Diálogo
Ignacio Larrañaga
Ignacio Larrañaga
Señor Dios, te alabamos y te glorificamos por la hermosura de ese don que se llama diálogo. Es un hijo predilecto de Dios porque es como aquella corriente alterna que bulle incesantemente en el seno de la Trinidad.
El diálogo desata los nudos, disipa las suspicacias, abre las puertas, soluciona los conflictos, engrandece la persona, es vínculo de unidad y madre de la fraternidad.
Haznos comprender que el diálogo no es una discusión ni un debate de ideas, sino una búsqueda de la verdad entre dos o más personas.
Haznos comprender que mutuamente nos necesitamos y nos complementamos porque tenemos para dar y necesitamos recibir, ya que yo puedo ver lo que los otros no ven y ellos pueden ver lo que yo no veo.
Señor Jesús, cuando aparezca la tensión, dame la humildad para no querer imponer mi verdad atacando la verdad del hermano, de saber callar en el momento oportuno, de saber esperar a que el otro acabe de expresar por completo su verdad.
Dame la sabiduría para comprender que ningún ser humano es capaz de captar enteramente la verdad toda, y que no existe error o desatino que no tenga alguna parte de verdad.
Dame la sensatez para reconocer que yo también puedo estar equivocado en algún aspecto de la verdad y para dejarme enriquecer con la verdad del otro.
Dame, en fin, la generosidad para pensar que también el otro busca honestamente la verdad y para mirar sin prejuicios y con benevolencia las opiniones ajenas.
Señor Jesús, danos la gracia de dialogar.
Así sea.
“La armonía de los hermanos,
es melodía a los oídos de Dios”.
San Ireneo de Lyon
Poema Fraterno
Si crees que cada hombre
es tu hermano.
Si estás decidido a ponerte a su escucha.
Si estás dispuesto tanto a dar como a recibir.
Si tu fe se traduce en actos.
Entonces,
estás llamado a jugar un papel de compañero.
Es decir, estás llamado a manifestar
un ROSTRO HERMANO a otros pueblos,
y a manifestar en tu país el rostro humano
de aquellos pueblos.
Pero,
la lucha para una mayor justicia y solidaridad
en tu ambiente y en el mundo entero,
no podrá ser nunca obra de una persona o de unos pocos.
nadie libera a nadie, nadie se libera solo
LOS HOMBRES -CON JESÚS-
SE LIBERAN JUNTOS.
Paulo Freire
ORACIÓN DE FRATERNIDAD
Señor Jesucristo,
columna de unidad
y rey de la fraternidad.
Envíanos cada mañana
una ráfaga de tu espíritu.
Derriba los muros de separación
levantados por el egoísmo,
el orgullo y la vanidad.
Aleja de nuestra casa
las envidias que siembran discordias.
Líbranos de las inhibiciones.
Sosiega los impulsos
y cólmanos de serenidad.
Haz surgir en nuestras intimidades
corrientes sensibles y cálidas
para que nos perdonemos
y nos comprendamos,
nos estimulemos y nos celebremos
como hijos de una misma madre.
Retira de nuestro camino
las rivalidades y aversiones;
rompe los bloqueos
para que seamos unos con otros
abiertos y leales,
sinceros y veraces.
Crezca la confianza
como árbol frondoso
a cuya sombra todos nos sintamos felices.
Y así seremos ante el mundo
el argumento sensible y profético
de que tú, oh Jesús,
estás vivo entre nosotros. Amén.
(Ignacio Larrañaga,
Transfiguración, p 127)
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