He encontrado (José Luis Martín Descalzo), en un pequeño libro del padre Peñalosa, una idea que jamás se me había ocurrido:
¿reza Dios? ¿Cómo podría ser el Padre Nuestro de Dios?
De qué tipo podría ser la oración con la que Dios contesta cada vez que los ojos de los hombres se alzan al cielo y ponen en sus labios millones de veces en el planeta esas dos palabras milagrosas: Padre Nuestro.
Cuando Jesús enseñó a sus discípulos a rezar el Padre Nuestro sabía muy bien lo que estaba diciendo. Estaba abriendo de par en par el mismo corazón de Dios.
Y pienso que esa oración podría ser algo parecida a esta:
"Hijo mío, que estás en la tierra,
preocupado, solitario y tentado.
Yo conozco perfectamente tu nombre,
y lo pronuncio como santificándolo,
porque te amo.
No, no estás sólo, sino habitado por Mí,
y juntos construimos este Reino
del que tú vas a ser el heredero.
Me gusta que hagas mi voluntad,
porque mi voluntad es que tú seas feliz,
ya que la gloria de Dios es el hombre viviente.
Cuenta siempre conmigo,
y tendrás el pan para hoy, no te preocupes;
sólo te pido que sepas compartirlo con tus hermanos.
Sabes que perdono todas tus ofensas,
antes incluso de que las cometas;
por eso te pido que hagas lo mismo
con los que a ti te ofenden.
Y, para que nunca caigas en la tentación,
cógete fuerte de mi mano,
y yo te libraré del mal,
pobre y querido hijo mío".
José Luis Martín Descalzo
Hijo mío que estás en la Tierra
Padre Nuestro por Diana Navarro
Padre Nuestro - En el mar he oído hoy...
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