jueves, 11 de enero de 2018

⛪ LA IGLESIA QUE YO QUIERO Y EN QUE CREEMOS - MI DIOS ES PEQUEÑO Y NECESITADO


Pedro Barsimón de la Barca
La Iglesia que yo quiero no tiene campanario:
Las palomas se encargan de avisar a la gente, les dicen: 
"¡Buenos días! La vida sigue viva:
¿Vamos a celebrarlo con un poco de vino?"

La Iglesia que yo quiero no necesita templo;
Siempre habrá un parque libre o, si llueve, 
una casa donde los cortinajes no impidan ver la lluvia 
(Donde la lluvia pueda asistir a misa).

La Iglesia, la que quiero no necesita “dogmas” 
si estoy vivo, si pienso, si siento tantas cosas, 
no hay que poner barreras, sino decir a todos 
que no deben sentarse antes de haber llegado.

¡Claro que en esta Iglesia habrá también un Papa! 
Pero un Papa casero, con pantuflas de paño; 
más papuchi que Papa, más santo que “santísimo” 
y si se llama Pepe que no le llamen Pío.

Los obispos, los pobres, suelen ser gente buena, 
si no fueran obispos yo creo que serían santos; 
pero claro, les dicen que ¡cuidado! Y que ¡ojo! 
Y los pobres acaban meando fuera del tiesto.

En la Iglesia que digo que yo quiero que sea, 
ocuparán los cargos gente con experiencia 
en lo que significa amar y ser amado. 
Sin amor ¿de qué sirve la superortodoxia?

Yo me imagino una Iglesia que me quiera y comprenda 
por qué a veces me caigo, por qué a veces me escondo…
¡Para que todo el tiempo te manden y te prohíban 
casi mejor morirte sin que te echen agua!

Por eso es que mi iglesia va siempre por delante.
No se dedica solo a decir: “Hasta aquí”.
Si he de decirlo todo, la Iglesia que yo quiero 
resulta hasta imprudente (Porque se fía de DIOS). 
¿Pues qué teme la Iglesia; quedarse sin riquezas?
¿Perder su poderío?¿Que surjan mil herejes? 
¡Hay otras herejías que son mucho peores, 
como es tener miedo a perder tantas cosas!

No importa que la Iglesia tenga la fe muy floja; 
mientras busca y pregunta va por buen camino.
Los sistemas teológicos tienen el gran peligro 
de hacernos creer que Dios es un libro de texto. 
La Iglesia que yo quiero puede que se equivoque 
que no acierte a ver claro como es de grande Dios; 
pero será una Iglesia donde cabremos todos 
y hasta probablemente estemos tan a gusto.

La Iglesia que me gusta, la Iglesia que yo quiero, 
es algo muy sencillo, cosa de gente pobre. 
No se trata de ir sucios, que te huelan los pies, 
pero tampoco es eso de ir siempre de Domingo.

Mi Iglesia no se engola ni anda con perifollos; 
tiene humor, cuenta chistes. La mitad de la misa 
se la pasan riendo, hasta que el cura dice: 
“Vale ya, fieles almas, que esto es un cachondeo”.

Eso sí como el mundo todavía no es cielo, 
la Iglesia que yo quiero anda de catacumbas. 
Si tuviera dinero o influencias o amigos 
todo sería distinto; pero mejor que no.

“Una mierda de Iglesia” dicen los entendidos. 
No sé. Yo siempre pienso que si a cualquier persona 
le quitamos la ropa, los oros, y los títulos 
se queda en muy poquito, pero bueno y auténtico.

Y ustedes me disculpen si digo lo que siento: 
que putas, marginados, borrachos, pecadores, 
maricas, drogadictos y gente de ese estilo, 
serán los fundamentos de mi querida Iglesia: 
porque ellos son el barro, son esos bajos fondos 
donde la carne viva del hombre está más cerca. 
(Los últimos serán los primero…) 
Desde ahí la invocación al Padre es más necesitada; 
Dios no es un Dios de lujo y el amor puede darse más puro 
entre los hombres porque se ven enteros, sin falsas fatuidades.

Ya sé que a mucha gente la Iglesia que yo quiero 
no les gusta nada. Habrá que dialogarlo; 
pero que no nos digan que el cielo va a ser luego 
como esta pobre Iglesia que sabe tanto a polvo,
 porque así es que no van a sacar 
ni para pagar a la señora de los lavabos.
Amén Jesús.


LA IGLESIA EN QUE CREEMOS


La Iglesia en que creemos TIENE EN CUENTA A TODOS. 
No excluye a nadie. 
Las minorías y los marginados son sus hijos predilectos. 
La Iglesia la formamos todos, los niños, los jóvenes, los curas, los adultos y ancianos, los obispos y las monjas. Todos somos iguales en ella, y todos tenemos que ser escuchados. 

¡QUEREMOS ESCUCHAR Y SER ESCUCHADOS!

La Iglesia en que creemos ESTÁ ABIERTA AL CAMBIO.

La sociedad cambia, y los cristianos somos parte de la sociedad. Tenemos que saber cambiar con ella. La historia del Pueblo de Dios sigue viva.

La Iglesia en que creemos DEBE MIRARSE A SI MISMA.

Debemos ser críticos con nosotros mismos. Con nuestros aciertos y nuestros errores. Debemos pararnos a reflexionar sobre lo que hacemos y decimos para poder mejorar, pareciéndonos cada vez más a Jesús.

La Iglesia en que creemos LUCHA Y SE REBELA CONTRA LAS INJUSTICIAS.

Debemos ser valientes. Seguir a Jesús, es rebelarse contra las injusticias, es llevar el amor de Dios a todos. Y este camino no es fácil. ¿Acaso Jesús midió sus palabras y acciones por temor a lo que pudiera pasar?.

La Iglesia en que creemos AYUDA, ES SOLIDARIA, SE MEZCLA CON EL MUNDO TRANSFORMÁNDOLO.
¡Y que por esto nos conozcan!

Los LÍDERES de la Iglesia en que creemos:

No importa si son hombres o mujeres, casados o solteros, jóvenes o mayores, negros o blancos… pero sí importa que sean sencillos, justos, abiertos, comprensivos, cercanos, luchadores contra las injusticias, valientes, los primeros en servir, y sobre todo, QUE NOS RECUERDEN A JESÚS.


SÓLO NOS QUEDA LO QUE DAMOS

Sólo nos acariciará, el amor que prodigamos.
Sólo nos alegrará, la sonrisa que regalamos.
Sólo nos desalterará, el agua que juntos bebimos.
Sólo nos alimentará, el pan que compartimos.
Sólo nos cubrirá, el vestido 
con que al prójimo arropamos.
Sólo nos descansará, el cansancio 
del peregrino que hospedamos.
Sólo nos consolará, la palabra 
con que reconfortamos.
Sólo nos guiará, la verdad que proclamamos.
Sólo nos sanará, el consuelo 
del enfermo que visitamos.
Sólo nos librará, la vida nueva del preso liberado.
Sólo nos dará paz, 
la ofensa que perdonamos.
Sólo hará renacer la esperanza, 
la mirada que al cielo dirigimos 
y las manos con que abrazamos.
Sólo nos conducirá a la vida, 
la confianza que en el Padre depositamos.


Mi Dios


Mi Dios es pequeño, débil y necesitado
Mi Dios tiene la bondad de los sencillos
Mi Dios trasmite ternura
Mi Dios tiene la fuerza de los que han sufrido
Mi Dios siempre me espera más abajo
Mi Dios es afectuoso y comprensivo
Mi Dios tiene la alegría de los niños
Mi Dios tiene una mirada brillante y clara
Mi Dios canta porque es música
Mi Dios baila porque es danza
Mi Dios habla porque es una poesía empezada
Mi Dios tiene la paciencia de una madre 
que siempre espera
Mi Dios tiene la luminosidad de las estrellas
Mi Dios me hace mirar más lejos
Mi Dios me hace mirar a mi alrededor
Mi Dios tiene la jovialidad de los jóvenes
Mi Dios tiene la belleza de una mujer
Mi Dios escucha mi clamor y mi dolor
Mi Dios alarga su mano para sostenerme
Mi Dios es una tierra en la que puedo sembrar
Mi Dios llena de alegría a los que aman
Mi Dios llora cuando lloramos
Mi Dios late en mi corazón
Mi Dios es el latido de mi corazón
Mi Dios vive en mis amigos
Mi Dios calla, calla y calla
Mi Dios es ofendido cuando 
le hacemos mal a los pequeños
Mi Dios necesita amar
Mi Dios es mi amado y mi amada
Mi Dios tiene la fuerza de un beso apasionado
Mi Dios es un grano de trigo que muere
Mi Dios es un grano de trigo que da fruto
Mi Dios es un encuentro de amigos
Mi Dios es una pareja que se ama
Mi Dios es un anciano que sabe envejecer 
con paciencia y esperanza
Mi Dios es un enfermo que está en el hospital
Mi Dios es una mujer embarazada que va en una patera
Mi Dios es débil con los débiles y fuerte con los fuertes
Mi Dios es una gran noticia sobre la vida
Mi Dios trabaja en los limpios
Mi Dios es agua para los sedientos
Mi Dios es un regalo inesperado
Mi Dios es la sal de la vida
Mi Dios es la luz cuando todo está oscuro
Mi Dios es calor cuando hace frío
Mi Dios es brisa sueva en el verano
Mi Dios es la luz que se ve al final del túnel
Mi Dios es una ola del mar que me lleva
Mi Dios es un suave rayo de sol en el invierno
Mi Dios no hace ruido
Mi Dios es alguien que me mira
Mi Dios es un obrero que regresa a su casa en el autobús
Mi Dios es un médico que salva la vida de un niño

Mi Dios es Ternura
Mi Dios es Palabra
Mi Dios es fuerza

Mi Dios se llama PADRE, HIJO Y ESPÍRITU SANTO
Mi Dios me habla hasta cuando no lo escucho
Mi Dios me despierta cuando estoy dormido
Mi Dios me reclama cuando no escucho a mi hermano
Mi Dios está presente en el silencio
Mi Dios grita en el grito de los pobres
Mi Dios está presente en el dolor de los que sufren
Mi Dios es consuelo para el que sufre
Mi Dios está cuando parece que no está
Mi Dios me escribe en la cartas de mis amigos
Mi Dios va siempre con el emigrante
Mi Dios me toma como instrumento suyo

Mi Dios es poesía
Mi Dios está en quien cuida al enfermo
Mi Dios esta en los males que me aquejan
Mi Dios sonríe cuando yo estoy contento
Mi Dios me acompaña cuando estoy triste
Mi Dios quiere que lo encuentre entre los demás
Mi Dios es una madre que prepara 
la comida para su familia

Mi Dios es un niño que pide limosna en los semáforos
Mi Dios es un payaso que nos hace reír.


Pere Borràs

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