domingo, 21 de febrero de 2021

LA PREGUNTA QUE HACE TEMBLAR A LOS PROTESTANTES O CÓMPLICES DE LA GRAN RAMERA (LA ANTI-IGLESIA DEL ANTICRISTO) ❓

"Los escribas que habían bajado de Jerusalén decían: «Está poseído por Beelzebul» y «por el príncipe de los demonios expulsa los demonios». Él, llamándoles junto a sí, les decía en parábolas: «¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás? Si un reino está dividido contra sí mismo, ese reino no puede subsistir. Si una casa está dividida contra sí misma, esa casa no podrá subsistir. Y si Satanás se ha alzado contra sí mismo y está dividido, no puede subsistir, pues ha llegado su fin. Pero nadie puede entrar en la casa del fuerte y saquear su ajuar, si no ata primero al fuerte; entonces podrá saquear su casa. Yo os aseguro que se perdonará todo a los hijos de los hombres, los pecados y las blasfemias, por muchas que éstas sean. Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tendrá perdón nunca, antes bien, será reo de pecado eterno.» Es que decían: «Está poseído por un espíritu inmundo»". Mc 3, 22-30

La Ramera del Apocalipsis,
la Gran Babilonia
Los títulos de ramera y Gran Babilonia, es la anti-iglesia usurpadora, del Anticristo, del falso Profeta y, de la Bestia; lejos de referirse a la Iglesia de Cristo, identifican a sus enemigos. La Iglesia está en oposición a la ramera y sufre martirio en sus manos. El Apocalipsis honra a la Iglesia por su fidelidad al Señor hasta dar su sangre en esta lucha.
El Apocalipsis es un libro cargado de símbolos que no son fáciles de entender. Lo que sí es fácil es caer en la tentación de manipularlos para justificar cualquier opinión y para atacar al "enemigo". De esta manera algunos han querido interpretar que la Iglesia Católica es la ramera y la Gran Babilonia del libro del Apocalipsis. Utilizan principalmente el Ap 17.
"La Gran Babilonia" (v.5) es la gran ciudad del destierro de Israel en tiempos del Rey Nabucodonosor. Simboliza el poder pagano y la tribulación del Pueblo de Dios.

¿Roma?

Cuando San Juan escribió el Apocalipsis Roma era el poder pagano que oprimía al pueblo de Dios. Este pueblo es la Iglesia que ya estaba presente tanto en la ciudad de Roma como en muchas otras ciudades del imperio. Roma era una ciudad impresionante por sus riquezas y sus desenfrenos: "La mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, resplandecía de oro, piedras preciosas y perlas; (3) llevaba en su mano una copa de oro llena de abominaciones, y también las impurezas de su prostitución." (v.4)
Siguiendo esta hipótesis, Roma sería la ramera porque "con ella fornicaron los reyes de la tierra" (v.2). Estos reyes, como Herodes, se prostituían con ella para obtener poder sobre alguna provincia del imperio. Otras referencias también se aplican a Roma: "se sienta sobre grandes aguas" (v.1), alusión a su dominio del mar Mediterráneo, considerado como el principal mar del mundo. Las siete cabezas de la bestia son “siete colinas” (v.9). Roma está asentada sobre siete colinas: Palatino, Capitolino, Quirinal, Viminal, Esquilino, Celio y Aventino.

¿Jerusalén?

San Juan no especifica cual es la "Gran Ciudad". Podría también referirse a Jerusalén, ya que, mientras en Occidente “la ciudad de las siete colinas” se refería a Roma, en la cultura oriental a la que pertenece San Juan, Jerusalén era conocida como “la ciudad de las siete colinas” (Pirke de-Rabbi Eliezer, Sección 10). Estas colinas son: 

1- "Escopus", 2-"Nob", 3-“el Monte de la Corrupción” o “el Monte de la Ofensa” o “el Monte de la Destrucción” (2 Reyes 23,13), 4- El original “monte Sión”, 5-la colina Suroeste también llamada "Monte Sión", 6- el "Monte Ofel", y 7- “La Roca” donde se construyó la fortaleza “Antonia”. El número siete significa perfección. En los capítulos 15 y 16 del Ap. leímos sobre las siete plagas, las siete copas, los siete ángeles...
Otros pasajes del Apocalipsis también se refieren a Jerusalén como la Gran Ciudad en forma condenatoria:
Y sus cadáveres, en la plaza de la Gran Ciudad, que simbólicamente se llama Sodoma o Egipto, allí donde también su Señor fue crucificado. -Apocalipsis 11,8.

La ciudad donde "también su Señor fue crucificado" no puede ser sino Jerusalén. También en Jerusalén la persecución de la Iglesia ocurría bajo la autoridad de Roma. Allí la ramera cometió las mas grandes abominaciones: la crucifixión del Redentor, la destrucción del Templo.
San Juan no especificó cual era la ciudad, quizás porque en realidad el mensaje se aplica a la dos ciudades y se puede aplicar también a otras: El mundo lucha contra la Iglesia. Esta sufre pero prevalecerá. Sus mártires y santos son sus frutos.

La Iglesia de Roma y la ramera o Gran Babilonia

Los títulos de ramera y Gran Babilonia, lejos de referirse a la Iglesia, identifican a sus enemigos. La Iglesia está en oposición a la ramera y sufre martirio en sus manos. El Apocalipsis honra a la Iglesia por su fidelidad al Señor hasta dar su sangre en esta lucha.
"Y vi que la mujer se embriagaba con la sangre de los santos y con la sangre de los mártires de Jesús. Y me asombré grandemente al verla" Apocalipsis 17,6. (6)
Hay un paralelo con la antigua Babilonia donde los judíos Sadrac, Mesac, Abegnego y Daniel se mantuvieron fieles ante la amenaza del martirio. Ahora es la Iglesia la que sufre en sus mártires.
San Juan escribe en el año 95 AD, cuando Domiciano perseguía ferozmente a la Iglesia. En el Apocalipsis presenta a la ramera asesina que lucha contra la Iglesia fiel que padece su persecución. Se trata de una oposición entre el mal (la ramera) (7) y el bien (la Iglesia fiel). La "Gran Babilonia" nos recuerda al sufrimiento de Israel en el AT. Nos encontramos entonces ante un paralelo entre Israel, víctima del poder de Babilonia y la Iglesia, víctima del poder de Roma.
Pero hay también diferencias. Mientras Israel, después de la opresión en Babilonia, debe regresar a Jerusalén, la Iglesia, con el poder de Jesucristo, esta destinada a prevalecer sobre Roma (Babilonia) y desde allí ha de propagar el Evangelio por el mundo entero. La Iglesia tiene su sede en Roma pero es "católica": universal.
Es cierto que en Roma (que representa al mundo) no ha cesado de existir pecado. Está todavía dándose la lucha entre la ramera y la Iglesia. Es cierto también que el pecado del mundo contamina incluso a los miembros de la Iglesia. No estamos todavía en la Nueva Jerusalén (el cielo). Jesús advirtió que la cizaña crecería con el trigo y no sería arrancada hasta el fin del mundo.

En la visión Bíblica, los fieles viven una alianza de amor con Dios, un matrimonio místico. La infidelidad a Dios es por tanto un acto de mujer ramera, de prostituta. El Apocalipsis es una advertencia a los cristianos de no caer en esa infidelidad. (8) Desde el principio, en la Iglesia hay santos pero también hay quienes se han pasado al bando de la ramera, actuando con infidelidad. En medio de esta lucha, la Iglesia continúa propagando el Reino de Dios y los que abren su corazón reciben la gracia. El Apocalipsis presenta a los santos y mártires como testimonio y fruto de la Iglesia que da nueva vida. En todos los siglos la Iglesia ha dado este fruto de santidad que continuará hasta la segunda venida del Señor.

Este mensaje corresponde al Evangelio. Los cristianos estamos llamados a la santidad, a ser la sal de la tierra y luz del mundo. La Iglesia es como el grano de mostaza, pequeñito pero que crece y es capaz de prevalecer. Así la Iglesia prevalece sobre el imperio y crece hasta llegar a los confines de la tierra.

Es indiscutible que cuando San Juan escribió el Apocalipsis, ya la Iglesia estaba establecida en Roma.

1- San Pedro, cabeza visible de la Iglesia, había escrito:

"Os saluda la que está en Babilonia, elegida como vosotros, así como mi hijo Marcos" -1 Pedro 5,13
¿Quién es la que está en Babilonia y saluda? La Iglesia de Roma. Es de notar también que en esta cita de la Biblia San Pedro llama a Marcos "mi hijo", haciendo referencia a la paternidad espiritual de Pedro.
2- San Pablo también había ya escrito su Carta a los Romanos
3- La Iglesia de Roma había ya sido coronada con el martirio de San Pedro y San Pablo. También en Roma habían muerto ya los primeros sucesores de Pedro (Ver: Lino, 67-76 y Cleto, 76-88, Papas).
Por otra parte, el Vaticano, sede de la Iglesia Católica, no ocupa ninguna de las siete colinas de Roma (v.9), ya que se encuentra al occidente del río Tíber, mientras la antigua Roma con sus colinas esta al este del río.

Quienes interpretan a la ramera como si fuese la Iglesia católica no tienen el más mínimo fundamento bíblico. Caen en una interpretación arbitraria de Lutero, siglo XVI, para justificar su ruptura con la Iglesia. Es interesante notar que el mismo Lutero rechazó el libro del Apocalipsis:

“…A mi parecer [el libro del Apocalipsis] no tiene ningún signo de carácter apostólico o profético…cada quien puede formar su propio juicio acerca de este libro; yo personalmente siento antipatía por él, y eso para mi es razón suficiente para rechazarlo”. -Sammtliche Werke, 63, pp. 169-170
Si bien hemos visto que sería absurdo interpretar el Apocalipsis para condenar a la Iglesia de su época como ramera, sería igualmente absurdo interpretar una condena contra la Iglesia en los siglos posteriores, ya que se trata de la misma Iglesia y la misma lucha. Mas bien el texto continua siendo una valiosa enseñanza que nos anima a mantenernos fieles a la Iglesia en medio de los ataques que no cesan. Es una advertencia muy actual.
Ante los ataques contra los que se mantienen fieles a la Iglesia fundada por Cristo y ante los abusos de interpretación de los textos bíblicos, es importante atender a lo que el mismo capítulo nos exhorta:

"Aquí es donde se requiere inteligencia, tener sabiduría"
Ap. 17,9

Apocalipsis 17

(1) Entonces vino uno de los siete Ángeles que llevaban las siete copas y me habló: «Ven, que te voy a mostrar el juicio de la célebre Ramera, que se sienta sobre grandes aguas,
(2) con ella fornicaron los reyes de la tierra, y los habitantes de la tierra se embriagaron con el vino de su prostitución.»
(3) Me trasladó en espíritu al desierto. Y vi una mujer, sentada sobre una Bestia de color escarlata, cubierta de títulos blasfemos; la Bestia tenía siete cabezas y diez cuernos.
(4) La mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, resplandecía de oro, piedras preciosas y perlas; llevaba en su mano una copa de oro llena de abominaciones, y también las impurezas de su prostitución,
(5) y en su frente un nombre escrito - un misterio -: «La Gran Babilonia, la madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra.»
(6) Y vi que la mujer se embriagaba con la sangre de los santos y con la sangre de los mártires de Jesús. Y me asombré grandemente al verla;
(7) pero el Ángel me dijo: «¿Por qué te asombras? Voy a explicarte el misterio de la mujer y de la Bestia que la lleva, la que tiene siete cabezas y diez cuernos.
(8) «La Bestia que has visto, era y ya no es; y va a subir del Abismo pero camina hacia su destrucción. Los habitantes de la tierra, cuyo nombre no fue inscrito desde la creación del mundo en el libro de la vida, se maravillarán al ver que la Bestia era y ya no es, pero que reaparecerá.
(9) Aquí es donde se requiere inteligencia, tener sabiduría. Las siete cabezas son siete colinas sobre las que se asienta la mujer.

Dos Papas en el Vaticano, un Anticristo por llegar

La caída de la Gran Babilonia

“Existe una cierta ciudad que es llamada Babilonia. Aquella ciudad es la sociedad de todos los hombres perdidos desde el Oriente hasta el Occidente. Ésta tiene el reino terreno y, según esta ciudad, podemos hablar de cierta república que ahora veis envejecer y morir (se refiere al Imperio Romano). Esta ciudad terrena fue nuestra primera madre, en ella nacimos. Pero hemos conocido a otro Padre, a Dios, y hemos abandonado el diablo; por tanto, siendo ciudadanos de la ciudad terrena, éramos hijos de Satanás. Pues, ¿cuándo se atreverá a acercarse a aquéllos que han sido acogidos por el que supera todas las cosas? (se refiere a que el demonio no se atreverá con nosotros). Hemos conocido a otra madre—la Jerusalén celeste—que es la Santa Iglesia, cuya población peregrina en la tierra, y hemos abandonado a Babilonia”. [San Agustín, Enarrationes in psalmos, 2ª Enarración sobre el Salmo 26.]

"¿Pero cómo no han pensado nunca que la "Gran Babilonia" sea toda la Tierra?
¿No es acaso la Tierra la gran meretriz que ha fornicado con todas las potencias de la tierra y del infierno, y los habitantes de la Tierra no se han prostituido a sí mismos: cuerpos y almas, con tal de triunfar en el día de la tierra?
¿No es acaso la Tierra la gran meretriz que ha fornicado con todas las potencias de la tierra y del infierno, y los habitantes de la Tierra no se han prostituido a sí mismos: cuerpos y almas, con tal de triunfar en el día de la tierra?
Sí que es así. Los delitos de la Tierra tienen todos los nombres de blasfemia, como los tiene la Bestia con la que se han aliado la Tierra y sus habitantes con tal de triunfar. Los siete pecados están como ornamento horrible sobre la cabeza de la Bestia que transporta Tierra y terrestres a los pastos del Mal, y los diez cuernos, número metafórico, están para demostrar las 'infinitas infamias cumplidas con tal de obtener, a cualquier precio, cuanto quiere su feroz codicia.
¿Acaso no está la Tierra empapada de la sangre de los mártires, ebria por este licor santo que bebido por su boca sacrílega se ha transformado en filtro de embriaguez maldita? La Bestia que la lleva: compendio y síntesis de todo el mal cumplido desde Adán en adelante con tal de triunfar en el mundo y en la carpe, trae detrás de sí a quienes, adorándola, se harán reyes de una hora y de un reino maldito. Sois reyes como hijos de Dios, y es reino eterno. Pero os hacéis reyes de una hora y de un reino maldito cuando adoráis a Satanás, el cual no puede daros más que un efímero triunfo pagado a precio de una eternidad de horror.
Y habrá Justicia. Yo vendré. Vendré porque soy Fiel y Veraz. Vendré a dar Paz a los fieles y Juicio santo a los vividos. Vendré con mi nombre cuyo sentido tan sólo es conocido por Mí y en cuyas letras están los atributos principales de Dios de quien soy Parte y Todo.
Entonces será el tiempo de mi Reino de la Tierra". (María Valtorta, 22 de agosto).
"A la Babilonia que ahora surge y que tendrá su apogeo en el imperio, sucederá un día la Jerusalén santa. Procurad que en aquel día y en el Día sin ocaso no caiga sobre vosotros la marca de los poderosos de Babilonia, de los Luciferes menores, de las filiaciones, de las excrecencias de Satanás sino el distintivo santo, inconfundible y glorioso del Hijo de Dios”. (María Valtorta, 19 de Noviembre de 1943).

“En esa época la Iglesia se encontrará atacada por hordas terribles de la secta masónica, y esta pobre tierra estará agonizando a causa de la corrupción de las costumbres, el lujo desenfrenado, la prensa impía, y la educación secular. Los vicios de la impureza, la blasfemia, y el sacrilegio dominarán en este depravado tiempo de desolación, y quien debe hablar estará en silencio…”
"A medida que estas herejías se extiendan y dominen, la preciosa luz de la Fe se extinguirá en las almas por la casi total corrupción de las costumbres (moral).
El espíritu de impureza que saturará la atmósfera de aquellos tiempos, como un océano repugnante, inundará las calles, las plazas y los lugares públicos con una increíble libertad. Casi no habrá ya almas vírgenes en el mundo.
Por medio de la adquisición del control sobre todas las clases sociales, la Secta Masónica, será tan astuta que penetrará en el corazón de las familias para corromper incluso a los niños, y el Diablo se gloriará de nutrirse, con perfidia, de la exquisita delicadeza del corazón de los niños.
Durante estos tiempos desafortunados, el mal asaltará la inocencia infantil y, de este modo, las vocaciones al sacerdocio se perderán, y esto será un verdadero desastre.
Cuando tengan preponderancia, la luz preciosa de la Fe se extinguirá en las almas por la corrupción casi total de las costumbres. Durante este periodo habrá grandes catástrofes físicas y morales. El pequeño número de almas que, escondidas, conservarán el tesoro de la Fe y de las virtudes, sufrirán de manera indeciblemente cruel un prolongado martirio. Muchos de ellos morirán por la violencia de los sufrimientos y los que se sacrificarán por la Iglesia y por la Patria serán considerados Mártires". (Revelación de Nuestra Señora del Buen Suceso a Sor Mariana de Jesús Torres)

"Estamos viviendo en la época espiritual más oscura que la humanidad haya experimentado jamás, gracias a los avances en medicina y ciencias de la salud nunca había habido tantas personas físicamente bellas, como hoy en día pero nunca había habido tantas almas espantosas, almas desnutridas que están tan preocupadas por alimentar la carne que se olvidaron de alimentar el espíritu, las almas desnutridas no son capaces de amar, de tener compasión, no pueden perdonar, y están llenas de tanto egocentrismo que cuando mueren rechazan el amor de Dios, incluso, la fe se ha vuelto superficial, nunca ha habido un mayor riesgo en la tierra para que un alma vaya al infierno. Si tú hoy le dices a alguien he decidido ser santo, probablemente se reirán de ti, especialmente en este periodo de la historia de la humanidad, el maligno está desarrollando rápidamente y al máximo nivel los talentos artísticos de personas ambiciosas, de esta manera, él puede cautivar y capturar a millones de almas en una cultura como la nuestra que está enfocada en la carne, no hay talentos que atraigan tanto a lucifer como el arte, como nunca antes vemos a un número cada vez mayor de jóvenes estrellas que llegan al estrellato, revistiéndose de poder, riqueza y fama humana, su alto perfil e influencia proporcionan a una plataforma desde la que corromper a las masas porque sabe que la gente imita el comportamiento decadente y mundano de las estrellas. 
...La verdadera iglesia vivirá prácticamente bajo tierra como en los comienzos del cristianismo". Marino Restrepo


"La Gran Babilonia es el compendio de todas las desgracias y la ausencia de la divina gracia. Por eso, se ha convertido en guarida de herejes, de sacrílegos, de apóstatas, de lujuriosos, de homosexuales, de pervertidos... Babilonia será un montón de piedras... ante el ardor de la cólera del Señor". María de la Luz Balsells Blanco, fundadora de las Escuelas de María

"Me desperté muy temprano, y al acercarme a la cocina fui arrebatado inmediatamente. Pude ver al Señor, sostenía un pergamino con siete sellos del libro del apocalipsis. 
El pergamino parecía blanco con un toque de bronce y tenía casi un metro de largo; sus sellos eran gruesos, redondos y del color de la sangre roja oscura; entonces, el Señor me miró fijamente, sus pupilas eran llamas de fuego que atravesaban el centro de mi alma, nada se ocultaba a su mirada, todo lo que había hecho en mi vida estaba absolutamente al descubierto ante Él. 
En un instante Jesús comenzó a mostrarme internamente mis pecados pasados y sus consecuencias; yo no tenía ningún control sobre lo que me estaba sucediendo, lo que yo pensaba que eran pequeñas cosas como gritarle a mi hermano o a mi madre, no eran pequeñas, en absoluto, y mis pecados de omisión, acciones que debería haber realizado pero no las hice, golpearon mi corazón con tremendo pesar y dolor; todo había girado en torno a mí y a mi placer; el mundo había sido mi patio de recreo, todo lo que quería lo conseguía y, lo que no podía conseguir fácilmente, lo buscaba en otro lugar. 

Cristo estaba exponiendo mi falsedad y mi ira, mi violencia física y emocional, mi lujuria y abuso, mi arrogancia y calumnia, mi materialismo y codicia, mi idolatría y vanidad, mi consumo de alcohol y drogas, mis juergas y todas las cosas que yo apreciaba más que a Dios. 
La mayor parte de mi vida había sido malgastada, la pasé complaciéndome a  mí mismo e impresionando a otros pero no a Él. Fue particularmente devastador ver lo destructivas que fueron mis acciones en otras personas, ya que había conducido a muchos hijos de Dios al pecado. Vi mi sentencia en sus ojos, lo merecía. 
(...)
Empecé a sentir una corriente similar a un viento creciente pero de naturaleza espiritual.  Creció en fuerza, arremolinándose para envolverme y me resultó cada vez más difícil respirar, luego se detuvo. El aire ya no estaba allí, como si ya no lo necesitara para vivir, me encontré congelado e incapaz de moverme, mirando fijamente la gloria de Dios que se presentaba ante mi. Dentro de la visión de la gloria comenzaron a pasar ante mis ojos, diversas escenas de imágenes en movimiento, nítidas y a todo color, en cámara lenta; el Señor me mostraba los acontecimientos futuros relativos a una gran tribulación. Paralizado vi una guerra mundial que se avecinaba, un enfrentamiento nuclear, gran descontento social, caos mundial, gente poseída por satanás, futuros castigos, la humanidad por sus propias acciones llegando al punto mismo de la extinción. Vi sacerdotes asesinados y la eucaristía pisoteada, profanada por soldados con rostros de muerte. La tierra fue desolada y la destrucción reinaba en todas partes.

Vi a un grupo de unas cincuenta o cien personas caminando en la misma dirección, lejos de mí, como dirigiéndose a una parte, percibí su reverencia por la Iglesia y los sacramentos. Dios era su primer amor, por encima de todo y, su amor mutuo no tenía barreras. Ellos reían mientras hablaban y se relacionaban unos con otros. El cielo era extremadamente límpido, sin contaminación, el más claro que jamás haya visto. Toda la creación desde el pie de la tierra había sido renovada con Vida Divina. Estaba viendo un mundo futuro donde no hay enfermedad, ni dolor. Donde la vida es mucho más simple y la gente vive mucho más tiempo que ahora. Todo se veía nuevo". (VISIÓN DE VINCENT ARTEMIO SIGALA)

La Gran Ramera 
(La iglesia del Anticristo, los enemigos de 
La Iglesia edificada en San Pedro).
El padre Pablo García Beck nos deja una Magistral 
y Gran enseñanza sobre el Apocalipsis. Modera Laura Lázaro.

Sobre la caída de Babilonia la Grande, Jesús expuso a María Valtorta: “Ahora te cojo de la mano para conducirte al punto más oscuro del libro de Juan. Los comentaristas del mismo han agotado su capacidad en muchas deducciones para explicarse a sí mismos y a los demás quien sea la Gran Babilonia. Con perspectiva humana, a la que no eran ajenas las calamidades marcadas por acontecimientos previsibles o acaecidos, han atribuido el nombre de Babilonia a muchas cosas. ¿Pero cómo no han pensado nunca que la Gran Babilonia sea toda la Tierra?”.

Continúa comentando Jesús a la mística italiana: “¿No es acaso la Tierra la gran meretriz que ha fornicado con todas las potestades de la tierra y del infierno, y los habitantes de la Tierra no se han prostituido a sí mismos: cuerpos y almas, con tal de triunfar en el día de la Tierra? Cierto que es así. Los delitos de la Tierra tienen todos el nombre de blasfemia, como los tiene la Bestia con la que se han aliado la Tierra y sus habitantes con tal de triunfar. Los siete pecados están como ornamento horrendo sobre la cabeza de la Bestia que transporta a la Tierra y a los terrestres a los pastos del Mal, y los diez cuernos, número metafórico, están para patentizar las infinitas infamias cumplidas con tal de obtener, a cualquier precio, cuanto su feroz avidez pretende. ¿Acaso no está la Tierra empapada de la sangre de los mártires, ebria por este licor santo que bebido por su boca sacrílega se ha transformado en filtro de embriaguez maldita? La Bestia que la lleva: compendio y síntesis de todo el mal practicado a partir de Adán para triunfar en el mundo y en la carne, trae detrás de sí a quienes, adorándola, se harán reyes de una hora y de un reino maldito. Como hijos de Dios, sois reyes y de un reino eterno. Pero os hacéis reyes de una hora y de un reino maldito cuando adoráis a Satanás, el cual no puede daros más que un triunfo efímero pagado al precio de una eternidad de horror. La Bestia, dice Juan, fue y no es”.

Seguidamente, Jesús explica: “Fue, porque realmente ha existido; no es porque Yo, Cristo le habré vencido y sepultado”.
Para a continuación sostener: “¿No está la Tierra sentada sobre las aguas de sus mares y no se ha servido de éstos para dañar? ¿De qué no se ha servido? Pueblos, naciones, razas, confines, intereses, alimentos, expansiones, todo le ha servido para fornicar y cumplir desaforados homicidios y traiciones iscarióticas. Sus propios hijos, nutridos por ella con sangre de pecado, serán los ejecutores de la venganza de Dios sobre ella, destruyéndola, destruyéndose, llevando la suma de los delitos contra Dios y contra el hombre al número completo exigido por el detonar de mi: ¡Basta! La sangre de los mártires y de los profetas hervirá en esa hora, perfumando mi trono con agradable olor grato, y los surcos de la tierra que recogieron los gemidos de los asesinados por odio hacia Mí y recibieron sus estertores postreros, lanzarán un gran grito hecho de todos aquellos santos gemidos, y temblarán con una convulsión de angustia sacudiendo las ciudades y las casas de los hombres en las que se peca y mata, llenando la bóveda de los Cielos de voz que clama Justicia. Y habrá Justicia. Yo vendré. Vendré porque soy Fiel y Veraz. Vendré a dar Paz a los fieles y Juicio santo a los que vivieron. Vendré con mi Nombre cuyo sentido tan sólo es conocido por Mí y en cuyas letras se contienen los principales atributos de Dios de quien soy Parte y Todo”.

Vaticinando, finalmente: “Nombre que es corona sobre mi cabeza de vencedor de la Bestia y de su profeta, los cuales serán presos, confinados, sumergidos y sepultados en el fuego líquido y eterno cuya mordiente ferocidad es inconcebible para el sentido humano. Entonces será el tiempo de mi Reino de la Tierra. Por ello habrá una tregua en los delitos demoniacos para dar tiempo al hombre de volver a oír las voces del Cielo. Quitada de en medio la fuerza que desencadena el horror, descenderán grandes corrientes espirituales, como cascadas de gracia, como ríos de aguas celestiales, para pronunciar palabras de Luz”.
Pero también advirtió: “A la Babilonia que ahora surge y que tendrá su apogeo de imperio, sucederá un día la Jerusalén santa. Procurad que en ese día y en el Día sin crepúsculo, no se encuentre sobre vosotros la marca de los poderosos de Babilonia, de los luciferianos, de las filiaciones, de las excrecencias de Satanás, sino el distintivo santo, inconfundible, glorioso, del Hijo de Dios”.

Con todo, Jesús aclara a la mística italiana, que en 1943 estaba padeciendo la iniquidad de Hitler y Mussolini durante la pesadilla de la Segunda Guerra Mundial: “Ahora estamos en el período que Yo llamo: de los precursores del Anticristo. Después vendrá el período del Anticristo que es el precursor de Satanás. Esto estará ayudado por las manifestaciones de Satanás: las dos bestias nombradas en el Apocalipsis. Será un período peor que el actual. El Mal aumenta cada vez más. Vencido el Anticristo, vendrá el período de paz para dar tiempo a los hombres, sobrecogidos por el estupor de las siete plagas y de la caída de Babilonia, de recogerse bajo mi enseña. La época anticristiana alcanzará su punto álgido en la tercera manifestación de Satanás, o sea cuando llegue la última venida de Satanás”.
De un modo u otro, después de la derrota del Anticristo y de la destrucción de Babilonia la Grande, en la Era de Paz que precede al Juicio Final, Satanás vendrá por última vez y encontrará secuaces por los cuatro rincones de la tierra; entonces tendrá lugar la Segunda Venida del Señor. De facto, Jesús le dice a María Valtorta:

“En la hora de mi venida, cuando, como Dios, Rey y Juez, Yo venga a reunir a los elegidos y maldecir a los réprobos, arrojándoles adonde estarán ya para siempre el Anticristo, la Bestia, y Satanás, tras la suprema victoria de Jesucristo, Hijo de Dios, Vencedor de la Muerte y del Mal, a estos elegidos que han sabido permanecer vivos durante la vida, vivos en el espíritu esperando nuestra hora de triunfo, les daré la posesión de la morada celestial, les daré a Mí mismo sin pausas y sin medida”.

En cualquier caso, acerca de la realidad de que la Gran Babilonia es toda la Tierra, la misma María Valtorta esclarece:
“Jesús, al dictarme, me da a entender que, cuando dice Tierra, quiere decir mundo tomado no como globo compuesto de polvo y agua, sino como un ente moral, es decir, como conjunto de personas”.
Añadiendo la mística italiana: “Por esto puede decir sin contradecirse que la sangre de los mártires ha llegado a ser veneno para la Tierra que la ha bebido (en sus habitantes) con ira sacrílega y la ha derramado (en sus poderes estatales) con abuso blasfemo de poder temporal”.

Pastor Ídolo


EL "PASTOR ÍDOLO" (Maria Valtorta)
 
“ ... conoceréis al pastor que no se cuida de las ovejas abandonadas,
al pastor inútil del que habla Zacarías … vendrá el pastor ídolo, 
que será y estará donde quieran sus dueños. 
Quien tenga oídos para entender entienda”.

“Que si después, a pesar de todos los medios, la Justicia tuviera que perecer y, arrastrados cada vez más por Satanás, los dominadores y los dominados, por un mimetismo maléfico, se separaran cada vez más de Dios, entonces quitaré la Luz y la Verdad. Y esto sucederá también cuando en mi morada -la Iglesia- haya demasiados que, por intereses humanos y por indigna debilidad, estén entre los dominados por los sembradores del Mal en sus distintas doctrinas. Entonces conoceréis al pastor que no se cuida de las ovejas abandonadas, al pastor inútil del que habla Zacarías (11:17).
Recuerda el Apocalipsis de Juan (12:3-4). Recuerda el dragón: el Mal generador del Anticristo futuro, que le prepara el reino no sólo desconcertando las conciencias sino envolviendo en sus espirales la tercera parte de las estrellas y convirtiendo a los astros en fango. Cuando esta demoníaca vendimia se produzca en la Corte de Cristo, entre los grandes de su Iglesia, entonces, en la luz reducida apenas a resplandor y conservada como única lámpara en el corazón de los fieles a Cristo -porque la Luz no puede morir, Yo lo he prometido (Jn 8:12), y la Iglesia, incluso en los periodos de horror, conservará cuanto es necesario para volverse resplandor tras la prueba- Entonces vendrá el pastor ídolo, que será y estará donde quieran sus dueños. Quien tenga oídos para entender, entienda. Para los vivos de aquel tiempo la muerte será un bien.”


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Referencias Bíblicas:

“¡Ay del pastor inútil que abandona las ovejas! ¡Espada sobre su brazo y sobre su ojo derecho; que su brazo se seque del todo, y del todo se oscurezca su ojo!” (Zacarías, 11:17)
“Y apareció otra señal en el cielo: un gran Dragón rojo, con siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cabezas siete diademas. Su cola arrastra la tercera parte de las estrellas del cielo y las precipitó sobre la tierra. El Dragón se detuvo delante de la Mujer que iba a dar a luz, para devorar a su Hijo en cuanto lo diera a luz.” (Apocalipsis 12:3-4)
“Jesús les habló otra vez diciendo: «Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida».” (Juan, 8:12)

Fin del mundo

Pues bien, por todo el veneno que se da como alimento a las gentes llevándoles hasta desesperar de Dios; por todo el hambre que soportan los cuerpos y las almas de mis hijos; por cuantos en esta hecatombe vienen a ser los corderos del rebaño de Dios sin que pasión alguna les mueva a rebelarse contra Él, como hacen sus seductores y amos, hijos del Mal y precursores del Anticristo, vengo Yo con mi palabra y con mi amor a apacentar a los pobres de mi grey y te repito a ti que eres mi Vicario: Apacienta mis corderos suministrándoles sin desmayo la palabra y las bendiciones de que colmé tu mano inocente, que no conoce otra sangre que la mía que elevas sobre el altar en rito de propiciación, ni otro ademán que el mío de bendecir a aquellos por quienes, como Yo, sientes compasión.

■ Dos varas puse en tu mano y me eres grato por haber usado la del amor. Mas el amor, cuyo poder supera al del mismo Dios, cae, cual piedrezuela lanzada contra una roca, cuando se dirige a quienes tan solo tienen un mínimum de hombres, siendo, en verdad, demonios con corazón de granito. 

■ Golpea pues con la otra vara y vean así los fieles que no eres cómplice en la culpa de los grandes. Se es también cómplice cuando, por falta de valor, se deja clamar contra sus infamias. Tu Maestro no quiere los anatemas ni rayos; pero hay momentos en que es preciso saber echar mano de ellos para persuadir, no a los poderosos, cuyo ánimo poseído de Satanás es incapaz de persuasión, sino a los pobres del mundo puesto que ni Dios ni los justos de Dios comparten y favorecen los métodos y arbitrariedades de quien sobrepasó toda medida llegando a creerse un dios cuando es tan solo una bestia inmunda. Habla en nombre de la Justicia que representas. Esta es la hora. Y sepan las gentes que mi Doctrina no ha cambiado, que no hay más que una Ley, que hay un solo Dios, cuyo primer mandamiento es el amor, que Él, aún ahora, lo mismo que a lo largo de los siglos anteriores a mi venida en la que confirmé la Ley, ordena no robar, no fornicar, no matar, no apropiarse los bienes ajenos. Díselo a los ladrones de hoy que no se contentan con la bolsa sino que roban las almas a Dios y sus tierras a los pueblos; díselo a los fornicadores de hoy cuya fornicación no es esa fornicación bestial con una mujer sino la demoníaca con el poder político; díselo a los homicidas de hoy que se arrogan el derecho de matar pueblos enteros tras haber matado en otros —los suyos— la fe en Dios, la honestidad en cualquiera de sus formas y el amor al bien; díselo a los insaciables de ahora que, con hambre de chacales, asaltan donde y lo que les place creyendo licito cualquier delito a cuenta de hacerse con lo que no es suyo.

■ Hablar quiere decir «dolor» y a las veces «muerte». Mas acuérdate de Mí. Yo soy más de estimar que el «gozo» y que la «vida» porque doy a quien me es fiel un gozo y una vida que no conocen término ni medida. Acuérdate de Mí que supe purificar mi Casa de las inmundicias y seguir rectilíneo hacia un solo fin: «La Gloria de mi Padre». Esto me concitó el odio, venganza y muerte porque los golpeados por mi furor encontraron un traidor que, por 30 denarios, me entregó en sus manos. Siempre, aun entre los de nuestra mayor confianza, tenemos un amigo y un traidor. Pero… no importa. No ha de ser el discípulo mayor que su maestro y si Yo, aun sabiendo que el látigo de mis palabras, más que el de los cordeles —elemento simbólico más que real— me iba a acarrear la muerte, hablé, habla también tú. Y si Yo, por amor de los hombres y tuyo, soporté a un enemigo, a un traidor y el horror de un beso de traición, tú, el primero de entre mis hijos de ahora, no debes arredrarte ante todo lo que, antes que tú, sufrió tu Maestro”.

* “Y si, después de todo, no prevalece la Justicia, el Señor retirará su Luz y su Verdad. Y esto sucederá cuando en la Iglesia (entre los grandes de la Iglesia) habrá demasiados sembradores (3ª parte de las estrellas) del Mal, con la diversidad de sus doctrinas. Entonces vendrá el Pastor ídolo, del que habla Zacarías, padre del Anticristo, a preparar el reinado del Anticristo.–
■ Jesús: “Mas si después, no obstante haber puesto todos los medios, quebrara la Justicia y, arrastrados más y más por Satanás, tanto los dominadores como los sometidos se apartasen, por mimetismo maléfico, cada vez más de Dios, retiraré entonces la Luz y la Verdad. Y eso acaecerá cuando, hasta en mi morada —la Iglesia— habrá demasiados que, por humano interés e indigna debilidad, serán, entre los sometidos, sembradores del Mal con su diversidad de doctrinas. Entonces conoceréis al pastor que no se cuida de las ovejas abandonadas, al pastor ídolo del que habla Zacarías.
■ Recuerda el Apocalipsis de Juan y lo mismo al Dragón: el Mal, padre del Anticristo futuro que prepara su reinado, no ya perturbando las conciencias, mas también envolviendo en sus lazos a la 3ª parte de las estrellas y trocando en fango los astros. Cuando en la Corte de Cristo sobrevenga esta demoníaca vendimia entre los grandes de la Iglesia, entonces, con la luz reducida casi a un reflejo y conservada como la única lámpara en los corazones de los fieles de Cristo —porque la Luz, lo prometí, no puede morir ni aún en los períodos de pavor, ya que ha de conservar aquel mínimo capaz de tornar a esplender tras la prueba— entonces vendrá el pastor ídolo que será y estará como y donde quieran sus amos. Quien tenga oídos para oír que oiga. Para los que vivan en aquel tiempo será un beneficio la muerte”. (Escrito el 9 de Diciembre de 1943).


"Hijo mío, cuántas veces te he dicho y recordado que Lucifer y su estado mayor basan su actividad y su modo de ser remedando a Dios… Yo, Jesús, verdadero Dios y verdadero Hombre, he fundado mi Iglesia jerárquica… y jerárquica es la iglesia de Satanás en la tierra, la Masonería; Yo, Jesús, había diseminado fortalezas espirituales en toda mi Iglesia… la masonería, la iglesia de los demonios, ha diseminado en el mundo sus Logias, con jefes y gregarios con el solo fin de contraponerse y combatir a mi Iglesia. Y siendo los demonios tales precisamente por rebeldes a Dios, toda su actividad está inspirada y basada en la rebelión y, por lo tanto, sobre todo lo contrario de cuanto se realiza en mi Iglesia.

La masonería, querida, sostenida y guiada por las potencias oscuras del mal, está alcanzando el máximo nivel de su obra de demolición de mi Iglesia obrando en el interior y en el exterior; en el interior tiene bastantes gregarios en el vértice y en la base, en el exterior, como siempre enmascarada por la hipocresía, pero golpeando e inyectando con su aguijón venenoso a todos aquellos con los que entra en contacto; además hoy, presintiendo próximo el gran choque minuciosamente preparado desde hace tanto tiempo con arte solapada, no duda en manifestar lo que siempre ha mantenido celosamente escondido, ocultado".


LOS DÍAS EN QUE VIVIMOS AHORA REQUIEREN UN CRISTIANISMO HERÓICO, NO UN CRISTIANISMO CASUAL. YA NO PODEMOS SER CRISTIANOS POR ACCIDENTE, SINO CRISTIANOS POR CONVICCIÓN Y POR VOCACIÓN MILITANTE.

REVELACIONES Y PROFECÍAS DADAS

A LUZ DE MARÍA bONILLA

NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
14.04.2020

En los últimos tiempos de esta generación, la rebelión será un acontecer cotidiano en el mundo, la rebelión contra la Fe, contra todo lo espiritual, contra la Esperanza, contra la Caridad, contra lo comunitario, fraternal y verdadero.
MI NOMBRE SERÁ DESPRECIADO, AUN POR LOS MÍOS, SERÉ RETIRADO DE LOS ALTARES Y SERÁN INVITADOS A OLVIDAR A MI MADRE, NEGANDO EL QUE MI MADRE INTERCEDA ANTE NUESTRO TRONO TRINITARIO.
SE ENCONTRARÁN EN UNA NUEVA IGLESIA, CON NOVEDADES FUERA DEL DECÁLOGO Y LOS SACRAMENTOS, NOVEDADES PROVENIENTES DE LA MASONERÍA, QUE UNIDA A LOS PODERES TERRENOS, VOMITAN ABOMINACIÓN.


VER+:

¿Quién es tu Rey de Corazones?

¿Cuál es el color de tu bandera (voto)?
VOTO MARRÓN: BANDERA MARRÓN
VOTO BLANCO: NINGUNO
VOTO AZUL: BANDERA AZUL

LIBRO DE SAN AGUSTÍN: "LA CIUDAD DE DIOS": 
HACER LA VOLUNTAD EGOCÉNTRICA 
O HACER LA VOLUNTAD DEL AMOR DE DIOS 🏯⛪



1 comentario:

  1. Hola buenos días
    Gracias por su información estoy de acuerdo con el asunto de la ciudad de los 7 Montes. Yo ya lo había reflexionado desde hace tiempo. Ya que en ese tiempo Constantino I , emperador de Roma todavía no había instituido la iglesia Católica Apostólica Romana, por eso su cede está en Roma. Pero aunque ha prevalecido está iglesia, creo que la iglesia a la que se refiere la biblia es una iglesia con sentido espiritual, porque en esa iglesia no pueden pertenecer los que no han puesto su Fe absolutamente en el sacrificio de Jesucristo para salvación del alma, y en realidad quien puede ver al corazón de los verdaderos creyentes es? Es Dios . Entonces toda organización terrenal creyentes en Dios...viene a ser congregaciones religiosas , y su diferencia radica en lo qué creen de la biblia o lo que enseñan a las personas. Aunque cada persona es responsable de la comunión con Dios exclusivamente... sabemos que hay personas que necesitan que otros los guíen... pero a dónde los están guiando? Romanos 2
    Y también estoy de acuerdo que nadie es responsable de otra persona que se desvía de los mandamientos de Dios. Pero como congregaciones religiosas tienen el deber de decir la verdad.
    Los ídolos no deben ser parte de un culto a Dios, al igual que un corazón hipócrita. Éxodo 20:1-17.
    Y me gustaría que compartieran mi comentario con los demás blogs que contienen la misma información de este blog.
    Y mí intención no es agredir sino llamar a la reflexión y conciencia de a quién servimos... Gracias.

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