a tener patriotismo o sentirse parte del mundo y a ponerse en los zapatos de otra persona, para poder comprender todo tipo de situaci贸n que experimente en la vida.

Callejeros - Una Nueva Noche Fr铆a

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