EL Rincón de Yanka: julio 2011

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CALENDARIO CUARESMAL 2024

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domingo, 31 de julio de 2011

LA ACEDÍA: TRISTEZA DEL ALMA


La acedía:
tristeza del alma

Apuntes para la vida

"En el mundo moderno existe un vínculo entre depresión y acedía, cuya curación no se consigue sólo por medio de la medicina, sino que hay que tener presentes los elementos espirituales de la persona".


Sentirse triste es un estado de ánimo que se da con frecuencia y que comporta un malestar psicológico que en ocasiones no se sabe como describirlo. Sin embargo, estar apenado en un determinado momento no es suficiente para afirmar que se padece depresión. Hay una tristeza llamada normal, que es la situación de abatimiento o desánimo como consecuencia de unos acontecimientos o situaciones personales difíciles. Hay también lo que pudiéramos denominar una tristeza buena, que es aquella provocada por el arrepentimiento de nuestros pecados y que nos lleva a reparar el mal y a tener más confianza en Dios. En cambio, la tristeza mala es aquel estado del alma, lo que los antiguos monjes conocían bajo el nombre de acedía, que se caracteriza por el sufrimiento de estar en el mundo, junto a un desinterés total por la vida. Este tipo de tristeza viene más bien ocasionado por la incertidumbre interior y la ausencia de propia realización; acerca de ella decía Casiano:

“La tristeza es áspera, impaciente, dura, llena de amargor y disgusto, y le caracteriza también una especie de penosa desesperación. Cuando se apodera de un alma, la priva y aparta de cualquier trabajo y dolor saludable” (Instituciones, 9).

La acedia es la gran tentación para el solitario eremita y para el solitario moderno del asfalto y del estrés del ejecutivo. El hombre se siente traspasado hasta el límite. El alma se embrolla y el corazón se endurece. Todo se pone en cuestión y se llega a comportamientos infantiles que son impensables.

San Gregorio Magno enumera las consecuencia de la acedia como: “la desesperación, desaliento, mal humor, amargura, indiferencia, somnolencia, aburrimiento, evasión de sí mismo, hastío, curiosidad, dispersión en murmuraciones, intranquilidad del espíritu y del cuerpo, inestabilidad, precipitación y versatilidad”[1].

Por ello, en el mundo moderno existe un vínculo entre depresión y acedía, cuya curación no se consigue sólo por medio de la medicina, sino que hay que tener presentes los elementos espirituales de la persona. Para superar esta tristeza del alma, el venerable Juan Pablo II proponía que “la clave para ayudar a una persona con depresión es el amor y la oración. Las personas que cuidan de los enfermos deprimidos deben ayudar a recuperar la propia estima, la confianza en sus capacidades, el interés por el futuro, las ganas de vivir..., hacerles percibir la ternura de Dios... En el camino espiritual son de gran ayuda la lectura y la meditación de los salmos, el rezo del Rosario, la participación en la Eucaristía, fuente de paz interior” (Juan Pablo II, XVIII Conferencia Internacional sobre la Depresión).

¿De dónde nace esta tristeza existencial? De aquellas ideas dominantes que conllevan al desánimo o lo fomentan. Son aquellas que están en la cultura nihilista que domina la sociedad y que tiene en muchos casos sus altavoces en los Medios de Comunicación Social. Podemos enunciar algunas: menospreciar el trabajo como realización de la persona, desnaturalización de los lazos entre los hombres, ver al otro como un infierno, la visión psico-analítica freudiana que reduce al hombre a sus pulsiones, la misma desestabilización de la familia, las estructuras de pecado, que no tienen otra consecuencia que la desestructuración de la persona humana y abren verdaderos focos de depresión, desviando finalmente al hombre de su camino hacia Dios.
El antídoto de la acedía es la alegría; no es propio del cristiano estar triste, ya que así es muy difícil progresar en la vida espiritual y, por lo tanto, en el amor a Dios y a los hermanos. La tristeza predispone al mal porque es “como la polilla al vestido y la carcoma a la madera, así la tristeza daña el corazón del hombre” (Prov 25,20); hay, pues, que luchar contra ese estado del alma: “Anímate, pues, y alegra tu corazón, y echa lejos de ti la congoja; porque a muchos mató la tristeza. Y no hay utilidad en ella” (Ecl. 30,24-25). Además, por una razón muy sencilla que nos dice el poeta converso a la fe católica Paul Claudel:

“La alegría es la primera y la última palabra del Evangelio”.

† Juan del Río Martín,
Arzobispo Castrense de España

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[1] ANSELM GRÜN, Nuestras propias sombras. Tentaciones. Complejos. Limitaciones, Madrid 2003, p. 68.





VER +:

sábado, 30 de julio de 2011

PÁSALO...: ¡Bienvenidos al Primer Encuentro Internacional de Blogueros con el Papa!




El Primer Encuentro Internacional de Blogueros con el Papa comienza a tener ya un aire verdaderamente internacional, puesto que se han inscrito personas procedentes de Estados Unidos, Honduras, Perú, Argentina y España.

La organización de este evento ha sido difícil especialmente porque no hemos encontrado sponsors que financien los gastos. Como sabéis intentamos organizarlo en un hotel que diera cabida a todos los posibles participantes. Esa elección motivó que la cuota de inscripción fuese muy elevada - 85 euros por persona-.

Ahora podemos daros la buena noticia de que hemos encontrado una sede idónea para nuestro Encuentro. Se trata del Colegio Mayor Jaime del Amo, situado en la zona universitaria de Madrid y con buenas comunicaciones. La cuota de inscripción es de 25 euros.

Hemos habilitado una página web para poder dar a conocer nuestro Encuentro bloguero y facilitar la inscripción de los que deseen participar.

Tanto si puedes venir a este Encuentro como si no, siempre puedes ayudarnos a anunciarlo entre tus amigos y en las redes en que participas. Usa el icono de compartir que está al pie de la entrada. Todavía hay plazas libres y sería bueno llenarlas todas!

Amigos blogueros, os agradecería que hoy unierais vuestra voz para que el anuncio del Primer encuentro de Blogueros con el Papa alcance hasta los últimos rincones de la blogosfera y para que ninguno de ellos se quede fuera por no haber sido informado. La nuestra es una voz diferente: meditada, tranquila, acogedora, aunque a veces pueda también ser provocadora o desgarradora.

Objetivos del I Encuentro Internacional de Blogueros con el Papa

Dos son los objetivos principales de este Primer Encuentro de Blogueros con el Papa que, Dios mediante, congregará a un centenar de blogueros procedentes de varios países.

En primer lugar, se trata de manifestar al mundo su cercanía o proximidad al Papa Benedicto XVI; proximidad que es física, puesto que el Encuentro se celebra en Madrid el día 17 de agosto, el día antes de su llegada, pero sobre todo espiritual y afectiva. Los blogueros quieren estar junto al Papa y quieren hacerlo en su condición de blogueros. Muchas personas, con independencia de que sean católicos o no, advierten que tanto la figura de Benedicto XVI como lo que el representa son denostados en los medios de comunicación. En Madrid podrán manifestar su apoyo a la persona y al mensaje del Vicario de Cristo en la Tierra. Es la figura del Papa la que une y congrega a los blogueros que participarán en Madrid a este encuentro internacional.

En segundo lugar, el miércoles 17 de agosto, en Madrid, muchos blogueros podrán estrecharse las manos o darse un abrazo en señal de una amistad que se ha forjado a través de sus bitácoras virtuales. En muchos casos, aunque lo que les atraiga a Madrid sea la JMJ 2011 y el estar cerca del Papa, serán numerosos los blogueros que aprovechen esta circunstancia y descubran una ocasión para reunirse e intercambiar sus experiencias blogueras.



jueves, 28 de julio de 2011

CARTA DE SIMÓN BOLÍVAR A LOS NEOTIRANOS COMO HUGO CHÁVEZ


Excelentísimo Señor Presidente Hugo Rafael Chávez Frías
- Por favor, ponga ojo pelao a mis verdaderas enseñanzas; no mal interprete la historia y deje de “mal citarme”…


Excelentísimos Señores Presidentes:
Hugo Rafael Chávez Frías
Evo Morales Aima
Rafael Correa Delgado

En su Despacho.-

Por favor, atiendan a mis verdaderas enseñanzas; no mal interprete la historia y dejen de “mal citarme”…

"...el que manda debe oír,aunque sean las más duras verdades y, después de oídas, debe aprovecharse de ellas para corregir los males que producen los errores propios".9 de abril de 1820 "El derecho de expresar sus pensamientos y opiniones de palabra, por escrito o de cualquier otro modo, es el primero y más inestimable don de la naturaleza.Ni aún la ley misma podrá jamás prohibirlo …”15 de febrero de 1819

"Yo soy siempre fiel al sistema liberal y justo 
que proclamó mi patria…”. 
15 de diciembre de 1812

"Todos los pueblos del mundo que han lidiado por la Libertad, han exterminado al fin a sus tiranos". 24 de marzo de 1814

"Mi ambición se limita a libertar a mi país y a ser estimado como hombre de bien, por mis coetáneos". 8 de diciembre de 1814

"Como amo la libertad, tengo sentimientos nobles y liberales, y si suelo ser severo, es solamente con aquellos que pretenden destruirla". 8 de diciembre de 1814

"La propiedad es el derecho de gozar y disponer libremente de sus bienes y del fruto de sus talentos, industria o trabajo".15 de febrero de 1819

"No envainaré jamás la espada, mientras la libertad de mi Patria no esté completamente asegurada". 2 de enero de 1814

"...no son los hombres vulgares los que pueden calcular el eminente valordel reino de la libertad…”. 7 de septiembre de 1814

"Huid del país donde uno solo ejerza todos los poderes; es un país de esclavos". 2 de enero de 1814

PD: A todos los bolivianos, ecuatorianos y venezolanos que reciban mis palabras, les pido continúen circulándolas. A lo mejor tienen la suerte de que les llegue a sus Señores Presidentes.

Que utilicen el nombre de Fidel mas no el mió ya que sus acciones no tienen nada que ver con lo que yo proclame, ni por lo que mi espada lucho, mis sueños de bolivariano jamás fueron los mismos que del líder cubano, ahora admirado por estos tres chiflados: Chávez, Correa y Morales.
Que podrán saber de una América latina unida, si por personas como ellos LA GRAN COLOMBIA se desmembró...

Atentamente,

CartadeBolivar by Nico on Scribd


 
Simón Bolívar "El Libertador"

☠️¡La Gran MENTIRA De Simón BOLÍVAR! | Guerra y GENOCIDIO Contra España: Entrevista a Pablo VICTORIA

miércoles, 27 de julio de 2011

YO CREO EN TI (I BELIEVE IN YOU)







 

martes, 26 de julio de 2011

TÚ ERES MI DIOS






lunes, 25 de julio de 2011

DIOS NUNCA SE EQUIVOCA





El camino de Dios es perfecto y su palabra sin impureza. 
Él es el camino de todos los que en Él confían,
como dice en 2º Samuel, 22 – 31.


viernes, 22 de julio de 2011

VOCABULARIO DE LA VIDA






Ternura:  
Cuando alguien nos mira
y nuestros ojos brillan como dos estrellas.
*
"Cuando alguien te ama,
la forma de decir tu nombre es diferente".
 Patricio, niño de cuatro años.








miércoles, 20 de julio de 2011

ABRIENDO VELA ⛵




ABRIENDO VELA

No sé de dónde sopla el viento
ni si me espera el fuego la próxima vez,
o si quedaré en pie,
apenas conozco y sin embargo
no me hace falta porque no dependo
de ningún sentimiento
tengo una decisión.
Por tanto seguiré abriendo vela,
aunque en la lejanía no te vea,
y multiplicaré en Ti mi fuerza,
si sé que en la otra orilla Tu me esperas.
Traigo en la piel atravesado
el rojo madero que un día te oyó gritar,
tu canto más desgarrado,
que me hizo olvidar mi pasado
y alzar mis ojos a una nueva aurora,
a un blanco perfumado, cautivo, enamorado...

Por tanto seguiré abriendo vela,
aunque en la lejanía no te vea,
y multiplicaré en Ti mi fuerza,
si sé que en la otra orilla Tu me esperas.
Seguiré, seguiré remando,
viviré, viviré en este barco,
empeño sagrado....

MARCOS VIDAL


lunes, 18 de julio de 2011

4º ANIVERSARIO DEL RINCÓN DE YANKA




GRACIAS, GRACIAS,
GRACIAS, GRACIAS



 

sábado, 16 de julio de 2011

LEER NOS CAMBIA EL CEREBRO



Corre por ahí el bulo de que leer no es para tanto. Que ya existe la televisión, que vivimos en un mundo audiovisual, y que por tanto la lectura es una actividad como cualquier otra, casi un hobbie, algo marginal que irá retrocediendo con el tiempo. Pero no es así.

La lectura de libros o de textos que requieran concentración y tiempo nos permite llegar a lugares a los que otras tecnologías tienen vedado el paso. No sólo se profundiza en asuntos complejos sino incluso en emociones complejas.

Una buena prueba de ello es cómo piensa un lector respecto a un analfabeto. Los cerebros lectores entienden de otra manera el lenguaje, procesan de manera diferente las señales visuales; incluso razonan y forman los recuerdos de otra manera, tal y como señala la psicóloga mexicana Feggy Ostrosky-Solís.

Los cerebros de los lectores incluso difieren entre sí según qué lecturas tengan por bagaje. Y no sólo estoy hablando de leer Dostoievsky o Pablo Coelho, sino que influye incluso el idioma en el que leemos.

Los lectores de inglés, por ejemplo, elaboran más las áreas del cerebro asociadas con descifrar las formas visuales que los lectores en lengua italiana. Según se cree, la diferencia radica en el hecho de que las palabras inglesas presentan con más frecuencia una forma que no hace evidente la pronunciación. ¿No habéis visto en las películas que a menudo las personas deben deletrear su nombre para que la otra persona sepa cómo se escribe? Por el contrario, las palabras italianas, así como las españolas, suelen escribirse exactamente como se pronuncian.

Por esa razón, también, los vocabularios de las culturas que aprendían a leer incrementaban sus recursos lingüísticos. Por ejemplo, el vocabulario inglés, limitado a unos pocos miles de palabras, se amplió hasta más de un millón con la proliferación de los libros.

Pero ¿qué pasa exactamente, en tiempo real, en el cerebro de una persona que lee y entiende lo que lee, a diferencia de una persona que simplemente mira las imágenes en una pantalla o escucha las palabras de un cuentista?

En 2009, la revista Psychological Science publicó un estudio al respecto, llevado a cabo en el Laboratorio de Cognición Dinámica de la Universidad de Washington, cuya principal investigadora fue Nicole Speer.

Los lectores simulan mentalmente cada nueva situación que se encuentran en una narración. Los detalles de las acciones y sensaciones registrados en el texto se integran en el conocimiento personal de las experiencias pasadas. Las regiones del cerebro que se activan a menudo son similares a las que se activan cuando la gente realiza, imagina u observa actividades similares en el mundo real.
Y todo esto es así porque leer es una actividad muy poco natural. Imaginaos: ¿acaso nuestros antepasados podían concebir permanecer sentados durante mucho tiempo, sin moverse, con la vista fija en un punto estático en la que no está pasando nada? Es decir: mirando pulpa de árbol prensada manchada con lo que parecen insectos aplastados. Más que un ser humano eso parecería una estatua. Un observador analfabeto no entendería qué mira tanto esa criatura porque todo pasa en su cabeza. De algún modo, el humano lector es casi una nueva especie.

El estado natural del cerebro humano, así como el de la mayoría de los primates, tiende a la distracción. Basta con que aparezca cualquier estímulo interesante, y nuestro cerebro sentirás interés por él, olvidándose de lo que estaba haciendo. Sin embargo, leer un libro requiere de una capacidad de concentración intensa durante un largo periodo de tiempo.

Esta tendencia a distraernos con nuevos estímulos, según la psicología evolutiva, tiene mucho sentido. Nuestros ancestros debían tener cerebros hambrientos de novedades y dispuestos a captar cualquier irregularidad: los objetos estacionarios o invariables forman parte del paisaje y mayormente no se perciben. Los ancestros que no tenían esta capacidad, seguramente tenían mayor probabilidad de morir (por ejemplo, un depredador que acecha) o menor probabilidad de fijarse en una oportunidad (por ejemplo, una fuente cercana de alimentos, lo cual también se traducía en una muerte prematura). Y un ancestro muerto es un ancestro que no se reproduce y que no deja en herencia a su prole sus genes, es decir, rasgos como un cerebro que no tiende a la distracción.

Todos los que en el pasado tenían cerebros predispuestos para la concentración y la linealidad, por tanto, se extinguieron. Nosotros somos descendientes de no lectores. Compartimos sus vetas genéticas. Tal y como señala Nicholas Carr:

Leer un libro significaba practicar un proceso antinatural de pensamiento que exigía atención sostenida, ininterrumpida, a un solo objeto estático. Exigía que los lectores se situaran en lo que el T. S. Eliot de los Cuatro cuartetos llamaba “punto de quietud en un mundo que gira”. Tuvieron que entrenar su cerebro para que hiciese caso omiso de todo cuanto sucedía a su alrededor, resistir la tentación de permitir que su enfoque pasara de una señal sensorial a otra. Tuvieron que forjar o reforzar los enlaces neuronales necesarios para contrarrestar su distracción instintiva, aplicando un mayor “control de arriba abajo” sobre su atención. “La capacidad de concentrarse en una sola tarea relativamente sin interrupciones”, escribe Vaughan Bell, psicólogo del King´s College de Londres, representa “una anomalía en la historia de nuestro desarrollo psicológico.





Los libros son el equivalente intelectual de los antibióticos, los aditivos o el aire acondicionado. Son una tecnología capaz de diluir un poco más nuestra humanidad de serie y moldear nuestro cerebro para alcanzar finisterres que hace apenas unos siglos eran inalcanzables. Son una tecnología diferente a Internet, la telvisión o el teléfono móvil, así que vale la pena que no la perdamos.

 
Ni que decir tiene que mucha gente había cultivado una capacidad de atención sostenida mucho antes de que llegara el libro e incluso el alfabeto. El cazador, el artesano, el asceta, todos tenían que entrenar su cerebro para controlar y concentrar su atención. Lo notable respecto de la lectura de libros es que en esta tarea la concentración profunda se combinaba con un desciframiento del texto e interpretación de su significado que implicaban una actividad y una eficiencia de orden mental muy considerables. La lectura de una secuencia de páginas impresas era valiosa no sólo por el conocimiento que los lectores adquirían a través de las palabras del autor, sino por la forma en que esas palabras activaban vibraciones intelectuales dentro de sus propias mentes.
Así, lectores del mundo, antinaturales todos, si pensáis más profundamente es porque leéis más profundamente. Porque, en ocasiones, ser antinatural es lo más de lo más.

Vía | Superficiales de Nicholas Carr

VER+:
¿Qué podemos hacer para que los niños lean?:

"Hay que reivindicar el valor de la palabra, 
poderosa herramienta que puede cambiar nuestro mundo".
William Golding

"La ciencia moderna aun no ha producido un medicamento tranquilizador tan eficaz
como lo son unas pocas palabras bondadosas".
Sigmund Freud 

"Cualquier cosa que se quiere decir
sólo hay una palabra para expresarla,
un verbo para animarla y un adjetivo para calificarla".
Guy de Maupassant
"Cuando las palabras pierden su significado,
la gente pierde su libertad".
Confucio

"Hay muchas personas que leen, 
pero pocas que sepan leer". 
Mme. de Warens

"La mitad de los libros impresos no se venden;
la mitad de los libros vendidos no se leen;
la mitad de los libros leídos no se entienden;
la mitad de los libros que se entienden,
se entienden mal".
Guiovanni Papini
.

"Inteligencia = intus legere (leer por dentro)

viernes, 15 de julio de 2011

TENGO UNA PREGUNTA PARA JOSÉ ANTONIO PAGOLA Y PARA SUS PAISANOS COLEGAS VASCOS

¿Por qué nunca han denunciado evangélicamente la injusticia del terrorismo nazionalista y el pecado de omisión de su propia Iglesia vasca al respecto?
Uds. mismos no practican lo que platónicamente predican. Ven la paja en la Iglesia ajena y no ven la sangre causada por el  plomo represor de las balas en sus ojos.

La Iglesia vasca no ha sido humana ni evangélica ni cristiana. Y ha sido una vergüenza la actitud cobarde de la conferencia episcopal española al respecto por su pecado de omisión y por callar ante la injusticia y la barbarie y el terror del fascismo Nazionalista.

´Apartaos de mí malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles, porque tuve hambre y no me disteis de comer…´.
Y concluirá: ´Cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, a mí me lo estabais haciendo…´. A la luz del Evangelio sabemos que Jesús se identifica con las víctimas agredidas por nuestro propio pecado, hasta el punto de decirnos:
Era yo a quien no diste de comer; fue a mí a quien no quisiste perdonar; era yo a quien secuestraste; fue a mí a quien disparaste en la nuca…
En efecto, hermanos, todos vamos a ser juzgados por el Dios que nos ha creado y que nos ha redimido. En ese momento de encuentro entre la Verdad de un Dios misericordioso y la realidad sin tapujos de nuestra propia vida, será determinante para el destino eterno de nuestra alma, la opción última y definitiva que hayamos tomado: humildad y arrepentimiento, u obstinación en el mal".  Obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla

“Es tan homicida el ojo que mira hacia otro lado como el que apunta con la mirilla del fusil; es tan culpable la mano que echa la persiana para no enterarse de lo que ocurre afuera como la que aprieta el gatillo”. W. Szpilman.

"Lo mas atroz de las cosas malas y la gente mala es el silencio de la gente buena"  Gandhi

“Quien acepta pasivamente el mal es tan responsable como el que lo comete. Quien ve el mal y no protesta, ayuda a hacer el mal” Martin Luther King


DEL HÁBITO A LAS ARMAS
Los tres curas de sangre y pistola de ETA, 
que nunca se arrepintieron


El capuchino ‘Igeldo’ le quitó la vida a un guardia civil jubilado hace 43 años. Ya libre, declara: “Sé que ningún cristiano puede matar, pero ese mandamiento también lo ha violado la Iglesia”. Otro benedictino fue ‘maestro’ de Josu Ternera y envió a Madrid al comando que terminó matando a Carrero Blanco.

“No tuve problemas de conciencia”, dice ‘Etxabe’, también sacerdote antes que etarra. La lista de nombres que vinculan a la Iglesia vasca con la banda terrorista es larguísima. Esa investigación no está abierta en el Vaticano, adonde acaba de llegar la de la pederastia con hábito en España

«En una lucha (la de ETA) como la nuestra no hay espacio para el remordimiento, ni el arrepentimiento… Me comprometí con el Evangelio al mismo tiempo que con una sociedad igualitaria y justa… No hay tanta diferencia… En las mismas circunstancias volvería a hacer lo mismo… Yo pedí a ETA formar parte de la organización y me aceptaron con todas las consecuencias… El jefe supremo era entonces José Miguel Beñarán Ordeñana (Argala)…».

Quien así habla en el documental de Iñaki Arteta Bajo el silencio es Fernando Arburua Iparraguirre (alias Igeldo), condenado por tres asesinatos, entre ellos, el del guardia civil retirado y enfermo de cáncer Félix de Diego Martínez.

El próximo 31 de enero se cumplirán 43 años de aquel día en el que Igeldo alcanzó con siete disparos a bocajarro el cuerpo del agente de la Benemérita mientras estaba sentado en el irrundarra bar Herrería, propiedad de su esposa, que se encontraba a su lado. En el suelo fue rematado sin miramientos, cubierto de sangre, por otro integrante del comando Txirrita, Manuel Ostolaza Alcocer, que volvió a entrar en el local al comprobar que la víctima se debatía entre la vida y la muerte.

DE HÁBITO CAPUCHINO A MATAR A TIROS

Arburua Iparraguirre compatibilizaba en aquellos años la jefatura del sangriento comando Txirrita con la titularidad, como sacerdote capuchino, de la parroquia San José Obrero, sita en el donostiarra barrio de Alza, donde sus feligreses le conocían como «el padre Fernando», ajenos a su actividad principal con la pipa. Entre 1978 y 1981, hasta su detención, Igeldo fue el terrorista más sangriento de la banda.

Cuarenta años después, tras pasar 24 años en una prisión de El Puerto de Santa María (Cádiz), el cura etarra Igeldo declara: «En nuestra lucha no hay espacio para el remordimiento…».

Fernando Arburúa había ingresado a los 11 años en el seminario de Alsasua (Navarra). A los 25 hizo profesión de votos en la orden de los capuchinos. Ya en libertad, con la pena cumplida pero sin asomo de contrición, reconoce: «Solicité en ETA el máximo compromiso… Sé que ningún cristiano puede matar, pero ese mandamiento también lo ha violado la Iglesia». Y concluye: «Seguramente hizo falta todo aquello, incluidas las casi 900 muertes de un lado y las nuestras».

En pleno periodo democrático ya, en 1981, Igeldo es detenido en su propia parroquia bajo la acusación de ser el jefe del comando Txirrita, que llevaba ya a sus espaldas tres asesinatos. Se le incautaron cinco pistolas, granadas, metralletas, explosivos y abundante munición.

Contumaz, Igeldo fue detenido de nuevo en 2015 por ser uno de los líderes del llamado frente de las cárceles. Ahora, que cumple 88 años, lejos de mostrar arrepentimiento parece estar orgulloso de su pasado. «Porque el tema moral es algo muy relativo», decía en el documental. Vive en San Sebastián.

La extensa investigación sobre los crímenes etarras [en los días en que una investigación sobre los abusos sexuales de religiosos a menores llega al Vaticano] deja aún 300 casos sin esclarecer. Resulta especialmente oscura cuando se intenta enlazar nombres y apellidos de activistas etarras con el olor de las sotanas de las pistolas.

DE FRAILE EN EL MONASTERIO A JEFE MILITAR DE ETA: ‘TXIKIA’

Ya el primer pretendido mártir etarra, venerado hasta el día de hoy, fue Francisco Javier (Txabi) Echebarrieta Ortiz, conecta la banda con las sacristías vascas. Cuando se cobró la primera víctima de ETA, el 7 de junio de 1969, en la joven vida del guardia civil de Tráfico José Antonio Pardines,

Etxebarrieta se dirigía, junto con otro miembro de la banda, Iñaki Sarasketa (cuya posterior condena a muerte en el Proceso de Burgos fue conmutada por intercesión del padre Arrupe, superior de los jesuitas), al monasterio benedictino de Lazcano, donde le esperaba el fraile Eustaquio Mendizábal Benito (Txikia).

Txikia fue un personaje peculiar. Permaneció durante 12 años en la abadía guipuzcoana, y de ella salió para convertirse en jefe militar de ETA en Guipúzcoa, previo paso de entrega del hábito.

El cambio del hisopo por la pistola le fue rentable a Txikia para medrar en su carrera como terrorista (1944-1973). Se convirtió en la mano derecha del jefe supremo militar de la banda, Juan José Etxabe, al que sustituye cuando éste se harta de sangre, pólvora y cadáveres. Mendizábal toma el relevo al frente de ETA-V en 1967.

El ex monje quiere demostrar que se ha sacudido su docena de años entre el ora et labora y exige a la banda «acción» por encima de cualquier otro predicamento teórico. Dirige manu militari una retahíla de secuestros de industriales vascos y navarros (Huerta, Zabala) con los que hace caja y más caja, sumando además atracos a sucursales bancarias por doquier.

Durante su liderazgo Txikia envía un comando a Madrid para preparar el atentado al delfín de Franco, el almirante Carrero Blanco, que se materializará en diciembre de 1973. Ese comando se llamaría Txikia en honor a su jefe, que caería fulminado por policías expertos en antiterrorismo al ser localizado al bajar del tren en Algorta (Vizcaya).

Una plaza del elitista municipio vasco fue bautizada con su nombre, decisión revocada luego por la Justicia bajo la sentencia de que hería «la dignidad de las víctimas». Se le imputan otros asesinatos directos y otros tanto producidos bajo sus órdenes.

Durante una misa celebrada en Sokoa (Francia), otro clérigo vinculado a ETA, el famoso padre Piarres Larzabal (Ascain, 1915), no invocó a Dios, sino al «héroe» abatido. «Eustaquio se nos ha ido… Soy el intérprete de los compañeros caídos del 36 y después del 36, y os pido que nos unamos para obtener la unificación y promoción de nuestro pueblo…

Yo te absuelvo». Cuando el comando etarra al mando de Txikia secuestra el cónsul alemán en San Sebastián, Eugene Beihl, en diciembre de 1970, Mendizábal lo esconde en la casa del citado cura galo… «Yo te absuelvo», pronunció antes y después Piarres Larzabal.

Uno de los subordinados preferidos del monje benedictino fue, por cierto, Josu Ternera, de misa diaria. La Audiencia Nacional acaba de abrir juicio oral contra él por el atentado contra la casa cuartel de la Guardia Civil en Zaragoza, donde fueron asesinadas 11 personas, seis de ellas, niños.

Txikia no se arrepintió. Un disparo de los agentes policiales que lo cazaron lo mandó con el dios al que juró servir. El hombre que había sido formado bajo el lema benedictino pax había hecho de la guerra total su santo y guía.

EL CURA DE PUEBLO

«Fui ordenado sacerdote al final de la década de los años 50. Salí empapado de la mística sacerdotal. Cura de pueblo, se fue reforzando en mí la vivencia de servicio al mismo y la conciencia de mi responsabilidad con él como sacerdote. Paralelamente, se fue reforzando en mí el sentimiento de patriotismo, generado tanto en mi infancia como en mi juventud, sobre todo en el ambiente familiar…».

Así hablaba en euskera Jon Etxabe Garitacelaya el 3 de diciembre del 2020 en un acto en Éibar para conmemorar el medio siglo del Proceso de Burgos, en el que fue condenado por pertenencia a banda armada.

Continúa hablando en euskera: «En Éibar [donde nació en 1933], ya como sacerdote en los años 60, la influencia y repercusión de las acciones de ETA me producían contradicciones, dificultades para comprenderlo, pero también adhesiones y esperanza. Esa resaca me alcanzó de lleno… Una persona me propuso trasladar a militantes de ETA en mi coche. Acepté.

Sabía que atendiendo a la doctrina oficial de la Iglesia significaba asumir una contradicción enorme; sin embargo, pensé que no se podía negar amparo a los que actuaban a favor del pueblo, ni siquiera Dios se negaría a hacerlo. Ofrecer aquella ayuda estaba en el núcleo mismo del Evangelio. Cuando la policía me fichó, escapé.

ETA me propuso entonces convertirme en liberado. Dar el paso significaba para mí que actuar en una organización armada era algo muy distinto a la actividad sacerdotal, pero no tuve problemas de conciencia. No entré en consideraciones teológicas. No tuve problemas ni con la Iglesia ni con Dios. Acepté la organización de la propaganda y pedí ir armado. La policía se lo pensaría dos veces antes de acercarse a mí».

CÁRCEL CONCORDATARIA PARA SACERDOTES

Cuando es detenido, Etxabe pasa a la cárcel concordataria para sacerdotes de Zamora. Durante el Proceso de Burgos reafirma su fe en el pueblo vasco («Estoy seguro de que triunfaremos»), mientras reconoce su pistola entre muchas otras incautadas a la banda por la policía. Nunca fue probado que cometiera directamente delitos de sangre, pero sí que participó en la reunión donde se decidió el asesinato del inspector Melitón Manzanas, decisión tomada en un convento de los Padres Sacramentinos.
Etxabe fue condenado a 50 años de prisión y tras la sentencia pidió a la Iglesia su secularización. Hoy, con 88 años, vive en sus tierras guipuzcoanas sin que conste dolor de contrición alguno. Sus víctimas no lo acreditan.


El obispo y la bandera

La memoria es fundamento de la vida, por eso que creo oportuno la reseña de ciertos acontecimientos. Es San Sebastián, hace ya cuarenta años, cuando se recibe la llamada de un paquete sospechoso en el barrio de Gros, un joven policía nacional especialista en desactivación de explosivos acude al lugar; la trampa, la potencia de la explosión lo matará. El mando de Policía Nacional de la provincia activa los pormenores propios de la situación, entre ellos su funeral. 

Surge una cuestión: ¿lo hacemos entre nosotros o lo mostramos como lo que es, un ciudadano de San Sebastián asesinado, dependiente de un obispo cuidador de su rebaño? Se decide esto último y un capitán se dirige a la catedral del Buen Pastor a gestionar los detalles. En la sacristía, lo recibe el párroco a quien se le traslada nuestro deseo, no dice nada y se remite al obispo. Al poco rato sale el obispo, no traslada su pésame pero dice que no habría problema, a salvo las «manifestaciones políticas» que se produjeran. Nadie quiere que este hecho sea objeto de acción política. Se le indica que no habrá discursos ni simbología partidaria de ningún tipo. Al capitán se le viene a la mente la enseña nacional que estará presente cubriendo el féretro, y se lo dice. 

"Eso, a eso me refiero", le indica el obispo: no puede entrar en el templo la bandera de España. Viendo al obispo, la respuesta, y que eso podría impedir el funeral, el capitán recuerda el maltrecho cuerpo de su compañero asesinado y no puede contener las lágrimas. No obstante, indica que va a trasladar esa exigencia a sus mandos. La exigencia es difícil de aceptar, pero se acepta y así se transmite al ministro del Interior y al obispo. La parroquia del Buen Pastor espera el féretro que llega a los acordes del himno nacional y cubierto con la enseña nacional. 

En los arcos de acceso al templo tienen que ser el comandante jefe y el capitán quienes retiran la enseña, nadie quiere hacerlo. Dentro del templo, cuando el párroco dice las primeras palabras de la eucaristía, el coronel jefe de Policía Nacional del País Vasco saca de su chaquetón una bandera de España con la que cubre el féretro; el sacerdote calla, no pronuncia palabra alguna, el ministro y autoridades callan, el capitán está en un lateral, es el comandante jefe quien sale de su asiento y retira la bandera. Como un resorte y como si se hubiera apretado el botón de ‘on’, el sacerdote continúa la eucaristía. 

Finalizada la eucaristía, bajo los arcos de entrada, se vuelve a cubrir el féretro con la bandera de España. El Estado no combatió solamente contra una organización terrorista.

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Ese es un hecho, como ese obispo famoso que justificaba a los asesinos con sus pastorales. Lo de la Iglesia vasca con ETA no tiene perdón de Dios.


jueves, 14 de julio de 2011

GIUSEPPE GARIBALDI, EL HÉROE DE LOS DOS MUNDOS





Este año 2011 recorren las celebraciones por los 150 años de la unidad de Italia. Fue justo en 1861, después de las guerras contra los austriacos, que terminó el largo periodo de luchas políticas y militares dentro y fuera del país, y se llegó a la unidad nacional; la Unidad se proclamó en Torino precisamene el 17 de marzo de 1861, y la ciudad llegó a ser la primera capital de Italia. Torino siguió siendo la capital durante 4 años hasta el 1865, cuando el centro del gobierno cambió y se fue a Florencia . Sólo desde el 1871 la capital se puso en la actual Roma, cuando la unidad del país fue definitivamente completa.

Las celebraciones por los 150 años de la Unidad italiana empezaron oficialmente el 7 de enero en Reggio Emilia, ciudad de la región Emilia-Romagna, con la participación del Presidente de la República Giorgio Napolitano. Empezaron aquí por supuesto por un motivo preciso: fue en Reggio Emilia , el 7 de enero de 1797, que el Tricolor, la Bandera Italiana de tres colores, se adoptó como bandera oficial .








Giuseppe Garibaldi: el guerrero sin fronteras de la independencia. Muchos aventureros cruzaron mares, desiertos y selvas para llegar a lugares nunca imaginados ni conocidos, cada uno en busca de un sueño... pero pocos han llegado tan lejos en su anhelo de libertad para los hombres y el suelo que éstos habitan como Garibaldi. Combatiente fiero y tenaz, luchó en cuanta gesta independentista surgía a través de sus viajes interminables. Un viajero siempre en búsqueda de su ideal: la libertad.


De marinero a capitán

Nació el 4 de julio de 1807 en Niza (Italia). Hijo de un pescador, pasó toda su juventud navegando. En 1824 José Garibaldi, su padre, parte de Niza, su ciudad natal, a bordo del bergantín Costanza con destino a Odesa. El joven Garibaldi viaja como grumete. Después de tres años de navegación, en 1827 se embarca como "segundo" en la nave Córtese con destino a Ta-ganrog. Son los años de la revolución griega contra Turquía y de la consiguiente crisis oriental. Las aguas griegas están infestadas de buques corsarios. Al año siguiente, habiendo enfermado durante el viaje de retorno, es desembarcado en Constantinopla, de donde regresa a Niza.

En 1831 decidido a continuar la carrera del mar. Un año más tarde obtiene la licencia de Capitán de Segunda Clase. Por 1832 a su llegada a Taganrog a bordo de la nave Clorinda, es arrestado bajo acusación de "grescas callejeras"; sin embargo todo queda en la nada después de la intervención de la esposa del gobernador. Al año siguiente, regresa a Taganrog donde toma contacto con un emisario de la logia "Joven Italia", dirigida por Giuseppe Mazzini, que pretendía la unificación del pueblo italiano dentro de una república autónoma, a la cual adhiere. Por entonces, Italia –que desde el fin del imperio romano se había convertido en teatro de rivalidades y hasta en un literal campo de batalla entre las potencias europeas de entonces por el dominio de codiciados territorios y reinos como los de Florencia, Pisa, Génova, Venecia y Nápoles- no había logrado la anhelada unificación.

De manera que creció y maduró respirando beligerancias y conspiraciones, lo que unido a su naturaleza inquieta y justiciera, hizo que se exacerbaran en él sus cualidades innatas, luego de conocer la obra y el pensamiento del socialista francés Saint-Simon.

Su viaje a América

El descendiente del príncipe regente de Portugal, don Juan, se había escabullido a Brasil huyendo de las invasiones napoleónicas y nombrado a su hijo emperador de Brasil, bajo el nombre de Pedro I, quien a su vez abdicó en 1831 a favor de su vástago, Pedro II, con apenas seis años de edad. Esa infantil regencia estuvo plagada, no es para menos, de no pocas etapas de agitación, ansias libertarias e ideas republicanas, en especial en buena parte de los hacendados de las regiones brasileñas del sur, hastiados de sustentar el boato de la corte, y empeñados en la abolición de la esclavitud.

Es en medio de este torbellino cuando Garibaldi no duda en ponerse a disposición de los republicanos, no solo en Brasil, sino además en Uruguay y Perú. Serán 12 años de su vida en los que luchará y se enrolará en un sinnúmero de acontecimientos bélicos, siempre al lado de los combatientes por la libertad y la independencia.

En 1835 con nombre falso (Giuseppe Pane) vuelve a embarcarse. Presta servicio como enfermero voluntario durante una epidemia de cólera y luego parte rumbo a Brasil. Allí se pone en contacto con la filial de la "Joven Italia"; en sociedad con Luigi Rossetti trata de organizar un comercio de fideos entre Río y la zona de Cabo Frío. En ese ínterin se produce la revuelta de la provincia de Río Grande do Sul contra el Imperio de Brasil y Garibaldi, deseoso de entrar en acción, obtiene algunas "patentes de corso".

En 1837 prepara una nave, la Mazzini e inicia una guerra de corso contra Brasil. La primera incursión no tiene demasiado éxito; perseguido por brasileños v uruguayos es herido de gravedad durante un combate. Su buque logra escapar y remonta el río Paraná hasta llegar a la ciudad argentina de Gualeguay donde es operado y se repone. Allí lo mantienen prisionero bajo palabra de honor; sin embargo intenta escapar y cuando lo capturan es torturado.

Imprevisiblemente al año siguiente lo liberan y parte hacia Montevideo. Allí vuelve a encontrarse con Rossetti en cuya compañía se dirige al Estado de Río Grande do Sul. En la Lagoa dos Patos, Camacuá, toma a su cargo la dirección de un astillero naval y vuelve a la guerra de corso contra los brasileños hasta que, en el año 1839 siguiendo a la flota de Río Grande, llega a Laguna, en la provincia brasileña de Santa Caterina rebelde, también, al Imperio. En 1840 la guerra toma un curso desfavorable para los riograndinos que son rechazados y sufren una serie de reveses. En Laguna, Garibaldi conoce a Anita Ribeiro y la lleva consigo.
En 1841 Anita le da el primer hijo: Menotti. En este mismo año Garibaldi decide pedir una licencia; la obtiene y regresa a Montevideo donde, de inmediato, se pone al servicio de la República. Uruguay se está desangrando a causa de una guerra civil entre el partido "colorado" que tiene al general Rivera como líder, y el partido "blanco" guiado por el general Oribe, apoyado por la Argentina. Garibaldi, que lucha al lado de los "colorados". Allí recibe el encargo de guiar una flotilla que, remontando el Paraná, deberá llegar a la rebelde provincia argentina de Entre Ríos. Alcanzado por la flota enemiga, es derrotado en la batalla de Costa Brava pero logra escapar junto a un puñado de compañeros sin ser capturado. El curso de la guerra es favorable a los "blancos" quienes, en 1843 sitian la ciudad de Montevideo.

Al mando de una "Legión Italiana" Garibaldi combate por mar y por tierra. Se produce, entonces, la intervención franco-británica en apoyo de Montevideo, y en 1845 una flota anglo-franco-montevideana remonta el río Uruguay rumbo a la ciudad de Salto; las ciudades controladas por los "blancos", o argentinas, son atacadas y, en parte, saqueadas. En1846 Garibaldi libra, en Salto, su más célebre batalla sudamericana, la de San Antonio de Salto, obteniendo una estrepitosa victoria.

La fama de sus hazañas no demora en cruzar el Atlántico y llegar a Europa, y en especial a la aún desmembrada Italia, en muchos de cuyos salones la noticia del momento era el buen hacer de Giuseppe Garibaldi como militar y estratega.

La vuelta a casa

El año 1848 era el marcado, por la historia o su destino, como el de su regreso, y con un objetivo central que sellará los próximos 30 años de su vida: la unificación italiana. Lucha pues en Lombardía contra el ejército austriaco, en lo que muchos historiadores consideran el primer paso hacia la señalada unión que llevará adelante de 1859 a 1870 Víctor Manuel II de Saboya, rey de Piamonte-Cerdeña, gracias al apoyo de uno de sus más brillantes ministros, un político que, según historiadores, estaba dotado de una voluntad enérgica e invencible: Camilo Benso, conde de Cavour.

Su intento de hacer retroceder a los austriacos no prosperó y debió refugiarse primero en Suiza y posteriormente en Niza. A finales de 1848, sin embargo, el papa Pío IX, temeroso de las fuerzas liberales, abandonó Roma, adonde se dirigió Garibaldi junto a un grupo de voluntarios.
Aunque Garibaldi no pudo entrar en Roma y él y sus hombres terminaron refugiados en San Marino, nadie duda de que este episodio constituye uno de los más épicos y recordados pasajes del llamado Resurgimiento Italiano. Los especialistas aseguran que tanto Víctor Manuel como Cavour, temerosos de perder lo logrado, fueron quienes lograron detener el avance de Garibaldi, cuando este iba ya camino a la Ciudad Eterna.

Después de haber establecido sus cuarteles en Rieti, Garibaldi y los suyos emprenden el camino de Roma, amenazada por tropas francesas y napolitanas que tratan de devolver al Papa su trono. Garibaldi combate con heroísmo: el 30 de abril derrota a los franceses y en el mes de mayo enfrenta a los napolitanos en Palestrina y en Velletri. De regreso en Roma defiende a la ciudad que está asediada por los franceses; no acepta la capitulación y se retira con pocos miles de voluntarios para seguir la lucha. Perseguido por cinco ejércitos, se refugia en San Marino después de una épica retirada. Lo acompañan Anita, embarazada, y unos pocos hombres y desde allí espera poder trasladarse a Venecia. Se embarca en Cesenatico pero, al ser perseguido, se ve obligado a desembarcar en Magnavacca; ayudado por varios amigos logra huir y es en esas circunstancias cuando Anita, extenuada y presa de fiebre altísima, muere. Garibaldi logra escaparse de los austriacos sólo por un milagro. Regresa a su patria, pero es arrestado y obligado a exiliarse. En noviembre llega a Tánger. Corre el año 1850 y permanece allí unos pocos meses. Parte hacia los Estados Unidos, establece su residencia en Nueva York y trabaja en Staten Island, en la fábrica de velas de Antonio Meucci.
Un amigo genovés, Francesco Carpaneto, se reúne con él y, juntos, parten hacia el Perú. Al mando de una nave realiza varios viajes. En 1852 se dirige hacia Cantón. Un año más tarde, después de una larga navegación, regresa al Perú. Vuelve a Nueva York y toma conocimiento de la nueva situación planteada en el Píamonte. Decide regresar a Italia y lo hace comandando la nave de su viejo amigo Antonio Figari. En 1854 En el mes de febrero llega a Londres. Allí se encuentra con Mazzini y tiene ocasión de conocer a los más prestigiosos líderes de la izquierda europea. Por fin, regresa a su Niza natal.

En 1854, Cavour, el primer ministro piamontés, creyó que si le permitía volver a Italia, Garibaldi se alejaría del republicano Mazzini. Para ello, le concedió el mando de las fuerzas piamontesas en lucha con las austriacas. Venció en Varese y Como, ambas en mayo de 1859, y entró en Brescia al mes siguiente, con lo cual el Reino de Lombardía se apropió del Piamonte. Durante el desarrollo de esta campaña, Garibaldi (cuya amante, Battistina Raveo, le da una hija) conoce a la joven marquesa Giuseppina Raimondi.

Conseguida la paz en el norte del país, Garibaldi se dirigió a Italia central. Víctor Manuel II, rey piamontés, dio al principio su apoyo a un ataque contra los territorios papales, pero a última hora le pareció demasiado peligroso y le obligó a abandonar el proyecto. Garibaldi aceptó la renuncia y se mantuvo fiel, pero la cesión de Niza y Saboya a Francia por parte de Cavour y Víctor Manuel le pareció un acto de traición y decidió actuar por su cuenta. Como por el norte un acuerdo era imposible, decidió forzar la unificación conquistando el Reino de Nápoles, bajo soberanía borbónica.

En 1860 se casa con Guiseppina Raimondi, de quien se separará inmediatamente después. Vuelve a Caprera; más tarde regresa a Turín persiguiendo un vano intento: evitar que Niza sea cedida a Francia. En tanto, se está gestando la expedición a Sicilia: casi mil doscientos hombres se embarcan en Quarto, se detienen en Talamone, desembarcan en Marsala (quedan apenas mil voluntarios). Siguen cinco meses de guerra durante los cuales Garibaldi conquista Sicilia; entra entonces en el continente, toma la ciudad de Napóles y derrota a los Borbones en la batalla del Volturno. La izquierda quería tratar la cesión del sur y Víctor Manuel II, pero Garibaldi, después de mucho pensarlo, llama a un plebiscito cuyo resultado es que la gran mayoría vota por la anexión. Después del famoso encuentro con el Rey (el llamado "Encuentro de Teano") Garibaldi regresa a Caprera.

Un luchador con ideales

En 1861 se proclamó el nuevo Reino de Italia, pero desde sus inicios Garibaldi se mantuvo en la oposición, pues Roma continuaba siendo ciudad papal. Con la consigna de «Roma o la muerte», intentó durante años luchar contra el poder pontificio, sin demasiado éxito, hasta que en 1862, en la batalla de Aspromonte, cayó herido y fue hecho prisionero. En su retiro, se dedicó a la escritura de relatos de aventuras y de sus memorias. La conquista de Roma, su gran deseo, no pudo realizarlo personalmente.

En 1862 año, siendo Vicepresidente de la "Sociedad Nacional de Tiro al Blanco", cumple un triunfal viaje por Italia septentrional, viaje que culmina en Trescore; con un puñado de voluntarios proyecta invadir el Trentino partiendo de la cercana Sarnico. Interviene el ejército, se producen arrestos en masa, hay muertes callejeras. Desde Caprera, a la cual regresa en compañía de unos pocos amigos, vuelve a partir rumbo a Sicilia e inicia, de esta manera, la empresa que terminará en Aspromonte, donde será herido y tomado prisionero. Transcurrido cierto tiempo en la cárcel de Varignano (La Spezia), Garibaldi vuelve a su isla.
Viaja a Londres en 1864, ciudad en la que es recibido con incomparable entusiasmo. Se proyecta una expedición a Europa Central que no llega a concretarse. En 1866 Italia, mediante la alianza firmada con Prusia, declara guerra a Austria. Al mando de sus voluntarios, Garibaldi lleva adelante la dura campaña del Trentino que termina con la victoriosa jornada de Bezzecca.
Al año siguiente realiza un viaje de propaganda electoral por el Veneto; pero Garibaldi ya está proyectando su intento de marchar sobre Roma pues está convencido de que la ciudad se apresta a rebelarse contra la autoridad papal. Después de una breve permanencia en Ginebra, ciudad en la que se está llevando a cabo el Congreso por la Paz, Garibaldi parte rumbo a las fronteras del Estado Pontificio para reunirse con sus voluntarios allí concentrados. Es arrestado en Sinalunga y conducido a la prisión de Alessandria. Luego es trasladado a Caprera. A pesar de la vigilancia ejercida por una escuadra, Garibaldi logra burlarla y huye; se presenta entonces en la ciudad de Florencia (capital del Reino desde 1865) para retomar la conducción de sus voluntarios. Comienza así la campaña del Agro Romano que termina con la derrota de Mentana y el triste regreso a territorio italiano. Al término de un breve período de cárcel, regresa una vez más a Caprera, donde permanecerá por espacio de dos años durante los cuales se dedica a escribir sus primeras novelas:
Para 1869 hace ya varios años que vive en la isla con Francesca Armosino que le da tres hijos; Clelia, Rosa y Manlio. Permanece en la isla hasta 1870 año en que, después que los acontecimientos de la guerra franco-prusiana han llevado a la liberación de Roma y a la caída del Imperio de Napoleón III, ofrece sus servicios a la República francesa. Parte hacia Francia, país en el que asume el mando del Ejército de los Vosgos; combate contra los prusianos y los derrota en las sangrientas jornadas de Dijon.

El final de una leyenda

Sus biografías refieren que, no obstante, una vez que sus objetivos habían sido cumplidos, la vida encontró a un Garibaldi huérfano de un proyecto vital al que entregar sus fuerzas y empuje. Estaba, además, en precaria situación económica.
Su hostilidad hacia el gobierno italiano le hizo rechazar la pensión que le fuera concedida.

En 1871 resultó elegido diputado de la Asamblea de Burdeos, y cuatro años después accedió a aceptar un escaño de diputado en el Parlamento italiano. Cuentan que su entrada en el Congreso fue triunfal, y que recibió, tanto del monarca como de los miembros de la cámara, un gran reconocimiento a sus esfuerzos.

Retirado, pasó los últimos años de su vida terminando de redactar sus memorias y relatos de sus vivencias y aventuras, para la posteridad. Se había vuelto a casar, en 1880, con Francisca Armosino, con quien, a pesar de su avanzada edad, tuvo otros tres hijos.

La muerte lo sorprendió un caluroso mes de julio, en 1882, a los 75 años. Aunque quizá no estaba completamente consciente, se había convertido, para siempre, en una leyenda, en un personaje mítico que aunque algunos pudieran considerar el aventurero protagonista de poemas y novelas, fue en verdad un recio héroe de carne, hueso y nervios, como pocos en su época, y en todos los tiempos.






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