miércoles, 27 de marzo de 2019

📙 LIBROS "LA MÁQUINA DE BUSCAR A DIOS" Y "PENSAMIENTOS" DE BLAISE PASCAL: UNO DE LOS GRANDES FILÓSOFOS DE LA HISTORIA

una de las mentes más extraordinarias 
de la historia

A su muerte, el 19 de agosto de 1662, Blaise Pascal deja un legado que desconcierta a sus herederos. De la Apología del Cristianismo que esperaban hallar, no aparece rastro. En su lugar, hay un caos de papeles. Pliegos de gran formato algunos, recortes de diversos tamaños la mayor parte; cosidos en transitorios legajos o bien en total desorden. Una primera lectura deja claro que no se trata de un borrador siquiera. Más bien, del cúmulo de notas acumuladas por el matemático y hombre de fe en sus últimos años. Pese a la decepción inicial, su edición fue preparada por el círculo jansenista y vio luz, en 1670, con el título de Pensamientos, que consagra esos papeles, pero también los disfraza, al darles resonancia de obra concreta, aunque inacabada.

Editar hoy a Pascal con rigor exige deshacer ese malentendido. Esos papeles son sus anotaciones de trabajo: reflexiones propias en parte, pero también en parte resúmenes de lo leído o citas literales de aquellos a quienes lee. En rigor, estamos ante fichas susceptibles de ser ordenadas en distintas composiciones según la función -oral o escrita- a la que fueran destinadas: Pascal componía y descomponía sus legajos, como nosotros ordenamos y desordenamos nuestros ficheros.

Nuestra edición ha recurrido al instrumental informático para que el lector pueda hoy operar del mismo modo. Así, a la lectura «convencional» de los papeles -acompañada del amplio aparato de notas imprescindible para desentrañar su laberíntico sentido-, hemos añadido una base de datos digital que permita trazar en esa selva senderos similares a los que su autor transitaba. La tarea, que hace unos pocos años hubiera sido inabordable, pone por primera vez en manos del lector la materialidad real de esos papeles a los cuales la posteridad dio nombre -engañoso pero irreversible- de Pensamientos.

"Burlarse de la filosofía es la verdad del filosofar": que un matemático superdotado cifre así la clave metodológica de su pensamiento, mueve a estupor. A sus contemporáneos del siglo XVII como a nosotros. Que un cristiano estrictísimo designe los milagros como lugar de perdición ("los milagros no sirven para convertir, sino para condenar") y sentencie como sacrílegas las argumentaciones racionales de la existencia divina ("es por carecer de pruebas, por lo que [la religión de los cristianos] no carece de sentido"), tiene todas las resonancias de la herejía. Eso es Blaise Pascal: la tragedia de un pensar tan en lo extremo que hace tierra quemada del suelo mismo en el cual opera: el del geómetra prodigioso, el del hombre al cual la pureza de su fe condena aniquilarse. Cabe todo en una fórmula insostenible. Y acerada. "No hay nada tan conforme a la razón como la descalificación de la razón".

"La máquina de buscar a Dios", que Pascal dice tratar de construir a la manera del autómata aritmético por él artesanado, se cierra en el rompecabezas de un imposible, a cuyas ruinas llamamos Pensamientos. Y en uno de los más intensos callejones sin salida de este pensar sin sentido que es el de la edad moderna.

A su muerte, el 19 de agosto de 1662, Blaise Pascal (1623-1662) dejó un caos de papeles, pliegos de gran formato, recortes de diversos tamaños, cosidos en transitorios legajos o bien en total desorden. No se trataba de un borrador sino de un cúmulo de notas acumuladas por el matemático y hombre de fe en sus últimos años. Fue recogido en un solo ejemplar en 1670 con el título de "Pensamientos" y ha sido reeditado por el escritor Gabriel Albiac para la editorial Tecnos.

No es una lectura para todos los públicos, advierte Andrés Amorós, pero sí es accesible a un lector culto. Es un libro que tiene mucho interés por dos asuntos: por el difícil trabajo que ha hecho el editor y por la propia figura de Pascal. Albiac ha realizado un gran trabajo intelectual sobre un autor que lo merece. Ha trabajado con los 1.993 fragmentos, sin acabar ni ordenar, que Pascal dejó escritos en sus cuatro últimos años de su vida. Se trata de reflexiones propias, resúmenes de lo leído y citas literales de aquellos a quienes leyó.


Pascal fue un hombre precoz en muchos campos, fue matemático, inventor de la "rueda de Pascal", una especie de calculadora; autor de la teoría de probabilidad, fluidos, la presión, el vacío, etc. Tuvo la tentación mundana de ser sólo "honnete homme" y durante la noche del 23 de noviembre de 1654 sufrió una conversión y decidió anonadarse. "El yo es odioso", consideró. Se planteó la necesidad de una defensa racional de la fe cristiana.
A pasear de ser fragmentos sueltos y desordenados, conforman una obra apasionante. Tiene un atractivo literario enorme pues piensa en axiomas, con frases implacables. Aunque no se compartan sus creencias religiosas, posee una profundidad psicológica extraordinaria.
"Toda la desdicha de los hombres proviene de una sola cosa: no saber permanecer en reposo, dentro de una habitación, a solas con sus pensamientos". 
"Queda claro pues, que, para conocer al hombre, la sola razón no basta, antes bien, la razón suficiente y necesaria para este fin es su relación con Dios, con El Verdadero. Solo hay, de echo, tres tipos de personas: las que están al servicio de Dios, porque lo han encontrado; las que se esfuerzan buscándolo, porque no lo han encontrado; y, por último, aquellas que viven sin buscarlo, sin haberlo encontrado. Las primeras son razonables y felices, las últimas son estúpidas e infelices, las segundas son razonables e infelices". "Pensamientos" de Blaise Pascal
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"Creer en Dios no es pensar en Dios, 
sino sentir -sentipensar- a Dios". 
Pascal
En cambio, para mi opinión, ahí reside la importancia del pirronismo de Pascal: en la actitud humilde propia del tipo de cristianismo que reconoce su miseria frente a Dios, en respuesta a un racionalismo cartesiano que ha conducido a los hombres a pensar que pueden vislumbrar la verdad absoluta. Todo ello desde un pirronismo que, lejos de anclarse en la angustia y desesperación provocada por esta miseria, se ve capaz de superarla por una vía de conocimiento alternativa a la razón, incitando al conocimiento interior -como "conocimiento del alma"- con unas claves que hoy en día se presentan como imprescindibles para salir de la rueda de una sociedad enferma por el orgullo de creerse en posesión de la verdad.
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Dejó frases como estas:

  • "Todas las desdichas de los hombres vienen de una sola cosa: no saber permanecer en reposo en una habitación".
  • "Cada cual finge un Dios a su medida".
  • "No habiendo podido curar la muerte, la miseria, la ignorancia, los hombres se han concertado, para ser felices, en no pensar en ello. Todo lo que yo sé es que debo morir pronto".
  • "Un hombre, en un calabozo, tiene sólo una hora para saber su sentencia y hacerla revocar. Es contra natura que ocupe esa hora en jugar a las cartas".
  • "Apuesta: si ganas, lo ganas todo; si pierdes, no pierdes nada".
  • "Como no sé de dónde vengo, tampoco sé a dónde voy".
 
Entrevista a Gabriel Albiac

Luis del Pino entrevista al autor del libro 
"Los pensamientos de Pascal" de la editorial Tecnos

VER+:





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