"Proyecto Despierta" quiere unirse a la Cruz de nuestros hermanos perseguidos a través del rezo del Santo Via Crucis.
Las estaciones de dolor que Jesucristo recorrió por cada uno de nosotros y ante las que nos sentimos interpelados a tener el amor más grande que se puede tener ("Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por aquellos que aman" (Jn 15,13)), son las que quieren ir marcando en nosotros el amor a Jesucristo que nuestros hermanos tienen, y la unión de corazón con ellos que la comunión de los santos nos interpela a tener. Rezaremos por nuestros hermanos perseguidos en países como: Eritrea y Kenia, Libia y Níger, Nigeria y Somalia, Sudán y Tanzania, Afganistán y Bangladesh, Myanmar y China, India e Indonesia, Corea del Norte y Pakistán, Turquía y Vietnam, Irán e Irak, Palestina y Gaza, Arabia Saudí y Siria, Yemen y Egipto, Turkmenistán y Uzbekistán.
En el rezo del viacrucis recordamos
la pasión de Cristo,
que es consecuencia de nuestros pecados
y gracias a la cual se nos abren las puertas del cielo.
En esta ocasión lo hacemos de la mano
de los cristianos perseguidos,
los cuales viven identificándose
cada día con Jesucristo,
ofreciéndose generosamente al Padre
para la salvación del mundo.
Padre misericordioso y lleno de amor,
mira a tus hijos e hijas que a causa de la fe
en tu Santo Nombre sufren la persecución y
discriminación en Irak, Siria
discriminación en Irak, Siria
y tantos lugares del mundo.
Que tu Santo Espíritu les colme
con su fuerza en los momentos más difíciles de perseverar en la fe.
Que les haga capaces de perdonar
a los que les oprimen.
Que les llene de esperanza para que puedan
vivir su fe en alegría y libertad.
Que no dejen de ser nunca un testimonio
vivo para los cristianos del mundo entero.
Amén.
ORACIÓN FINAL
Recibe Señor nuestra oración,
y por la intercesión de tus santos Mártires,
concédenos la fortaleza en las tribulaciones,
valor en las persecuciones y la dulce esperanza
de resucitar con tu Hijo Jesucristo,
que vive y reina, inmortal y glorioso,
por los siglos de los siglos,
Amén.
“DICHOSOS LOS PERSEGUIDOS
POR CAUSA DE LA JUSTICIA,
POR QUE EL REINO DE LOS CIELOS
LES PERTENECE”
(MT 5, 10)
De la QUINTA ESTACIÓN: El Cireneo ayuda a Jesús a llevar la cruz: (…) "Del encuentro involuntario ha brotado la fe. Acompañando a Jesús y compartiendo el peso de la cruz, el Cireneo comprendió que era una gracia poder caminar junto a este Crucificado y socorrerlo. El misterio de Jesús sufriente y mudo le llegado al corazón. Jesús, cuyo amor divino es lo único que podía y puede redimir a toda la humanidad, quiere que compartamos su cruz para completar lo que aún falta a sus padecimientos (Col 1, 24). Cada vez que nos acercamos con bondad a quien sufre, a quien es perseguido o está indefenso, compartiendo su sufrimiento, ayudamos a llevar la misma cruz de Jesús. Y así alcanzamos la salvación y podemos contribuir a la salvación del mundo".
El profundamente humano y espiritual despertar que produce cada una de las meditaciones del por entonces Card. Ratzinger en el Via Crucis rezado en el Coliseo en el año 2005, nos hace más presente la realidad de nuestra pecadora humanidad y del mundo -tan apartado de las realidades espirituales y trascendentes- que mira hacia otro lado sin ver que hoy más que nunca, su tierra está sembrada de la sangre de los mártires de Cristo.
Vive junto a los cristianos perseguidos el seguimiento de Jesucristo crucificado con "Proyecto Despierta".
"Para los cristianos en Pakistán, el Cristo sufriente es muy atractivo, Cristo sufriente en su pasión.
Hay más personas que van a las iglesias en Viernes Santo que el día de Pascua. La imagen de Cristo en su pasión y la cruz, son algo muy significativo. Yo como teólogo también lo puedo explicar: Aún estamos sufriendo, no hemos experimentado todavía la resurrección en nuestras vidas.
Cristo sufriente de la Pasión Cristo es muy atractivo para ellos.
La Virgen también nos atrae mucho. Es nuestro modelo. Para la iglesia sufriente de Pakistán, la Virgen Dolorosa, fue una madre que pasó por el sufrimiento de ver morir a su hijo en la cruz, maltratado, clavado, y después bajado de la cruz, y puesto en su regazo.
Todo esto es un gran sufrimiento, que nuestra Madre María pasó.
Y por eso, rezamos a Nuestra Madre que estuvo al pie de la cruz. Le decimos que rece por nosotros, de pie junto a la cruz de nuestros sufrimientos." (P. Morris Jalal, OFM Cap. de Pakistán)
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"Nos co-municanos, luego, co-existimos".
Juan Carlos (Yanka)