Un camino -de peregrinación-
por ella:
Venezuela
por ella:
Venezuela
¡Peregrino de la libertad!
Ángel Luis Martín
En la noche hay una estrella
y una voz grita:
¡Ahí está el que trae la libertad!
cada día se levanta,
para hacer la voluntad de Dios.
libre como el viento
libre ante el poder,
libre ante el dinero.
Deja el traje de la gloria
para vestirse de pobreza.
Se apagan las luces del cielo
y se encienden las de la tierra
lleno de espíritu,
la vida la hace entrega.
Su amor vuela.
es más fuerte que al muerte.
El libertador quiere morir,
para que tú vivas.
cada vida, cada flor
es un beso de su amor.
Manuel, un buen día cansado y desilusionado de muchas cosas, decidió cambiar el rumbo de su vida. Recibí un mensaje de Facebook suyo que decía: Voy a hacer el camino de Santiago…
Para él, en ese momento el camino tenía un significado de lucha por la libertad de lo que más ama: Venezuela, algo que a veces ama más que a si mismo, y por ese motivo en muchas ocasiones hemos tenido conversaciones sobre el tema y las prioridades en la vida.
Para mi el camino es algo que va más allá, con un significado más profundo; más espiritual, una búsqueda interior de muchas cosas, de respuestas e incluso de uno mismo.
Manuel lo emprendió y lo animé a que lo contara, ya que aunque a veces pensamos que llega un punto en la vida en la que no seguimos creciendo, eso no es cierto, si lo hacemos pero de otras formas, y así es su experiencia; una experiencia que al contarme algunos episodios, considero que debe compartir con todos los venezolanos que le queramos leer y escuchar.
Posiblemente esta publicación no es una noticia destacada, o no tiene una relevancia más allá de un venezolano haciendo el camino de Santiago; pero creo que nos puede trasmitir mucho más, estoy segura que al contarnos sus anécdotas reviviremos con él ese camino hecho por Venezuela, pero que al final como todo camino de Santiago nos hace volver a casa diferentes y con una fuerza con la que podemos lograr todo lo que nos propongamos. Quizá no haya conseguido esa libertad tan deseada para su país, pero seguro que aprenderemos muchas otras cosas e incluso nos animaremos a buscar motivos para emprender nuestro propio camino.
Estas líneas simplemente se las quiero dedicar a él a ejemplo de prólogo de su aventura, y darle paso a que nos cuente cada detalle de ese camino: Un peregrino por la libertad…
Camino de Santiago de Compostela
por Venezuela
Peregrino, ¿quién te llama?
¿Qué fuerza oculta te atrae?
Ni el campo de las estrellas,
ni las grandes catedrales..
¡La Libertad!
Esta no es la historia de una persona, ni la de un activista, son las vivencias de cualquier ser humano en “El Camino de Santiago”… reseñaré lo que me ocurrió en lo que ya considero como el viaje de mi vida, entre el camino de Santiago y el viaje más lujoso del mundo, no lo dudo ni un segundo; si por mi fuera pasaría el resto de mi vida andando, pero para ello hace falta eso que muchos aman más que a nada: el dinero.
Así que de ahora en adelante, cada vez que pueda realizaré un camino, son cientos de caminos, alguno me estará esperando, sus flechas amarillas y sus calzadas esperan por mis chanclas.
Quiero agradecer al equipo de “Yo soy venezolano” quienes me animaron a escribir mi camino, un camino noble, con días duros, muy duros, pero con momentos inolvidables.
Esta es la historia del peregrino de la paz, la fraternidad, la igualdad y la libertad de Venezuela, y probablemente de su alma.
Este peregrino lleva mucho tiempo en el paro, desde que cerré mi tienda a finales del 2012 apenas tenía trabajo. En el mes de mayo me ofrecieron un trabajo en Vigo, la tierra de mis orígenes y de muchos amigos de mi infancia. Pensaba que me reencontraría con lo mejor de mi vida, buenos recuerdos de mi infancia y juventud que tienen que ver con a “terra cha”, su música, su comida, su cultura…
La lucha histórica por las igualdades y la justicia social eran demasiado tentadoras para decir que no a una oferta de trabajo aunque ello significara marcharse de lo que más apego tenia: Madrid, la ciudad que me permitió crecer como ser humano, la ciudad que me enseñó el verdadero sentido de la palabra “ humano”.
Madrid huele a croquetas, a bocatas de calamares, a bullicio una tarde de invierno con 10 grados y un cielo azul como el mar; huele a gente buena, a paisanos que se ayudan unos a otros, huele a amigos que me han abierto una puerta, huele a luchadores sociales que ya nos han dejado para andar por otros caminos lejanos que aún no conocemos, pero que nos aguardan; huele a ajo pero me encanta, no se cuántas veces pasé por sus rincones para despedirme, tal vez fuera la despedida más larga de la historia madrileña, pero así soy yo, cuando se encariño lo hago de verdad.
Me quedan raíces por siempre, como han quedado en Anaco, Maturín y Caracas.
Así que me abracé a la puerta de Alcalá, me fui a Chamartín y cogí el primer tren a Vigo para empezar a trabajar a los pocos días. El trabajo no vale la pena ser comentado, era un trabajo normal como cualquier otro, pero… un domingo me dio un paro respiratorio, después de una reanimación, cuatro días en la UCI y 10 días en planta, me encontré con que no había pasado el período de prueba, ¿y ahora qué? ¿a dónde me lleva el camino? Quién lo sabe…
Una persona que aprecio me llamó animándome y me invitó a Donosti, así que allá me fui, otra vez a viajar en tren, 14 horas pasando por las planicies castellanas y las montañas vascas hasta llegar a Donosti, la ciudad más europea de España; pero había que hacer algo, pensar en cómo canalizar tantas ganas de ayudar pero también en ayudarme a mi mismo.
Dándole vueltas a la cabeza surge la idea de hacer algo que siempre he querido hacer pero por cuestiones de tiempo nunca me decidí, ahora que tengo todo el tiempo del mundo es el momento ideal, “El Camino de Santiago” aguarda a todos aquellos que quieran dejar sus huellas en el…..
Ya está decidido… voy a hacer el camino. Una mochila, tres mudas, unas deportivas, unas chanclas, una toalla, un termo y mucha ilusión, era como escapar de algún modo a esta vida pasajera. Puedes cantar lo que quieras, pensar lo que desees, caminar de noche o de día, son muchos los motivos por los que peregrinos caminan miles de kilómetros hasta Santiago, el mio era para unir ideas, muchas ideas que pasan por mi cabeza pero que por alguna razón no logro concretar y marcar líneas de actuación, ojalá que el camino me ayude a orientar tantas ideas nobles que viajan como átomos veloces desordenadamente.
Por un momento una idea invadió mi mente, ¿por qué no llevar un mensaje a los españoles de lo que sucede en Venezuela y a la vez pedir por la paz, la igualdad, la fraternidad y la libertad de esa tierra tan nuestra que jamás podremos olvidar?
La lucha social da vida al corazón y al alma…
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