EL Rincón de Yanka: CONTRAINTELECTUALIDADES: LIBERTAD O NADA: #RESISTENCIAVENEZUELA

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jueves, 30 de julio de 2015

CONTRAINTELECTUALIDADES: LIBERTAD O NADA: #RESISTENCIAVENEZUELA




Los jóvenes de hoy somos los únicos venezolanos que podemos revertir la desgracia. Solamente los que no tuvimos niñez podemos luchar contra quienes nos la robaron y vencerles. El crecimiento tan fuerte que hemos tenido, nos arrancó de tajo cualquier banalidad típica de las sociedades apoltronadas que se dejan robar el país frente a sus ojos. Por eso, no nos pueden gobernar como estuvieron acostumbrados largo tiempo. No añoramos ni extrañamos por los relatos de pretéritas generaciones, el pasado social ni político de Venezuela. Eso es poca cosa para lo que queremos, que es algo mejor.
Por @RoderickNavarro de @VFutura

Un sabio maestro me dijo, “lee a los intelectuales, escucha la música y mira quienes son los referentes morales de una sociedad, y así verás el rostro de su época”. Desde entonces, esta fórmula me ha servido para comprender a las sociedades, sobre todo, la nuestra.

Vivimos una época en la que los Intelectuales nos obligan a ser obedientes con hipócritas arengas sentimentales. Sus intelectualidades pretenden apaciguar nuestros impulsos libertarios, llamándonos incluso infantiles o imberbes. Premian la moderación ante la esclavitud y del yugo hacen una suave conversa entre seres respetuosos. La educación y la cortesía les son de arrogantes y presumidos. ¿Por qué hay que considerarles como las luces de nuestra era? Estos son apenas los escombros de lo que fue una vez y no volverá a ser nuestro país.

Conozco a muchos jóvenes que con 16, 18 años y más, están haciendo tangible para nuestra descendencia un testimonio de la lucha existencial más fuerte que hemos vivido como civilización por lo más sagrado que existe para nosotros: la Libertad. Juntos nos hemos reconocido en una identidad fraternal como fruto de nuestra historia. Una fraternidad inquebrantable que se compone de cinco elementos: respeto, admiración, aprendizaje, protección y confianza. Este lazo nos hace tener una visión común de hacia dónde queremos estar juntos como Nación.

La Patria significa para nosotros el lugar donde se encuentran nuestras familias, donde se forjó nuestro honor como entidad social, donde están nuestra propiedad, nuestra seguridad y nuestra ley. Es el lugar donde están enterrados nuestros ancestros y que, desgraciadamente, por un virus religioso que nos ha infectado desde Cuba-África ni siquiera estos pueden estar ya seguros. Perder la Patria, es perderlo todo. Si no hay respeto por lo que es sagrado ¿por qué nos obligan a asumir que habrá respeto por cualquier cosa, como el voto?

Vivimos las consecuencias de una visión decadente de la política. Lo que las generaciones pasadas llaman democracia, nosotros le conocemos como causa de todos nuestros sufrimientos. Es la causa de la dolorosa experiencia de perder los mejores años de nuestras vidas resistiendo, experimentando la destrucción de nuestras familias bien sea por la inseguridad, por el hambre o el exilio. Eso que llaman democracia, es puro nombre. Son las huellas de una “élite” política que no cumplió su rol ante la sociedad: populistas y clientelistas desenfrenados llamados a sí mismos demócratas. Gracias a ellos, no existen hoy garantías jurídicas ni políticas para el ejercicio de una democracia. Nuestro concepto de ella, no tiene nada que ver con lo que Venezuela vivió en el siglo XX.

Los jóvenes de hoy somos los únicos venezolanos que podemos revertir la desgracia. Solamente los que no tuvimos niñez podemos luchar contra quienes nos la robaron y vencerles. El crecimiento tan fuerte que hemos tenido, nos arrancó de tajo cualquier banalidad típica de las sociedades apoltronadas que se dejan robar el país frente a sus ojos. Por eso, no nos pueden gobernar como estuvieron acostumbrados largo tiempo. No añoramos ni extrañamos por los relatos de pretéritas generaciones, el pasado social ni político de Venezuela. Eso es poca cosa para lo que queremos, que es algo mejor.

La ignorancia es hoy virtud en Venezuela, ella es promovida por las “élites” ante el miedo que le tienen a los hombres libres e independientes. Esto es algo característico no solo de los comunistas, sino de toda ideología que proviene del marxismo. Por esto, es evidente para nosotros la relación que existe entre la intelligentsia actual y la degradante situación social de nuestro país. El decaimiento de las instituciones, de las ideas políticas, de los valores… No son ejemplos a seguir.


En este contexto, rebelarse a lo que va en contra de uno mismo es una noble declaración de guerra.

Nosotros queremos ser felices, no tristes como esclavos. Nosotros elevamos nuestro espíritu hacia la Libertad mientras que nos quieren siervos de un atroz sistema político. La insistencia en perpetuar la pasividad terrible, hace de la existencia algo tan irreconocible que confunden a la primera vista de los débiles el goce con la obediencia. Mientras tanto, nuestra ardiente vitalidad devuelve la vista a los que se despojan de la ceguera. Antes, los que promovían el amor al prójimo asesinaban a los hombres por “herejes”, hoy lo hacen con perversos consejos y viles sugerencias insinuantes. Nosotros nos volvimos impermeables a esos tipos de enfermedades.

La primavera espiritual que ocurre entre la gente, rompe con la agonizante estructura política y derrumba su cultura. Aquellos conscientes de su potencial y de su honor, son la causa de trascendentales cambios arquetípicos y estructurales. Quienes pensamos así, somos una mayoría que no tolera seguir existiendo dominados por una cultura contraria a nuestra naturaleza, a nuestra esencia, al ADN más primigenio a nivel étnico que nos conforma como venezolanos. Estamos profundamente interesados en ponerle fin a esto confrontándolo a todo nivel.

El porvenir se forja: no caerá del cielo. Le estamos dando vida a un nuevo orden político. Lo mismo que pensaban los jóvenes del siglo pasado no es lo mismo que pensamos los jóvenes de hoy. El pensamiento político de los últimos 50 años, es obsoleto y caduco para la Venezuela Futura a la que aspiramos. Estamos dándole vida a un modelo diferente de República. Por esta razón y por el hecho de no estar alineados con una moral decadente, la intelectualidad no puede utilizar la culpa como instrumento para inducirnos a comportarnos como quieren.

No hay legado en la esterilidad de ideas mortecinas. Han querido hacer de nuestra época un castigo mientras que aspiramos a la vida, al feliz goce de nuestra existencia. Nosotros conquistaremos lo que dicen inconquistable, nosotros haremos brotar la vida donde los decadentes solamente dejan desolación y muerte.

Todo cambio comienza por un comportamiento distinto: sea indiferente a las intelectualidades del siglo XX.

Libertad O Nada