馃攰
"Aunque hablara todas las lenguas de los hombres
y de los 谩ngeles, si me falta el amor
ser铆a como bronce que resuena
o campana que reti帽e".
1 Cor 13,1
"Contemplarte en silencio
es ser abrazado
por Tu Eternidad".
Yanka
"SENTIR EL ILUMINADO SILENCIO".
El 煤ltimo libro del Cardenal Sarah titulado: “La fuerza del silencio”. Un excelente tratado sobre la necesidad de buscar el silencio como remedio contra muchos males f铆sicos y espirituales que provocan la dictadura del ruido.
En este post quiero insistir en este tema tan crucial en nuestro tiempo, afectado por la prisa, la turbulencia provocada por los vientos alocados que provocan la tormenta perfecta y rompen nuestro equilibrio interior y nuestra paz.
Dice el autor: Para definir los contornos de nuestras acciones futuras conviene hacer silencio a diario. La vida contemplativa no es el 煤nico estado en el que el hombre tiene que esforzarse para dejar su coraz贸n en silencio.
En la vida diaria, sea profana, civil o religiosa, es necesario el silencio exterior.
Y nos ofrece una larga cita tomada de El signo de Jon谩s, de Thomas Merton que ofrecemos en su integridad por su gran inter茅s:
«Su necesidad es especialmente patente en este mundo tan lleno de ruido y de necias palabras. Hace falta silencio para protestar y reparar la destrucci贸n y los estragos provocados por el pecado del ruido. Es cierto que el silencio no es una virtud, ni el ruido un pecado, ' pero el tumulto, la confusi贸n y el ruido constantes de la sociedad moderna o de ciertas liturgias eucar铆sticas africanas son la expresi贸n de la atm贸sfera de sus pecados m谩s graves, de su impiedad, de su desesperaci贸n. Un mundo de propaganda, de debates interminables, de invectivas, de cr铆ticas, o de mero parloteo, es un mundo en que la vida no merece la pena ser vivida. La misa se convierte en un jaleo confuso, las oraciones en un ruido exterior o interior: la repetici贸n apresurada y maquinal del rosario.
»El oficio divino recitado sin recogimiento, sin entusiasmo ni fervor, o de manera irregular y espor谩dica, entibia el coraz贸n y mata la virginidad de nuestro amor a Dios. Poco a poco nuestro ministerio sacerdotal puede convertirse en el trabajo de un pocero que horada pozos de agua muerta. Viviendo en un mundo de ruido y superficialidad decepcionamos a Dios y no somos capaces de escuchar la tristeza y las quejas de su coraz贸n. As铆 dice Yahv茅: "Me pueblo ha cometido dos males: me abandonaron a m铆, fuente de aguas vivas, y se cavaron aljibes, aljibes agrietados, que no retienen el agua" (Jr 2,2.13).
»Si bien es cierto que tenemos que saber soportar el ruido y proteger extraordinariamente nuestra vida interior en medio de la agitaci贸n -contin煤a Thomas Merton-, no es menos cierto que no conviene resignarse a vivir en una comunidad constantemente agobiada por la actividad e inundada por el ruido de las m谩quinas, de la publicidad, de la radio y de la televisi贸n, que no paran de hablar.
¿Qu茅 hay que hacer? Quienes aman a Dios tienen que procurar preservar y crear una atm贸sfera en la que poder encontrarle. En los hogares de los cristianos ha de haber sosiego, porque tanto sus cuerpos como sus casas son templos de Dios. Si hace falta, eliminad la televisi贸n; no todos, pero s铆 los que se toman en serio esta clase de cosas (… ). Que quienes quieren silencio se unan a otros que compartan sus gustos y se ayuden entre ellos a hacer reinar el silencio y la paz”.
(La fuerza del silencio, cardenal Robert Sarah, Ed. Palabra, pgs. 34 ss.)
"Cuando conozcas el poder de las palabras,
descubrir谩s la bendici贸n del silencio".
Leandro Taub


No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por Comunicarnos, por Compartir:
Gracias a ello, nos enriquecemos desde la pluralidad y desde la diversidad de puntos de vista dentro del respeto a la libre y peculiar forma de expresi贸n.
La Comunicaci贸n m谩s alta posee la gracia de despertar en otro lo que es y contribuir a que se reconozca.
Gracias amig@ de la palabra amiga.
"Nos co-municanos, luego, co-existimos".
Juan Carlos (Yanka)