martes, 2 de mayo de 2023

EUSEBIO DA GUARDA, EL BENEFACTOR DE LA CORUÑA



La vida del ilustre benefactor coruñés Eusebio Lázaro da Guarda González es sencilla, pero llena de intensidad en su amor a la ciudad. Eusebio era hijo de un emigrado de origen portugués de humilde oficio de zapatero y natural de la región de Braganza, que se asienta en La Coruña en el primer bienio del siglo XIX. Gonzalo da Guarda se casó en esta ciudad con la hermosa coruñesa Juana González, siendo Eusebio da Guarda uno de los ocho hijos habidos en aquel matrimonio. 
Nace en 1824 y es bautizado en la iglesia de San Nicolás. Inicia sus estudios primarios y luego pasa a la Escuela de Náutica para hacerse piloto naval. Desde una edad muy temprana embarca a navegar y con solo 20 años logra emplearse en la casa comercial de Juan Menéndez Fuertes, armador de origen cubano, donde pasa a ejercer las funciones de apoderado en 1852 cuando muere su patrón.

Su nombre completo es Eusebio Lázaro da Guarda González. Es hijo de Gonzalo da Guarda: emigrante portugués, de la región de Braganza, zapatero de profesión que prosperó como comerciante, y de la coruñesa Lorenza González García. Nació en 1824 y fue bautizado en la iglesia de San Nicolás.
Estudió en la Escuela de Náutica de La Coruña sacando el título de piloto antes de alcanzar los 18 años de edad, se inició laboralmente como piloto naval en prácticas durante 2 años. Tras este periodo, abandona su carrera náutica para dedicarse al comercio.​
A finales de los años 40 se incorpora como administrativo a una empresa de Juan Menéndez Fuertes, acaudalado empresario cubano afincado en La Coruña.
En 1852 ya es apoderado de la empresa, año en el que fallece Juan Menéndez Fuertes. En 1854 contrae matrimonio con Modesta Goicouría Cabrera, viuda de Juan Menéndez Fuertes.
Gestiona los negocios de su mujer, los cuales pasan a denominarse "Vda de Juan Menéndez", a la vez que dirige sus propios proyectos e inversiones empresariales. Amasaron una de las mayores fortunas de la alta burguesía coruñesa de la época, destinando buena parte de la misma a la filantropía. La ciudad le agradeció su contribución con un monumento en 1891, que incluye una estatua, esculpido por Elías Martín.
Murió el 20 de marzo de 1897 y fue enterrado en la iglesia de San Andrés junto a su mujer.

Eusebio, que se había fijado en los atributos gráciles de la viuda de su jefe, Modesta Goicouría Cabrera, once años mayor que él, se casa con ella en 1854. De esta relación no habrá descendencia.
Su labor filantrópica quedará reflejada en la erección del Instituto de segunda Enseñanza y del Grupo escolar que también lleva su nombre, levantados en el antiguo solar del Caramanchón, hoy plaza de Pontevedra.


OBRAS

También procede a la reedificación de la antigua capilla de San Andrés, perteneciente de antiguo al gremio de los Mareantes, cuyas obras darán a Eusebio da Guarda muchos quebraderos de cabeza por motivos de pleitos entablados acerca de a quien pertenecía la propiedad.
Había una división importante entre el cabildo de Santiago, el gremio de los Mareantes y el propio Eusebio da Guarda, que fue quien puso el dinero para la restauración del templo, que fue bendecido por el cardenal santiagués Herrera el 17 de mayo de 1890.

Cuando el benefactor falleció siete años después fue enterrado siguiendo su deseo en el propio templo, lo mismo que su difunta esposa, la cual había muerto en 1889. Modesta había sido enterrada en un primer momento en San Amaro, en el nicho 159 del cuarto departamento, mediante donación perpetua y en propiedad del Ayuntamiento de La Coruña. Con el tiempo se dilucidó el pleito por la posesión de la restaurada capilla de San Andrés, a la que se trasladó para que en ella descansasen sus restos de forma definitiva. Dicha capilla será declarada Castrense el 26 de abril de 1938, mediante una encomienda de la autoridad eclesiástica del Arzobispado de Compostela.
A expensas de Eusebio da Guarda se levanta también el mercado de abastos que lleva su nombre, situado en la plaza de Lugo.
El 9 de abril de 1910 se inauguraba en la plaza de Lugo el mercado tradicional de abastos de Eusebio da Guarda.
El filántropo Eusebio da Guarda dejó dicho en uno de los apartados de su testamento (25 de enero de 1897) que tras dar fin a las obras del Grupo Escolar que se estaban efectuando, sus hermanas y herederas invirtieran 200.000 pesetas e la construcción de un mercado de hierro en la plaza de Lugo, para el que el Ayuntamiento debía ceder el terreno que allí estaba explanado.

Así, en el año 1900, y una vez finalizadas las obras de las escuelas, el Ayuntamiento comenzó sus negociaciones con las Rosa y Luisa Da Guarda para cumplir la voluntad de su hermano, tomando la decisión de que el legado se invertiría en el cuerpo central del edificio, y que a cargo del municipio correrían la edificación de los cuerpos norte y sur del mismo. El coste total ascendió a 600.000 pesetas.
El arquitecto Pedro Mariño fue el autor del proyecto, dando comienzo a las obras en el año 1901. En el moderno mercado había mármoles, mosaicos, marquesinas, herrajes artísticos, numerosos registros de agua, desagües y la luz que penetraba directamente por las cristaleras.

El pabellón central tenía 52 puestos, que se destinaban exclusivamente a la venta de pescado fresco, mientras que los pabellones laterales disponían de 45 puestos cada uno, donde se venderían legumbres, pan, huevos, gallinas o carnes de cerdo y vacuno. En las marquesinas se distribuyeron otros 28 puestos más para verduras, flores, frutas y otros artículos.
La inauguración de las nuevas instalaciones fue presidida por el entonces alcalde de la ciudad, el señor Folla Yordi, acompañado por el primer teniente de alcalde, Lens Viera, y la hermana del benefactor Rosa da Guarda.
Lo más lamentable fue que con la segunda reforma de la Plaza de abastos, fue dada sus mejores locales exteriores a ZARA, FNAC Y DEMÁS USURPADORES E INTRUSOS...
Esto ya en su día fue un robo, un saqueo, una expropiación y una ILEGALIDAD INJUSTA a la memoria del mecenas Don Eusebio Da Guarda. Además de retrasar la obra para arruinar al comercio local de los alrededores, se preferenció a las multinacionales que nunca estuvieron ahí, en contra de los deseos del mecenazgo. LA PLAZA EUSEBIO DA GUARDA FUE PARA LOS TRABAJADORES DE LA TIERRA Y DE LA MAR. Y los han escondido en los peores puestos. Ahí no deberían estar nadie más que ellos mismos. Esto fue UN ROBO y una chapuza histórica. Queríamos una plaza de mercados (PARA SUS AUTÉNTICOS DUEÑOS) como la de San Miguel de Madrid. O, algo con sabor autóctono, gallego. Y no para las multinacionales, La mafia plutocrática y caciquil hicieron lo que les dió la gana. Todo un feudalismo partidocrático. Los placeros están escondidos dentro de una edificación sosa y minimalista repugnante. Con lo que gastaron podrían haber hecho algo parecido al mercado de San Miguel de Madrid o como el de estilo naturalista de Luxemburgo. Apaga y vámonos... Ok, vale, de acuerdo....
Además, este benefactor llegó a ser el primer accionista del Balneario municipal de Riazor, con ocho títulos de 500 reales cada uno, y también costeó los gastos de la fuente del Deseo en la Ciudad Alta, que no contó con fuente alguna hasta finales del siglo XIX.

La empresa de la que se hizo cargo Eusebio da Guarda en 1852 había sido fundada por Juan Menéndez Fuertes, natural de La Habana, que tras hacer fortuna se había instalado en La Coruña en 1837. En la Habana, Fuertes se había casado con Modesta Goicouría Cabrera, dedicándose desde La Coruña a canalizar la corriente migratoria de Galicia hacia la isla, bien en barcos propios o mediante representación de otras navieras y entablando negocios con las tierras de América. También será socio de una fábrica de vidrios en Gijón, La Industrial, fundando otra en La Coruña: La Unión de Gijón, Avilés y Coruña.

Fundará también la compañía de seguros marítimos La Integridad en 1841, para asegurar los barcos y sus cargamentos, llegando a ser vicepresidente de la Junta de Comercio en 1843 y 1847, alcalde de la ciudad coruñesa en 1844 y senador vitalicio en 1847.
La herencia de Fuertes era sumamente importante, disponía de propiedades en Muxía, Camariñas, Cée, Finisterre, Vimianzo y Dumbría, cuyos negocios seguirán funcionando bajo la denominación de Viuda de Menéndez, de la cual eran apoderados el hijo menor, Juan Menéndez, y Eusebio da Guarda, ampliando este, aquellos negocios al ámbito bancario y la consignación naviera, entre los que se encontraban la Cía. Transmediterránea y la Cía. Trasatlántica Española. Eusebio da Guarda llevaba la dirección de los negocios desde el número 75 de la calle de Acevedo, actual calle Real.

HOMENAJE

Cuando la tarde del 20 de marzo de 1897 muere Eusebio da Guarda, en su propio domicilio de la calle Real, el Concejo coruñés se reúne en pleno a las diez de la noche y su alcalde-presidente da cuenta a la corporación del fallecimiento de este ilustre patricio y del deber de los coruñeses de tributar a su memoria el homenaje de gratitud, cariño y respeto que se merece, por los beneficios que tan generosamente le ha dispensado a la ciudad de La Coruña.
Con motivo del fallecimiento de Eusebio da Guarda, el alcalde Luis Argudín Bolívar, emite un bando de pésame a la población, para que acudan todos los coruñeses a su entierro.
Son varios los recuerdos en la ciudad, pero sería de agradecer que el Ayuntamiento colocase una placa conmemorativa en la casa de la calle Real, número 75, en honor de este patricio coruñés, como recuerdo de su vida y su obra en La Coruña.

José M. Fernández Caamaño, escritor: 
«Es falso que Eusebio da Guarda se enriqueciera 
en La Coruña con el tráfico de esclavos»

https://www.lavozdegalicia.es/noticia/coruna/2024/05/28/jose-m-fernandez-caamano-escritor-fake-news-eusebio-da-guarda-enriqueciera-coruna-trafico-esclavos/00031716901121179561910.htm

Un instituto, una escuela y una calle llevan su nombre. Su apellido, de origen portugués, bautizó una de las plazas de abastos más antiguas de Galicia, la de la plaza de Lugo. Sin embargo, José Manuel Fernández Caamaño (1948) se percató de una realidad: para la mayoría de los vecinos Eusebio da Guarda González (A Coruña, 1825 -1897) era poco más que eso, el nombre grabado en la placa de una escultura junto a la plaza de Pontevedra. «Lo que ocurre es que la memoria histórica se va apagando», explica.

Con la meta de rescatar del olvido al empresario y filántropo, presenta esta tarde, a las 20.00 horas en el IES Eusebio da Guarda, Vida y obra del mayor patricio coruñés, Eusebio da Guarda González (Publicaciones Arenas). Una indagación sobre la trayectoria de un hombre hecho a sí mismo y en cuya vida no faltaron la ambición ni los claroscuros.

—¿Por qué la palabra «patricio»?

—Porque, en vida de Eusebio de Guarda, era así como se llamaba a los filántropos, un término más actual. Como los antiguos patricios romanos. Así se refieren a él en documentos municipales.

—¿Quién fue Eusebio da Guarda?

—Fue el hijo de un maestro zapatero portugués y de una dama coruñesa. Aquí, su progenitor hizo fortuna y Eusebio estudió para ser piloto mercante. Sin embargo, el mar no le gustaba y se emplea en la casa de Juan Menéndez, un próspero empresario de origen gallego venido de Cuba. A Coruña era entonces el principal puerto del noroeste español y el tráfico marítimo con las colonias de Cuba y Puerto Rico era muy intenso. Ahí es donde se hicieron las grandes fortunas. Menéndez se dedicaba al comercio de importación y exportación, sobre todo, al transporte de migrantes a tierras americanas. Estos trasatlánticos eran conocidos como los «correos». Cuando fallece su jefe, Eusebio se queda con la mujer de Juan Menéndez, pues se casa con Modesta Goicouría, y con sus negocios.

—¿Diría que fue un buen aprendiz?

—Fue una persona muy inteligente para los negocios. Él expandió la empresa, introdujo el comercio de tabaco y consiguió la concesión, por real orden, del traslado de las tropas españolas a Cuba y Puerto Rico. También comercializaba con Filipinas. Además, fue el representante en A Coruña de la Compañía Trasatlántica Española y de la francesa.

—¿Quiso a Modesta, que ostentaba una importante fortuna?

—Muchísimo. Ella era unos diez años mayor que él, cubana, de padre vasco y madre isleña. Embelesaba. Que no pudiera ser soterrada en el panteón de San Andrés, la única condición que puso para sufragar la reconstrucción del templo, le afectó mucho. Estuvo con pleitos con la Hermandad de la Misericordia. Finalmente, los restos de ambos fueron enterrados en el panteón.

—¿Será la biografía definitiva?

—Creo que es una obra completa y documentada. Estuve más de cinco años investigando en los archivos y en los libros de actas municipales. Es la historia vivida por él y las obras que nos dejó: el instituto y el colegio que llevan su nombre, el mercado da Guarda en la plaza de Lugo y la reconstrucción de la iglesia de San Andrés, que hoy es castrense.

—Hay una leyenda negra que lo persigue, el comercio de esclavos.

—Es una fake news que se enriqueciera con el tráfico de esclavos. No consta ningún dato que confirme tal cosa. Estaba penado por ley, España firma el convenio de abolición de la esclavitud en los años veinte del XIX. Se dedicó a transportar emigrantes a Cuba que se empleaban en la construcción del ferrocarril o la industria del azúcar. Trabajaban en condiciones muy duras, sí, pero esa es otra historia. No se puede extrapolar el pensamiento de hoy al pasado. La historia hay que comprenderla en la época en la que ocurre.

—¿Quién vela por su legado?

—Eusebio y Modesta no tuvieron hijos. El negocio de Eusebio da Guarda se muere con él, la consignataria deja de trabajar un año antes de la pérdida de las colonias. Los tres hijos de Modesta con su primer marido estaban en otros lares y la testamentaría vende su casa, en la calle Real y la Marina, que compra el dueño del Banco Etcheverría. Los Banet, en Galicia y en Cataluña, son las últimas ramas familiares que quedan. Podrían revertir la titularidad de tres de las propiedades que dejó, el mercado y los centros educativos, si los destinan a otros usos, como ser un centro comercial, por ejemplo.

Vida y obra del mayor patricio coruñés, 
Eusebio Da Guarda González

  
Es la historia de un personaje tan interesante como lo fue, la de Eusebio da Guarda González. Es digna de ser contada y leída, siendo el recuerdo vivo de la ciudad coruñesa, gracias a él existe el Instituto Da Guarda, el Grupo Escolar del mismo nombre, la Capilla de San Andrés y el Mercado Da Guarda, en la populosa Plaza de Lugo, todo por medio de su caudal personal, proveniente de sus negocios, después de haber contraído nupcias con la mujer de su antiguo patrón, Juan Menéndez, una refinada dama, nacida en La Habana, cuya unión se formaliza en 1854 y la casa de comercio que entonces regentaba su fallecido patrón, queda bajo su responsabilidad, la cual prospera bajo su dirección, siendo Eusebio da Guarda, un próspero comerciante coruñés, el cual no tendría descendencia de su matrimonio, mientras su esposa Modesta Goicouría Cabrera. Tendría tres vástagos. De su primer matrimonio con Juan.

La obra que le causó un mayor problema y grandes disgustos a Eusebio da Guarda, sería la edificación de la Iglesia de San Andrés, en su conflicto con el entonces Gremio de la Paz y misericordia de la Vera Cruz, tal fue su desazón, que el día de la inauguración de dicha iglesia, hubo de ser descerrajada la puerta de la sacristía, para llevar a efecto el acto, las otras edificaciones de este prócer, no supusieron obstáculo alguno a su erección y, hoy la ciudad coruñesa, muestra su obra con esplendor, de un patricio que supo invertir su caudal en las necesarias, para la ciudad que le vio nacer. La cual le estará siempre agradecido.



VER+:


Mercado EUSEBIO DA GUARDA (Plaza de Lugo) La Coruña Galicia España

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