«Vino luego a Betsaida; y le trajeron un ciego, y le rogaron que le tocase. Entonces, tomando la mano del ciego, le sacó fuera de la aldea; y escupiendo en sus ojos, le puso las manos encima, y le preguntó si veía algo. Él, mirando, dijo: Veo los hombres como árboles, pero los veo que andan. Luego le puso otra vez las manos sobre los ojos, y le hizo que mirase; y fue restablecido, y vio de lejos y claramente a todos. Y lo envió a su casa, diciendo: No entres en la aldea, ni lo digas a nadie en la aldea.» S. Marcos 8:22-26
Es hermosa esta historia de uno de los milagros de Jesús. Necesitamos tener este acercamiento a Jesús. Tenemos que preguntarnos en qué lugar está JesuCristo en nuestras vidas.
- ¿Quién es Jesús para ti?
- ¿Necesitamos un segundo toque del Espíritu Santo para "VER" con claridad?
Este tema lo quiero hablar a aquellas personas que necesitan más de Dios y en cada uno de nosotros hay procesos, procesos que necesitan ser dirigidos por Dios. Nunca va a ser suficiente, necesitamos más de Dios, Dios actúa en los corazones humildes.
Y me impacta este milagro creativo de Dios, por qué pasan muchas cosas en estos versículos.
Primero a este hombre lo traen a Jesus, dice la Biblia que lo saco fuera y escupió en sus ojos y luego le puso las manos encima y le pregunto si veía y dice la palabra de Dios que le puso las manos de nuevo y le pregunto si veía y de esa manera recobró la vista.
Este pasaje me lleva a reflexionar muchísimo, por qué Jesus hubiera podido sanar inmediatamente pero hizo tantas cosas a este hombre solo en ese momento que demostró aún que necesitaba más que un simple toque.
Este hombre necesito un segundo toque en su vida y sabe esto me lleva a pensar que hay personas que les cuesta más que otras recibir de Jesús, no se trata de Jesús se trata de nosotros.
Por qué eso quiero hablarles de que personas necesitamos ese segundo toque, necesitamos de nuevo que Dios toque nuestro corazón definitivamente para que haya un cambio radical en nosotros. Yo le quiero hablar a los que recientemente conocen de Jesús, a los que llevan años conociéndolo, a los que han tenido ministerio o no, quiero hablarles a todos en general, los que anhelan más de Jesús.
Necesitan ese segundo toque de Jesús
1. Aquellos que el primer encuentro fue forzado e involuntario, cuando el primer encuentro con Jesús fue por cumplir. En el versículo 22 dice que le llevaron a un ciego y le rogaron que lo tocara. A muchos nos pudieron haber traído así, muchos tal vez están hoy aquí por qué alguien les rogó o por compromiso por quedar bien con la persona que lo invitaron, por no pelear o para cobrarles después esta invitación.
2. Cuando el toque es más importante que la persona. Cuando las personas solo vienen a Jesús solo por el milagro pero no se comprometen. Aquellas personas que buscan su sanidad, o que les cumpla sus peticiones pero nunca sirven a Jesús, solo hay interés de por medio, solo en momentos de necesidad le buscan pero su corazón no está lleno de ese amor como para servirle con su propia vida.
3. Aquellas personas que necesitamos intimidad con El.
Entonces, tomando la mano del ciego, le sacó fuera de la aldea. Jesús quería intimidad, no tenemos ese toque de Jesús por qué no queremos intimidad, necesitamos estar a solas con Jesús, tener ese acercamiento a Jesús. Para Dios es más importante la intimidad que el milagro.
4. Cuando mi modelo no coincide con el de Jesús. Jesús actúa como él quiere, el quebranta paradigmas. Cuando venimos con religiosidad y creemos que solo las cosas pueden ser de esta manera.
Tienes que estar abierto a lo que Dios quiera hacer en tu vida y como lo quiera hacer. Este ciego creyó que tal vez Jesús le iba a tocar y ya pero Jesús trabajo de una manera diferente que le cambio la vida para siempre. Hace poco recibí una visita de una persona que Dios le hablo, para hablarle a mi vida, fue la persona que menos imaginaba pero Dios la uso.
5. Cuando no he aprendido a diferenciar en el entorno en el que estoy, cuando lo malo y lo bueno me parecen igual, cuando no disciernes.
Cuando hacer lo bueno y malo té parece igual, cuando no sientes nada al pecar, cuando vas a un lugar donde no deberías estar como hijo de Dios, es ahí que necesitamos que Dios haga algo en nuestros corazones, haga cambios, nos limpie de toda maldad, nos transforme por completo, todavía hay personas que tienen maldad en su corazón, que no actúan como Dios quiere que actúen, su carácter, su concupiscencias, cuando llega el segundo toque de Dios debe haber cambios en nuestra vida se requiere la suficiente humildad para reconocer que necesitamos ser tocados por Dios por segunda vez.
Cuando nos toca Jesús por segunda vez se restablece nuestra visión, empezamos a ver las cosas como las ve Dios, te permite ver de lejos, empezamos a percibir el mañana de una forma diferente.
Pondrá discernimiento en nosotros y veremos las cosas de una forma diferente.
Lo envió a su casa, los de nuestra casa son los primeros que deben disfrutar de nuestra sanidad, y ellos serán impactados con nuestro cambio, y Dios hará cambios en ellos también...
Que empiece la restauración no en otro lugar sino en tu propia casa.
UN SEGUNDO TOQUE - Pr. Randy Roberts
DAME TUS OJOS - MARCELA GÁNDARA
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