Me permito reproducir este poema que tanto dice, sobre todo cuando estamos en crisis, cuando la depresión nos puede hundir y tal vez, leyendo lo que ha escrito el poeta Rafael Cadenas (1930-) en 1962, podemos respirar hondo y vernos en este espejo tan claro.
"Si hay un poeta vivo perseguido por uno de sus poemas, ese es el venezolano Rafael Cadenas. El poema se llama "Derrota", un hito de la literatura latinoamericana que el poeta lo escribió cuando tenía 32 años de edad. Ahora tiene 84 y sonríe tímidamente cuando se le pregunta si está cansado de aquella letanía que dice (y aquí me permito reproducir el poema completo):
DERROTA
que ante todo competidor me he sentido débil
que perdí los mejores títulos para la vida
que apenas llego a un sitio ya quiero irme (creyendo que mudarme es una solución)
que he sido negado anticipadamente y escarnecido por los más aptos
que me arrimo a las paredes para no caer del todo
que soy objeto de risa para mí mismo que creí
que mi padre era eterno
que he sido humillado por profesores de literatura
que un día pregunté en qué podía ayudar y la respuesta fue una risotada
que no podré nunca formar un hogar, ni ser brillante, ni triunfar en la vida
que he sido abandonado por muchas personas porque casi no hablo
que tengo vergüenza por actos que no he cometido
que poco me ha faltado para echar a correr por la calle
que he perdido un centro que nunca tuve
que me he vuelto el hazmerreír de mucha gente por vivir en el limbo
que no encontraré nunca quién me soporte
que fui preferido en aras de personas más miserables que yo
que seguiré toda la vida así y que el año entrante seré muchas veces más burlado
en mi ridícula ambición
que estoy cansado de recibir consejos de otros más aletargados que yo
(«Ud. es muy quedado, avíspese, despierte»)
que nunca podré viajar a la India
que he recibido favores sin dar nada en cambio
que ando por la ciudad de un lado a otro como una pluma
que me dejo llevar por los otros
que no tengo personalidad ni quiero tenerla
que todo el día tapo mi rebelión
que no me he ido a las guerrillas
que no he hecho nada por mi pueblo
que no soy de las FALN y me desespero por todas estas cosas y por otras cuya
enumeración sería interminable
que no puedo salir de mi prisión
que he sido dado de baja en todas partes por inútil
que en realidad no he podido casarme ni ir a París ni tener un día sereno
que me niego a reconocer los hechos
que siempre babeo sobre mi historia
que soy imbécil y más que imbécil de nacimiento
que perdí el hilo del discurso que se ejecutaba en mí y no he podido encontrarlo
que no lloro cuando siento deseos de hacerlo
que llego tarde a todo
que he sido arruinado por tantas marchas y contramarchas
que ansío la inmovilidad perfecta y la prisa impecable
que no soy lo que soy ni lo que no soy
que a pesar de todo tengo un orgullo satánico aunque a ciertas horas haya sido
humilde hasta igualarme a las piedras
que he vivido quince años en el mismo círculo
que me creí predestinado para algo fuera de lo común y nada he logrado
que nunca usaré corbata
que no encuentro mi cuerpo
que he percibido por relámpagos mi falsedad y no he podido derribarme,
barrer todo y crear de mi indolencia, mi flotación, mi extravío una frescura nueva,
y obstinadamente me suicido al alcance de la mano
me levantaré del suelo más ridículo todavía para seguir burlándome
de los otros y de mí hasta el día del juicio final.
Lo escribí en medio de una crisis personal… bueno, una depresión. Si gustó tanto fue porque coincidió con la situación política de los años 60 y la consolidación de la democracia en Venezuela con Rómulo Betancourt”.
Rafael Cadenas nació en Venezuela en 1930 y es uno de los más lúcidos poetas y ensayistas de nuestro siglo, incluido sin falta en las selecciones de poesía del continente. Su obra incluye Los Cuadernos del Destierro, Falsas Maniobras, Memorial, Literatura y Sociedad , Realidad y Literatura, Anotaciones y En torno al lenguaje. Premio Nacional de Literatura en su país en 1985 y Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances en Guadalajara –el antiguo premio Juan Rulfo- en 2009.
"La política vacía de sentido las palabras —democracia, justicia, libertad—, los poetas llaman la atención sobre ese vacío". Los poetas llaman la atención sobre ese vacío. Las palabras pierden su valor si no se corresponden con la cosa que designan. No es nada nuevo. Confucio lo llamaba ‘rectificación de los nombres’ y eso es un poeta: alguien que rectifica”.
***
Estas son las palabras de Rafael Cadenas recién galardonado "Premio Lorca de Poesía"cuando le preguntaron:
¿Dónde está Venezuela?
...¿Dónde queda Venezuela?, tengo que decir que queda en México, en Miami y otras zonas más internas de Estados Unidos.
Queda en Colombia, en Ecuador, en España. En Panamá, en Chile, hasta en los Emiratos Árabes.
Venezuela queda entre cualquier meridiano y paralelo del mundo a donde se tuvieron que ir a vivir los venezolanos de bien en busca de procurarse una mejor calidad de vida. Persiguiendo un poco de tranquilidad y seguridad, aunque sea, un poquito de futuro para ellos y los suyos.
Venezuela hoy es un país desperdigado por el mundo. Donde esté radicado el talento, la inteligencia y el trabajo de los venezolanos, ahí quedaVenezuela.
Venezuela está en cada petrolera del mundo que ha visto aumentar su producción y mejorar su actividad gracias al talento y trabajo de los venezolanos que contrataron.
Venezuela queda donde hay una televisora, un periódico, una radio cuyas programaciones y producciones se han visto mejoradas e incrementadas gracias al trabajo creativo de venezolanos que ayudan a crecer medios libres en otras tierras. En países que no son el suyo. Donde las editoriales sacan provecho de la imaginación y capacidad de creación de venezolanos ingeniosos y originales con historias formidables, muchas veces impregnadas de la nostalgia y la desazón del exilio.
Allí está Venezuela.
Venezuela estará en esos países a donde cada día lleguen venezolanos de bien para entregar en tierras lejanas y extrañas todo su esfuerzo y trabajo para hacer de este mundo un sitio mejor.
Quedará Venezuela donde vayan a vivir todos esos jóvenes que hoy están buscando la mejor manera de irse a una tierra que les ofrezca algo más que un certero tiro, una ominosa discriminación, un insulto en cadena.
Lo que queda aquí, rodeado por Colombia, Brasil y Guyana, frente a ese hermoso e imponente Mar Caribe. Esto, este corral al Norte de la América del Sur. Esta republiqueta de vivos, sicarios y malhechores. Esto que ya no es un país sino una parodia de República Bananera. Esto no es Venezuela. Este pozo de plomo y sangre, este luto en gerundio, este llanto que no cesa, no es el país del que nos canta el Gloria al Bravo Pueblo.
Esto, este solar de mansas colas de hambruna no es la tierra que parió a héroes independentistas.
Esto no es más que la república bolivariana de Venezuela. Así, con minúsculas. Disminuida y empobrecida. Ensombrecida, envilecida y triste, como nos la legó un hombre megalómano que se creyó líder intergaláctico e inmortal. Un resentido ser a quien ahora pretenden convertir en deidad.
VER+:
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Juan Carlos (Yanka)