Espíritu de Dios, haznos sensibles
a las heridas de las personas,
a la sensibilidad inexpresada,
al vértigo de la soledad,
a las lágrimas de muchos ojos,
al misterio de cada persona.
Espíritu de Dios,
no queremos encerrar la persona
en un concepto o fórmula.
Haznos delicados para no profanar
el misterio humano
que encierra la persona
más vulgar o despreciable.
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Gracias por Comunicarnos, por Compartir:
Gracias a ello, nos enriquecemos desde la pluralidad y desde la diversidad de puntos de vista dentro del respeto a la libre y peculiar forma de expresión.
La Comunicación más alta posee la gracia de despertar en otro lo que es y contribuir a que se reconozca.
Gracias amig@ de la palabra amiga.
"Nos co-municanos, luego, co-existimos".
Juan Carlos (Yanka)