JESÚS CONTRA SATÁN
Una señal del fin de los tiempos sería la gran confusión - lo maligno parecería bello, lo oscuro sería atractivo, la oscuridad se presentaría como iluminadora
El enfrentamiento de Jesús contra Satán bien precedido del pecado de origen, tanto de nuestros primeros padres como de Luzbel que se convierte en Lucifer o Satán. Las consecuencias del pecado de Adán y Eva es que el pecado original se transmite a todos los humanos, salvo la Virgen María por propagación y no por imitación. Pienso que la humanidad queda bajo el dominio de Satán que la esclaviza de diversos modos. Cristo vence como hombre a Satán que no cree que pueda superar la tentación a que lo va a someter. María también vence con Jesús. La Humanidad queda libre del dominio de los demonios, aunque cada uno debe aplicarse los méritos de Jesús. El Maligno no es aniquilado, pero con Cristo se le puede vencer. Con la Segunda Venida de Cristo ya no tendrá ningún poder sobre nadie.
La libertad es el gran poder del hombre y de los ángeles. Los ángeles son buenos, los que pecaron se hacen malos por su voluntad, por la rebeldía lúcida de preferirse a sí mismo que aceptar algo que proviene de Dios. Se puede decir que se dan cuenta de que nunca pueden vencer a Dios y su vivir será el infierno, pero lo prefieren en un casi incomprensible amor propio.
Los hombres no suelen tener tanta lucidez en sus pecados. Si alguno es tan lúcido que llega al odio a Dios o a la adoración a Satán alcanza la máxima maldad, pero mientras viva puede alcanzar la misericordia con el arrepentimiento sincero. Los pecados contra los hombres pueden ser enormemente crueles y sádicos, pero los peores son los que atentan contra el mismo Dios o Jesucristo, como son las Misas negras, el satanismo y cosas similares.
En el desierto Jesús muestra el camino para vencer las tentaciones de sensualidad, de orgullo y de ansia de poder, pero va más allá mostrándose como Mesías humilde y austero que busca el Reino de Dios en los corazones. Hoy se repiten continuamente estas tentaciones para cada uno y para la misma Iglesia como muestra la historia. Los cristianos vivimos con la esperanza de que unidos a Cristo se puede vencer siempre, pero esta unión requiere seguirle en la humildad y el amor.
¿Existe Satán?
A esta generación y a muchas otras se les ha hecho creer que el diablo era un mito, una figura, una idea, la idea del mal ¡pero el diablo existe! Y nosotros debemos combatir contra él. En la sociedad del saber y la tecnología siguen surgiendo noticias sobre exorcismos y posesiones satánicas. Es creciente la presencia del satanismo y sus seguidores se hacen hoy públicos con su vestuario, ritos y creencias.
En Jesús contra Satán se realiza un profundo estudio sobre el enfrentamiento definitivo entre el Hijo de Dios y el príncipe de las tinieblas. El autor recoge todos los conocimientos sobre los seres angélicos contenidos en las Escrituras y en la tradición; y aborda con valentía las formas satánicas en la sociedad actual.
¿Cuándo tendrá lugar el fin del mundo? Esta pregunta recorre la historia de las inquietudes humanas, a pesar de la claridad de las palabras de Jesucristo: "En cuanto a aquel día y aquella hora, nadie la conoce" (Mt 24, 36; Mc 13, 32).
¿Por qué no quiso revelárnosla? "Cosa comprensible, pues el temor, el desaliento, el cansancio o la despreocupación podrían hacer mella y conviene que cada uno luche en el presente": es la explicación que aporta Enrique Cases, químico, teólogo y sacerdote, profesor en la Universidad de Navarra y en la Universidad Internacional de Cataluña, en un libro publicado en 2015. Se trata de Jesús contra Satán, que aborda con claridad en la doctrina y audacia en el planteamiento las cuestiones demonológicas y escatológicas siempre candentes.
Entre ellas, la siempre debatida cuestión de las señales preparatorias del final de los tiempos.
Tres conjuntos de señales
Que nunca vayamos a saber ni el día ni la hora no impide que signos premonitorios, sobre los cuales disertaron con profusión los Padres de la Iglesia, vayan a advertirnos de que debemos intensificar la preparación.
Enrique Cases apunta tres conjuntos de señales.
"Lo primero es el engaño, las guerras y las catástrofes naturales", apunta. En numerosas ocasiones a lo largo de la historia han tenido lugar, "pero parece que serán más intensas estas pruebas antes del fin definitivo", que sólo será "el comienzo de los dolores".
La segunda serie de señales la representa "la aparición de persecuciones similares a las que padeció Cristo". Ante el temor que van a producir esas persecuciones, dice Enrique Cases, el Señor promete "una ayuda especial del Espíritu Santo para perseverar".
Un signo claro de que ha llegado esa hora es "la abominación de la desolación" en el lugar santo, que profetizó Daniel y anunciará el fin del mundo como anunció en su día la ruina de Jerusalén. Dentro de lo incierto de esa expresión, el autor sugiere que "quizá anuncia un poder humano que intentará suplantar el poder divino que en la tierra ejerce la Iglesia". El único consuelo en esos tiempos será "la conversión de los judíos".
Por último, una tercera serie de señales es "la aparición de falsos cristos y falsos profetas, capaces de hacer prodigios" y de engañar, si fuera posible, a los elegidos: una "gran apostasía" unida a la aparición de "un anticristo".
El día de la ira (Dies Irae)
La exposición que hace Jesús sobre esos días concluye con la señal del Hijo del Hombre, que "vendrá sobre las nubes con gran poder y gloria", como señalan los Evangelios sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas): "Realmente es el día de la ira, de la paz y de la revelación del justo juicio de Dios, que retribuirá a cada uno según sus obras" antes del "gozo de la restauración definitiva", concluye el autor de Jesús contra Satán.
Un libro que aborda de principio a fin la lucha milenaria del demonio contra el hombre, y contra Cristo durante su vida terrenal, con esa incertidumbre que tenía sobre Aquel a quien tentaba o contra quien lanzó a escribas, sacerdotes y jefes del templo.
Cases aborda además una temática de actualidad al analizar por qué la transgresión moral se presenta como liberadora en las ideologías que triunfan en nuestro tiempo, un indudable éxito de márketing -llamémosle así- del demonio.
"El encanto que lo negativo (metaforma de lo demoniaco) ejerce sobre la cultura contemporánea depende de esta singular idea", remata el autor de Jesús contra Satán: "Que los caminos del paraíso pasen por el infierno...
A partir de una noción errónea de Dios se llega a auténticas locuras... en una mezcla de misticismo y pecado realmente diabólica".
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