CENIZA
Al P. Gerardo de Jesús, C.D.
Otra vez tu ceniza, Señor, sobre mi frente…
Polvo soy que algún día volverá hasta tus plantas.
Polvo en la muerte y polvo ahora que aún vivo
perdido entre la arcilla blanda de tu universo.
Otra vez la ceniza ardiente como ascua
que estalla en el volcán de tu amor implacable,
lucha por derribar, por abatir en Vida
la altiva barbacana que levanta sus muros
en la ciudad confusa de mi alma.
Otra vez la ceniza llamando está en la puerta de mi frente
con arrullo o con látigo,
ahora que el deseo me asfixiaba en la sombra de su gran lirio negro,
ahora que en mi tacto se disipaba el mundo como un vaso quebrado,
un mundo donde abren sus corolas violentas los senos de las vírgenes,
un mundo que no cree en los antiguos dioses,
pero adorna su ara con verbena olorosa
y se engaña pensando que el viento entre la hierba
es la pezuña ágil del sátiro que baila.
Pero has llegado Tú, y aunque es primavera he de cerrar los ojos.
No podré recordar ni siquiera estos días
tibios y embriagadores como un vino vertido de turbadoras ánforas
y de todo mi cuerpo ahuyentaré aquel vaho que me ahoga,
el humo sofocante de una mirada
que arde con la llama azul de los espinos quemados en la sierra,
cuando el pastor descansa su cabeza en el báculo.
Y mis manos, que se placían en el halago dulce de los azahares,
que se ataban a otras manos
como se atan en la canastilla de la Purificación la paloma o la tórtola,
podrán sólo enlazarse a la espiga, a la llaga,
acariciar la moneda que se da a los mendigos cuando nadie nos mira,
crisparse sobre la madera del confesionario
cuando, rodilla en tierra, los labios van alzando las cortinas del alma;
o subir como llamas implorantes hasta tu cielo,
como lenguas rosadas de aquellos animales
que en el circo lamían la sandalia del mártir.
Subirán a tu cielo como el perro que teme
y confía y se arrastra delante de su amo,
subirán a tu cielo suplicando que anegues
en tu ceniza viva todo incendio que se levante en mí
y que tu lava arrase mis mármoles paganos,
la púrpura soberbia de mis templos,
los plintos florecidos de mis deseos,
aun cuando en las almenas de las torres
haya arqueros que apresten contra Ti sus aljabas
y la sangre hierva por mi cuerpo
como un hormiguero aplastado en el camino.
Pablo García Baena
T. S. Eliot:
V
Si se perdiera acaso la palabra perdida,
si se gastara acaso la palabra gastada
Si se escuchara acaso y se dijera
La palabra no dicha ni escuchada;
Aún seguiría siendo la palabra no dicha, la Palabra no escuchada,
La Palabra sin palabra, la Palabra dentro
Del mundo y para el mundo;
Brilló la luz en las tinieblas y
Contra la palabra el mundo inquieto seguía dando vueltas
Alrededor de la Palabra silenciosa
Oh pueblo mío, ¿qué te he hecho?
¿Dónde habrá de encontrarse la palabra, dónde
resonará? Aquí no, porque aquí no hay silencio suficiente,
ni en el mar ni en las islas,
ni en el continente, tampoco en el desierto
o en las praderas húmedas,
para quienes caminan en lo oscuro
durante el día y durante la noche
el lugar apropiado y el momento justo no son éste
no hay un lugar de gracia para aquellos que rehuyen el rostro
ni tiempo de alegrarse por aquellos
que caminan entre el ruido pero niegan la voz
¿Ha de rezar la hermana del velo
por los que andan en lo oscuro,
los que Te han elegido y enfrentado,
los que están desgarrados sobre el cuerno entre estación
y estación, entre un tiempo y otro, entre
una hora y otra, una palabra y otra,
entre un poder y el otro, los que esperan
en medio de lo oscuro?
¿Ha de rezar la hermana
por los niños que esperan en la puerta
que no se irán de allí, y que son incapaces de rezar?
Reza por los que eligen y por los que se oponen
Oh pueblo mío, qué te he hecho.
Una oración para el Miércoles de Ceniza
Cameron Bellm
🙏
A veces olvidamos que las cenizas provienen del fuego,
Que este suave polvo negro fue una vez una firme fronda verde,
Brillante y vibrante antes de volverse seca y quebradiza,
Rígida y fibrosa antes de que una llama la transformara en polvo.
Todo ser vivo se somete al cambio.
No hay que temerlo.
De semilla a planta, de palma a ceniza,
Este poco de tierra que hoy mancha nuestras frentes
Fue traído amorosamente en las manos del Creador.
¿En qué fuegos nos adentraremos en esta Cuaresma?
¿Qué nuevas formas tomarán nuestras almas
cuando nos encontremos con el fuego sagrado del Dios vivo?
Somos -es cierto- ceniza en ceniza y polvo en polvo,
Pero ya sea en la juventud o en la vejez, en la vida o en la muerte,
estemos seguros,
Somos sostenidos, y somos de Dios.
Amén.
VER+:
CANCIÓN "MIÉRCOLES DE CENIZA"
CONVIÉRTANSE DE SUS CAMINOS,
Y CREAN EN EL EVANGELIO DICE EL SEÑOR 🙏
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