EL Rincón de Yanka: BIENAVENTURANZAS DE LA CUARESMA

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miércoles, 10 de febrero de 2016

BIENAVENTURANZAS DE LA CUARESMA




Bienaventuranzas de la Cuaresma 

(contra un corazón de piedra)



Felices quienes recorren el camino cuaresmal con una sonrisa en el rostro y sienten cómo brota de su corazón un sentimiento de alegría incontenible.


Felices quienes durante el tiempo de Cuaresma, y en su vida diaria, practican el ayuno del consumismo, de los programas basura de la televisión, de las críticas, de la indiferencia.


Felices quienes intentan en la cotidianidad irsuavizando su corazón de piedra, para dar paso a la sensibilidad, la ternura, la com-pasión, la indignación teñida de propuestas.


Felices quienes creen que el perdón, en todos los ámbitos, es uno de los ejes centrales en la puesta en práctica del Evangelio de Jesús, para conseguir un mundo reconciliado.


Felices quienes se aíslan de tanto ruido e información vertiginosa, y hacen un espacio en el desierto de su corazón para que el silencio se transforme en soledad sonora.


Felices quienes recuerdan la promesa de su buen Padre y Madre Dios, quienes renuevan a cada momento su alianza de cercanía y presencia alentadora hacia todo el género humano.


Felices quienes cierran la puerta a los agoreros, a la tristeza y al desencanto, y abren todas las ventanas de su casa al sol de la ilusión, del encanto, de la belleza, de la solidaridad.


Felices quienes emplean sus manos, su mente, sus pies en el servicio gozoso de los demás, quienes más allá de todas las crisis, mantienen, ofrecen y practican la esperanza de la resurrección a todos los desvalidos, marginados y oprimidos del mundo. Entonces sí que habrá brotado la flor de la Pascua al final de un gozoso sendero cuaresmal.


Miguel Ángel Mesa



SALMO 50 (Miserere)
Misericordia, Dios mío

Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.

Pues yo reconozco mi culpa, 
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.

En la sentencia tendrás razón,
en el juicio resultarás inocente.
Mira, en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.

Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.

Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.

Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.

Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.

Líbrame de la sangre, oh Dios,
Dios, Salvador mío,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.

Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú no lo desprecias.

Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.


TU MISERICORDIA - DANILO MONTERO


HORA DE VOLVER A CASA

Miércoles de ceniza:
Hora de hacer una hoguera
con todo mi egoísmo y mi estupidez.
Hora de reducir a cenizas mi absurda torre de Babel
y bajarme a la tierra y comenzar a dar manos.
Hora de quitar estorbos de mis oídos,
y hacer silencio para volver a escucharte y a escucharme.

Miércoles de ceniza:
Aunque mi sí quedó hecho cenizas,
sé que puedo renovarlo. Y quiero hacerlo, con tu ayuda.

Miércoles de ceniza:
Cuarenta días para dejarme encontrar por Ti,
para darme cuenta de que me esperas a la puerta de casa.
Cuarenta días para escuchar más atento tu Palabra,
y dejar que sea tu Pan quien me sacie
y tu perdón quien me restaure.

Un poco de ceniza en el rostro
me puede poner en camino de verdad:
No hay camino fuera de Dios
Y hoy mismo comienzo el camino de retorno a Tu casa.

Adaptación oración de Sergio García Risco/
Enrique Martínez