La maravillosa historia
del español
«La maravillosa historia del español es un libro escrito por Francisco Moreno Fernández y publicado por el Instituto Cervantes en 2015.
El libro cuenta la historia del español como si de una gran aventura se tratara; la aventura de la lengua y la aventura de sus hablantes, que la llevaron de las aldeas a los palacios, de los caminos a los conventos y de las posadas a los documentos oficiales.
Es un libro que responde a preguntas como ¿Cómo una lengua que nació en unas aldeas perdidas del norte de España ha llegado a convertirse en la segunda del mundo, con más de 500 millones de hablantes en los cinco continentes? ¿Quién escribió las primeras palabras en castellano? ¿Cómo era la lengua en la Castilla de las tres religiones? ¿Dónde se imprimió el primer libro en España? ¿Cómo se difundió el español entre los pueblos de América, África o Filipinas? ¿Por qué se habló español en Italia o en los Países Bajos?»
El siglo VIII fue una época compleja y oscura para la península ibérica. Sin embargo, en unos poblados perdidos al norte de la vieja Hispania se gestaba la que llegaría a ser, con el tiempo, la lengua española, con cientos de millones de hablantes distribuidos en los cinco continentes.
Este libro nos cuenta la historia del español como si de una gran aventura se tratara; la aventura de la lengua y la aventura de sus hablantes, que la llevaron de las aldeas a los palacios, de los caminos a los conventos y de las posadas a los documentos oficiales. La lengua española viajará a América con los soldados, los clérigos, los funcionarios, los artesanos, hasta convertirse en lengua general. Con el tiempo las colonias desaparecerían, pero la lengua permanecería tras las independencias americanas y seguiría creciendo en recursos y hablantes como idioma de una rica comunidad internacional.
El Instituto Cervantes es la institución pública creada por España en 1991 para la promoción y la enseñanza de la lengua española y de las lenguas cooficiales, y para la difusión de la cultura española e hispanoamericana. Está presente en 90 ciudades de 43 países en los cinco continentes.
Francisco Moreno Fernández, autor del texto, es catedrático de Lengua Española de la Universidad de Alcalá. Ha sido director académico del Instituto Cervantes y en la actualidad es director ejecutivo del Observatorio de la lengua española y las culturas hispánicas en los Estados Unidos, centro del Instituto Cervantes en la Universidad de Harvard.
Introducción
Sepan cuantos este libro lean que narra la historia de la lengua española o castellana, una historia milenaria que admira y sorprende a quienes a ella se acercan. La historia del español, depositaria de múltiples culturas, está repleta de rasgos, hechos y circunstancias que merecen calificarse de «maravillosos». Podría argüirse que hablar de «maravillas» supone adoptar una actitud impresionista, ajena a la objetividad, que no resulta adecuada para escribir la historia, pero es que una parte esencial de ella, como de las lenguas, se sustenta precisamente sobre percepciones y apreciaciones subjetivas. Cuando Cristóbal Colón relató por vez primera lo que había conocido en las Indias, una de las palabras que más veces repitió fue maravilla porque milagroso y fascinante le parecía todo lo que sus ojos habían visto.
La palabra maravilla fue definida por Sebastián de Covarrubias en 1611 como «cosa que causa admiración»; y maravillarse, como «admirarse viendo los efectos e ignorando las causas». Y esto es precisamente lo que la historia de la lengua española provoca en el curioso o el estudiante, el profesional o el aprendiz, el joven o el viejo, el campesino o el ciudadano: admiración, sorpresa, fascinación. Toda lengua ofrece trazos asombrosos en su historia y por eso no ha de extrañar que maraville lo acontecido con el español, una lengua de tan ancha geografía como larga historia. Las lenguas son, sin duda, el mayor logro de la humanidad y la lengua española, uno de los tesoros de la cultura universal.
Para Samuel Johnson, las lenguas son la genealogía de las naciones y, si es así, la española constituiría la de más de veinte países y pueblos del mundo. Por la riqueza de sus acontecimientos y matices, la historia del español podría considerarse extraordinaria, si no fuera porque otras lenguas habrían experimentado los mismos procesos en circunstancias similares. En tal sentido, esta no es una historia romántica ni idealista, ni frota la lámpara de la que ha de salir el genio de la lengua, ni identifica el español con un sino de esplendor o de gloria. Aquí interesa la pura vida lingüística y social del español, así como de la gente que lo ha hablado a lo largo del tiempo, sin reproches ni jactancias; sin complejos ni vanidades. Esta historia se narra a base de hechos extraordinarios, pero también cotidianos, todos ellos dignos de admiración. Azorín prefería la «historia menuda» a la de los grandes nombres y hazañas, pero lo cierto es que en la historia de una lengua tan decisivo es lo uno como lo otro.
La historia de la lengua española está trenzada con enunciados y palabras, textos y discursos que han creado un tejido cultural capaz de cubrir buena parte de la geografía occidental. Esa historia se ha desarrollado en un día a día de acciones comunicativas en las que los hablantes, condicionados por su entorno geográfico, social y cultural, han aprendido la lengua de sus padres, a menudo simplificándola, han repetido fórmulas adquiridas e incorporado expresiones adecuadas a las nuevas realidades. La historia de la lengua española es la historia de sus hablantes, de sus agrupaciones y comunidades, conjugada con las evoluciones nacidas de la misma lengua. Es, además, una historia condicionada por el repertorio idiomático de los territorios en que se ha implantado. Porque las lenguas, como los pueblos, rara vez viven aisladas. En la península ibérica, el español ha compartido vecindario con lenguas románicas y no románicas, en un intercambio sin fin.
En la América hispana, la convivencia con las lenguas indígenas u originarias ha condicionado la forma de unas y otras, y ha llevado a la redistribución de sus espacios sociales, por lo general, en beneficio del español y sus hablantes. Aparte de esto y de la presencia secular del latín, probablemente las lenguas que más huella han dejado en el español general, mediante la convivencia a lo largo de los siglos, hayan sido el francés, desde Europa, y el náhuatl, desde América.
La historia de la lengua española que el lector tiene ante sus ojos narra cronológicamente los hechos más significativos que la han jalonado a lo largo de los siglos. Asimismo está organizada en tres partes cuyos puntos de inflexión corresponden a dos acontecimientos singularmente decisivos: el paso del español desde el continente europeo al americano, a partir de 1492, y su adopción como lengua de las repúblicas americanas tras las independencias, a partir de 1810.
Cada capítulo está referido a una época concreta, sin renunciar al anticipo de aspectos futuros ni al recuerdo de los pasados si la explicación sale con ello ganando en claridad y dinamismo. La narración histórica, a su vez, se alterna con dos complementos informativos: la historia de dos personajes referidos a cada época, hombres y mujeres, no siempre reales, de diversas latitudes, y la historia de dos palabras ligadas a cada periodo. De este modo, quien no desee leerlinealmente la narración, puede conocer la evolución social de la lengua española a través de 36 de sus personajes o de 36 de sus palabras. El nombre del epígrafe en que se presentan los primeros es «Personajes, personas y personillas» y alude el título de una célebre obra de Luis Montoto que explica el origen de muchos de los nombres propios que han poblado el lenguaje coloquial castellano: Personajes, personas y personillas que corren por las tierras de ambas Castillas (1911).
En cuanto a las palabras, no son tratadas, claro está, con la profundidad de un diccionario histórico o etimológico, pero su origen queda explicado junto a muchas de las derivaciones que el tiempo ha provocado en ellas.
De igual forma que David Crystal ofreció su Historia del inglés en 100 palabras, aquí se hace un recorrido de solo 36, pero que resulta interesante para quien guste de apreciar de un modo más preciso cómo el tiempo hace mella y deja huella en la historia del léxico español.
Finalmente, esta historia de la lengua española aspira a ser estrictamente eso: una historia centrada en el español o castellano, no en otras lenguas, por cercanas que le sean; y una historia que refleje lo ocurrido a la lengua en todas sus etapas, en todos sus territorios y a sus grupos sociales mayoritarios. No se busque en estas páginas una historia exhaustiva porque de ninguna manera se encontrará, como tampoco se hallará la información pormenorizada que suelen demandar los historiadores o los filólogos.
Este libro tan solo ofrece una narración del devenir de una de las lenguas más admirables de occidente; lo que no es poco. Pero, sobre todo, esta obra refleja la fascinación de su autor por el milagro que supone la supervivencia de una lengua —con su infinidad de formas, significados y variantes— a lo largo de un milenio y dispersa por una vastísima geografía.
Vale.
BREVE HISTORIA
DE LA LENGUA ESPAÑOLA
Publicada inicialmente en 2007, esta Breve historia de la lengua española se ha convertido en la introducción más difundida a una de las lenguas más importantes del mundo por la extensión de su dominio y el número de hablantes. Este libro ofrece al lector un relato conciso que se propone profundizar en la evolución de la lengua desde sus raíces latinas hasta el presente, prestando especial atención a los cambios históricos y culturales que contribuyeron a su evolución y propagación por el mundo.
La Breve historia de la lengua española se concentra en los cambios más importantes de la evolución de la lengua, evitando la jerga académica ininteligible y favoreciendo la claridad en las explicaciones. Por el camino, intenta dar respuesta a muchas de las preguntas que con frecuencia desconciertan a los hablantes nativos y no nativos: ¿Por qué se utiliza tú en algunos lugares y vos en otros? ¿Cómo surgió la pronunciación como fricativa interdental de la zeta castellana? ¿Por qué se dice la mesa pero el agua con un artículo que parece masculino?
David A. Pharies es un experto en el estudio de la historia y evolución del español, que goza de un reconocido prestigio en la escena internacional. Para actualizar esta segunda edición ha revisado en profundidad todos los aspectos de la evolución del español, incluido su desarrollo demográfico. El libro va dirigido a quienes tienen un conocimiento básico del español y desean aprender más sobre sus orígenes. También constituye una base ideal para emprender el estudio de cualquier aspecto de la lingüística histórica española y de la literatura medieval. Entretenida y accesible, la Breve historia de la lengua española es un gran viaje de descubrimiento en una presentación amena y sucinta.
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