jueves, 5 de octubre de 2023

🕂 SAN JUNÍPERO SERRA, APÓSTOL Y PALADÍN DE CALIFORNIA 🕂


APÓSTOL Y PALADÍN DE CALIFORNA

"SIEMPRE ADELANTE..."
La vida de san Junípero Serra es la vida de un gran misionero. Algunos lo llaman el último de los conquistadores españoles; otros dicen que fue el más santo de los conquistadores. Hay quienes lo nombran como el apóstol de California, pues fue el pionero en la evangelización y civilización de esta gran región del Estado de California en los Estados Unidos. 
Fray Junípero fue un sacerdote franciscano que vivió el espíritu de san Francisco con radicalidad. Llevó una vida de pobreza y sacrificio hasta el punto de ser un modelo y ejemplo para todos los que lo conocieron. Siempre estaba dispuesto a perdonar a todos. Amaba a los indios con tal intensidad que quería verlos a todos cristianos y, cuando ellos mataban y asaltaban las misiones, siempre pidió que fueran moderados en el castigo y que los perdonaran, porque de otro modo se alejarían definitivamente y no podrían convertirlos a la fe cristiana. Varias veces se encontró en peligro de muerte, pero nunca retrocedió en sus planes de llevarles el mensaje cristiano. Con frecuencia se enfrentó a las autoridades que le ponían trabas y denunció los abusos de algunos soldados contra sus amados indios. 

Él fundó nueve misiones pero, después de su muerte, Dios bendijo tan abundantemente las misiones que, en pocos años, se fundaron otras doce y las conversiones aumentaron en gran número. Además, ya no había penuria de medios o de alimentos como al principio, y todas las misiones estaban bien abastecidas y muchos indios trabajaban, estudiaban y aprendían nuevos oficios con los misioneros. Por algo la nación americana ha colocado su estatua entre los 96 padres fundadores de la patria en el Capitolio de Washington. Ojalá que su vida y ejemplo nos estimule a llevar una vida cristiana auténtica y a sentirnos misioneros en todo momento con nuestro ejemplo, palabras y obras. El objetivo de la empresa española en el Nuevo Mundo era la «creación de sociedades cristianas». 

Para lograrlo introducían a los nativos en los principios cristianos y los hacían beneficiarios de las ventajas de la civilización occidental. Junípero Serra y sus colaboradores siguieron la línea de acción establecida por sus predecesores en otras partes del continente. Cuando llegaban a un lugar conveniente, levantaban una capilla, unas cabañas para residencia de losfrailes y un pequeño fuerte protector contra posibles ataques. Acogían a los indígenas que se aproximaban movidos por la curiosidad y, una vez ganada su confianza, les invitaban a establecerse en las proximidades de la misión. Allí, al mismo tiempo que catequizaban a los indios, los misioneros les enseñaban nociones de agricultura y ganadería, les proporcionaban semillas y animales y les asesoraban en el trabajo de la tierra. 

Algunos de ellos aprendieron también las técnicas de la carpintería, la herrería o la albañilería. Las mujeres recibían adiestramiento enlas labores de cocina, costura y confección de tejidos. De esta manera fue cambiando el entorno físico de la Alta California y la forma de vida de sus moradores. Aparecieron pueblos circundados por campos de maíz, trigo y vides. La ganadería vacuna, porcina y caballar, inexistente anteriormente, se iba multiplicando e inundaba aquellos parajes. A la muerte de fray Junípero, el 28 de agosto de 1784, quedaban establecidos nueve pueblos-misión, que acogíana unos 5.800 nativos, muchos de ellos bautizados. A ésos les siguieron en los dos años siguientes otros doce. De ellos surgirían con el paso del tiempo ciudades tan importantes como las actuales de Los Angeles, San Diego, SanFrancisco, Sacramento...

La consolidación de la obra de evangelización y civilización de California no fue una tarea sencilla. Eran muchas las dificultades a vencer: tierras desconocidas, indios hostiles al principio, problemas de avituallamiento hasta que empezaron a recogerse las primeras cosechas, carencia de medios de transporte y caminos por trazar, desaliento y proyectos de abandono por parte de los gobernantes del virreinato. Sólo la fe y el empuje de fray Junípero hicieron posible la culminación de esa aventura. El mismo, soportando los dolores de una llaga nunca curada en una pierna, recorrió más de 20.000 kilómetros pasando de una misión a otra, animando y dirigiendo los trabajos. 

Fue un verdadero paladín de California. Durante su segundo viaje a los Estados Unidos, en septiembre de 1987, Juan Pablo II visitó la basílica de la Misión de San Carlos en California, donde se guardan los restos de Junípero Serra, de quien tejió un gran elogio, diciendo entre otras cosas: «El no sólo llevó el Evangelio a los indígenasamericanos; como era una persona que vivía el Evangelio, se hizo también su defensor y su paladín»

He aquí a un misionero a carta cabal. Un misionero que no se arredró ante el peligro, que no tuvo miedo a la muerte, que supo dar lo mejor de sí mismo con tal de salvar a sus hermanos los indios. Era tanto su amor por ellos que, cuando le hacían ver sus defectos o cuando cometían asesinatos y asaltos contra las misiones y las destruían, siempre pedía que consideraran perdonarlos; porque, si los castigaban cruelmente o los condenaban a muerte, los harían alejarse de las misiones y sería imposible reducirlos y convertirlos. Como misionero, su tarea no se redujo al aspecto espiritual. Les enseñó diferentes oficios, empezando por la agricultura, la construcción de casas y de canales de riego y otros como herreros, carpinteros, albañiles… 

Esto sin contar los estudios para que pudieran superarse humanamente y salieran de su vida primitiva, ya que vivían en chocitas de paja, totalmente desnudos y sin pensar en el mañana, recogiendo semillas del campo y comiendo de lo que pescaban y cazaban. Él nos cuenta su gran alegría, cuando veía a los niños aprender el español, recitar el catecismo y cantar en la iglesia. Para él eran momentos de gloria en los que el Señor le recompensaba todos sus trabajos, dándole la alegría de ver aquellos cristianos nuevos tan alegres, bien alimentados y fuertes en la fe. 

Que el Señor nos conceda la gracia de preocuparnos por la salvación eterna de nuestros familiares y de todos los que nos rodean, y de ser misioneros con la oración y el sacrificio hasta los últimos rincones de la tierra.


VER+:




Los héroes no son solo aquellos que, espada y escudo en mano, luchan una cruenta batalla sabedores de sus escasas posibilidades de victoria. En muchas ocasiones, los ídolos no necesitan armas ni armadura. El vivo ejemplo de ello fue Junípero Serra , un fraile franciscano que -allá por el siglo XVIII- dejó atrás a su querida España y recorrió casi 10.000 kilómetros en barco hasta México para versar a los nativos en las artes, las ciencias y el comercio.

«FRAY JUNÍPERO SERRA» LA DEFENSA DE JESÚS CALLEJO CABO 
A UN PERSONAJE INJUSTAMENTE DENOSTADO

Palou Francisco - Junipero ... by Andres Ibáñez


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por Comunicarnos, por Compartir:

Gracias a ello, nos enriquecemos desde la pluralidad y desde la diversidad de puntos de vista dentro del respeto a la libre y peculiar forma de expresión.

La Comunicación más alta posee la gracia de despertar en otro lo que es y contribuir a que se reconozca.

Gracias amig@ de la palabra amiga.

"Nos co-municanos, luego, co-existimos".

Juan Carlos (Yanka)