martes, 3 de agosto de 2010

👉 EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDO (Viktor Frankl)

Al hombre se le puede arrebatar todo excepto una cosa… Su libertad para elegir la actitud que va a adoptar para enfrentar cualquier situación y decidir su propio camino.  Viktor Frankl



INTRODUCCIÓN:
3- ¿A qué pregunta pretende dar respuesta el libro?

Este libro no se encarga de relatar los sistemas de tortura nazi, que ya se han encargado otros autores de relatar en otros libros, sino que pretende dar respuesta a la pregunta “¿Cómo incidiría la vida diaria de un campo de concentración en la mente de un prisionero medio?” es decir, que repercusiones psicológicas causarían en una persona normal (no muy sensible, ni con un “corazón de piedra”, sino alguien dentro de la media) el conjunto de todas estas torturas físicas unidas a las torturas psíquicas (como el no saber cuando terminaría esta pesadilla, viviendo indefinidamente en un estado provisional, esperando algo mejor o el pensar que sus seres más queridos han acabado en la cámara de gas y la propia vida carece de sentido), si este intentaría seguir viviendo por cualquier método, si se “acobardaría” y se dejaría vencer por la muerte, en fin, el camino lógico que más personas seguirían

4- Comenta: “los mejores no regresaron”
Esta frase hace referencia a que un prisionero en un campo de concentración no podía sobrevivir si no era utilizando todo tipo de trampas y trucos legales o ilegales (robos, mentiras, fuerza bruta, traición...) para seguir viviendo, y si alguien no recurría a estos métodos por considerarlos poco éticos o amorales estaba condenado a una muerte segura (por frío, hambre, fatiga...) Los supervivientes aseguran que los mejores de entre ellos no regresaron porque recuerdan como alguno de sus compañeros, por conservar su dignidad murió, y si habría optado por recurrir a estos métodos es probable que quien lo recuerda es quien habría muerto, por eso lo considera como uno de los mejores.
Aunque el robo, la extorsión, el asesinato... son considerados delitos morales, considero que el fin de seguir viviendo, justifica cualquier medio para conseguirlo, ya que la vida es el único tesoro que realmente posee un hombre y arrebatárselo es arrebatarle todo.

5- Comenta: ”no nos gusta hablar de nuestras experiencias”
El pequeño porcentaje de prisioneros que salió vivo del genocidio no quieren hablar de sus experiencias porque consideran que, quien estuvo dentro no necesita ningún tipo de explicación ya que ha sufrido en su carne las mismas experiencias u otras muy similares, y quien no estuvo allí no entendería el sufrimiento que soportaron estos hombres en los campos de concentración ni el que todavía siguen padeciendo aun en libertad. Ese sentimiento de “muerte”, de incapacidad ante su entorno, de sentirse “colgando de un hilo”, saber que cualquier día puede ser llamado para ser asesinado o que un día el frío o la desnutrición acabarían con él, no se puede explicar con palabras, eso solo puede entenderse cuando lo estás viviendo o lo has vivido.
Otro punto de vista que no aparece en el libro, y es obvio que es correcto, es que estos hombres, ya en libertad, con sus vidas parcialmente “reconstruidas” (digo parcialmente y pongo “reconstruidas” entre comillas, porque perdieron sus familias y sus bienes, de los cuales no sé que parte habrán recuperado, pero estoy seguro de que es una parte insignificante) prefieren no hablar acerca de este tema para poder olvidar los malos tiempos pasados y centrarse en el presente y en un futuro prometedor para sus descendientes, ya que después de décadas, el holocausto para la mayoría de ellos, ya solo significa una pesadilla, que aunque un día fue real, ahora solo es un conjunto de malos recuerdos.
Pongo por ejemplo las experiencias negativas que vivieron los españoles que ahora tienen 75 u 80 años, que durante la guerra civil española (1936-1939) vivieron en su infancia en un infierno de asesinatos indiscriminados de civiles, quema de viviendas, hambre, pobreza, frío, fusilamientos, robos... y que ahora hablan de ello como un mal recuerdo pero viven su vida con toda la alegría de una persona joven, sin encerrarse en el pasado y disfrutan de todas las ventajas de la tecnología actual y de las comodidades sanitarias, higiénicas, pero cuando algún recuerdo especialmente espeluznante pasa por sus cabezas, es lógico que se entristezcan (muerte de algún familiar, algún amigo...), pero ni sus hijos ni sus nietos podemos hacernos a la idea de su sufrimiento.

PRIMERA FASE: INTERNAMIENTO EN EL CAMPO

¿Cuál es el síntoma psicológico de la primera fase?
El shock, que podía darse incluso antes del internamiento en el campo, solo con conocer las atrocidades que en el se cometen, el saber que vas directamente hacia uno de estos campos (en el libro, cuando los pasajeros ven la señal de “Auschwitz” quedan perplejos pensando en las cámaras de gas, los crematorios, las matanzas...) Una vez en el campo, conforme vas enterándote de la verdad y te das cuenta del peligro que corres. Este shock consiste en la pérdida de todo recuerdo de vida anterior, sentir curiosidad por ciertas cosas peligrosas, reacciones anormales (lógicas ante una situación anormal)...

Comenta: “borré de mi conciencia toda vida anterior”
Es el efecto que produce el shock, Frankl lo experimentó cuando, antes de proceder a la desinfección entendió lo que allí realmente pasaba con toda su crudeza cuando le comenta a uno de los prisioneros de mayor edad que su manuscrito era la obra de toda su vida y este le hace entrar en razón mediante sus expresiones y entiende que a lo máximo que aspira es a salir vivo. Poco después quedaría desnudo, sin ninguna pertenencia aparte de sus gafas, su cinturón y unos zapatos.

5- ¿Por qué el prisionero no teme a la muerte?
Un prisionero es estas circunstancias, perdía el miedo a la muerte porque viendo la cantidad de muertes de la que estaba rodeado, consideraba que las posibilidades de salir vivo eran mínimas, así que se consideraba muerto y que para morir realmente solo era necesario esperar. En una situación así pensar en suicidarse (“lanzarse contra la alambrada” como dirían ellos, que estaba electrificada) no tenía sentido, ya que con solo esperar, el gas o el hambre harían este trabajo por ti. Incluso algunos prisioneros quebrantaban algunas normas, como el que salió de su barracón para tranquilizar a los recién llegados.

6- ¿Cuál era el modo de sobrevivir?
El único modo de sobrevivir era pareciendo apto para el trabajo, por lo que era recomendable afeitarse aunque sería con un cristal roto para parecer más joven, aunque eso implicaría quedarse sin el último casco de pan y si te aparece una ampolla en el pie y te obliga a cojear, caminar erguido, soportando el dolor, ya que si un guarda ve a un prisionero lesionado, apuntará en su libreta el número correspondiente (los prisioneros eran simples números, no un nombre ni una persona) y al día siguiente sería exterminado en la cámara de gas. Había que evitar ser o parecer un musulmán (se les llamaba musulmanes a aquellos prisioneros demacrados por dentro y por fuera, que pronto son apuntados en la libreta de algún guarda y acaba asesinado por el gas.

SEGUNDA FASE: LA VIDA EN EL CAMPO

¿Cuál era el estado emocional fundamental en la segunda fase? ¿Por qué?
El principal estado emocional era la apatía en la que llegaba a una especie de muerte emocional (desaparición de sentimientos) provocada por la continua contemplación de escenas tétricas (como el niño que se le hielan los pies y el médico le arranca los dedos con tenazas) una y otra vez hasta que se hacen habituales y ya no se les da importancia.

¿Qué significa que descendían a un nivel primitivo?
Significa que en una situación así, el único objetivo de un prisionero era seguir vivo y bajo estas circunstancias hacían descender al prisionero a un “nivel primitivo” en el que todo lo que querían y deseaban se manifestaba en sus sueños. Estos sueños consistían en calor, pasteles, cigarrillos, comida... (en fin todo lo que antes tenían y ahora no tienen porque se les ha sido injustamente arrebatado) El no tener nada de esto les obligaba a buscarlo en sus sueños. Esto no siempre era beneficioso, ya que cuando el prisionero despertaba se encontraba con la amarga realidad y este terrible contraste acarreaba tremendas desilusiones.
Frankl destaca una noche en la que fue despertado por los gritos de un compañero de su barracón que estaba teniendo una pesadilla. Frankl se disponía a despertarle cuando comprendió que, por pésimo que fuera este sueño, siempre sería mejor que la realidad a la que iba a devolverle si le despertaba, así que decidió dejarle en su pesadilla y esperar que los pitidos de un guarda fueran los que se encargaría de devolverle a la realidad.

¿Entorno a qué giraba la vida mental de un prisionero? ¿Por qué?
La vida mental de un prisionero estaba ocupada por un solo tema: la comida. Cuando dos prisioneros tenían la oportunidad, empezaban a hablar sobre sus platos preferidos, intercambiaban recetas y alimentaban la esperanza de disfrutar de estos manjares cuando serían liberados en un futuro muy lejano. Estas charlas se interrumpían cuando el guarda se acercaba. Frankl consideraba estas charlas especialmente peligrosas, no por los guardas, sino porque despertaban un ansia de comida sana y en buen estado cuando el organismo ya estaba acostumbrado a las ínfimas raciones.
En la mente de un prisionero apenas había espacio para la sexualidad o el sentimentalismo. Su mayor deseo era satisfacer sus necesidades biológicas imprescindibles para la supervivencia y todo lo demás, sobraba. Esto es lógico, ya que verse hecho un “saco de huesos”, sin tener nada para comer hacían sentirse al prisionero un pedazo de carne que se va pudriendo detrás de una alambrada poco a poco porque ya no tiene vida.

¿Cuál era al momento más terrible del día? ¿Por qué?
El peor momento del día era el despertar, Todavía de noche, los pitidos de un guarda hacían despertar a todo el barracón y devolvía a todos prisioneros a la realidad desde sus sueños, llenos de comida, calor... Entonces los prisioneros empezaban a intentar ponerse sus húmedos y fríos zapatos que tenían alambres en vez de cordones. Entonces empezaba un duro día, pero para empezar había que ir andando hasta los campos de trabajo por los caminos llenos de nieve en los que se les helaban los pies.
Este era considerado el peor momento del día porque el prisionero abandonaba la falsa realidad de sus sueños para introducirse en la horrenda realidad que suponía estar recluido en un campo de concentración y empezaba un nuevo día lleno de golpes, retorcijones de hambre, trabajos pesados, frío intenso que había que soportar como fuera posible para llegar vivo a la noche en la que volverían a su mundo de pasteles y cigarrillos.

¿A qué se debe la ausencia de sentimentalismo?
El sentimentalismo desaparecía porque lo único importante era seguir viviendo, el concentrarse en seguir viviendo implicaba la desaparición de todo aquello que no fuera imprescindible para este fin. En el libro aparece un ejemplo de esto, estaban siendo trasladados en tren y pasaron por Viena, Frankl se emocionó y quiso ver su casa, su calle, su barrio y pidió que le dejarían asomarse por las rejas, a lo que respondieron: “ si has vivido aquí ya lo tienes muy visto”.

¿Por qué solo se hablaba de política y religión en cuanto a cultura se refiere?
Porque, como ya he dicho antes, todo lo que no fuera necesario para seguir vivo no tenía lugar entre los prisioneros, pero la política era diferente, ya que si la guerra era perdida por los alemanes, serían liberados, y aunque solo eran rumores, en ocasiones contradictorios, los prisionero se interesaban por ellos.
La religión tomaba un sentido desconocido hasta entonces para la mayoría de los prisioneros. Sentir a la muerte cerca obligaba a plantearse temas como que hay después de la muerte, o si irían al paraíso después de este infierno, o por el contrario seguirían en un infierno que debería ser parecido al que estaban viviendo. Los recién llegados al campo quedaban sorprendidos por el nivel de respeto hacia las creencias religiosas que se respetaba en el campo.

¿Cuál era el modo de Víctor de huir de la realidad?
Frankl recurría a su imaginación para superar esta agonía imaginaba que su mujer le acompañaba a través de los campos helados y mientras estaba trabajando. Aunque la constitución física de las personas con más cultura solía ser más débil que la de los prisioneros que antes se dedicaban a trabajos manuales, los primeros solían sobrellevar mejor la tortura porque sabían aislarse de la realidad.

¿Por qué se sentía la belleza natural como nunca hasta entonces?
Porque era lo único que se parecía a una obra de arte en el campo de concentración. Rodeados de hambre, miseria, muertes, frío... Todo lo que podía verse podía limitarse a figuras harapientas de lo que fueron en su día seres humanos y a zanjas llenas de lodo y barro helado que congelaba los cuerpos de los prisioneros. Pero un atardecer, los efectos de la luz del Sol rebotando por las montañas y creando efectos luminosos junto con las neblinas eran cosas que se asemejaban a una obrba de arte y los prisioneros contemplaban estas imágenes.

¿Qué función tenían las “reuniones artísticas” en el campo?
La función de estas reuniones era que los prisioneros olvidaran un poco su situación. Los que gozaban de una buena situación en el campo, como los capos, se reunían en un barracón y empezaban a cantar, a componer poemas y a contar chistes creando risas de un modo satírico haciendo referencia a algunas calamidades del campo. Eran tan eficaces que algunos prisioneros preferían asistir a estas reuniones en vez de descansar o acudir a por su ración de rancho.

¿Qué función tenía el humor?
El humor era una arma más para la supervivencia del alma. Era algo que hacía posible practicar el arte de vivir aunque el sufrimiento sea omnipresente, ya que las cosas que hacen sentirse bien al hombre son relativas (en una vida normal, un simple chiste de estos no deja de ser una pequeña “tontería”, pero en un campo de concentración era algo que aliviaba tu dolor y te animaba a seguir viviendo)

¿Qué quiere decir que el sufrimiento es algo relativo?
Quiere decir, que dependiendo de las circunstancias la más leve alegría puede desencadenar una profunda satisfacción, que para ser alcanzada en otro tipo de circunstancias sería necesario un gran conjunto de alegrías importantes. Frankl pone como ejemplo cuando fueron trasladados en tren desde Auschwith hasta otro campo del que desconocían el nombre. Se iban acercando al puente que daba paso al campo de Mauthausen, del que no esperaban salir con vida pero de repente se desviaron hacia Dachau, del que tenían menos miedo. Esto provocó entre los “pasajeros” del tren una gran alegría y júbilo.

¿Por qué el hombre acababa perdiendo sus principios morales?
Porque influido por un entorno en el que no se valoraba la vida ni la dignidad humana, el hombre termina perdiendo su voluntad y se convierte en objeto del exterminio. La anterior escala de valores sobre las cosas. El prisionero de un campo ya ni siquiera luchaba por su supervivencia, sino que perdía su individualidad, sus pensamientos, su personalidad y se consideraba parte de una masa de gente, se rebajaba al nivel de vida animal

¿Por qué el prisionero se sentía juguete del destino?
El prisionero se sentía juguete del destino porque, lo era. El no manejaba su destino ni lo que tenía que hacer. Su futuro dependía del humor del guarda que tenía cerca. Sentirse en una situación así, producía en los prisioneros una inhumanidad mayor de lo que cabría esperar.

¿Qué mensaje humano te sugiere la última voluntad de Víctor?
Es un deseo desesperado por dejar claro a su mujer que no se ha olvidado de ella desde una situación en la que Frankl siente que puede morir (porque no sabía si iba a un campo de reposo o lo llevaban a la cámara de gas) y no volver a verla nunca. Es una especie de “despedida de seguridad” por si nunca vuelve a verla confía en su amigo para que le diga sus palabras. Es claramente, un mensaje de despedida.

¿Cómo contesta Frankl a los diversos tipos de determinismo?
Frankl afirma que siempre se puede conservar un vestigio de libertad espiritual, puede vencerse la apatía y la irritabilidad, de independencia mental, incluso en las extremas situaciones de tortura física y psíquica.

¿Cuál es la prueba última de la libertad interior?
La última prueba de la libertad interior es que el hombre, incluso en las condiciones de un campo de concentración podía elegir el tipo de persona que quería ser, el tipo de persona que era no solo es causado por las circunstancias de el campo de concentración, sino también por una voluntad íntima. Cualquier hombre puede decidir lo que quiere ser mental y espiritualmente

Comenta: “Solo temo una cosa, no ser digno de mis sufrimientos” (Dostoievsky)
Esta expresión quiere decir que lo único malo de verdad, peor que la muerte es no ser merecedor de lo que está ocurriendo en tu vida. Esto provoca un vacío en tu vida que te deja sin sentido ni propósito.

¿Tiene el sufrimiento algún sentido?
El sufrimiento tiene como función completar la vida, sin él la vida no estaría completa. No podríamos disfrutar de las alegrías ni de las emociones positivas si no experimentásemos las negativas. El contraste entre las sensaciones positivas y las negativas producen sentimientos, dimensión imprescindible en el hombre.

¿Qué es la existencia provisional? ¿Por qué el hombre que tiene una existencia provisional no puede aspirar a una meta en su vida?
La existencia provisional es la que se basa exclusivamente en la supervivencia, sin ninguna meta ni objetivo interesante, dejando pasar el tiempo con unos sentimientos y actividades monótonos. El hombre no puede aspirar a ninguna meta porque su única preocupación es seguir viviendo sin que nada le emocione o altere sus sentimientos, nada tiene un sentido enfocado hacia un fin concreto, todo es difuso e improvisado.

¿Qué riesgos entrañaba ocuparse en pensamientos pasados?
Entrañaba el alejarse de la realidad sumergiéndose en el pasado y despreciar la vida, pensando que no hay ninguna solución posible, y en vez de crecer espiritualmente e intentar superar la dificultad, se ocultaban de la realidad y pensando en el pasado, dejaban que el presente los devorase, mientras que si habrían hecho frente es probable que habrían crecido espiritualmente más allá de sí mismos. Solo unos pocos plantaban cara a la realidad, y aunque murieran, su muerte les elevó hasta una cima espiritual que en circunstancias normales no habrían alcanzado.

¿Qué procedimientos usaba Víctor para distanciarse del presente?
Víctor pensaba en cosas que le hacían superar las dificultades propias del día a día en un campo de concentración. Su mayor preocupación eran problemas triviales como ¿Qué cenaremos hoy? O ¿Debo cambiar el último cigarrillo que me queda por una ración de sopa? Uno de los pensamientos que una vez alivió su sufrimiento fue el encontrarse dando una conferencia acerca de la psicología en un campo de concentración. Se encontraba en una sala enorme delante de muchas personas que le escuchaban atentamente.

¿Comenta: “Quien tiene algo por qué vivir es capaz de soportar cualquier como” (Nietzsche)
En los campos de concentración, quién no tenía ninguna meta, nada que realizar en su vida, no sentían ninguna motivación por seguir soportando su sufrimiento y no soportaba el sufrimiento esperando, que esto algún día terminaría y aunque, con unos años perdidos, podrían seguir con sus objetivos no podían soportar las torturas del mismo modo que quien tenía algo por hacer en su vida, un proyecto por terminar, una familia con la que pasar buenos momentos o cualquier otra cosa que les pudiera mantener agarrados al hilo de la vida.
Pensando en algo que depende de ti, sintiéndote responsable de algo, o tener ganas de hacer algo que realmente te anima y creer que cuando salgas del campo podrás realizarlo es lo que a la mayoría de los prisioneros que sobrevivieron al genocidio les ayudó a seguir vivos, a luchar por el último trozo de pan, a evitar el gas y la muerte, mientras que otros muchos que vivían la prisión desde otro punto de vista murieron víctimas del hambre o el gas, pero si habrían luchado por su supervivencia con ganas (ganas que el tener algo por realizar les proporcionaría) habrían tenido muchas más posibilidades de salvarse.

¿Cuál es la mejor forma de enfrentarse al sufrimiento?
La mejor forma de enfrentarse al sufrimiento es hacerle frente y pasar por él, no vale darle la espalda alejándose de la realidad y refugiándose en el pasado, el enfrentarse a él se había convertido en un tarea cotidiana en el campo de concentración y que los momentos de lágrimas y desesperación se redujeran al mínimo era el objetivo de todos los prisioneros, pero las lagrimas demostraban el valor del hombre, que era capaz de enfrentarse al sufrimiento y vencerle, aunque no tos los prisioneros las entendieran así avergonzándose de sus llantos.

¿Qué técnicas usaba Victor para levantar a sus compañeros prisioneros?
Usaba la psicoterapia o psicohigiene, que consistía en darles un discurso acerca de cómo debían hacer frente a la vida. Como en el campo estaba prohibido cortar la soga a un prisionero que se intentaba ahorcar con ella, había que evitar que nadie llegara a tales extremos. Frankl buscaba algo que al prisionero le impresionara profundamente (su mujer, sus hijos, sus proyectos...) y a partir de ese “hilo” empezaba a “tirar” para conseguir que el “enfermo” (enfermo mental, claro) seguiría con ganas de vivir, o por lo menos abandonase las de morir. Al hacer al prisionero responsable ante algo (el porqué de su vida) es capaz de soportar su tortura (casi cualquier como)

Comenta: los que profesaran una fe religiosa no hallarían dificultades en entender que nuestro sacrificio sí tenía un sentido
El que creía en Dios desde algún punto de vista monoteísta (judaísmo, cristianismo, islamismo... pero sobre todo judaísmo) entendían su sufrimiento como una forma de pedir a Dios que sus seres queridos no tendrían un final tan doloroso, era una especie de intercambio con Dios, a cambio de su sufrimiento proporcionaban a sus seres queridos un bienestar del que ellos no disfrutaban.

¿Cómo se explica que los guardas del campo no sintieran nada ante todo el sufrimiento humano que contemplaban?
No se puede generalizar sobre ningún grupo social si es de una naturaleza sádica o bondadosa, cada individuo puede ser bueno o malo (las dos verdaderas razas humanas) y el grupo de los guardas no era una excepción. Había guardas sádicos (de mala “raza”) que eran elegidos por los oficiales de las SS cuando el trabajo debía ser especialmente duro. Estos hombres eran sádicos en el propio sentido de la palabra, sin ningún tipo de metáfora, disfrutaban golpeando a los prisioneros y privándoles de los pequeños placeres que se les concedían (calentarse u poco en una estufa a media mañana, por ejemplo) Otro grupo de guardas pertenecían a la “raza” buena y cumplían con su “obligación” nada más por no ser maltratados ellos también. Aunque ellos no maltrataban a los prisioneros, tampoco denunciaban las torturas de sus compañeros sádicos, quizá por miedo a ellos o porque ya eran inmunes a las imágenes sangrientas. Frankl cuenta como uno de estos guardas compró medicinas con dinero de su propio bolsillo para los prisioneros enfermos o como otro le regaló un trozo de pan que habría cogido de su propia ración, y que con esto recibió algo más que un trozo de pan, recibió cariño humano, algo que desconocía desde hace años.

Comenta el último párrafo de la página 87.
En esta historia de “Muerte en Teherán” explica como el escapar de algo que parece ser malo, nos puede conducir a algo peor. En este cuento, un criado suplica a su amo que le dejaría el caballo más veloz que tendría para poder huir hacia Teherán, ya que se le había aparecido la muerte y le había amenazado. El amo acepta y el criado escapa hacia Teherán. Más tarde el amo se encuentra con la muerte y le pregunta que por qué había amenazado a su criado. Esta le responde que no le había amenazado, que se había sorprendido de no verle en Teherán donde esperaba encontrarle esta noche. En los campos de concentración, estos viajes a campos de reposo, eran temidos porque se creía que era un “viaje sin vuelta” hasta una cámara de gas, pero la muerte no estaba en ese viaje (que en el cuento de “Muerte en Teherán sería la casa del amo del criado que escapa), sino que el mismo campo donde se quedaban era el lugar donde les llegaría la muerte, o en ausencia de esta, llegó una hambruna tremenda que hizo aparecer el canibalismo (este campo se transformo en Teherán)

TERCERA FASE: DESPUÉS DE LA LIBERACIÓN

¿Qué reacción tuvieron el día de su liberación?
Los prisioneros se arrastraron hasta el exterior del campo y vieron a los guardas que les ofrecían cigarrillos. Anduvieron por un camino y aunque se sentían cansados seguían porque querían ver el campo con los ojos de un hombre libe desde afuera, pero no se alegraron, en estos años habían perdido la capacidad de alegrarse y debían recuperarla lentamente. Comieron grandes cantidades de comida, ya que su cuerpo no perdió la capacidad de comer.

¿Por qué la amargura? ¿Por qué la desilusión?
La amargura tenía su origen en aquellas cosas que aparecían para los liberados cuando llegaban a sus ciudades. Se les recibía con un encogimiento de hombros y algunas frases hechas. Estos se preguntaban si no tenían nada mejor que decirles después de todo lo que habían pasado.
La desilusión era provocada por uno mismo, no por sus conocidos. Suponía que había estado sufriendo lo máximo posible, cuando de repente se da cuenta que el sufrimiento no tiene límites, regresa a la vida, porque tiene una vida que le estaba esperando, pero en esa vida no encuentra a nadie, era una vida vacía, nadie les esperaba.

¿Qué quiere decir la última frase del texto?
Esta frase explica que si estos hombres han soportado todo este sufrimiento y han salido adelante, en su nueva vida es imposible que puedan tener miedo a que les ocurra algo peor, y a partir de ahora siempre van a estar mejor de lo que estuvieron en el campo. La única cosa a la que deben temer es a su Dios ya que es él quién decide el futuro de su vida eterna, si la pasarán en el cielo o en el infierno.

Redacción:

La actitud ante el sufrimiento:
El sufrimiento es algo que forma parte del hombre. Si no tuviésemos momentos con algo de sufrimiento, seríamos incapaces de disfrutar de los momentos alegres, ya que terminarían haciendo nuestra vida aburrida y monótona, creando otra especie de sufrimiento continuo, el aburrimiento.
El sufrimiento al igual que el amor no tiene límites, y como un sentimiento que es puede tener unas características algo extrañas. Por ejemplo un sufrimiento profundo y amargo puede ser causado por una causa sin importancia, una tontería con fácil solución, pero que en según que circunstancias puede provocar una gran amargura en el individuo (ejemplo: Un niño de 10 años, si por algún motivo no encaja bien en el conjunto de su clase y es marginado, cuando en una reunión familiar alguien le gaste una broma sin malas intenciones, este elevará la importancia de la broma a un nivel que en su interior se manifestará en un gran sufrimiento y odio hacia esta persona) y también puede darse el caso contrario, que causas muy importantes no produzcan un gran sufrimiento en la persona si esta “da de lado” a esta causa.
La actitud ante el sufrimiento es distinta (al igual que el propio sufrimiento) entre las diferentes personas. Hay gente que ante el mínimo sufrimiento se rinde. En este grupo encontramos un gran número de fracasos académicos, que se rinden ante una tarde de estudio o ante un problema matemático; esta gente tiende a ser vaga, a evitar cualquier tipo de trabajo y no se plantea metas importantes, para no tener que “sufrir” en un esfuerzo por alcanzarlas. Es un grupo caracterizado por la inactividad y la apatía. Otro grupo de personas hacen cara al sufrimiento, y aunque tengan que derramar lágrimas lo superan y se construyen moralmente, ampliando sus capacidades, acercándose cada vez más al límite de sus capacidades. En este grupo de personas encontramos sufridos trabajadores, que llegan cada vez más lejos en su actividad.

Otra forma de ver al grupo de los “inactivos” que esquivan el sufrimiento por pequeño que sea es el índice de suicidios que posee este grupo. La apatía y la inactividad puede darse en su tiempo libre, pero llega un momento en el que tienen que dar la cara al mundo, y ante la más mínima dificultad, esta gente recurre a “evadirse” de todo mediante el suicidio. Es lo más cómodo. Un ejemplo más concreto en estos casos de suicidio es el que componen adolescentes que han intentado suicidarse pero no lo han conseguido, en los que en sus entrevistas con psicólogos, los especialistas han sacado la conclusión de que ante un problema familiar o social, en vez de enfrentarse a él deciden suicidarse para ver si así se soluciona (como si después pensaran resucitar o algo así).
El suicidio es la peor actitud ante el sufrimiento, el sufrimiento puede tener un fin próximo o lejano, puede ser más o menos intenso, pero el suicidio es rendirse en la “guerra” que es la vida solo por haber perdido una batalla. Como ya he explicado antes, mucha gente intenta suicidarse pensando que va a solucionar su problema, como si después pudiesen beneficiarse de haberlo resuelto. Una vez muerta, una persona ya no tiene nada, lo único que en realidad se tiene, que es la vida es despreciado sin oportunidad de recuperarlo.
Entre los grupos religiosos y sectas es más frecuente el suicidio, o por lo menos más lógico, porque piensan en una vida mejor, en la salvación eterna... pero todo eso son hipótesis (aunque para ellos sean verdades producidas por su fe en Dios) y lo que obviamente es verdad es que con la muerte, la vida acaba, dejamos de ser seres humanos, no para transformarnos en un montón de carne inerte (ya que este formaba parte de nosotros en nuestra vida), sino para dejar de existir como tales.

Como Frankl explica en “El hombre en busca de sentido”, las lágrimas son una prueba de que el hombre a adoptado la postura más valiente ante el sufrimiento, que es enfrentarse a él. Un sufrimiento que no solo se manifiesta en los campos de exterminio nazi, sino en la vida diaria, cada vez que suspendemos un examen, perdemos el autobús de vuelta a casa (motivos no suficientes como para llorar, pero sí para entristecerse) o perdemos a un ser querido, siempre podremos dejar de lado todo, que es la postura del “cobarde” (dejar los estudios, refugiarnos bajo mentiras...) o podemos enfrentarnos a ello adoptando una postura capaz de solucionar nuestro problema o aceptando la realidad en casos de desgracias irreparables, que es una opción mucho más valiente, y aunque pueda hacernos llorar, seguirá siendo igual de valiente. Así se demuestra que las lágrimas son una consecuencia de una acción llena de valor.
Hay que tener en cuenta que no siempre un suicidio es una acción cobarde y utilizada para deshacernos de nuestras penas, no hay que olvidarse de las malas jugadas de los sentimientos, y en algunas ocasiones el suicidio es provocado por un ataque de ira, una pérdida del control de la situación, cuando los sentimientos bloquean a la inteligencia y a la razón. Pero esto no deja de ser una excepción a lo que antes he comentado acerca del suicidio (y ni siquiera en esta excepción el suicidio es un acto valiente)
La persona que no tiene valor para enfrentarse a la realidad intenta suicidarse y aunque no esté presa de la ira (como he explicado en el párrafo anterior), no valora la realidad como es en realidad, ni siquiera aunque no esté afectada por unos sentimientos negativos (como desengaños amorosos, pérdida de un ser querido... causas muy frecuentes de suicidios). Busca en el pasado, en el presente y en un posible futuro cosas negativas de su vida para añadirlas a su lista de “desventajas” e intenta borrar como puede de su lista de “ventajas” de la vida para poder desequilibrar la balanza que es su inteligencia y cuando esta está demasiado desequilibrada, pasan a la acción. Suele buscar un método rápido y podo doloroso, porque ni siquiera tiene valor para aguantar el breve (pero intenso) dolor que pondrá fin a su “agonizante” vida.

Valoración personal:
Personalmente, es uno de los mejores libros que he leído en toda mi vida. 
Aunque este libro se ocupe de hablar acerca de las repercusiones psicológicas en los prisioneros del cautiverio, refleja muy bien la realidad del holocausto, algo que no debe repetirse y que no debió haber ocurrido nunca.
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