CÍNICOS
El palangre o palangrismo es la forma de cobrar o aceptar dinero para favorecer una o varias personas u una o varias instituciones sin importar la verdad del hecho. En lenguaje periodístico, práctica de recibir palangre (pago ilícito).
Hoy quiero hablar en este escrito del cinismo. No en oposición a la hipocresía, sino por lo que tiene de valor en sí mismo. Y tengo la intención de hacerlo de la forma tan espontánea y coloquial como fuera posible, según las posibilidades sencillas que nuestro idioma español permite.
Buscar la claridad en las exposiciones no supone el mismo camino del populismo, que necesariamente implica al sentido común. Un sentido común del que hablaba Voltaire, señalándolo como el menos común de todos. El sensus communis que para los clásicos era sinónimo de la humildad y de la sencillez. Pero sí que atiende esa intención de claridad, a la mera posibilidad de ser escuchado y entendido por todo aquél que sea honesto e intelectualmente decente, en su búsqueda de la verdad aunque fuere únicamente con el propósito egoísta de servirle a sí mismo.
El efecto de un fraude en materia de salud provocado por el consenso político en España, ha producido fenómenos sociales que requieren ser analizados y estudiados para entenderlos. Y esto es algo de lo que no se ocupa nadie de forma seria y desapasionada, de forma descriptiva, para que pueda ser bien comprendido y provoque así las acciones consecuentes.
Los activistas sociales y políticos, personas que ocupan su tiempo en el reparto de eslóganes, breves frases con imágenes y burlas humorísticas en redes sociales y otros medios de difusión, actúan conforme a su infantil creencia de que existe una parte social que denominan “dormidos” y que ellos, considerándose a sí mismos iluminados por la vigilia, se disponen a combatir. Piensan que los demás no saben la verdad y que no entienden lo que sucede, y por ese motivo están encomendados y llamados por su espíritu a dedicarse a la labor de despertarles. Cada vez que escuchan una sola cosa cierta en alguien a quien consideran famoso, ven alimentada su ilusión y motivación, conformándose así con pequeñas partes de verdad en un ámbito donde reina la gran mentira.
Olvidan sin embargo el cinismo, que es el atributo del carácter que fue sustituyendo a la hipocresía a partir de la transacción política de 1978. Cuando se fundaba un régimen de poder, cuyo sustento era la pura traición y la mentira pública, la corrupción moral se hacía su factor de gobierno, es decir, lo que permitía y permite hoy su estabilidad y gobernabilidad; lo que hace que ese Estado pueda ser estable y mantenido en el tiempo. Por ese motivo, y siendo la Naturaleza tan sabia como lo es, las personas se habituaron en su mayoría a sobrevivir gracias al cinismo. Y es únicamente el cinismo lo que permite obtener beneficios y ganancias, en una sociedad dominada por el consenso político, en manos de apátridas y de canallas. Actúan conforme creen es la única forma de poder vivir, especialmente quienes no buscan más que la tranquilidad y el sosiego, librándose así de cualquier molestia o incomodidad.
Por eso los activistas políticos, dedicados a esa inútil y afanosa habilidad que Albert Camus ridiculizó en el mito de Sísifo, olvidan que no es lo mismo saber la verdad que decir la verdad. Y así siguen escuchando a nuevos periodistas y comunicadores, que aparentan ser “alternativos” o “anti-sistema”, de los cuales se decepcionarían con sorpresa al conocer sus opiniones en privado y que no hacen públicas. El mismo cinismo que mantiene a todos los más célebres periodistas, que también escuchan en los Medios para las masas de este régimen de partidos estatales.
Yo conozco y he hablado personalmente con muchos de ellos, por eso sé que son verdaderos cínicos. Aunque relatar aquí lo que saben en privado y ocultan en su discurso público no tendría más valor que el que otros concediesen a mi palabra. Por eso sería inútil centrar en eso mi interés.
Lo relevante en estas explicaciones es hacer notar cómo el mismo cinismo que mantiene el discurso público, ese que finge que hay democracia sin que la haya todavía, es el que mueve a la mayoría a mantener esos bozales en sus caras, tratando de tapar así su propia vergüenza, y a fingir que viven preocupados por una enfermedad contagiosa inexistente, a tal punto, que los lleva literalmente a suicidarse y a consentir el asesinato, antes de tener el valor de enfrentarse a la verdad de los hechos.
+info en https://t.me/Republicos y en https://clc.diarioerc.com
SÍ A LA LIBERTAD
Richard Martin
La adhesión al régimen, el ritual iniciático de pertenencia al universo de la Gran Mentira no consiste únicamente en inscribirse en una página falaz, sin más consecuencias.
Pertenecer a esta majestuosa estirpe de falsarios, lleva aparejada una dramatización cuidadosamente estudiada para la puesta en escena de esta tragedia popular.
Implica una ofrenda al dios estatal. Una entrega. Una renuncia expresa a la Libertad.
A cambio, el iniciado, recibe un consuelo relajante. Aromatizado de una vaga promesa de seguridad.
A los que no fueron bendecidos por esta "gracia divina" les queda la opción de elegir su propio camino redentor para alcanzar la salvación.
Muchos son los relatos esotéricos que acuden a estimular las fantasías de aquellos actores desfavorecidos, los no elegidos. Deseosos de participar en este histriónico circo, afilan sus hachas, para alcanzar también, sus cinco minutos de Gloria. Son los autoproclamados "despiertos"...
Las vibraciones telúricas, las conspiraciónes globales, la energía que fluye, las fuerzas sutiles, el amor universal, la metafísica cósmica, los anunakis, el aura y el cuerpo astral, el nuevo orden mundial, el sentido oculto, el grafeno y sus derivados, la reencarnación y hasta referencias a los Hermanos de la Federación Galáctica...
Componen el surtido de lindezas propia de la genuina verborrea de esta nueva estirpe llamados a alcanzar la eternidad por si mismos .
Este arsenal no es más que un cúmulo de palabras escurridizas, que moran en el reino ignoto de lo inconcreto, de lo extremadamente abstracto. Se adentra incluso en el terreno del surrealismo o del subconsciente colectivo. Si es que tal cosa existe.
Los diversos personajes que pueblan esta fantasía elaboran sus discursos llamando "despertar" a lo que no es más que "su opinión" procedente de una insalvable confusión.
Cada cual ejerce su libre albedrío ocupándo ese mundo de ilusiones ficticias por la fantasía que más le intrigue.
Toman posesión de su pedestal, lo convierten en púlpito improvisado, y desde él ejecutan su obra maestra...
Su sublime propósito...
"Despertar a la bella durmiente".
"Con un beso pasional" que le abra las puertas a un mundo desconocido de esperanzas vanas .
La "salvación" es posible. Dicen.
Está en tus manos. Solo tienes que desearlo fuertemente. Y te será concedida por el Universo.
Estos y aquellos ocultan, olvidan, rehuyen, evitan mencionar la extrema violencia que rezuma la ausencia de Libertad.
¿Cómo se reconcilia la paz, el necesario rechazo a la violencia, con los hechos especialmente cruentos, con los que el Estado acostumbra a amenizar las veladas televisivas, pan nuestro de cada día, para los súbditos de ésta Monarquía Partitocrática Criminal?
¿Por qué nadie habla de las verdaderas causas que están detrás de los síntomas observados en la sociedad española aún conociéndolas perfectamente? ¿Por qué ese empeño en mirar a otro lado?
Ya se ha encontrado la respuesta acertada a ésta pregunta...
Por un lado la COBARDÍA. Que paraliza por miedo pánico. Incapacita al individuo para la acción
Por otro lado el CINISMO. Que acude a prestar esa protección instintiva como buen superviviente.
Es la pantalla contra la propia irradiación de cinismo de Estado.
Cinismo popular contra cinismo estatal.
Ambos vicios destructivos enfrentados, como señal inequívoca de decadencia moral.
A este engendro monstruoso han dado en llamar "democracia plena" . Un eufemismo ampliamente conocido para no llamarlo por su verdadero nombre...
"Oligarquía de Partidos"
y su podrida corrupción extrema.
Corrupción que queda patente con esta permanente escaramuza entre las razones de Estado y la sinrazón cortesana.
Un sabio dijo que no hemos venido a este mundo a buscar respuestas sino a hacernos preguntas. Aquí dejo algunas...
¿Por qué no se afronta la verdad de los hechos?
¿Por qué no llamar a las cosas por su nombre? ¿Cuál es el origen de la verdadera epidemia que nos consume como nación?
La Libertad Política Colectiva es la clave. No hay más salida que conquistarla. No será tarea fácil. La verdad siempre vence.
Habrá que desbrozar mucha maleza. ¿Qué duda cabe?
Pero hay que saber que la Libertad se abre camino lentamente. Sin prisa. Es audaz.
Inexorablemente imparable.
Y ahora corran a votar.
#YONOVOTO
#YONOMEVACUNO
¡SALUDVERDADYLIBERTAD!
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Gracias a ello, nos enriquecemos desde la pluralidad y desde la diversidad de puntos de vista dentro del respeto a la libre y peculiar forma de expresión.
La Comunicación más alta posee la gracia de despertar en otro lo que es y contribuir a que se reconozca.
Gracias amig@ de la palabra amiga.
"Nos co-municanos, luego, co-existimos".
Juan Carlos (Yanka)