AL IDI🎯TA
En el libro ‘Las Leyes fundamentales de la estupidez humana’, C. M. Cipolla, conocido historiador italiano, que se encargó de la fatigosa tarea de estudiar al idiota, destaca el peligro que supone a la sociedad, cuando dice que: “Las personas no estúpidas subestiman siempre el potencial nocivo de las personas estúpidas”. Subestiman, en primer lugar, su enor- me capacidad de contagio, que llega a arrastrar a las personas no afec- tadas por este desorden cognitivo y volitivo a convertirse en idiotas, aunque sea momentáneamente. Y para peor, lo cierto es que aún aquellas personas razonables, que entienden la gravedad de este tipo de sujetos, se verán en aprietos a la hora de tratar con ellos, encontrándose totalmente desarmados. ¿Por qué? En primer término, porque el idiota es inmune a la realidad y su conducta es imprevisible; no actúa con lógica propia ni sigue los mismos parámetros que el resto de los mortales. Actúa como un caprichoso idiota, ideologizado, contagiando a otros que voluntariamente se dejan infectar.
Ante la pandemidiota de este tipo de seres, es tiempo de ir por ellos...
Sumario
PARTE I- IDENTIFICAR (Kit para identificar al idiota y al que no lo es):
1. Quién es el idiota: Identidad, Ambiente y Propagación;
2. Quién no es idiota (Vacunas para no ser Idiota):
a. Dosis Esenciales (La civilización occidental, el ser humano, las virtudes, la sabiduría y la verdad);
b. Dosis de Refuerzo (La cultura, la batalla cultural, la revolución de la nada, la virilidad, los enemigos, la manipulación).
PARTE II- DEBATIR (Kit para debatir con el idiota):
3. Usa la cabeza: Fundamentos y Principios para el debate;
4. Usa la voz: Retórica y Oratoria.
PARTE III- VENCER (Kit para vencer al idiota):
5. El temple y la imitación; 6. Cara a la eternidad.
Este gran trabajo pretende ser (y lo logra con creces) una suerte de manual de formación integral para los guerreros culturales y los cuadros de la denominada ‘nueva derecha’, de manera tal que prima facie es un libro dirigido a fortalecer las convicciones, las pasiones, los argumentos y también el ánimo de los nuevos ‘soldados’ de esta lucha: vale decir que preferencialmente este texto estaría destinado a los jóvenes, que se encuentran inquietos, preocupados y/o alentados por la disputa presente y que por ende se hayan ávidos de formarse en la materia, sin desmedro de que el trabajo que nos ocupa pueda perfectamente ser leído, disfrutado y enriquecido por gente de otras edades, pues el espíritu y el tono del texto no posee encasillamiento etario alguno.
El libro de por sí tiene una tónica provocativa y beligerante que se da en todo momento empezando por el título mismo (‘Identificar, debatir y vencer al idiota’), en el cual se sindica al sujeto que voluntaria o involuntariamente abraza ideas, hábitos o gustos progresistas, no como alguien eventualmente diferente o equivocado sino lisa y llanamente como un idiota: esta obra no mantiene sutilezas y casi podría decirse que, abomina de ellas.
Este trabajo se divide básicamente en tres partes, y la primera de ellas refiere a la historia y características del idiota posmoderno, sindicado como el primer enemigo a vencer: vale decir que no sólo se le coloca el mote de ‘idiota’ al progresista contemporáneo, sino que se lo considera un adversario y un enemigo. Por eso, el libro expone la batalla en el plano inmaterial, pero bien real: las ideas, las palabras, los argumentos, los usos, los valores, el discurso, la actitud y la polémica, entre otros puntos.
La obra no es ni pretende ser neutral. Por lo demás, quien suscribe jamás ha leído un libro neutral. Más aún, no considero que exista tal cosa como la ‘neutralidad’, dado que en rigor de verdad y más allá de los sobreactuados intentos bien-pensantes de ciertos figurones que presumen ‘equidistancia’ y ‘objetividad’ al abordar hechos políticos en pugna, ello no deja de ser una pose bastante imbécil o una caricaturesca artificialidad. Y si hay algo que define a este trabajo, es su ausencia absoluta de hipocresía, mérito no menor que celebro vivamente.
Sigamos. Aquí el idiota es considerado como el principal difusor de la estupidez progresista y el libro se apoya además en la tesis leninista, según la cual el 99% de los revolucionarios marxistas está compuesto por ‘idiotas útiles’: como vemos, el idiota es el protagonista omnipresente de este trabajo.
Una vez que la obra identifica y describe al idiota en cuanto enemigo principal a vencer, se pasa a una segunda parte, donde se detallan las características que se deben adquirir o reforzar para contrarrestarlo y no mimetizarse uno mismo con el espíritu del idiota, dado que sus negativas características pueden llegar a ser ‘contagiosas’ si es que no estamos atentos y entonces nos dejamos arrastrar por la abrumadora propaganda prevaleciente en su favor, la cual viene aparejada con la consiguiente satanización automática que se le propina a todo aquel que no comulgue con las particularidades del idiota arquetípico, tan excelentemente retratado en este trabajo.
Finalmente, el texto refiere a los conocimientos técnicos necesarios para vencer al idiota-progre en un debate dado (retórica, dialéctica, formas de argumentación, falacias, estrategias, modos de exposición oral, formas para vencer el miedo escénico, etc.). A la par, se hace hincapié en la importancia de seguir a los grandes arquetipos humanos o sobresalientes ejemplos históricos, así como una encendida apología del coraje y del temple necesario que se precisa para brindar la batalla cultural de cara a la eternidad, habidas cuentas de que como fuera dicho, el libro presenta al idiota como un adversario y un enemigo, y no se busca aquí promover instrumentos para el sano debate académico en el cual cada uno tiene su ‘respetable enfoque’, sino que lo que el libro pretende es forjar, fomentar, promover e impulsar guerrilleros contra-culturales. De modo que no sería una exageración sindicar al presente trabajo como una obra de combate, en momentos justamente en donde los autores del libro presente se encuentran en franca desventaja frente a la cultura hegemónica que desde hace décadas se encuentra en manos de la progredumbre, y es a ella a la que el trabajo pretende derribar y para tal fin, se necesita de muchos ‘derribadores’ con el espíritu, la convicción, la disposición y la actitud tendiente a tan noble propósito. Por lo tanto, la aparición de este compendio no podría entonces ser más que aplaudida, recomendada y por supuesto: leída. Nos encontramos aquí frente a un trabajo que hace un permanente equilibrismo entre el lustre académico (tiene más de 650 citas a pie de página y más de 300 autores con sus textos estudiados y consultados) y un constante espíritu burlón e incluso panfletario, estilo este último justamente muy utilizado en tiempos de guerra y emergencia.
En suma, todos estos ingredientes combinados y alternados de una manera francamente artística, nos brindan una obra que nos forma intelectualmente pero que a la vez nos entretiene (por momentos risueñamente), y también nos impulsa bravamente a la acción militante.
Celebro entonces intensamente este trabajo de obligatoria lectura en los tiempos beligerantes que se están padeciendo, como consecuencia de la tremenda agresión disolvente del flagelo progresista que hoy nos agobia y acosa. Ante este escenario turbio, vicioso y doliente, nos podemos sentir sumamente aliviados con la aparición de esta gallarda, oportuna y eficaz medicina.
Nicolás Márquez
(Del Prólogo)
"La forma inteligente de mantener a la gente en un estado de pasividad y obediencia es moverse siempre en el espectro de opiniones respetables, con enorme debate dentro de ese espectro, incluso animando a las personas más críticas y disidentes. De ese modo, la gente tiene la sensación de tener un pensamiento libre, mientras que, en realidad, sólo se refuerzan los preceptos del sistema dentro de los límites del debate acordados". Noam Chomsky
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