Un amigo me preguntaba porqué no construíamos ahora catedrales como las góticas famosas, y le dije:
"Los hombres de aquellos tiempos tenían convicciones; nosotros, los modernos, no tenemos más que opiniones, y para elevar una catedral gótica se necesita algo más que una opinión". Heinrich Heine
“Una chaladura”, “un absurdo”, “una locura”… pero lo cierto es que el monumento más interesante y asombroso de Mejorada del Campo (23.000 habitantes, a 20 km de Madrid) es la “catedral” dedicada a la Virgen del Pilar que ha levantado con constancia y tozudez un hombre prácticamente solo, Justo Gallego, trabajando más de 60 años.
En el acto de reconocimiento ante las autoridades civiles, socialistas en gran parte (el 57% del voto municipal fue de izquierdas) don Justo habló de Dios:
«Estoy muy orgulloso de dejar algo para el Señor y para todo el mundo, para los que me quieren y para los que no».
Interés arquitectónico no le falta, según afirman todos los interesados en el arte de la arquitectura, y también algunos en el de la decoración, por las extrañas e ingeniosas soluciones técnicas que dio el señor Justo, hoy de 95 años, a su reto: construir una catedral casi solo, sin fondos y sin formación arquitectónica.
El Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA) incluso expuso fotografías de esta obra y hay vídeos de estudiantes de arquitectura intentando explicar lo que sucede en el edificio a nivel técnico, que no es fácil.
La Iglesia no ha bendecido ni consagrado el lugar ni se responsabiliza de nada, pero el edificio ya tiene su capillita abierta a todos, en silencio, con iconos e imágenes, donde quien quiera puede rezar, y muchos lo hacen a lo largo del día.
Se trata de un edificio de 60 metros de alto y 4.700 metros cuadrados de superficie, construido casi todo él con materiales reciclados, sobrantes, donados…
Incluye 12 torreones, 28 cúpulas y más de 2.000 vidrieras.
La Virgen del Pilar le curó de tuberculosis
Justo Gallego siempre explica (con un cartel también, cuando tiene mal la garganta) que todo empezó cuando la Virgen del Pilar le ayudó a curarse de una tuberculosis. Él había intentado ser monje en Santa María de Huerta, pero su mala salud y la tuberculosis le sacaron del convento. Pero se curó y en agradecimiento, el 12 de octubre de 1961 (este año se cumplen 6 décadas) , día de la Virgen del Pilar, colocó la primera piedra y empezó su construcción. Y con 95 años lo disfruta.
A veces le entrevista la prensa aragonesa y Justo aprovecha para alabar a la Pilarica: “La Virgen del Pilar es un tesoro. Lo que tenéis en Zaragoza es tremendo”, declaraba hace un tiempo al Heraldo de Aragón. Visitó Zaragoza en 1951 y quedó marcado para siempre. “Yo entonces era de Acción Católica, y acudí a un congreso marianista que se celebraba en Zaragoza. Es la virgen mariana de España”, enfatizaba Gallego a los periodistas del lugar.
En 2005 Justo protagonizó, con su edificio colosal, un anuncio de una bebida energética: ese año los visitantes fueron multitud. Pero nunca han faltado, cada día pasa gente por allí y deja algún dinero para colaborar con las obras.
Justo Gallego explica que lo que le motiva es la Virgen del Pilar. Pidió al ayuntamiento que cambiara el nombre del barrio y lo llamasen “Barrio del Pilar”, pero no accedieron a ello. Quien sabe si con el tiempo…
Por el momento, una pequeña Pilarica sobre una enorme columna saluda a todos los que contemplan admirados la fachada del edificio.
VER:
La muerte acecha a Justo Gallego, un labrador español que se convirtió en arquitecto por amor a Dios. Su vida, entregada a la construcción de la catedral que levantó con sus propias manos, se apaga con la incertidumbre sobre el futuro de una obra inacabada e incomprendida. Tras 60 años de trabajo constante, la catedral se ha convertido en una fortaleza donde ahora reina Ángel, el escudero que ha estado a su lado los últimos 20 años. Con la muerte rondando, Ángel ha cavado la tumba en la cripta donde Justo pretende enterrarse para evitar la demolición cuando las autoridades se pregunten qué hacer con un edificio de 35 metros de altura y más de 8000 m2, construido con materiales reciclados, sin planos y sin ninguna ayuda institucional. Tras los muros de la catedral Justo lucha contra sí mismo en busca de la virtud. Ajeno a la fama mundial que despierta su persona Justo reza para que entre por la puerta el arquitecto que se trabaje en el proyecto de legalización de la catedral para poder morir en paz.
'60 AÑOS construyendo una CATEDRAL él SÓLO'
La historia de esta Catedral comienza en 1952, año en el que Justo Gallego ingresa en el monasterio de Santa María de la Huerta, en Soria, de donde fue expulsado tras contraer la tuberculosis.
Don Justo rezó a la Virgen, pidiéndole curarse y prometiéndole que, si así era, construiría un templo en su nombre.
Don Justo se curó y, en su pueblo natal, Mejorada del Campo, este labrador cumpliría su promesa comenzando a construir él solo lo que, más de 50 años después, podemos encontrar en la localidad madrileña.
Lo más sorprendente de todo, es que Justo ha desarrollado su proyecto sin tener conocimientos de arquitectura, no existen planos del mismo ni proyecto oficial, todo está en su cabeza.
Según afirma él mismo, se ha ido inspirando en distintos libros sobre catedrales, castillos y edificios significativos.
La construcción cuenta con una capilla, una cúpula, una cripta y hasta con la tumba cavada del ya anciano constructor.
Lamentablemente, no pudimos hablar con Justo debido a que se encontraba enfermo, pero sí que logramos entrevistar a Ángel, heredero del proyecto y quien le lleva ayudando 10 años.
Actualmente, la Catedral de Justo es visitada por cientos de personas al día, pero no fue hace mucho cuando la historia del religioso se viralizó y difundió masivamente gracias a un anuncio de Aquarius del año 2004.
En relación a este asunto, Gallego ha criticado a aquellos que vienen movidos por la curiosidad y no por la fe en Cristo, que es el principal objetivo de su obra.
Pero no hay duda de que si no hubiese sido por esos curiosos, la Catedral no hubiese tenido ni la misma difusión ni los mismos donativos que derivan de esta.
Después de más de media vida dedicada a él, el proyecto aún se encuentra inacabado y no se sabe con certeza si se logrará colocar el último ladrillo, pero, independientemente de si se logra finalizar o no, es innegable que la obra y dedicación de Justo son dignas de admiración y un ejemplo de lo que se puede conseguir si crees en algo con mucha fuerza.
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