No debemos orar por una vida fácil
sino por la fuerza para soportar una difícil.
“Mi sufrimiento es un regalo de Dios.
En esta vida, por mucho que dure,
es una aflicción momentánea
que nos prepara para la gloria eterna”.
Stuart Long fue un boxeador, y aspirante a actor. Ya en la edad adulta se convirtió al catolicismo y fue ordenado sacerdote, pero le detectaron una enfermedad degenerativa que le llevó a la muerte a los 50 años. Su vida ha sido llevada a la pantalla por Mark Wahlberg quien interpreta el papel protagonista, acompañado de Mel Gibson interpretando a Bill Long, el padre de Stu.
Wahlberg comenzó a trabajar originalmente en la película en 2016, dos años después de que el sacerdote Stu Long muriera a la edad de 50 años y tras haber conocido en un restaurante a un amigo personal de Stu Long. La película se suspendió durante un par de años hasta que Wahlberg pudo contratar a Rosalind Ross como guionista y directora, Ross es una conocida campeona de equitación, forma parte de Icon, la productora de Mel Gibson y es su actual novia.
La película nos muestra a una familia de clase baja trabajadora, marcada por el alcoholismo del padre (interpretado por Mel Gibson) y su posterior abandono de la familia, así como por la muerte del hermano pequeño de Stu siendo él un niño.
La sombra de una tragedia
La guionista y directora Rosalind Ross es también la productora y novia de Mel Gibson
A los 9 años el hermano mejor de Stu, Stephen perdió la vida, con 5 años. Esta tragedia marcará una pauta silenciosa de la película en la que Stu celebra el cumpleaños de su hermano, normalmente bebiendo a solas en su coche, con un pastel a modo de tarta de cumpleaños y hablando con su hermano fallecido. La rabia y el dolor llevan a Stu a enfrentarse con la policía y terminar más de una noche durmiendo en un calabozo, con resaca y la cara llena de golpes.
Stu Long es un boxeador de tercera que está empeñado con ser un ganador, hasta que ve truncada su carrera por una lesión en su mandíbula que hace incompatible su carrera de púgil. En un incomprensible cambio de rumbo, Stu decide mudarse a los Ángeles al convencerse que su destino es ser actor. Mientras, su madre, interpretada por una magistral Jacki Weaver, intenta hacer que su hijo baje a la realidad buscando un empleo normal. Stu decide trabajar en una carnicería para así poder contactar con personas del mundo del cine, pero sólo consigue protagonizar un anuncio de aspiradoras.
El padre de Stu vive en Los Ángeles, donde trabaja en la construcción, no obstante Stu no tiene ninguna intención de verlo, todavía dolido por haber abandonado a su familia y por los continuos desprecios a los que le sometió antes de abandonarle. El único contacto que Stu tiene con su padre es cuando intenta robarle la furgoneta. La diálogos entre padre e hijo son una sucesión de reproches continuos. Gibson vuelve a hacer el papel de... Mel Gibson en Arma Letal, vive en una caravana donde fuma y bebe, amaneciendo en el suelo de la mísera vivienda rodante.
Un día en su trabajo en la carnicería Stu se queda prendado de una hermosa mujer latina, Carmen, interpretada por Teresa Ruíz, a quien ya vimos en Narcos México (Netflix), Stu la persigue en vano, ya que Carmen es una devota católica que enseña catequesis en su parroquia y Stu ni siquiera está bautizado. Así que, a pesar de su pasado agnóstico y anti religioso, Stu comienza a asistir a la misma parroquia hispana de Carmen, asistiendo a misa y finalmente asistiendo a clases de preparación para el bautismo. El espectador se pregunta cuánto hay de auténtico en su conversión y cuánto de real. Tras el bautismo Stu es presentado formalmente a la familia de Carmen y comienzan su noviazgo y su presentación a los padres.
Una noche en el bar Stu se encuentra con un extraño quien le dice que en la vida vas a encontrar muchas razones para estar enfadado, pero sólo necesitas una para estar agradecido. Ese misterioso personaje no es un habitual del bar, es más, ni siquiera bebe, más tarde descubrirá que aquel extraño con el pelo largo que sólo bebía agua era Jesucristo mismo. Antes de irse le aconseja que no conduzca ebrio. Stu monta en su moto para volver a casa, pero sufre un aparatoso accidente que le deja gravemente herido. Durante ese momento tiene la mayor experiencia de su vida, la Virgen María cuida de él y le habla mientras él agoniza en la cuneta.
Stu queda en coma. Postrado en la cama de la unidad de cuidados intensivos, sus padres sufren por ver al único hijo que les queda en común. Aun así no pierden la ocasión de discutir. Carmen entra en la habitación para sorpresa del padre, quien no sabía que estaba prometido, y es en ese momento cuando Stu reacciona y poco a poco vuelve a la vida.
El ex boxeador poco a poco se va recuperando, visita el lugar del accidente y comienza a conectar las piezas de todo lo que ocurrió esa noche, llegando a una conclusión: Dios quiere que sea sacerdote. Para su madre es una excentricidad más, como cuando decidió ser actor. Stu se va a enfrentar con la oposición de la jerarquía católica, ya que Stu tiene 30 años, es un nuevo converso y! descubren que está enfermo, afectado por una grave dolencia degenerativa que paralizará su cuerpo. Stu reza frente al altar y persevera enfrentándose al obispo. Finalmente terminará siendo ordenado sacerdote, con la parálisis afectando parcialmente su cuerpo y con un aumento de peso. Wahlberg tuvo que consumir diez mil calorías diarias para engordar como Robert de Niro en ′Toro salvaje′.
El ministerio de Stu Long le lleva a las cárceles, donde haciendo uso de un lenguaje vulgar y hasta profano, conecta con los endurecidos presos. Stu termina sus días en una residencia donde pueden atenderle debido al avance de su enfermedad, y donde las personas hacen fila para confesarse y hablar con él. Es una pena que la película no dedique más tiempo a esa (breve) parte de su éxito como sacerdote, que es la que precisamente impresionó a Wahlberg.
LA VIDA REAL DE STU LONG
Stu se encuentra con un extraño en una bar quien le dice que en la vida va a encontrar muchas razones para estar enfadado pero sólo necesita una para estar agradecido
Aunque la adaptación nos presenta a un Stu fracasado, sin formación, prácticamente un embrutecido boxeador que busca la fama en una ciudad de Los Ángeles que le ignora. En realidad Stu Long se licenció en literatura inglesa en el Carroll College de Montana. Si bien es cierto que su padre se ausentaba por trabajo al ser operario de maquinaria pesada en la industria de la construcción, no abandonó a su familia.
Mientras actuaba, trabajó en un club nocturno que era un club de comedia y un bar. Dejó esos breves conatos de actuación, para trabajar en el Museo Norton Simon en Pasadena, California, donde ascendió hasta convertirse en el gerente del mismo durante siete años. Lo que sí es cierto es que conducía su motocicleta, que era su medio favorito de transporte para ir y venir del trabajo cuando tuvo el fatal accidente.
Este accidente resultó fundamental en la conversión del padre Stu, lo que lo llevó a tener lo que él llamó una ′experiencia religiosa′ mientras estaba en el hospital. Al regresar a casa fue cuando le planteó a su novia abandonar los planes de matrimonio y entrar en el seminario. El día que fue bautizado, sabía que iba a convertirse en sacerdote, según afirmó en en una entrevista de 2010.
Inicialmente decidió hacerse franciscano, lo cual le llevó a postularse con ellos en sus instalaciones en Nueva York, pero los mismos franciscanos le recomendaron que se hiciera sacerdote secular, cosa que finalmente hizo en la Diócesis de Helena. En 2003, ingresó al Seminario Mount Angel en Oregón.
Durante el seminario, el padre Stu se sometió a una cirugía de cadera en la que se descubrió un tumor del tamaño de un puño. Fue diagnosticado con miositis del cuerpo de inclusión, una condición inflamatoria en los músculos para la cual no hay cura. Su cuerpo ya se estaba deteriorando cuando fue ordenado sacerdote en diciembre de 2007.
La película muestra que en el violento accidente de motocicleta tuvo una experiencia religiosa al ser visitado por la virgen María mientras estaba en la cuneta agonizando, el Stu de la vida real explica que fue en el hospital cuando tuvo aquellas experiencias religiosas.
La película entra dentro del peculiar género de la ′vida de santos′, donde vemos la conversión de alguien que ni siquiera está bautizado como católico y que, además, se ordena sacerdote. Es peculiar porque los diálogos abundan en lenguaje vulgar, a veces mezclado con conversaciones religiosas. Estos diálogos tienen un peso importante en la película. Para un evangélico como yo, convertido del catolicismo romano, educado en colegios religiosos, y que hizo sus pinitos como catequista, me sorprende cómo en la película se utilizan términos bíblicos y a continuación se niegan esas mismas verdades que se afirman. Lo que muestra que nuestros queridos amigos del catolicismo aunque usan las mismas palabras que nosotros, no las usan en el mismo sentido, o al menos no buscan la precisión, por supuesto, en el caso de una película está imprecisión es mayor.
Quizás la parte que mejor funciona de la película es toda la primera mitad, su vida de boxeador, intentando abrirse camino en Los Ángeles, y cómo entra en el mundo de una pequeña parroquia de hispanos. Pero me quedan muchas preguntas en mente, y me refiero a la película, no a la vida de la persona que la inspira: ¿por qué se convirtió Stu Long al catolicismo? Da la impresión de que lo hizo motivado para conquistar a la chica y que finalmente quedó cautivado por el mensaje, ¿Cuál es la enseñanza del sentido del sufrimiento en la vida? Ya que muchas veces se habla de un vago sentido de propósito, pero que, al menos a mí, no me resulta demasiado convincente.
Hay muchas personas que, como Stu, hacen grandes cambios de rumbo en sus vidas. Algunos cambios son comprensibles, pero hay cambios que no podemos entender, son más que un cambio de vocación, es una renovación total. Tal es el caso del líder religioso Saulo de Tarso, perseguidor de cristianos, movido por un celo intolerante por el judaísmo y un odio implacable contra los cristianos. Saulo tiene un encuentro con Jesús, en pleno día, en el que Jesús mismo se presenta a él. Ese encuentro cambia a San Pablo por completo. Hasta el día de hoy Jesús sigue entrando en las vidas de las personas, cambiándolo todo, ofreciendo un asombroso perdón y conectándolas con Dios mismo. ¿Qué hay en Jesús que tiene esa clase de poder, Quien es Él que con tanta autoridad nos trae perdón y realidad?
“Al final de la ordenación, después de la comunión, dio un discurso muy conmovedor y le dijo a la gente: ‘Me presento ante ustedes como un hombre quebrantado’”, recordó el obispo Thomas. “Pero rogó a las personas que oraran por él y prometió que haría lo mejor que estuviera en sus manos. Le dieron solo dos años de vida, y vivió cerca de seis años completos. Vivió un sacerdocio maravilloso en esos seis años como director espiritual, confesor y como celebrante de la Misa”.
Uno de los momentos más memorables del sacerdocio del padre Stu sucedió cuando el padre de Stu fue recibido en la Iglesia, a finales del mandato del obispo Thomas en Helena. El obispo Thomas recordó cómo el padre Stu estaba demasiado débil para recibir a su padre en la Iglesia y, aunque estaba confinado a una silla de ruedas, estaba seguro de asistir a la vigilia de Pascua para ver a su padre entrar en la misma Iglesia de la cual se enamoró.
“Mientras los catecúmenos y los candidatos se reunían en la pila bautismal y a medida que su padre hacía su profesión de fe, miré a Stu y pude ver una lágrima cayendo por un costado de su rostro”, dijo el obispo Thomas. “Y creo que, de alguna manera, sintió que su vida estaba completa. Todo lo que quería estaba allí, muy especialmente la conversión de sus padres. Y parecía casi liberado de sus deberes, digamos, en esa noche en la vigilia de Pascua, mientras su papá recitaba el credo”.
A medida que avanzaba la enfermedad del padre Stu, se volvió más y más débil, demasiado débil para siquiera levantar el peso de la hostia en la consagración, dijo el obispo Thomas. Solo podía hacerlo con la ayuda de los monaguillos, quienes tomaban su mano mientras sostenía la hostia y levantaban su mano justo durante la elevación.
Con historias como estas, no es de extrañar que Mark Wahlberg se interesara en hacer una película sobre la vida del padre Stu. Cuando Mark, que también es católico, se acercó al obispo Thomas para hablar sobre la película, fue evidente que la única razón por la que Mark quería realizar esta película era por amor a la Iglesia.
“Lo que me llamó más la atención fue que me comentó que tenía algo en mente y me dijo: ‘Obispo, la iglesia ha pasado por mucho, quiero hacer algo hermoso por la Iglesia’”, recordó el obispo Thomas. “Y dije: ‘Bueno, ya me convenciste. Para mí, vale la pena todo el tiempo y esfuerzo que puedas poner en ello’. Le dije que estaría feliz de estar acompañarlo para poder asesorarlo sobre algunas de las preguntas concretas. Simplemente sentí que era un hombre muy sincero: él ama a la Iglesia”.
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