jueves, 19 de octubre de 2023

LIBRO "VENEZUELA, LA HERENCIA DE UN CHOFER": VENECIDIO 👿💥💀💩💩💩

Venezuela, 
la Herencia de un Chofer
Existen grandes herencias que cuando las personas las adquieren se sienten muy afortunadas, es como ganarse la lotería, sin tomar en cuenta la responsabilidad que esto acarrea. En esta oportunidad no son bienes obtenidos del esfuerzo de años de dedicación y trabajo, sino solamente es algo que te dejó algún loco que murió. Digo loco porque hay que ser loco para dejarle una gran herencia a alguien que no sabe tenerla, mantenerla, en este caso, peor aún levantarla, quien no es capaz de valorar el preciado tesoro que le han dejado. Manos inútiles, mente corta, aliados delincuentes, terroristas y mafiosos, han llevado a la destrucción a uno de los países más ricos del mundo. A través de estas líneas entrarás en el cuerpo de un venezolano y sentirás como se vive en la revolución bonita.
CAPITULO 1

EL AUTOBÚS DE LA VERGÜENZA

-¡Todos al piso, es un atraco, quietos nadie levante la cabeza, el que se mueva lo mato!- cerré los ojos y sólo pensé, ay vir­gencita de Coromoto, no joda me monté en el autobús equivocado. Eso pensamos todos los días, cada momento la mayoría de los venezolanos, cuando recordamos ese 6 de diciembre de 1998 donde unas elecciones nos subieron en este autobús, el autobús de la miseria humana, que arrancó lento, por esas ventanillas se veían paisajes hermosos con un guía turístico quien a través de su len­ guaje grotesco pero envolvente, hacía que todo se viera mejor. Venezuela bella, el paraíso soñado, adonde muchos querían venir, subir a el autobús de la buena vida, las riquezas, las mujeres hermosas, un país donde había de todo,pero ningún venezolano sabía lo que tenía.

Las rodillas me tiemblan, siento que no aguanto estar de pie. Parece mentira lo que sucede, el tiempo pasa lento y estos tipos no terminan de robar, menos mal que ando sucio y sin nada.
-¡Emilio! -grita uno de los ladrones. ¿Cómo se sabe éste mi nombre?
-cállate estúpido no ves que la gente no puede saber nuestros nombres-

Dios que susto, yo pensé que era conmigo, sentí un frío en el estómago, ahora me pica el cuerpo de los nervios. Pobre señora embarazada, bueno ni tan señora, viéndola bien es una criatura embarazada, no debe tener más de 17 años. Inició la trágica vida este próximo bebe y ni siquiera ha nacido, ojalá que estos locos no pierdan el control y empecen a disparar para todos lados desme­suradamente, matándonos a todos aquí por robar nada, porque qué pueden poseer de valioso unas personas montadas en un auto­ bús urbano, por lógica se sabe somos los pobres quienes usamos este tipo de servicio público. La gente del gobierno socialista es la que debería usar este tipo de transporte y no andar en las camionetas lujosas con guardaespaldas, mientras un pueblo sufre de esta manera por la incapacidad gerencial, la corrupción llamada socialismo del siglo XXI, dónde está el aspecto social, cómo es de indignante que usen el nombre del pueblo para sus beneficios pairticulares y los ciudadanos vivan de esta manera. 

El comunismo es la excusa para la sobrevivencia de estos delincuentes de cuello blanco o mejor dicho cuello rojo, existe una grandísima descom­ posición social, vil ejemplo este escenario, una situación no tan grave si lo comparo con otro contexto, esto es una cosa cotidiana para un venezolano, como se dice coloquialmente nada del otro mundo, pero para una persona de Europa del norte es una cosa inaudita, a eso me refiero cuando digo descomposición social, estamos adaptándonos a este tipo de vida.

¿Cómo funciona? de la siguiente manera, el venezolano se calma entrega todas sus pocas pertenencias, en su mente hay un código registrado que le hace automáticamente pensar no está pasando nada, no hay de qué preocuparse sólo con dar las cosas ya todo pasa y sigue la vida su curso normal, instantáneamente se prepara para la próxima ya sabe que no debe cargar nada de valor, solucionado el problema. Pero grave error porque por pensar así, los ladrones ya saben esta estrategia de la gente, ellos siempre van más adelante, ese es su negocio y tienen que mejorar, ya que el gobierno no sirve para mandar y hacer cumplir la ley gracias a la impunidad jurídica que sobra en este país una impunidad que sólo está a favor de los delincuentes, porque cuando se trata de aquellas personas en contra del gobierno, se aplica elmáximo de la ley.

Los rateros a las personas que no tienen ningún tipo de pertenecías materiales de valor los asesinan a sangre fría, una especie de ajusticiamiento en donde se les demuestra a los demás que tienen que poseer algo para salvar su vida, que prácticamente no vale nada sino un reloj, un celular, un par de zapatos nuevos, una medicina, un kilo de harina, un kilo de azúcar, un pollo, una go­rra, unos lentes, unos zarcillos, porque ese es el precio de mantenerse vivo en uno de los países con más recursos naturales del mundo, Venezuela, el país del no pasa nada pero estamos mal, quién entiende eso, absolutamente nadie, donde la gente tiene un sueldo mensual de 6 dólares pero una franela le cuesta 25 dólares, dónde el dólar a días del inicio de este 2020 se devalúa. 

¿Qué cosa de locos es eso, será un ataque de la oposición ese discurso?, pues no, es la pura realidad, cruda, así tal cual, una cosa de otro planeta, en Estados Unidos que la moneda oficial es el Dólar y de allí se genera, no tiene devaluación significativa, pues en Vene­zuela sí, hoy el alquiler de un apartamento tiene un precio en dólares, un alimento, una medicina un vestido, un celular y dentro de un mes cuesta más dólares de los que costaba antes, eso es increíble, pero aún más inconcebible es que la gente los paga, no se sabe de dónde obtienen para pagar, pero lo pagan y se produce un efecto dominó todos a pagar más, funcionando una economía paralela a la realidad internacional que sólo la conocen aquellos que viven en Venezuela, algo que no se ve en las noticias, no se sabe fuera del país. Un gobierno anárquico que permite todo esto para que le dejen hacer sus negocios y mantenerse en el poder. El venezolano está ocupado en cómo solucionar lo del día a día, en este mundo descontrolado y aquellos que no alcanzan a resolver, tristemente se mueren por cosas tan simples como por no tener un antibiótico para curarse de una simple infección o un celular que les puedan robar.

Yo veo a esta jovencita que se encuentra a mi lado en este autobús del socialismo que son los únicos que funcionan aquí en Caracas, esta niña con ese barrigón con un niño o niña adentro o hasta gemelos, no se sabe que vendrá ahí, pero de algo si estoy se­guro es hijo de esta miseria llamada revolución bonita. Su madre en este momento está angustiada, asustada a diferencia de otras madres en el mundo, a través de ese cordón umbilical donde se transfieren los alimentos, vitaminas y buenas energías a ese feto le transmite es miedos, angustias y sufrimientos,en el vientre este bebe siente todo produciendo consecuencias que pueden marcan la existencia de un ser humano. 

Es una situación gravísima que poco a poco deteriora la calidad vida de los venezolanos, aquí es donde se refleja de una manera lenta la descomposición de una sociedad. Inicia del vientre de una madre, después con la educa­ ción, un hogar que sufre las carencias del día a día, la escuela que ya no existe, esa escuela verdaderamente pedagógica es imposi­ble en un lugar donde los profesores ganan un sueldo que no les alcanza para comprar libros, cómo se puede enseñar con las insta­ laciones educativas completamente deterioradas, el núcleo familiar descompuesto por la crisis económica, donde sólo se piensa cuál es el último número de la cédula para ir hacer la cola interminable en un supermercado vacío. Los discursos de la gente del gobierno es que no hay alimentos por ctipa de un bloqueo económico, ese bloqueo no existe el único cerco es la corrupción por parte de este disfraz de socialismo y la escasez mental por parte de Nicolás Maduro, permitida por su incapacidad intelectual de gerenciar un Estado, para manejar a su Gobierno y controlar una Nación. Anarquismo y ladronismo es la verdadera causa de este desastre llamado ahora República Bolivariana de Venezuela. 

Con ese comunismo que atrasa un país y empobrece, unas políticas de igualdad que funciona de la siguiente manera el pueblo todo igual de pobre, mientras sus gobernantes son iguales, pero a las mo­narquías, ricos y con todo el poder. Para el ciudadano común una moneda regulada devaluada con vías de extinción, pero para este régimen comunista un petrodólar y las reservas del oro venezolano, lingotes de oro libres disponibles sólo para ellos, convirtién­ dose la gente de este gobierno con máscara de socialista entre los más ricos del mundo.

En un sistema comunista entre las primeras medidas económicas que se dictan son las regulaciones, se restringe el consu­mismo y comienza a funcionar todo de manera controlada. Regulado, este término es sinónimo de bachaqueo, de corrupción, des­abastecimiento, hambre y miseria, el significado para un venezolano de la definición de esta palabra, gran herencia de la revolu­ción o robolución, el gran negocio de los cabecillas del régimen y del mismo gobierno, para obtener los dólares del petróleo y guar­darlos en sus bolsillos. Es un gran negocio que ha convertido a las empresas aliadas a este proceso político como a los que dirigen este socialismo en los millonarios del mundo, ellos reciben un dólar por el que pagan poquísimo cuyo subsidio es cubierto con las ganancias del petróleo, en teoría con el objetivo de dar al pueblo productos de primera necesidad a precio casi regalado, pero en la práctica hacer ricos a pocos y lograr cada día empobrecer al venezolano. Cómo lo hacen, no tienen que pensar mucho, sólo ser gente verdaderamente despiadada, para pagar casi nada con el fin de traer bienes de primera necesidad al país en mínimas canti­dades y ellos recibir grandes sumas de dinero en dólares que se roban importando miseria para un pueblo muerto de hambre, es­ tos son los logros de la revolución, hacer que toda una nación sufra para obtener por ejemplo un kilo de arroz, todo esto tiene nom­bre y apellido se llama Nicolás Maduro.

Los alimentos, medicinas como otros productos de primera necesidad elegidos por el gobierno para el consumo del pueblo, son comprados por las personas con el poco dinero obtenido del fruto de su trabajo, aquellos regulados a bajos precios, porque los del mercado negro son en dólares, así funciona con el régimen socialista venezolano, estos se adquieren después de hacer grandes filas en las afueras de los supermercados las cuales se deben a diversos motivos, uno y principal es la escasez, ésta se produce por­ que la mercancía que llega no es suficiente para cubrir las necesidades de la población quien sólo puede pagar a bajo costo el pro­ducto, debido a que el salario mínimo del venezolano es de 6 dólares al mes en este inicio del año 2020, la otra causa es los siste­mas de controles para poder adquirir el bien de consumo, la persona va monitoreada a través de su identificación para saber si ya ha adquirido el kilo de azúcar de este mes, lo que hace más lenta la compra, también sucede que durante la espera quitan la luz sólo pueden pagar aquellos que portan efectivo, los otros debe esperar a que torne el servicio eléctrico, además ocurre una situa­ción de mafias en las colas, están quienes tienen conocidos o familiares de los guardias nacionales que vigilan y organizan a la gente, igual los que trabajan en el supermercado como también aquellos que compran los números en las filas, así mismo están quienes guardan el lugar a otros mientras llegan. Todas estas variantes hacen que las filas sean larguísimas e interminables lo único que se termina es la leche, la pasta, el pollo y todo eso necesario que van a comprar indispensable para la subsistencia del ser humanó. Fruto de un socialismo que se sóstiene con el págo de impuéstos de éstos ciudadanos que no tienen ni derecho a elegir que comer si alcanzan el privilegio de comer.

Los bolsillos sin fondo de este comunismo corrupto, hacen que una criatura de 17 años, que no ha conocido otro sistema de gobierno sino el socialismo de Chávez, tenga un embarazo que es seguramente no es programado, siendo el motivo de esta impro­visación la situación de crisis que ocurre en Venezuela con la falta de fármacos dentro de los cuales se incluyen los métodos de pre­vención anticonceptivos, estos no se consiguen en una farmacia, no existen a ningún precio, solo para aquellos amigos del go­bierno mafioso, con el control absoluto de todo sin acceso al ciudadano común lo que les permite mantener el gran negocio del mercado negro, compran con el petrodóllar a precios regalados en el exterior y venden dentro del país de manera delincuencial en forma clandestina a precios altísimos algo que podría ser más barata hasta en elpaís más lujoso del mundo.

El futuro de Venezuela cada día está más cerrado, como cuando se busca pasar por una vía llena de obstáculos con un chofer que no sabe manejar, desconoce el trayecto a la vista de todos, pero no lo admiten, no se ve salida, no hay un camino claro para avanzar, los pasajeros con una esperanza, la única más rápida, cambiar de ruta observando otros horizontes que no son este país. Todos ven futuro en otros países en otro autobús, hasta los delincuentes de calle, estos que se encuentran robándonos por ejemplo están molestos porque las personas no poseen cosas valiosas y pierden el tiempo arriesgando su vida por nada, a estos ladrones en el autobús los pasajeros no les importan, si no consiguen su objetivo empiezan a matar a todos y nadie se entera porque las cosas que ocurren en Venezuela sólo las puede saber el que vive aquí, no existen medios de comunicación que puedan transmitir ningún tipo de información que no sea fuera de las cosas positivas que hace el gobierno de Maduro, no existen adelantos, progresos pero igual ellos inventan y le hacen creer al mundo que las cosas no están tan mal en Venezuela. Como este autobús donde en este mo­mento están robando puede ser que ocurra una tragedia, pero ninguno del resto del tráfico sabe la vivencia de este autobús solo aquel que está dentro.

Los Jóvenes se van del país buscando un mejor porvenir, escapando de la ignorancia, la escasez, la miseria, la delincuencia, el hambre, la enfermedad y la muerte a temprana edad, se bajan del autobús para montarse en otro a veces sin ninguna dirección clara, pero de algo si están seguros, de que están buscando escapar delcomunismo que no es la vía del progreso.
-¡Ahhhh! -todos gritan, ¿qué está pasando, por qué el chofer corre así?
-Estamos sin frenos-

Esa voz es la de un niño, sí,es un niño de 8 años aproximadamente, nunca había visto en mi vida tanta serenidad junta, todos parecen locos, hasta los ladrones y este pequeño, que no debería saber mucho de la vida se comporta como una persona adulta, que vergüenza siento,yo asustado y un niño como éste al que ni le pregunté lo acontecido, con sólo verme el rostro, la angustia re­flejada en mis ojos, me ha dado la respuesta de una manera sutil, como cuando un padre le habla a un hijo en una situación crítica. En voz baja y lenta que te dice estamos mal pero no tanto, podemos salvarnos.

"Estamos mal, pero podemos salvarnos" que buena frase, en Venezuela ese es el comentario entre pasillos, en las colas, en reuniones, en el trabajo, en las fiestas, en el almuerzo; no digo desayuno y cena porque a veces no la hacen, gran parte de los vene­zolanos comen sólo una vez al día. Según el gobierno sí se come; es más, tienen el descaro de decir, que los venezolanos comen mu­cho y que se lavan los dientes demasiado lo que ha ocasionado la escasez de crema de dientes, declaraciones dadas en la televisión por una ministra de salud en el 2016, donde además agrega en su discurso la disminución de este producto de higiene bucal, reco­mendando a la población que con una vez al día es suficiente, así pensará el presidente, que con comer una vez al día basta.

JOSÉ M. RODRÍGUEZ
-01 Feb 2016-


La venezolana ministra de Salud: "No hay pasta dental porque lagente se cepilla tres veces al día"

"Esta cultura de cepillarse tanto ha sido inculcada por odontólogos malintencionados y el capitalismo salvaje"
"¿Recuerdan la propaganda de Colgate que decía que antes de irse a acostar chiqui-chiqui-chiqui? Bueno, esa es una campaña que haformad oparte de laguerra económica" 
Por eso es que el pueblo hoy en día no consigue pasta dental.

La ministra de Salud de Venezuela, Luisana Melo, tiene un morro que se lo pisa. Asegura que la escasez de pasta de dientes en el país se debe a que lagente se cepilla tres veces al día, cuand o según ella "con una vez es más que suficiente ".
Asimismo, también afirma que esta "cultura de cepillarse tantas veces al día ha sido inculcada por odontólogos malintencionados y el capitalismo salvaje que nos empuja al consumismo extremo"».

¿Cuántas veces se lavará Maduro los dientes? Sería bueno que él aplicara todo este tipo de restricciones en las mismas condi­ ciones que un ciudadano común, debería hacer hasta 10 horas de cola, permitir que le marquen la piel para ponerle un número en el brazo, estar parado bajo el sol, sin guardaespaldas para que lo roben, le quiten sus zapatos, cartera o celular. Situación que su­ cede en las afueras de los supermercados o farmacias durante la adquisición de un producto.

La suerte que no llueva, mientras se hace cola, ya es mucho, porque si uno se moja y le da gripe, después no encuentra antigri­pales, antibióticos, ni vitamina C en las farmacias, para mejorarse. Al igual que ningún tipo de medicamentos para cualquier clase de enfermedad, todos escasean de manera absurda, no hay ni condones, pastillas anticonceptivas, no se encuentra nada en el te­rritorio nacional. Aquellas personas con suerte de lograr comprar el producto se van a pie o en caballo porque gasolina no hay, también implementaron un carruaje de manufactura artesanal, se lo amarran a un caballo con la capacidad de llevar varias perso­nas y como por supuesto el humor venezolano nunca se pierde, algunos tienen escrito UBER, este es un sistema de transporte de la Edad Media usado en la Antigua Roma elcual ahora es usado en el 2020 en Venezuela, es una cosa hecha en socialismo, logros de la revolución del siglo XXI, así los ciudadanos pueden ir a sus casas, apartamentos, ranchos o como se llame donde vivan, meter lo poco comprado en su nevera sin luz o sin funcionamiento a causa de las fallas eléctricas, agradeciendo el haber llegado a casa con vida y no ser víctimas de balas perdidas en un intercambio de disparos durante quien sabe tantos enfrentamientos entre sicarios o militares en una protesta en contra del gobierno.
(...)

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