EL Rincón de Yanka: HIMNO DE BEATIFICACIÓN A OSCAR ROMERO y HOMILÍAS MUSICALIZADAS DE MONSEÑOR OSCAR ROMERO

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sábado, 23 de mayo de 2015

HIMNO DE BEATIFICACIÓN A OSCAR ROMERO y HOMILÍAS MUSICALIZADAS DE MONSEÑOR OSCAR ROMERO






LETRA DE 
FRANCISCO ANDRÉS ESCOBAR 

Profeta del pecho herido, 
 siervo de la luz quemante, 
 no nos dejes Pastor nuestro
 de tu mano venerable. 

 No se agoste tu palabra, 
 que como rocío cae 
 sobre nuestra tierra herida
 que sólo florece en sangre. 

Pastor que fuiste cordero 
 y ejemplo de fe admirable, 
 que Dios acoja tu muerte 
 y la ofrenda de tu sangre. 

 Profeta de pecho herido, 
 siervo de la luz quemante, 
 en el altar donde fuiste
 sacrificio y celebrante”. 

 Pastor que fuiste cordero 
 y ejemplo de fe admirable, 
 que Dios acoja tu muerte 
 y la ofrenda de tu sangre”. 

 Profeta del pecho herido, 
 siervo de la luz quemante, 
 no nos dejes Pastor nuestro 
 de tu mano venerable.



Poema a Mons. Romero
Fátima Torres Alarcón 
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Oscar Romero, El buen amigo.
Un hombre muy bueno desde niño,
compartió con la gente su cariño
llevando la verdad siempre consigo.


Se convirtió en la voz de su pueblo, 
amaba la justicia y la verdad.
Sus ideales buscaban libertad,
pretendieron callar y matar su sueño.

Cuando el pastor grita todo tiembla,
cuando dice la verdad todos callan,
cuando suplica justicia no la halla...
Pero, cuánto cosecha el que con amor siembra.

Tuvimos en El Salvador vivo un santo,
al que no quieren canonizar...
¿Cómo la iglesia puede callar
la voz del profeta y no oír su canto?

El profeta sabía que le iban a matar,
de lo alto vino su fuerza.
Con profunda oración... vivió la cuesta
que le llevo a morir para dar.

Darse a sí mismo hasta vivir
una vida santa y pura.
Darse todo con locura,
locura de amar hasta morir.

Así era Oscar y su amor.
Hombre recto de profunda oración.
Quiero hoy entonarle mi canción
y decirle: sigues vivo en le dolor.

En el dolor que tú pueblo sintió
cuando aquella noche oscura, 
ese día de marzo, cuan iglesia pura,
que terrible y triste lo que vivió.

¡Qué canalla el que te quitó
de este mundo la vida terrena!
El país entero sufrió de pena.
Pobre iluso... pensó que te mató.

Porque tú vives en tu gente.
Resucitaste en tu pueblo buen pastor.
Mi generación hoy te dice: Monseñor.
Que ilumines desde el cielo nuestro corazón.

*

Las Homilías Musicalizadas de Monseñor Romero